Pese a carecer de autoridad política legítima, Hafter controla desde hace dos años el llamado Ejército Nacional Libio y mantiene abiertos otros dos frentes de guerra
Diez personas murieron este martes en un bombardeo de las fuerzas leales al mariscal Jalifa Hafter, hombre fuerte del este de Libia, en las proximidades de la ciudad de Sebha, la capital del sur.
Fuentes de Seguridad explicaron que aviones de combate abrieron fuego de madrugada contra varios edificios en el perímetro interior de la base de Tamanhint, bajo el control de unidades afines a la ciudad-estado de Misrata, en la costa norte.
Una segunda unidad atacó una prisión cercana al aeropuerto, que quedó destruida. En el ataque murieron ocho prisioneros y dos carceleros, detallaron.
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Sebha, ciudad crucial para dominar el sur de Libia, es escenario desde el pasado 5 de abril de una ofensiva liderada por Hafter, un antiguo miembro de la cúpula militar.
Reclutado por la CIA en la década de los ochenta y devenido en su principal opositor en el exilio, el militar regresó al país en marzo de 2011, apenas un mes después de que prendiera la revolución que acabaría con la dictadura.
Desde entonces no ha cesado de acumular poder en un Estado ahora fallido, víctima del caos y la guerra civil, en el que se disputa el poder con un Gobierno sostenido por la ONU en Trípoli y numerosas milicias, como las de la poderosa ciudad de Misrata, el principal puerto comercial del país.
Pese a carecer de autoridad política legítima, Hafter controla desde hace dos años el llamado Ejército Nacional Libio y mantiene abiertos otros dos frentes de guerra, uno en Bengazi, la segunda ciudad en importancia del país, y otro en Derna, el principal bastión de los grupos salafistas.
Su objetivo declarado es llegar a Trípoli y para ello cuenta con el apoyo militar abierto de Rusia y Egipto y la colaboración secreta de unidas de inteligencia de Estados Unidos y Francia, entre otros países.
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