En conversación con EL MUNDO, John Price, director general de Americas Market Intelligence, hizo un análisis de cómo está Colombia frente a la inversión extranjera, especialmente la minera.
Con 27 años de trayectoria asesorando compañías internacionales en inversión minera en Latinoamérica, John Price, le contó al periódico EL MUNDO cómo ve la inversión en Colombia, qué le falta y qué debe hacer el país para recuperar ese renglón tan importante de la economía.
Por sus reservas de oro, cobre y otros minerales fuertes, Colombia es uno de los países más atractivos en el mundo y muy poco explotado comparado con Chile, Perú y México.
Colombia es reconocida en Latinoamérica como uno de los países más rigurosos para la inversión extranjera, a pesar de que el Gobierno la apoya mucho.
Procolombia es de las entidades más profesionales en términos de inversión extranjera, de proveer la información y de educar al inversionista sobre la idiosincrasia del país.
Los inversionistas tienen una mala percepción de Colombia, porque no es un país minero, aquí hay mucho desconocimiento de los beneficios, impactos y costos de la minería, hay mucha información basada en tácticas y procesos del pasado.
Mucha de la producción minera proviene de mineros informales y, además, algunos están, supuestamente, apoyados, sino financiados, por grupos ilícitos, esto crea una imagen negativa en la percepción del público.
Hay un gran escepticismo de las comunidades con los proyectos mineros, porque muchos de los recursos naturales de Colombia se encuentran en zonas ecológicamente ricas, que ofrecen agricultura, potencialidad de ecoturismo y para muchos son sagradas.
Hay un acuerdo de consulta previa, por parte de comunidades indígenas, y la definición de estas no es muy clara en Colombia, eso puede ser un pretexto para oponerse a un proyecto.
También, el acuerdo de paz que empodera a las comunidades locales es un avance, pero puede ser que ellas se oponen a los proyectos con base en información que no es cierta, que viene de fuentes con otras motivaciones.
Colombia tiene profesionales con un nivel de seriedad envidiable, pero también es muy burocrático, es un país de reglas, lo que hace que los negocios aquí sean menos rentables que en Perú, Chile, Panamá o México.
Esto afecta mucho los proyectos medianos de minería, por eso hay tan pocos, porque las grandes compañías, en muchos casos, prefieren comprar proyectos mineros ya semidesarrollados o, por lo menos, que tengan su licencia para operar.
Por eso el hecho de que Colombia no tenga muchos proyectos pequeños y medianos perjudica la entrada de grandes inversionistas mineros.
Hacer un esfuerzo combinando los jugadores de la industria y los gobiernos. Antioquia es un departamento netamente minero. El gobierno antioqueño y nacional tienen que hacer más esfuerzo con el sector, educar a la clase política, y al público sobre la realidad de las tácticas de la minería moderna.
Es muy distinto el impacto ambiental de un minero informal utilizando mercurio y otros químicos, que el de los diseños de proyectos modernos que no dañan las reservas de agua.
Por un lado, hay que educar y por el otro, buscar más seguridad jurídica con el apoyo de los gobiernos departamentales para convencer a las comunidades de los beneficios del sector minero, que la industria mida el grado de aceptación del proyecto y trabajar con las comunidades, es cuestión de que el gobierno, los mineros y las comunidades se conozcan y se entiendan mejor.
Otro factor importante es que el gobierno de Santos cambió las reglas de la asignación de regalías, antes sólo se favorecía a los municipios donde estaba la mina, y desde el punto de vista del gobierno nacional ellos estaban utilizando mal el dinero, entonces cambió la regla y los municipios mineros están compartiendo regalías con otros, inclusive con Bogotá, Medellín y Cali, grandes ciudades que no tienen nada que ver con este sector, eso, obviamente, es mal visto por las comunidades y no ayuda nada a acercarlos con los gobiernos y los mineros. Tengo entendido que esta legislación está en proceso de cambiar, eso es muy importante, hay que empoderar a las comunidades, no sólo con palabras sino con dinero, que ellos reciban los beneficios de la inversión.
Cuando un país pierde un inversionista icónico o varios en un solo sector causa alarma, las industrias son formadas de compañías grandes y medianas que se hablan mucho entre ellas, y cuando una compañía grande, que está en la bolsa, sale de un país los inversionistas la cuestionan y si no tienen buenas respuestas castigan la acción.
Pero si un país no tiene mucha historia minera, ni éxito en atraer inversión y sale una compañía grande los dañar a ambos, pero mucho más al país, como pasó en Ecuador cuando salió Equinox.
Yo vivo en Miami y gracias a la migración de colombianos se ha vuelto una ciudad más culta, más importante en el manejo de negocios en el ámbito latinoamericano, entidades regionales en Washington, como la OEA, están dirigidas y administradas por colombianos. Colombia produce una clase de político y de empresario del sector privado muy sofisticado y muy internacional.
Lo que toma un poco por sorpresa al extranjero son las divisiones regionales que vive el país, esto se da en muchos países, pero aquí es muy fuerte.
Cada vez que regreso a esta ciudad y a la región me sorprende positivamente. Veo la calidad de la gente que producen las universidades. El paisa es muy trabajador, muy listo, muy directo para confrontar los problemas, esas son cualidades valoradas en cualquier empresa, ese es el fuerte de Antioquia.
Las compañías antioqueñas han sido muy exitosas en otros países, lamentablemente han perdido prestigio económico frente al país por la falta de infraestructura internacional, el aeropuerto no es lo suficientemente grande para una ciudad, que es un centro de negocios muy importante en el país, para viajar desde afuera de Colombia, casi siempre, hay que pasar por Bogotá, ese debe ser un enfoque de inversión de gobiernos futuros.
Otro defecto para invertir en el sector extractivo son los costos de transporte interno, todavía cuesta menos traer un contenedor de Shanghái a Cartagena que de Cartagena a Bogotá, obviamente las 4G le han dado un impulso muy importante, pero Colombia tiene que invertir mucho en esto.
John Price es canadiense y hace 27 años, siendo profesor y viviendo en México, se unió con algunos alumnos y crearon Infomex, una empresa de consultoría para ayudar a compañías extranjeras a entrar en el mercado mexicano, como muchos clientes empezaron a pedirles estudios y consejos en otros mercados latinoamericanos pasaron a llamarse Infoaméricas.
Luego vendieron la empresa a la multinacional Kroll, especializada en hacer consultoría de riesgo y cuatro años después de trabajar y aprender allí se independizaron nuevamente bajo la marca AMI, Americas Market Intelligence, ofreciendo una consultoría más completa, y con su casa matriz en Miami, posicionándose como los expertos en América Latina.
“Comenzamos a trabajar por sectores: en pagos, logística de transporte, salud y recursos naturales e infraestructura, es decir, el sector minero, energético e infraestructura, donde asesoramos desde hace 17 años, a estas tres industrias", comentó Price.