Los treinta años del Clásico Nacional de Ciclismo Infantil se lo disfrutaron miles de niños junto a sus familias. En la jornada, de once horas, los pequeños ciclistas vivieron, con pasión, cada uno de los valores de las categorías en las que participaron: Ternura, Alegría, Superación, Amistad, Respeto, Generosidad, Responsabilidad, Solidaridad, Honestidad, Tolerancia, Perseverancia, Noviolencia y Libertad.

Esta gran fiesta del deporte de las bielas se la gozaron unos 5.000 participantes. 

Sólo caras de felicidad se veían a la salida de pits.

Fotos de Izq. a Der.: 1. Salida competencia Perseverancia todoterreno; 2. Salida categoría Generosidad niñas bicicletas cross; 3. Salida a competencia de los jóvenes de Noviolencia en bicicleta de carrera, y 4. Salida de niños y sus padres en la categoría Alegría.

A partir de las 7:00 a.m. el Aeroparque Juan Pablo II se empezó a llenar con familias enteras, cada niño portaba con orgullo la camisa de su categoría. María Isabel Mejía, participante en Noviolencia, describió el morado de su camiseta como un color “fuerte pero alentador; creo que el morado es para manifestar alegría, emoción. Sé que para algunos es un color triste, para mí no, sirve para portarlo en momentos de la vida como la primera ida al mar, la graduación o un cumpleaños. A mí me gustó mucho este color de camiseta y me parece que nos vemos muy bien cada categoría con un color”.

No sólo en la pista rodaron las bicicletas, en todas las instalaciones del Aeroparque, mangas, la rotonda y el circuito interno, los niños y jóvenes en la jornada montaron en sus Caballitos de acero, triciclos, motos o carros; en las categorías de los más pequeños hasta afamados vehículos participaron, como el de Rayo Mcqueen, de la película Cars, o el minicarruaje de My Little Pony.

Niños y sus bicicletas, protagonistas del Clásico Nacional de Ciclismo Infanti.

Los primeros en correr fueron los ciclistas de Noviolencia, de 13 años. Ellos escucharon las notas del Himno Nacional de la República de Colombia y acto seguido tuvieron el privilegio de inaugurar la pista. Lo dejaron todo allí, Angi María Cossio vino desde Valledupar a participar. Al recibir la medalla, su tía, Martha Ligia, le gritó: “Lo hiciste muy bien, mi campeona”, y ella, con una sonrisa contagiosa, la miró y le respondió: “gracias tía por acompañarme y creer en mí”.

La competencia que le siguió fue Libertad, con competidores de 14 años. En ella participó Nicolás Acevedo, quien pertenece al Club Nueva Generación, de Bello, y ocupó el tercer lugar en la manga de bicicletas de carrera. Él contó que cada año viene al Clásico porque es una experiencia que le ha ayudado a formar su carrera como ciclista. Al ser cuestionado por qué es para él la libertad dijo: “Para mí es algo que le deberían dar a todas las personas, hay muchos sin libertad en Colombia, no me parece justo. El valor de la libertad es algo que nos sirve para formar nuestra personalidad, es un derecho, que debemos saber llevar. Se es libre cuando se hace aquello que nos gusta, también cuando podemos expresar lo que sentimos”.

La fiesta de los más pequeños 

Luego de las competencias de los más jóvenes, llegó la hora para los más pequeños competidores. Los corredores de 3 y 4 años, acompañados de sus padres, hermanos, tíos o abuelos, salieron a la pista a dar lecciones de Ternura y Alegría.

Esa fue una pista de pura diversión. Los niños corrieron felices, a algunos papás sus hijos los dejaron botados, pedalearon con tanta energía que superaron a sus acompañantes, quienes se tuvieron que esforzar el doble para estar a su lado y cuidarlos hasta la meta. 

Y sí, los competidores le hicieron honor al nombre de estas dos categorías, fueron sólo ternura y alegría.

También, este Clásico tiene un apartado especial para niños con discapacidades físicas o cognitivas, ellos corrieron junto a sus familiares y vivieron en la pista un momento agradable, de unión familiar. 

Fotos de Izq. a Der.: 1. No importó la condición, todos cruzaron la meta felices; 2. Sus caras provocaron sonrisas; 3. A Miguel Múnera Gómez su familia lo ayudó a cruzar la meta, y 4. Miguel Ángel Osorno no se quedó con las ganas de tomarse la foto en el podio.

Fueron los héroes de la carrera, al pasar por la pista el público se desbordó en elogios, los aplausos sobraron, y no era para más, se lo tenían más que merecido.

