Presentación de dos proyectos artísticos en la biblioteca Marco Fidel Suarez de Bello.
ÚRSULA OCHOA
La sociedad ha ofrecido a las mujeres la posibilidad de representar una serie de papeles en los que es definida por su relación con los otros. En el campo laboral, las mujeres más que indispensables, pero al mismo tiempo subestimadas, han emprendido luchas por el reconocimiento y la aplicación de sus derechos que hoy en día continúan presentes en los proyectos de algunas artistas que procuran conquistar los terrenos sociales que han batallado sus predecesoras. “Es fácil reconocer a las mujeres fuertes, son las que se construyen unas a otras y no las que se destruyen entre sí” frase conocida y recurrente que debería ser reflexionada y aplicada por todas las mujeres del mundo en estos difíciles tiempos de ebulliciones culturales.
Las obras de la artista Clara Inés Velásquez son una declaración de que las mujeres deberíamos trabajar pensando en las otras mujeres, pues como ella misma lo indica, es necesario reflexionar sobre lo esencial que es el pensamiento, la voz y el actuar femenino tanto en la historia como en el presente, pues este se debe cimentar sobre bases de comunión de trabajo entre hombres y mujeres en condiciones y garantías equivalentes para desarrollar nuestros roles.
La exposición En faldas bellanitas que realizó en la Rotonda Lola Vélez de la biblioteca Marco Fidel Suarez, se trazó bajo una investigación centrada en la historia de Betsabé Espinal, quien en 1920 con tan solo 24 años lideró una de las luchas laborales más importantes del territorio antioqueño, cuando en la Fábrica de Tejidos de Bello las mujeres no contaban con las condiciones suficientes para obtener un empleo justo y dignificante. Se conoce desde entonces el paro de las obreras de Bello, como el primero en el país que se identificó como una “huelga” y surgió del agobio frente al maltrato y la explotación que parecían casi actos inhumanos: no se les permitía llevar zapatos, su paga era considerablemente menor a la de los hombres y debían soportar constantemente insinuaciones y fuertes abusos sexuales.
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Formalmente la obra consistió en una estructura conocida históricamente como el miriñaque: un armazón en forma de jaula, elaborado con aros de acero que se ataba a la cintura para que las faldas conservaran una forma extremadamente acampanada. La artista forró la estructura con una tela estampada especialmente de ilustraciones que contenían el rostro de Betsabé Espinal y otras pequeñas escenas de los abusos en aquel entonces. Una abertura en la falda nos remitía a ese innegable devenir femenino, desde la cual, podíamos ver una cantidad de hilos coloridos entrelazados en su interior que nos hablaban de las fuerzas conjuntas, de los fuertes tejidos que forman las voces que se unen, y así mismo, sobre éstos, una bombilla encendida parecía simbolizar la luz interior en cada una de esas mujeres que se han permitido hablar, y en cada una de nosotras.
El proyecto de Alegoría
Por otra parte, el proyecto Cuerpo Diverso propuesto por el colectivo Alegoría que se dispuso en el mismo espacio, consistió en una pieza que conjuga escultura, dibujo y video y “vincula la diversidad ciudadana basada en la noción antropológica de otredad, en la que se toma al otro como un ser diferente, pero asumiéndolo al tiempo como parte de ese Yo que se construye día a día”. Ambas obras nos hacen un llamado a la justicia y a la tolerancia, a dejar de lado las ansias humanas de estar por encima de los demás, y a comprender, que no es posible construir un futuro pacífico, sino entendemos que, en el otro, también nos encontraremos a nosotros mismos; así, parafraseando un poco lo que señaló en algún momento Gandhi, puesto que yo soy un ser imperfecto y necesito la tolerancia y la bondad de los demás, también he de tolerar los defectos del mundo, hasta que pueda encontrar el secreto que me permita poder remediarlos.
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La exposición En faldas bellanitas hizo parte de los Estímulos a la Creación bellanita “Tejiendo sentidos de ciudadanía” que a su vez hace parte de la convocatoria pública Cultura y Patrimonio del 2017. El proyecto Cuerpo Diverso también hiso parte de la convocatoria pública de Cultura y patrimonio del 2017.
Fotografías: Cristian Torres