Según los analistas locales, los hechos que han dejado hasta ahora 358 muertos se deben a problemas internos del Gobierno y diferencias con la cúpula militar.
El ministro de Seguridad de Somalia, Islow Dualle, informó que han sido capturados cuatro sospechosos de estar involucrados en el atentado con camiones bomba perpetrado la pasada semana en Mogadiscio, que dejó 358 muertos y 56 desaparecidos.
Los sospechosos son presuntamente el conductor del vehículo que explotó en el segundo ataque, el encargado de facilitar el acceso de un camión bomba a la ciudad y otras dos personas relacionadas, confirmó Islow a última hora de ayer a los medios.
El ministro dijo que la investigación está en curso y dará más detalles en los próximos días.
Además el Gobierno de Somalia dijo estar preparado para lanzar ataques militares contra el grupo terrorista Al Shabaab, presunto autor del mortal atentado, a pesar de la baja capacidad militar y agitación política que vive el país en estos momentos.
Por su parte, el presidente convocó una reunión de emergencia con su Ejecutivo el próximo 28 de octubre, con el fin de debatir sobre reformas políticas y de seguridad para combatir al grupo yihadista.
El número de víctimas mortales causado por el atentado asciende ya a 358, además hay 228 heridos y otras 56 personas permanecen desaparecidas, confirmó este fin de semana el Ministerio de Información.
Los 122 heridos más graves fueron trasladados a Turquía, Kenia y Sudán para recibir tratamiento médico.
La primera explosión se produjo junto al hotel Safari, situado en la conocida como intersección K5, una de las zonas más populares de la capital y sede de oficinas gubernamentales, hoteles y restaurantes.
El segundo ataque, con idéntico "modus operandi", se llevó a cabo al lado de un concurrido mercado situado junto a la antigua sede de la aerolínea nacional Somalia Airlines en el distrito de Wadajir.
Según analistas locales, los problemas internos del Gobierno y su distanciamiento con la cúpula del Ejército han permitido a Al Shabab recuperar su capacidad de atentar a gran escala.
La organización terrorista, que se afilió en 2012 a la red internacional de Al Qaeda, controla parte del territorio en el centro y el sur del país y aspira a instaurar un Estado islámico de corte wahabí en Somalia.