Aunque luego del resultado de Colombia en los Juegos Olímpicos en 2016, se pensaba que habría que esperar para que el país recogiera otro año tan prolífero en resultados deportivos, este 2017 cierra como otra muestra de que el deporte nacional no tiene techo.
A Éider Arévalo la vida le dio un vuelco el 13 de agosto de este año. Ese día y con el palacio de Buckingham como telón de fondo, el marchista nacido en Pitalito, Huila, hace 24 años, se erigió como el mejor del planeta en los 20 kilómetros marcha en medio del Mundial de Atletismo.
El estruendo que causó su título en todo el país no era para menos: Éider se convirtió en el tercer colombiano en ganar un oro en mundiales de atletismo. Un escenario tan difícil que sólo los descomunales saltos de Caterine Ibargüen y un tardío triunfo de Luis Fernando López, tras un dopaje confirmado de dos de sus contrincantes, habían hecho posible semejante logro para el deporte nacional.
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De hecho, Luis Fernando López, con la felicidad de un logro que sintió como propio y con todos los pasos andados ya en una carrera larga y exitosa, no duda ni un momento en asegurar que la medalla de oro de Éider es algo que marcará la historia del deporte colombiano en los años futuros. “El triunfo de Éider era algo que se debía así mismo el atletismo de este país. Caterine había logrado cuatro medallas en mundiales y yo, después de mucho tiempo, había recibido con justicia la medalla de oro por la que trabajé tan duro. Pero de cierta forma quedaba en el aire la sensación de que eran triunfos aislados. Pero el proceso que hemos hecho en marcha, primero con el profesor Fernando Rozo y ahora con los profesores Enrique Peña y Marcelino Pastrana, recibió un honor merecido con la medalla de Éider y mucho más importante, el respaldo de que es un proyecto sólido que puede seguir sacando grandes marchistas y alcanzar grandes títulos”, detalla el nariñense López.
Éider es ahora una de las figuras más notables del deporte nacional. Es un héroe y ha sabido encaminar esa fuerza y esa atención en busca de beneficio para los jóvenes de su municipio y para quienes vienen detrás suyo haciendo los mismos caminos en la marcha atlética.
Es un hombre crítico y que habla de frente. Con su estela de éxitos y disciplina no sólo quiere hacer posible la medalla de oro para Colombia en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 sino convertirse en un fuego iniciador de mejores condiciones para los jóvenes deportistas de su región y hasta el país.
El periódico el Tiempo lo eligió recientemente como el deportista del año y en las antologías sobre el desempeño del deporte continental en 2017, Éider se ha destacado como el responsable de uno de los más soberbios logros para Latinoamérica.
En un año en el que Rigo Urán fue podio en el Tour de Francia, Fernando Gaviria ganó catorce etapas en la élite del ciclismo mundial, Fabriana Arias barrió con todos los medalleros en patinaje, Jossimar Calvo volvió al podio mundial y Colombia batió récords en los Juegos Bolivarianos, el triunfo de Éider en el escenario supremo del atletismo, difícil y hasta inaccesible como pocos deportes para Colombia, se eleva como un nuevo hito y la fiel muestra de que la revolución del deporte nacional sigue avanzando.