Expertos consultados por EL MUNDO sobre las causas de los deslizamientos que se presentaron el domingo pasado en Jericó, llegaron a la conclusión de que estos movimientos de masa no son de ahora y que el detonante principal fue el agua.
Luis Hernán Sánchez Arredondo, ingeniero geólogo, especialista en manejo y dirección de riesgo geológico y docente de la Universidad Nacional, sede Medellín, es la voz experta que explicó que el deslizamiento que ocurrió el pasado domingo, 3 de noviembre, en Jericó se dio porque “el agua de infiltración, que es considerable en este municipio, se incorpora dentro de unos cuerpos rocosos con condiciones muy favorables de porosidad y permeabilidad”.
La historia de los deslizamientos en Jericó data de 50 años atrás y hasta más, ello se evidencia en el estudio geológico del suelo para la reedificación de la Catedral, elaborado por el geólogo Gilberto Botero Restrepo, el mismo que reportó la cantidad de agua que pasó lentamente a través de materiales porosos, en una estación extremadamente seca de 1947 en una trinchera en la que, durante 36 horas, el 16 de enero de 1947, se contabilizaron 34 litros de agua.
También, hace mención a “la cantidad de aljibes (según la RAE: ‘Depósito grande, generalmente bajo tierra, para recoger y conservar el agua, especialmente de lluvia’.) localizados en la zona urbana del municipio, en los que nunca faltaba el agua, aún en las estaciones secas”.
Sánchez hizo hincapié en que “en Jericó es muy claro que la causa de los deslizamientos es el agua, detonador que se infiltra por diferentes lugares y saturación del material arcilloso, producto de la meteorización de las rocas basálticas. El efecto, comienza en la parte alta, en el Parque de Las Nubes, por la fuerte fracturación de la roca basáltica, siendo el camino por donde se infiltran. El agua subterránea es tan alta, que el nivel freático (lugar geométrico de los puntos donde la presión del agua es igual a la presión atmosférica) puede subir a menos de un metro, en temporadas lluviosas”.
Mapa de amenaza por deslizamiento histórico de Jericó (1953).
Además, el especialista en manejo y dirección de riesgo geológico, relató que “varias emergencias se han documentado, desde 1939, pero existen además reportes o informes históricos en el Servicio Geológico Nacional, en 1947, 1952, 1953, 1986 y 1988, etc. Desde esa época, se vienen rindiendo informes y recomendaciones para contener los deslizamientos en Jericó, pero siempre las soluciones recomendadas se ejecutan parcialmente”.
Lo que vivieron este pasado lunes, 5 de noviembre, los jericoanos fue una gran conmoción, debido a las fuertes lluvias que se registraron a primeras horas de la madrugada, las cuales obligaron a la evacuación de más de 1.000 personas, el traslado del hospital al Seminario Diocesano San Juan Eudes y la declaración de alerta roja del municipio.
De acuerdo con declaraciones del exalcalde, Carlos Augusto Giraldo, a quién le tocó vivir la ola invernal del 2011, “la emergencia vivida la noche del domingo anterior, al amanecer del lunes, fue una tormenta con rayos y centellas, sin parar, de más de tres horas y media, en la que cayeron 161 milímetros de agua, medida en la planta de tratamiento de agua potable del municipio en la zona urbana, eso fue un fuerte diluvio en el que se precipitaron 12 derrumbes sobre las quebradas de la parte alta del pueblo, yo alcancé a contarlos”, señaló.
Asimismo, relató parte de la historia que también le tocó gestionar durante su periodo de gobierno, 2008-2011, en el que, según él, de esos 1.461 días sólo tuvieron cerca de 60 en los que no llovió, esto debido a que “la conformación de montañas con un poco de manto rocoso, cubierto de una capa de tierra, que es producto de la ceniza volcánica que se acumuló a lo largo de milenios, y las pendientes, son muy susceptibles de deslizamientos por acumulación de agua lluvia”.
“Eran damnificados graneados, casi que cada semana o cada mes, yo recuerdo mucho una noche de 2010, en la que tuvimos 46 familias afectadas, porque las viviendas quedaron inhabilitadas, bien por efecto de los huracanes o por deslizamientos, que son una constante de estas zonas montañosas cada vez que llueve y mucho más los que estamos dentro de esta zona de influencia perimetral de la falla geológica de Romeral, que atraviesa parte de Antioquia. Aquí estamos muy cerca de uno de los ejes de esa falla, que es Fredonia”, enfatizó.
El exalcalde recordó que en 1971, también hubo un deslizamiento que inundó gran parte del casco urbano con arrastre de sedimento y material vegetal, “porque se represó la quebrada La Peña, se desbordó y llegó a las calles, esta vez no fue ese afluente sino uno que queda un poco más adentro, que se llama la quebrada Los Aguacates, ese sector está presentando problemas geológicos desde hace muchos años, pero que se acentuaron en los últimos 8 o 10 años”.
“Los deslizamientos se presentaron en las zonas donde tradicionalmente han sucedido, en los últimos 80 años, desde que tenemos registros; pero, tal vez, esta fue la ocasión en la que se han presentado en mayor cantidad, en tan poco tiempo, tantos derrumbes, en apenas cuatro horas de tormenta; de hecho, una gran parte de la vereda Los Aguacates fue evacuada en los dos últimos periodos invernales, en la ola de 2010 y luego, creo que fue hace dos años, también hubo unos represamientos y deslizamientos”, describió.
