El dequeísmo se ha vuelto diabólico: muchos le temen y creen que su uso siempre es un error.
¿Dudo de que haya o dudo que haya?
El dequeísmo se ha vuelto diabólico: muchos le temen y creen que su uso siempre es un error. Como ya les he dicho varias veces, hay casos en los que decir “de que” es obligatorio, casos en los que es un error y casos en los que es opcional.
Vamos a ver: uno duda de algo o de alguien. “Yo dudo mi esposa” no tiene sentido sin la preposición “de”: yo dudo de mi esposa, yo dudo de ella. Así que “dudamos de” una cosa, de una persona. Pero ya habrán notado que en la oración que escribí como título de esta parte de la columna no hay una persona/cosa después del “de que”, sino un verbo. ¿Cambia la estructura?
Digamos que con verbo funciona bien de las dos maneras: “Dudo de que haya llegado temprano” o “dudo que haya llegado temprano”, la que prefieran. “Yo dudo que Juan consiga ese trabajo” y “yo dudo de que Juan consiga ese trabajo” también funcionan (pueden elegir) porque después de dudar viene otra oración (“Juan consiga ese trabajo”) y no una persona o cosa sola, ¿me entienden?, como ocurre en “dudo de mi esposa”, en la que no sigue una oración después de “dudo”, sigue una persona y ahí muere.
De esas que casi nunca usamos
Colusión. Los abogados llaman colusión a un pacto ilegal entre dos personas para causarle daño a una tercera persona. Por ejemplo, y esto no ocurre en Colombia, cómo se te ocurre: un funcionario (o sea, un empleado del Estado) firma un contrato con un particular (es decir, alguien que no es empleado del Estado) y con dicho contrato defraudan al Estado, le roban recursos. Insisto, esto es extraño: no ocurre en Colombia ni en ningún país latinoamericano.
Lo invitamos a leer: ¿Migrar o emigrar? ¿E inmigrar qué?