Continuaron las competencias de las categorías Amistad y Respeto, 5 y 6 años, que junto a las tres anteriores conforman el grupo de las cinco carreras no competitivas del Clásico Nacional de Ciclismo Infantil.

Samuel José Cadavid, de Amistad, llegó feliz al camino de la victoria y tras serle impuesta su medalla expresó: “Por qué si yo no fui el primero”. Y es que la competencia entrega medalla y obsequio a todos los participantes, sin importar el orden en que cruzaron la meta, esto en señal de reconocimiento por su esfuerzo y también como una forma de estimular los talentos de los niños.

Por su parte, Jerónimo Paredes, de la categoría Respeto, le contó a EL MUNDO cómo él respeta a sus compañeros de clase: “A mí me enseñaron a respetar en el colegio. No les debo pegar ni quietarle las cosas a mis compañeros o sino mi profe me regaña y le cuenta a mi mamá”. 

Todos los participantes son campeones

En general, cada participante de este Clásico se gozó al máximo la competencia. Angélica Perdomo corrió en la categoría Generosidad, de 7 años, por segundo año consecutivo, antes su familia no conocía de la carrera pero cuando una compañera de clases de música le contó, ella corrió a casa a pedirle a su mamá que la inscribiera. Ahora ella dice que seguirá compitiendo hasta que tenga edad para hacerlo, pero hizo una salvedad: “Si Papito Dios me deja”.

Algunas llegadas de los concursantes.

Fotos de Izq. a Der.: 1. Llegada de Tolerancia todoterreno; 2. Llegada de Perseverancia todoterreno; 3. Llegada Noviolencia de carreras, y 4. Llegada de Solidaridad todoterreno.

Generosidad fue una competencia con cuatro mangas.

Prosiguieron los competidores de Responsabilidad, 8 años, a quienes no les importó el fuerte sol que hizo al mediodía de este domingo para pedalear con ganas y energía.

Los hermanos Alex y Aleja, gemelos, llegaron desde la Costa Atlántica colombiana para participar, por primera vez, en el Clásico Nacional de Ciclismo Infantil. A ambos les fascinan las bicis y contaron que debieron pasar una noche “pesada” en carretera para poder llegar a tiempo y cumplir su responsabilidad con esta cita de ciclistas infantiles. Aunque no viven en Medellín, se inscribieron en línea y planillaron a sus papás para visitar la Capital de la Montaña y competir. Contaron que les gustó lo que vivieron y hasta se comprometieron con invitar a sus amigos y vecinos para el próximo año conformar una delegación grande y venirse a ganar los primeros puestos de este recorrido.

Fueron pasando las competencias, y las horas también, la tarde se consumó y fueron saliendo a la pista las demás categorías, Solidaridad, 9 años; Honestidad, 10 años, y Tolerancia, 11 años, para finalizar con Perseverancia, 12 años.

Así se vivieron algunas llegadas en el Clásico Nacional de Ciclismo Infanti.

Cabe destacar, después cada competencia ellos se dirigían por sus medallas y los tres primeros corredores de cada categoría fueron premiados en el podio con un trofeo. También hubo premios de los patrocinadores, bicicletas, marcos, anchetas.

Mariacamila Vanegas fue una de las últimas corredoras de la jornada, compitió en una bicicleta todoterreno y fue toda una muestra de perseverancia. Durante el recorrido de dos vueltas se cayó cuatro veces, se le soltó la cadenilla de su caballito de acero y se quedó sin frenos, así y todo le quedaron ganas de volver el próximo año.

“A mí me gusta el Clásico de Ciclismo Infantil porque es muy organizado. Mi papá me trae desde que tengo 5 años y hoy competí junto a mi sobrina por primera vez. Me gusta que venimos siempre varias personas de mi familia y porque veo que todos estamos felices”, fueron sus palabras.

Y para finalizar, una mamá gritó: "Gracias, periódico EL MUNDO, por este Clásico. Me hicieron la mamá más feliz".

Y así, en una jornada mágica, se cumplieron los 30 años de esta fiesta del pedal. Las gracias son para todas las familias que asistieron y vibraron junto a sus hijos, a los pequeños y valientes corredores, que dieron cátedra de buenos valores, que lo entregaron todo y alegraron el día con sus ocurrencias. También para los patrocinadores, que siguen creyendo en este evento.

Desde ya, se prepara el 31 Clásico Nacional de Ciclismo Infantil, que esperamos supere lo vivido. Los esperamos a todos.

Así vivieron las familias el Clásico Nacional de Ciclismo Infantil.

Imágenes que deja el Clásico Nacional de Ciclismo Infantil.