Cuando una persona sabe de dónde viene y a qué lugar pertenece, entonces es capaz de poner todos sus talentos en función de la organización-
¿Cómo explicar en términos muy básicos como es el desarrollo gerencial? Vayamos al término. La palabra gerente aduce la palabra germen, que incita a pensar en el origen de las cosas, lo concentrado de una bebida, la raíz de algo. También la palabra gerente nos invita a pensar en el gentilicio alemán de germano de donde viene la palabra hermano. La palabra gerente invita a pensar en gestar, dar a luz, concebir. Igualmente, gerente puede estar relacionado con la expresión lingüística gerundio, que es una forma no personal del verbo que una acción está en desarrollo, como en este momento que me encuentro escribiendo. Por el mismo horizonte, la palabra gerente también me invita a pensar en la palabra Genitivo, que es una forma en las declinaciones de las lenguas romances que nos ayuda a comprender el contexto de una oración como si algo o alguien fueran de algo, por eso los genitivos son identificados con la preposición de.
El germen de las cosas es la raíz misma de donde todo proviene. Y, ¡sí! Todo en definitiva necesita de un gerente para saber de dónde eso proviene. Las organizaciones se ven en el día a día sometidas a procesos de cambio, adaptación, construcción, reformas, etc. Sociedades como la nuestra altamente volubles, cambiantes en el desarrollo del mercado y la economía, sociedades colapsadas de información y choques culturales, están expuestas a procesos de adaptación y cambio permanentes. La gerencia tiene que ir a la raíz de todas las cosas para entender cada situación. La gerencia busca explorar los fondos para definir las formas y, por lo mismo, desmenuzar cada hecho para, de esa forma, ir tomando decisiones que minimicen riesgos y ayuden a superar las crisis. El germen de la gerencia está en la capacidad que tiene el gerente de ahondar en la organización. No se puede dirigir el barco desconocido, y no se puede comprender la ruta si el barco si el capitán desconoce su nave. La gerencia propende por ese ideal, ir al origen de las cosas, entenderlas, ir al fondo al germen mismo del desarrollo de la empresa. La gerencia moderna propende por un desarrollo carismático de los líderes, que sean capaces de motivar, de influenciar, de inspirar con su propia vida. Cuando los ideales de la Revolución Francesa se instalaron en las naciones democráticas, la confianza de los ciudadanos para hacerse cargo de sus propios procesos sociales y políticos se desarrolló bajo el ambicioso ideal de la convivencia. La fraternidad, es un ideal tan alto que nos ayuda a construir un liderazgo basado en la realidad de cada persona. Un liderazgo que nos ayude a recomponer las heridas que otro tipo de liderazgos, menos carismáticos y llevados por el talante de una fuerza que se olvida de las personas, que las usa como cualquier recurso y que no promueve un sentido de humanidad, ha degenerado las relaciones y ha distanciado a las personas de las organizaciones.
Capaz de dar vida, de hacer surgir cosas nuevas, de gestar nuevas experiencias, productos, iniciativas que ayude a la consolidación del sueño corporativo. Un gestor capaz de construir un sueño común y hacerlo posible para todos. De la misma manera como se da el proceso de gestación de los seres humanos, igualmente las organizaciones pasan por el proceso en que deben ser pensadas, ideadas. Momentos de mucha reflexión en torno a crear algo que sea útil, que responda a las necesidades de una fracción del mercado, algo que nos enriquezca y, sobre todo, algo que nos haga feliz. En el momento de su creación, se va perfilando eso que hemos pensado, tomamos a consideración los riesgos que pueden atentar con el desarrollo de la empresa naciente y disponemos los medios suficientes para blindarla de todo aquello que le pueda hacer daño. Ya cuando nace, la empresa requiere de su gestor muchos momentos de especial atención, requiere de reflexión que ayude a desplegar las acciones que se propuso para hacer que crezca y garantizando el mejor equipo de trabajo, se dispone a formar una estrategia que de impulso para que pueda caminar sola. Un gestor debe proveer las garantías suficientes para que este proceso esté garantizado. El gerundio es una forma no personal del verbo que muestra como el éste puede estar permanentemente en acción. Por ejemplo, la palabra escribir, su gerundio es escribiendo o correr corriendo; comer, comiendo; caminar, caminando; etc. Todo lo que implique una acción, con el gerundio se hace de manera permanente. El gerente, hace un gerundio de sus funciones. Tiene que estar permanentemente en acción para lograr los objetivos trazados. El gerente debe hacer un gerundio con todo su equipo para poder desarrollar la organización al momento deseado. Se trata de estar permanentemente activo, se trata de no estar estáticos, paralizados, sino siempre en función del cambio del movimiento propio de la empresa. Por otra parte, el genitivo, morfológicamente hablando, nos ayuda a comprender de donde provienen las cosas. El genitivo nos da pertenencia, nos ayuda a consolidar la identidad, el genitivo nos da el sello característico por donde se construye una cultura organizacional. Siempre, necesariamente siempre los gerentes tendrán que dotarse del genitivo para apalancar procesos de cambio y crecimiento. Cuando una persona sabe de dónde viene y a qué lugar pertenece, entonces es capaz de poner todos sus talentos en función de la organización. Despertar este sentido de pertenecer es lo que nos permite desarrollar una cultura sólida.