La ponencia explicaba de manera contundente por qué el Nuevo Liberalismo fue víctima de crímenes de lesa humanidad, sufriendo un exterminio masivo y sistemático.
¡Nos exterminaron físicamente, ahora nos quieren matar políticamente! Estos eran los gritos de decenas de ciudadanos que nos reunimos el pasado 22 de enero en las dependencias del Consejo Nacional Electoral (CNE). La decisión, como ya es conocida por toda la opinión pública, no sorprendió al país, así como tampoco a los que estamos en esta lucha.
Con una aplastante votación de 7 en contra y 1 a favor -un magistrado estaba incapacitado- fue negada la ponencia valiente del H. Magistrado Luis Guillermo Casas. La ponencia, con argumentos expuestos en 100 páginas, explicaba de manera contundente por qué el Nuevo Liberalismo fue víctima de crímenes de lesa humanidad, sufriendo un exterminio masivo y sistemático, que finalmente causó su desaparición. Este fallo fue tomado en contra de todas las evidencias y la verdad judicial aportada, no solo por los peticionarios sino por sentencias de la H. Corte Suprema de Justicia.
Lo expuesto demuestra que es necesario una reforma electoral inmediata. El mencionado consejo es un fortín de la rancia clase política que siempre ha tenido que enfrentar el Nuevo Liberalismo, disfrazado de entidad, que supuestamente vela por el interés general.
Esto no sucedió; irónicamente pasa todo lo contrario, es un premio de consolación a candidatos al Congreso “quemados” -conformado en este momento por tres- que son juez y parte. De esta manera velan únicamente por los intereses de sus partidos, siguen órdenes de sus jefes políticos.
No solo es esta decisión, son muchas más que solo buscan defender causas propias, personales, de camarillas y restringir la participación política en el país, que siempre ha sido una de las principales causas del conflicto armado de Colombia.