Las estrategias de promoción de buenos hábitos alimenticios y prevención de la obesidad están orientando su trabajo en el cuidado de los niños tras entender que al adquirir comportamientos saludables en la infancia se disminuye el riesgo de contraer enfermedades crónicas con el paso de los años.
A través de la campaña No Comas Más Mentiras, la corporación Red Papaz abrió nuevamente el debate sobre el consumo excesivo de azúcar y comida chatarra. La discusión ya había estado en la agenda pública en agosto de 2016, cuando los denominados impuestos saludables, entre los que se contemplaba un impuesto a las bebidas azucaradas, hacían parte del proyecto de Reforma Tributaria que el Ministerio de Hacienda radicaría en octubre de ese año ante el Congreso de la República.
Para ese entonces, la organización Educar Consumidores emprendió una campaña publicitaria en la que alertaba sobre las consecuencias del consumo de bebidas azucaradas; la empresa Postobón denunció esta campaña ante la Superintendencia de Industria y Comercio y el ente regulador ordenó a Educar Consumidores frenar la campaña tras argumentar que esta carecía de sustento científico en las afirmaciones emitidas.
Carolina Piñeros, directora Ejecutiva de Red Papaz, señaló que estas dos iniciativas contra la mala alimentación han marcado un punto de quiebre en lo correspondiente a campañas de salud pública en Colombia. “Estamos usando las estrategias creativas que utilizan los productos con altas cantidades de azúcar y los distribuidores de comida chatarra; así logramos llegar a su misma audiencia pero diciendo todo lo contrario ‘no conviertas estos productos en parte de tu consumo habitual porque te vas a enfermar o vas a enfermar a tus hijos’, esto lo hacemos siendo cuidadosos de no ir contra una marca, pero sin duda son iniciativas que afectan los intereses económicos de sectores como los que venden sus jugos de fruta anunciándolos como productos muy saludables omitiendo que estos tienen una cantidad de azúcar que no le conviene a nadie. Esa forma de realizar las campañas hizo que nos cerraran las puertas para emisión de nuestras campañas en los canales de televisión y varias estaciones radiales donde estas empresas son anunciantes”.
El empeño puesto por estas organizaciones en la difusión de sus campañas contra el consumo habitual de comida chatarra y azúcar encuentra relación con lo planteado por Luz Marina Arboleda, docente de la Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad de Antioquia, quien señaló que “aunque el azúcar es una fuente de energía, no contiene los nutrientes que ayudan almetabolismo del organismo a regular las funciones digestivas y termina siendo un alimento vacío”.José Fernando Valderrama, subdirector del área de Enfermedades No Transmisibles del Ministerio de Salud, complementó al señalar que en los últimos cinco años aumentó en 5 % la población con sobrepeso en Colombia, hecho que aumenta el riesgo de enfermedades crónicas no transmisibles como diabetes, dislipidemia e hipertensión.
Ante el aumento de la obesidad y la proliferación de enfermedades asociadas a este fenómeno, las estrategias de promoción de la salud y prevención de la enfermedad se convierten en elemento clave al momento de controlar esta situación.
Elisa Cadena, subdirectora de Salud Nutricional Alimentos y Bebidas del Ministerio de Salud, señaló que los niños en edad escolar y adolescentes, representan el grupo poblacional en el que se ha dado de manera más acelerada el incremento de la obesidad “de ahí que sea un grupo de interés en el que estamos revisando el tema de practicas de alimentación saludable y actividad física. En Colombia acogemos el plan de acción para la prevención de la obesidad que estableció la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en 2015, en ese sentido trabajamos desde el acompañamiento en la lactancia materna y también en la implementación de medidas fiscales recomendadas como el impuesto a bebidas azucaradas. Además estamos trabajando en estrategias para regular la publicidad de alimentos dirigida a la población menor de 18 años, regular la tienda escolar y garantizar que los productos tengan un etiquetado que permita al consumidor estar informado para que tome decisiones claras al momento de la compra de alimentos”.
Entretanto, Piñeros apuntó que antes de salir con No Comas Más Mentiras, Red Papaz realizó una encuesta sobre los productos que los niños llevan en sus loncheras o compran en las tiendas escolares, hallando que los comestibles empacados y jugos de caja son los que priman en esta alimentación, “con el agravante de que muchos padres, por cuenta de la publicidad, creen que lo que están consumiendo sus niños es saludable”, indicó.
Al respecto, Cadena señaló que, en el caso especifico de las tiendas escolares, el artículo 11 de la ley 1355 del 2009 declara la obesidad como una prioridad en salud pública y “establece que debemos regular la tienda escolar; esa potestad se le otorga al Ministerio de Salud y al Ministerio de Educación, entonces se ha venido avanzando en los lineamientos para su regulación y antes de finalizar este año nosotros daremos los lineamientos desde el punto de vista técnico para que, a partir del año entrante, el Ministerio de Educación entre a regular la implementación de las directrices”.
Angela Londoño, directora técnica de planeación de la Secretaría de Salud de Medellín, señaló que “el perfil de seguridad alimentaria y nutricional de 2015 para Medellín, arrojó que existe una situación de malnutrición, principalmente por temas de exceso de alimentación. 51. 5 % de la población adulta tiene exceso de peso y en lo correspondiente a población escolar o juvenil encontramos que en el rango entre cinco y 17 años el 21.2% de la población se encuentra con perfil de exceso de peso”.
Ante esta situación, Londoño informó que la Secretaría de Salud municipal hizo una alianza con la organización internacional Bloomberg, en medio de la estrategia ciudades saludables. A partir de esta alianza se va a realizar una caracterización de la oferta de alimentos de las tiendas escolares para identificar los alimentos que se están ofertando y fortalecer las acciones de información y educación en cuanto a lo que es una alimentación saludable.
La funcionaria agregó que, luego de la caracterización, se configurarán los lineamientos para una política pública de alimentación escolar, de tal manera que se puedan implementar tiendas escolares saludables y promover el control en la oferta y publicidad de comida chatarra y comestibles no saludables en las instituciones educativas.
Las diferentes fuentes consultadas coincidieron en señalar recomendaciones como la adecuada revisión de la información nutricional de los productos que se van a consumir, llevar a los miembros de la familia pertenecientes a la primera infancia a programas de crecimiento y desarrollo, promover el consumo de frutas y verduras como factor protector para la salud e incorporar hábitos de vida saludables desde temprana edad para prevenir las complicaciones a futuro.