El genoma es el manual de instrucciones en el que están escritas todas las características físicas de un individuo, el deterioro de los genes que lo conforman es el causante de la vejez. Crispr-Cas9 es una herramienta que permite editar estos genes, lo que podría generar que en el futuro los seres humanos tengan control sobre el envejecimiento.
La investigación científica muestra que el envejecimiento es un fenómeno complejo generado por una combinación de deficiencias celulares que conducen a la pérdida de la armonía molecular necesaria en los procesos biológicos. En teoría, si se logran reparar los errores celulares causantes del deterioro, se podría revertir el envejecimiento.
Ahí es cuando juega un papel importante Crispr-Cas9, una técnica de edición genética que permite identificar un gen defectuoso y corregirlo de manera sencilla. Es muy similar a cortar y pegar en un editor de texto. Si bien el descubrimiento de lo que hoy se conoce como Crispr fue hace más de 30 años, la primera vez que se mostró que este funcionaba como herramienta de ingeniería genética en cultivos de células humanas fue en 2012.
Tras esto se han realizado numerosas investigaciones sobre la posibilidad de curar enfermedades con esta técnica e incluso se ha hablado de la posibilidad de revertir el envejecimiento. En 2017 se logró eliminar por primera vez una enfermedad hereditaria en embriones humanos.
Quien está a la vanguardia en el uso del Crispr como técnica de rejuvenecimiento es la empresa Rejuvenate Bio, la cual pretende rejuvenecer perros mediante terapia genética. Según su creador, George Church, investigador de Harvard, en dos años la humanidad verá el primer rejuvenecimiento en un canino. Tras esto, espera llevar este proceso a humanos, siendo él uno de los primeros voluntarios.
La empresa usa una terapia genética que involucra 45 genes para revertir el envejecimiento. Sus investigaciones arrojaron que el tratamiento combinado es efectivo contra la obesidad, diabetes, osteoartritis, daño cardíaco y enfermedades renales.
Según una reciente investigación, Crispr podría tener el efecto colateral de aumentar el riesgo de cáncer en las células. Un grupo de científicos de la Universidad de Cambridge ha descubierto que Crispr-Cas9 activa un mecanismo diseñado para proteger a las células de daño al ADN, dificultando la edición de genes.
Las causas genéticas de la vejez son extremadamente complejas y no se pueden atribuir a un único gen.
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"Aunque todavía no comprendemos los mecanismos, creemos que los investigadores deben ser conscientes de los riesgos potenciales al desarrollar nuevos tratamientos. Es por eso que hemos decidido publicar nuestros resultados tan pronto como hemos descubierto que las células editadas con Crispr-Cas9 pueden convertirse en cancerosas", aseguraron los investigadores británicos en un comunicado.
Pese a esto, ellos consideran que se debe continuar trabajando con esta técnica debido a su gran potencial médico y esperan que este problema logre ser superado por la ciencia.
Las nuevas tecnologías acarrean grandes responsabilidades éticas. En 2018, la Academia Noruega de Ciencias y Letras otorgó el Premio Kavli en Nanociencia a Emmanuelle Charpentier, Jennifer A. Doudna y Virginijus Šikšnys, por la invención de Crispr-Cas9: “Este gran invento no sólo ofrece grandes oportunidades, sino que también conlleva responsabilidades y riesgos que afectan a toda la humanidad. Los desafíos éticos profundos deben ser abordados y resueltos”, señaló la institución al momento de entregar el premio.
Y es que filósofos y científicos han planteado que si bien el Crispr es una herramienta con gran potencial médico, existen riesgos; por ejemplo, ¿quién podría acceder a esta tecnología si se usa comercialmente?. Incluso el multimillonario Bill Gates advirtió que esta técnica podría aumentar la desigualdad ya que unos pocos se mejorarían genéticamente mientras la gran mayoría de personas no podría acceder a la edición genética.
Matthew Canver, investigador de Harvard, considera de vital importancia este debate ético, pero asegura que, pese a los rápido que se ha desarrollado esta tecnología, aún falta mucho tiempo antes de que podamos realizar cambios complejos en el genoma por medio de Crispr, “incluso para cambiar el color de los ojos de una persona faltarían años de investigación del genoma humano”.
En Colombia, los primeros en usar esta tecnología fueron los investigadores del Centro Internacional de Agricultura Tropical (Ciat), en Palmira, Valle del Cauca. En 2015 Masaki Endo y Seiki Toki, investigadores del Instituto Nacional Japonés de Ciencias Agrobiológicas trajeron el Crispr-Cas9 a la sede principal del Ciat en Colombia y lo probaron en plantas de arroz.
Además, la Universidad Eafit siguió los pasos del Ciat en el uso del Crispr para edición de plantas. “Hace unos tres años muchos investigadores fuimos al Ciat a aprender sobre la tecnología Crispr, pero pocos biotecnólogos decidimos iniciar con su experimentación. El de Eafit fue el segundo laboratorio que aplicó la tecnología de edición genética en plantas, junto a otras instituciones como el Centro de Investigación de la Caña de Azúcar (Cenicaña) en Palmira”, explicó Diego Fernando Villanueva Mejía, doctor en biotecnología y docente del Departamento de Ciencias Biológicas de Eafit.