El trasegar de los humanos por el planeta, está lleno de vicisitudes. El camino no es precisamente un sendero de rosas, pero muchas de las veces, los humanos nos las sabemos complicar, pues luego de dar algunos pasos hacia adelante, salimos con las sorpresas de desandar los pasos y perder así el tiempo y la experiencia invertidos y adquiridos, en el entendido que cada cual, ve la realidad y se aproxima a ella, de acuerdo con sus intereses. Por lo tanto, los comentarios y reflexiones que vamos a plantear son obviamente, subjetivos.Después de varios decenios de ser declarada como Museo y además Patrimonio de la Humanidad, y después de haber sido aceptadas estas condiciones por todas las religiones interesadas, el controvertido gobierno turco de Erdogan, declara que Santa Sofía (Aya Sofya) en Estambul, vuelve a ser mezquita después de 86 años, volviendo a alborotar el avispero de los fanáticos de todas las religiones, fanatismo que siempre ha estado ahí y que no requiere sino de una buena excusa para explotar. La buena excusa está servida. ¡Amanecerá y veremos!En lo local, la nueva Constitución Política abrió la posibilidad de la dosis mínima de consumo de marihuana, el actual gobierno la frena a través del nuevo Código de Policía y hoy los altos tribunales vuelven a aceptarla. ¡Qué pérdida de tiempo y qué falta de sindéresis!Se anuncia por parte de EPM que su planta piloto Jepírachi en la Guajira, funcionará hasta el 2023, noticia, que nos deja apesadumbrados, ya que la energía eólica es una de las mejores alternativas para la producción de energía limpia. Razones técnicas y financieras debe tener EPM para tomar esta decisión que esperamos sea compensada con el montaje de un nuevo campo eólico ya no como piloto, si no como planta de producción de energía limpia en propiedad.Como periódicamente sucede, el actual contralor general de la Nación recorre el país “descubriendo” elefantes blancos, es decir, obras inconclusas que están ahí, a los ojos de todo el mundo, sin que hasta el presente se hayan tomado las medidas y las acciones necesarias para culminarlas, que sería lo obvio, o para tumbarlas.Debería existir un punto dentro de un Plan de Desarrollo serio, para destinar los recursos necesarios para que este tema sea resuelto y obviamente los responsables asuman las responsabilidades de todo orden que les competan. No es suficiente la alharaca mediática, si no se toman las decisiones apropiadas y oportunas dentro de la extemporaneidad.Un ir y venir de discursos se pronuncian por kilómetros, alrededor del problema de la deforestación y de los programas de reforestación. Lo cierto es que a la fecha no hay un control efectivo contra la deforestación generada por parte de cualquiera de los varios actores involucrados que la provocan, como tampoco un proyecto serio y continuado para recuperar y ampliar la extensión forestal en el país.Ojalá aprovechemos la nueva producción de nuestro grande Carlos Vives, CUMBIANA, para volver los ojos hacia la Ciénaga Grande de Santa Marta y hacer lo que haya que hacer para intervenir las infraestructuras viales mal diseñadas y volver a permitir mediante obras apropiadas, la circulación de las aguas del mar y del Magdalena para que renazcan los manglares y reviva ese maravilloso ecosistema destruido por imbéciles.Por último, ya aparecen las pilatunas legales para evitar o demorar la demolición del Edificio Aquarela construido cerca al Castillo de San Felipe en Cartagena, el cual no debió haber recibido nunca licencia de construcción, entregada en su momento por otros imbéciles. Ya la UNESCO dio como plazo hasta el 2021 para que la construcción sea demolida, o sino Cartagena y Colombia perderán la calidad de Patrimonio de la Humanidad que hoy posee el Castillo de San Felipe.Excelente el programa que ha emprendido la Alcaldía de Medellín para aprovechar estos nuevos días de cuarentena para intervenir zonas en estado de deterioro y recuperar el espacio público que se había perdido. Las acciones inicialmente emprendidas en los sectores de La Bayadera y el Sagrado Corazón o Barrio Triste, son ejemplarizantes y deben servir de estímulo y de ejemplo para intervenir otras zonas en franco deterioro. ¡BRAVO!Como una cosa es planear y otra planificar, y otra cosa es no planear y no planificar, es prudente que aquellas construcciones de vivienda subsidiada que se entregan en obra negra después de muchos trámites y una alta dosis de paciencia por parte de los beneficiados, -que en la mayoría de los casos se originan por una tragedia previa como un derrumbe, una inundación, un incendio, un temblor u otra calamidad-, sean dotados de los servicios públicos elementales, entre ellos, ya no como cosa marginal, sino estructural, la conexión a INTERNET. Pongo como ejemplo la urbanización La Cabañita en San Cristóbal, una Unidad de 9 bloques de 6 pisos ocupada recientemente por sus nuevos dueños, un poco más de 50 familias cuyos niños no tendrán como acceder a la educación virtual forzada, a la cual nos tiene sometida la bendita pandemia.NOTA 1: Mi completa solidaridad con el Señor Gobernador Aníbal Gaviria Correa y su distinguida familia.NOTA 2: Mis agradecimientos a la casa EL MUNDO por haberme permitido comunicarme con ustedes a través de las 900 columnas que ajustamos hoy y que coinciden con la suspensión de actividades para el Periódico y mil gracias a ustedes por tomarse el tiempo para leer esta Columna de Opinión.Es un golpe duro para el fortalecimiento democrático y para el ejercicio de la pluralidad y la tolerancia, pero esta es la realidad que nos corresponde enfrentar, en un país como el nuestro. Una última invitación, a que vayamos siempre, con prudente optimismo, ¡DE CARA AL PORVENIR!