Y detalló: “Los deslizamientos grandes de este domingo se presentaron en zonas por donde el hombre jamás ha puesto el pie. Los siete deslizamientos grandes se dieron sobre la peña vertical; entonces, no son atribuibles a causas antrópicas o similares, en Los Aguacates, que ha tenido una mínima intervención humana, se derrumbaron zonas que no tienen ninguna intromisión del hombre y otras que tienen potreros muy verticales. Son puras causas de la naturaleza”.
El pasado domingo 3 de noviembre, mucha gente empezó a evacuar antes de que sonaran las alarmas en Jericó, porque el agua empezó a correr torrencialmente por las calles con lodo, pantano y material vegetal.
Otro punto a considerar en el tema, son las características de las rocas en Jericó, el ingeniero-geólogo reveló que son muy similares a las del cerro Combia en Fredonia, es más, son la prolongación oriental de la estratigrafía del cerro Las Nubes (cerro La Peña). En Fredonia, el 22 de julio de 1995, a las 3:30 p.m., un deslizamiento sepultó todo un barrio, con ochenta desaparecidos y nueve cadáveres rescatados”, ejemplificó Sánchez.
Para concluir en este apartado del tema, el experto afirmó: “Los deslizamientos de Jericó no son de ahora, hay registros de hace más de 50 años”.
Por consiguiente, el experto en manejo y dirección de riesgo geológico, formuló que “lo primero que hay que hacer es actualizar un estudio juicioso de la amenaza a una escala detallada”. El año pasado, el Servicio Geológico Colombiano publicó el mapa de Las amenazas por movimientos en masa de Colombia a escala 1.100.000, en el que se reporta que Antioquia tiene un 61% entre amenaza alta (50%) y muy alta (11%). Jericó está cartografiado dentro de la amenaza alta.
Es importante destacar que varias universidades del país participaron en la elaboración de este trabajo, incluyendo la Universidad Nacional de Colombia. Si se cuantificara la amenaza, se podría obtener el valor de la vulnerabilidad y así se lograría minimizar esta última, se recortaría la ocasión del riesgo, en palabras del geólogo y especialista.
La zona de mayor amenaza para el área urbana actual se observa moderadamente deforestada. Esto es debido a que la desforestación puede acelerar los procesos erosivos.
Por su parte, para el exalcalde de Jericó, Giraldo, añadió al asunto que “lo más relevante es la necesidad de que la gestión del riesgo sea una política constante y no de momentos”.
En tanto, en el informe del Dapard (Departamento Administrativo del Sistema para la Prevención, Atención y Recuperación de Desastres de la Gobernación de Antioquia) se informó que esta entidad se “acompaña del Ideam en la verificación del funcionamiento y cambio de sensores en la estación meteorológica del municipio de Jericó. Este sitio de medición permitirá generar información para la toma de decisiones en prevención del riesgo”.
Igualmente, el profesor Giraldo comentó que por ahora lo único que pueden hacer es esperar los conceptos técnicos del Dapard y de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres, que les digan qué se sigue y empezar a cumplir con las recomendaciones técnicas que les hagan.
“En una situación de estas uno no espera que haya conclusiones técnicas en menos de dos semanas”, puntualizó.
El ingeniero-geólogo, especialista en manejo y riesgo geológico, Luis Hernán Sánchez, explicó que “geológicamente el subsuelo de Jericó está constituido por una secuencia de rocas volcánicas que forman un paquete de unos 1.400 metros de espesor, compuesto por lavas de basalto, tobas basálticas y aglomerados. Sobre los basaltos yace por encima basalto meteorizado de hasta 5 metros de espesor, luego una capa de arcillolitas, de 10 a 20 metros de espesor, las cuales son muy húmedas y plásticas. Más superficialmente, aflora un coluvión de mayor espesor a medida que se acerca al pie de la ladera (cerro Las Nubes, La Peña).
La principal característica de los basaltos en estado fresco (sin meteorización) es que están fuertemente agrietados. Esta última litología, cuando está en proceso de meteorización y saturada de agua, genera los deslizamientos que históricamente se han venido presentado en la ladera occidental.
La capa de roca alterada es muy porosa y tiene la capacidad de almacenar gran cantidad de agua de infiltración, lo que hace que la capacidad de soporte disminuya con el contenido de agua, la cual es abundante en Jericó.
Selección de fotos de Brayan Foronda Zapata (@RyanShot).
La solidaridad que estos deslizamientos provocaron en Jericó ha sido de admirar, todos los habitantes del pueblo han estado prestos a ayudar, igual que las instituciones dentro de las cuales se puede mencionar a la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres, Ungrd; la Policía; el Ejército; el Departamento Administrativo del Sistema para la Prevención, Atención y Recuperación de Desastres de la Gobernación de Antioquia, Dapard; Empresas Públicas de Medellín, EPM, con el suministro de agua a través de carrotanques y, con el apoyo del Siata, Sistema de Alerta Temprana de Medellín y el valle de Aburrá, el suministro de un radar de alta tecnología para monitorear permanentemente las zonas que generan riesgo para los habitantes del municipio; el cuerpo de Bomberos, tanto de Jericó como de los municipios cercanos, que ayudaron en la emergencia y luego a lavar la plaza y las calles del municipio; el Área Metropolitana de Medellín; la Defensa Civil; La Cruz Roja; el Seminario Diocesano, que ha servido de albergue para los damnificados; la empresa reforestadora Rincco, que puso su personal a atender la emergencia, y la Minera Quebradona, que puso a todo su equipo técnico, geólogos, biólogos y personal social, volquetas, carros, maquinaria pesada y los carrotanques para suministrarle agua a la gente.