En medio del Congreso Nacional de Minería, celebrado en Cartagena, se entregó el Primer Premio Nacional de Periodismo Minería Bien Hecha, en el que EL MUNDO logró el galardón en la categoría de prensa escrita.
Encontrar en los medios de comunicación a la minería contada en otra faceta distinta a la de antagonista es todo un reto. El sector formalizado se ha visto opacado por las notas y titulares que socavan la reputación de un gremio ancestral con malas prácticas, procedimientos sin responsabilidad y un gran impacto ambiental.
Sin embargo, con el fin de que ese rótulo cambiara, la Asociación Colombiana de Minería convocó al Premio Nacional de Periodismo Minería Bien Hecha para buscar en los diferentes medios del país esos esfuerzos por relatar y retratar un lado humano, responsable y social en el sector minero.
Allí, el periódico EL MUNDO resultó acreedor del primer premio, en la categoría prensa escrita, con un extenso reportaje que recrea la forma en la Brigada de Emergencia de las minas Providencia, el Silencio y Sandra K, de la Gran Colombia Gold, sobrepone el bienestar y la seguridad del ser humano antes que la obtención del mineral a como dé lugar.
El trabajo se fundamentó en los primeros refugios subterráneos de Colombia, que además cuentan con tecnología de punta para salvaguardar la integridad de los trabajadores ante una eventualidad potencialmente letal.
Además de que con la Brigada de Emergencia se ha logrado intervenir, por pura labor social y de humanidad, en diferentes percances en entables ilegales aledaños a los predios de la multinacional minera.
Para Javier Nicolás Restrepo, jefe de Redacción de EL MUNDO y escritor del texto, la satisfacción más grande proviene de descubrir que pese a todas las imágenes negativas de los empresarios que llegan al país para explotar el suelo, existen personas que no necesitan de una norma que los obligue a preocuparse por el bienestar de los mineros, “sino que invierten millones de dólares en cuidar y valorar al personal humano de la compañía”.
Al inicio del trabajo de reportero, en el Nordeste antioqueño, Restrepo atinó a conocer de primera mano los secretos y mitos que este oficio había logrado tejer en su historia antes de que los procesos tecnificados llegaran para mejorar la calidad de vida de los trabajadores.
“Lo más interesante es ver el cambio cultural. El minero ancestral tiene muchos mitos como que hay que meterse borracho porque el alcohol atrae el oro, o que no pueden entrar mujeres porque generan accidentes”, aseveró el periodista.
El valor sostenible de la publicación del pasado 25 de marzo radica en demostrar la forma en que las buenas prácticas generan una lección para la minería, que a la postre le permitirá a este sector convivir e interactuar con el ambiente y otro tipo de industrias en pro del desarrollo de una región.
Y es que las buenas prácticas generan seguridad. La misma que Restrepo sintió al ingresar a la mina El Silencio. “Meterse a más 600 metros bajo tierra y sentirse seguro no es fácil. La entrada se convierte en una buena experiencia que permite el conocimiento”, añadió, resaltando que luego de vivir su recorrido en condiciones de seguridad jamás entraría a un lugar que no cumpliera con las mínimas normas para preservar la integridad.
El Primer Premio Nacional de Periodismo Minería Bien Hecha, también fue entregado a Carlos Mario Jiménez, de El Pilón, en la categoría web; a Javier Urrego, del Canal PYC de Ibagué, en la categoría televisión; a Diana Franco, de la revista Cromos, en la categoría fotografía; mientras que la sección radial se declaró desierta.
El evento de premiación se llevó a cabo en el marco del Congreso Nacional de Minería, donde intervinieron autoridades nacionales, regiones y agremiaciones del sector minero del país.