Luego de ser controlado el incidente sucedido el viernes 23 de junio en la casa de máquinas de la central hidroeléctrica Playas, el gerente general de EPM, Jorge Londoño De la Cuesta, presentó un balance inicial de la situación y precisó que salieron de servicio los tres transformadores de potencia y se afectaron algunos equipos auxiliares, pero las tres unidades de generación de la central no sufrieron ningún daño.

El directivo agradeció especialmente el acompañamiento y apoyo en la atención del incidente de los cuerpos de bomberos de El Peñol, Guatapé, San Rafael, Marinilla e Itagüí, así como a las administraciones municipales, al Dapard, a Isagén y demás empresas e instituciones que se han hecho presentes.

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Personal experto de EPM, en compañía de las entidades competentes, avanzan a esta hora en la evaluación de las causas y en la estimación de los daños materiales y los impactos económicos, para determinar el tiempo de recuperación de las operaciones en la planta.

Mientras se analizan las causas de lo ocurrido, la empresa confirma que esta central, como todas las de EPM, siempre ha contado con un plan de mantenimiento preventivo y predictivo, que se cumple de manera rigurosa y permanente.

Londoño De la Cuesta reiteró que la empresa está haciendo todos los esfuerzos para normalizar la operación de la central: “Tenemos a toda la gente de la central trabajando en esta situación. EPM cuenta con la experiencia, la capacidad, un valioso equipo humano y el apoyo de aliados del sector para recuperar la operación. Cuando se evalúen los daños, emprenderemos la estrategia para volver a generar energía en esta central”.

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Tal como se indicó, el incidente no afectó a los trabajadores de la planta ni tiene consecuencias para el Sistema de Transmisión Nacional, de acuerdo con el reporte de XM, filial de ISA que administra este sistema. Así mismo, no hay afectación a terceros ni a la comunidad en cuanto a la prestación del servicio de energía.

La central Playas hace parte del aprovechamiento hidroeléctrico de los ríos Guatapé y Nare. Entró en operación en 1988. Tiene una capacidad efectiva neta de 207 megavatios. Posee tres unidades de generación de 69 megavatios cada una, impulsadas por turbinas tipo Francis de eje vertical.