Las elecciones regionales del pasado domingo agitaron el ambiente político y las bases del partido de Gobierno.
Los resultados de la jornada electoral del pasado domingo, que dejó como primer gran derrotado al Centro Democrático, el partido de Gobierno, crisparon aún más el oleaje en torno al presidente Iván Duque, que parece tendrá que agotar ahora las ya desgastadas fuerzas que aún le quedan para no hundirse en medio de una tormenta que cada vez lo aleja más de los salvavidas con que inició su travesía, hace casi quince meses.
El Centro Democrático perdió alcaldías y gobernaciones en las grandes capitales y departamentos, y desde una orilla de esa colectividad se insinuó que la poca aceptación que hoy tiene el jefe de Estado en todo el país ha repercutido en contra de las aspiraciones políticas, mientras que una fortalecida oposición aprovechó el traspié para acentuar sus críticas contra un Gobierno que ve huérfano y cada vez más necesitado de un apoyo mayoritario en el Congreso de la República.
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Tal vez, según observadores políticos, esa fue la razón por la que el mismo domingo el presidente salió al paso de la situación, invitando a los mandatarios electos a trabajar unidos por el bien del país.
“Para quienes fueron elegidos, mi mensaje es claro: Este es el Gobierno de todos los colombianos. Pueden tener la seguridad de que en mí y en todo el equipo del Gobierno Nacional, encontrarán aliados para cristalizar todas las iniciativas que, con responsabilidad, necesiten el concurso de la Nación. Los invito a trabajar sin descanso, de día y de noche, para resolver las necesidades de colombianos”, expresó el jefe de Estado tras la jornada democrática del pasado domingo, reiterando que en este “Gobierno no se han ahorrado esfuerzos para trabajar con todas las autoridades nacionales en todos los rincones del país…Y lo seguiremos haciendo con todos quienes fueron elegidos”.
Incapacidad para gobernar
Para Fabio Giraldo, docente de la Universidad de Antioquia, lo que dejan claro los resultados de las elecciones regionales “es la deslegitimación del Gobierno y, por supuesto, de su partido (Centro Democrático)”.
Dijo que, además de “confirmar que los grandes partidos políticos no han sido capaces de aglutinar esa diversidad política” que hoy reviste al país, “porque son partidos burocratizados y excluyentes”, estas elecciones dejaron mal parado al Gobierno y al Centro Democrático, porque es evidente que “entre los dos tienen un problema de gobernabilidad”.
“El tema ahora es lo que viene”, apuntó. “¿Cómo enfrentar ese problema de gobernabilidad que tienen? Porque de seguir así, prácticamente es entrar en un año casi que de declive con una muy baja capacidad de gobernabilidad, al tiempo que esa situación anima a los otros partidos a arreciar su oposición para evidenciar su incapacidad para gobernar”.
Según el profesor Giraldo, ahora Duque está frente a dos opciones: “Darle cabida a los otros partidos”, que tal vez es lo que intenta con su llamado a la unidad, “o intentar recuperar la confianza de un golpeado Centro Democrático”.
Efecto positivo
Contraria opinión tiene Carlos Builes, director de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Pontificia Bolivariana -UPB-, quien considera que el resultado de las elecciones regionales podría conceder incluso un “efecto positivo” para el presidente Duque.
“El resultado de las elecciones es más una derrota para el Centro Democrático, no para el presidente. Por eso lo claro de esta situación es que el partido de Gobierno lo que tiene que hacer es un trabajo interno, porque enfrenta una mega división, con varias corrientes ideológicas, que fue lo que hizo que fracasaran en las urnas, pese a la legitimidad que aún mantiene en algunos sectores. Pero es más un problema interno de organización y sobre todo de tendencias en el CD”, conceptuó el docente.
Es más, razonó, “pienso que el presidente Duque va a sacar provecho de esa situación, porque es evidente que él se ha hecho a un lado de esa tendencia más radical del Centro Democrático y, seguramente, como joven que es, se va a identificar más con muchos de los nuevos gobernantes contemporáneos a él”.
Eso, analizó, “podría facilitarle la gobernabilidad con los otros partidos, con los otros movimientos, lo que visto así puede ser un reto para articular esfuerzos junto a los nuevos mandatarios”.
Ni bueno ni malo
En eso coinciden el ex ministro Fernando Cepeda y el columnista y director de comunicaciones de la Universidad Nacional, Henry Horacio Chaves.
“No creo que los resultados de las elecciones tengan algo que ver con el presidente Duque. Y lo digo porque rara vez he visto a un presidente más alejado de la contienda electoral, Duque fue absolutamente neutral, ni una palabra, ni un gesto de aprobación o desaprobación en contra o favor de algún candidato. Realmente se mostró por encima de la situación”, opinó Cepeda.
Y además, agregó, “tampoco recuerdo a un solo candidato a Gobernación, Alcaldía, Concejo o Asamblea que hubiera criticado al presidente Duque, y eso dice que él en nada influyó en la campaña y menos en los resultados”.
En su análisis, Cepeda consideró que Duque lo único que hizo fue estar “del lado de la Constitución, que dice que el presidente representa la nación entera, es un símbolo de unidad. El presidente no puede ceñirse o apegarse a lo que es el partido que lo llevó al Gobierno, por supuesto debe tener su apoyo y contar con su plataforma de opiniones, pero debe ir más allá, porque representa a todos los colombianos y no sólo a los que lo eligieron. Por eso creo que no cabe la alusión a que pierda algo con los resultados de estas elecciones”.
Concepto al que se unió el comunicador Chaves: “No creo que esos resultados afecten ni para bien ni para mal la gobernabilidad del presidente Duque. No creo que haya ningún efecto ni positivo ni negativo, porque además él estuvo aparte, fue un simple observador. Con decir que durante el tiempo de campaña visitó por lo menos 15 veces a Medellín, pero nunca pesó como imagen en favor del candidato de su partido”.
En ese sentido reflexionó que será el Centro Democrático el que tenga que interpretar los resultados, aunque reconoció que “si bien perdió Alcaldía y Gobernación en el caso de Antioquia, ganó Concejo y Asamblea, y entonces tampoco es que haya quedado enterrado, porque en política se puede sucumbir y luego renacer”.