Carlos Acosta, exgerente de mercadeo de Codiscos, Sonolux, Discos Fuentes y exdirector de emisoras como Radioacktiva y Super Stereo, revisa la historia de Bob Marley y analiza la transformación de la música hasta la llegada del reggaetón.
Carlos Acosta
Experto en música
(CAL)
El Reggae camina hacia su sexta década de existencia y mucha agua ha pasado desde sus orígenes en el “Mento” y el “Ska” hasta el actual “Reguetón”, el subgénero que terminó por imponerse como mainstream en Centro y Suramérica y, a través de la música urbana, en Estados Unidos y Europa.
Su pre-historia se remonta a los años 50s cuando la radio cubana reproducía los éxitos del Jazz proveniente de New Orleans, sin embargo, y por alguna razón tal vez derivada de la falta de músicos bien formados, el jazz no se afincó en Jamaica donde sobrevivió bajo el nombre de “Mento”, un estilo de jazz instrumental que tuvo en Stanley Motta y en Ivan Chin a sus máximos representantes.
En 1960 comenzaron a producirse las primeras grabaciones caceras en Jamaica muy influenciadas por el estilo de Fats Domino. Ese mismo año aparece el “Ska”, el cual será el primer ritmo jamaiquino en internacionalizarse. Fue “Studio One” de Coxone Dodd el primer estudio de grabación importante en la isla y “Skatalites” el primer grupo oficial de Ska en Jamaica.
Ernest Ranglin, miembro de Skatalites, fue el guitarrista que creó el típico sonido de la guitarra Jamaiquina, mientras Tommy McCook, su teclista, al ser el mayor músico de sesión de la isla, le imprimiría a todas las grabaciones su estilo personal en los teclados. Ambos sonidos acompañarán a todos los géneros y subgéneros de Jamaica y el Caribe en las siguientes cinco décadas hasta nuestros días.
My Boy Lollipop de “Millie Small” fue el primer éxito del Ska en los Estados Unidos. Fue producido por Chris Blackwell, el mismo que en el 64 fundó “Island Records”, el mítico sello inglés. Por esos días aparecerá Jimmy Cliff con su primer álbum Do The Ska siendo apenas un jovenzuelo y reaparecerá algunos años después en la escuela del Reggae.
En Jamaica el Ska muere en el año 65 y es reemplazado por un estilo de música más lento y rítmico llamado “Rock Steady”. Simultáneamente aparece el fenómeno de los “Sound Systems” que va a transformar la música en la isla y que no es otra cosa diferente a lo que en Cartagena y gran parte de nuestra costa Caribe se conoce con el nombre de los “picoteros”.
En los años 40s y 50s eran muy frecuentes en los barrios acomodados las salas de baile o “Dancehalls” a los cuales no podían asistir las clases pobres pues eran espacios pagos. Esa necesidad fue suplida por los Sound Systems que eran carros con grandes amplificadores que armaban la rumba en calles, parques o grandes patios.
Los Sound Systems se convirtieron en una mafia que solo sonaba la música que ellos producían o la de artistas que les entregaban sus grabaciones a cambio de nada. Con ellos apareció la figura del DJ entre los cuales brillaron Prince Buster con un gran éxito en los Estados Unidos con la canción Ten Commandents, U Roy con el tema Wear You to the Ball y Desmond Dekker quien llegaría al #12 de USA con Israelites.
Esta mafia, que explotaba a los músicos jamaiquinos que se regalaban buscando alguna oportunidad y excluía a quienes hacían respetar sus derechos de autor y de intérprete, fue la que dejó por fuera a Bob Marley negándole la oportunidad de darse a conocer en la isla. Paradójicamente el artista que simboliza a Jamaica fue un exiliado de los “picoteros jamaiquinos”, obligándolo a buscar un camino que lo llevará a Inglaterra para cumplir aquel lo de no ser profeta en su tierra.
En 1.968 el trío “Maytals” lanza Do The Reggay, primera canción donde aparece el término que luego cambiara a Reggae y que, si bien no es muy preciso, sintetiza la expresión “baile de harapientos”, haciendo alusión a los hombres y mujeres que se visten, salen a la calle o a bailar muy mal vestidos…con harapos. El sonido característico del reggae está apoyado sobre el bajo como instrumento protagónico y el teclado, creando una poderosa sección rítmica en la cual la guitarra solo se utiliza para crear texturas de apoyo.
Bob Marley y sus Wailers firman en 1.970 con Island Records, asegurando la distribución de su música en UK, USA y Jamaica. El sello de Blackwell le dará a Marley la suficiente libertad creativa y calidad sonora para expresar su pensamiento intensamente político y religioso, convirtiéndose de paso en el ícono de la liberación del tercer mundo y voz cantante de la autodeterminación negra.
El éxito de Marley radicó en su capacidad para producir música lo suficientemente raizal para gustar en Jamaica y lo suficientemente orientada al rock para cautivar audiencias en Estados Unidos e Inglaterra; lo anterior sumado a sus constantes giras que lo pusieron en contacto y en contexto con jóvenes de innumerables culturas y niveles socio económicos, obteniendo la simpatía de los radicales “Skinheads” en los 60s y los “Punk” en los 70s, pasando el reggae a convertirse en patrimonio compartido por los músicos blancos del rock.
El reggae da otro salto y en otra dirección cuando a finales de los 70s apareces sus primeras manifestaciones en español. Con la creación del Canal de Panamá a comienzos del siglo XX, miles de obreros provenientes de islas del Caribe migraron en busca de trabajo, creando asentamientos jamaiquinos que, por supuesto, llevarán su folclor musical entre sus bolsos y sus memorias ancestrales.
El “Reggae en Español” introdujo el cotorreo o rap y artistas como Wasanga y El General lo popularizaron con gran éxito, en parte a sus letras machistas y claramente sexistas propias del original Dancehall Jamaiquino. En los 90s, el Reggae en Español reaparece en Puerto Rico bajo el nombre de Reggaetón o Reguetón, el cual logra conectarse gracias a la música electrónica con el movimiento urbano anglo, alcanzando un crecimiento inesperado que aún no se detiene.
El reguetón actual no proviene de la música creada por Bob Marley, no es su herencia. Proviene más del Dancehall o Ragga promovido por los picoteros del Sound System, los mismos que rechazaron a Marley. Atrás quedaron las canciones que denunciaban la injusticia social, el racismo, el apartheid, el armamentismo, la vuelta a Sión y el amor a Dios. Marley fue olvidado, reemplazado y nuevamente exiliado por artistas de un género que rinde culto al sexo crudo, al machismo y la promiscuidad.