El comisario europeo para Cambio Climático y Energía, Miguel Arias Cañete, había anunciado que Estados Unidos suavizaría su postura, pero fue desmentido minutos después.
La Casa Blanca negó este sábado que pasó que haya algún cambio en la posición del gobierno de Donald Trump sobre el acuerdo climático de París, después de que la Unión Europea insinuara que Washington había suavizado su postura y no se retiraría del acuerdo. "No ha habido ningún cambio en la posición de Estados Unidos sobre el acuerdo de París", dijo la secretaria de prensa adjunta de la Casa Blanca, Lindsay Walters, en un comunicado.
"Como el presidente ha dejado en claro, Estados Unidos se está retirando a menos que podamos volver a entrar en términos que sean más favorables para nuestro país", agregó. Minutos más tarde, la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, reiteró esa postura a través de su cuenta de la red social Twitter. "Nuestra posición sobre el Acuerdo de París no ha cambiado. @Potus (el presidente Trump) ha sido claro, Estados Unidos se retira a menos que obtengamos términos proestadounidenses", afirmó.
El comisario europeo para cambio climático y energía, Miguel Arias Cañete, reveló a los medios al inicio de una reunión informal que mantienen hoy en Montreal (Canadá) más de 30 ministros de Medio Ambiente de todo el mundo, que el delegado estadounidense podría buscar formas de "comprometerse" bajo los términos del Acuerdo de París.
Según el representante europeo, Estados Unidos afirmó al resto de delegaciones que "no renegociará" el acuerdo firmado en París en diciembre de 2015 por los gobiernos de 195 países, incluido la administración del anterior presidente estadounidense, Barack Obama. Pero el delegado estadounidense señaló que su país revisará "los términos en los que podría comprometerse bajo el acuerdo", según señalaron medios locales.
Cañete indicó que el mensaje del delegado estadounidense en Montreal es "muy distinto" que el emitido hasta el momento de forma pública por Trump. La reunión informal de Montreal, que ha sido organizada de forma conjunta por Canadá, China y la Unión Europea (UE), tiene como objetivo evitar que la retirada de Estados Unidos descarrile el Acuerdo de París.