Puede ser que algunos de los escritorios en los que nos sentábamos quienes trabajamos en el Periódico EL MUNDO hayan estado ahí desde siempre, desde que lo crearon, a finales de la década de 1970. Sí, caminar hoy por su sala de redacción es como si se apreciara una instalación de Doris Salcedo, la melancolía de esos muebles parece decir que se apaga un sueño que comenzó el 20 de abril de 1979, cuando empezó a circular en Antioquia un diario con ideas fundamentales, como la de la libertad. Esa libertad no podía escapar de la cultura. EL MUNDO fue pilar del inicio de proyectos culturales que transformarían la vida de la ciudad, del departamento y del país. Basta con entrar al Archivo, buscar los folios del Pequeño Teatro, el Matacandelas, el Taller de Artes, La Fanfarria y darse cuenta cómo el Periódico de logo rojo, liberal, entrevistó a miles de artistas, entonces emergentes, creyendo en que nuestra realidad podría existir un sector cultural que se hiciera preguntas importantes.Lea también: Un sector que sigue sacando el sombreroAna María Cano, quien después fundaría La Hoja de Medellín, fue la primera periodista cultural de EL MUNDO. Después la reemplazó Ana Piedad Jaramillo, directora de los Eventos del Libro y exdirectora del Museo de Antioquia y el Teatro Colón. Vino entonces el tiempo de Maryluz Vallejo, hoy doctora en Ciencias de la Información, profesora Titular de Tiempo Completo del Departamento de Comunicación y jurado del Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar este 2020. Cuenta Carmen Vásquez, periodista de moda, que cuando Darío Arizmendi era el director de EL MUNDO le dio a cada una su “reino”, le dijo a la periodista cultural que ella se encargara de lo artístico, mientras a Vásquez la mandó a los cocteles, a buscar a la “gente linda”, le permitió tener la primera página exclusiva de moda en estas tierras, guiado en lo que hacía la Revista Hola en España, para que así estuviera clarísimo qué era cultura, qué era entretenimiento, qué era moda y qué era sociedad.Desde sus inicios, EL MUNDO dedicó páginas enteras a la agenda cultural, que eran las más difíciles de editar, porque tenían la agenda de cine, la de teatro, los conciertos, los recitales, las presentaciones de libros, todo, independiente de los artículos periodísticos de una y dos páginas que hacía la sección de cultura.Antes de que su experticia fuera el periodismo político y de opinión, Luz María Tobón, directora de EL MUNDO, fue periodista cultural. Todavía tiene en su oficina una foto de su entrevista a un joven Fernando Botero. Ella, de mamá artista, de familia siempre amante de la cultura, defendió el periodismo cultural hasta el cierre, influyendo, de alguna manera, en que siguiera con cada cambio de dirección. Con la llegada de don Guillermo Gaviria Echeverri, quien respetó lo que hacía el Periódico en este campo, se dio vía libre a que ese saber no se apagara.Nombres como el de Pilar Velilla, exdirectora del Jardín Botánico y el Museo de Antioquia; María del Rosario Escobar, exsecretaria de Cultura Ciudadana de Medellín y actual directora del Museo de Antioquia; la maestra Patricia Nieto, quien guía la Editorial Universidad de Antioquia y es docente de la Alma Mater; o el crítico de cine Pedro Adrián Zuluaga, escribieron una historia cada día, por varios años, en la redacción de EL MUNDO, cubriendo cultura.El Mundo Semanal, el Imaginario y Palabra&Obra fueron los tres suplementos culturales que dijeron cosas muy importantes a la ciudad, al país. Óscar Valencia, jefe de diseño de EL MUNDO, contaba que Imaginario fue osado, despertando muchas molestias en algunos “paisas de Medellín”, cuando su editora puso en la portada la foto de dos hombres homosexuales, desnudos, después de una Marcha del Orgullo. Sus contenidos hablaban de la cultura como lo que somos, reflexionaban sobre la ciudadanía cultural. Palabra&Obra, por su parte, buscaba hacer reportajes de largo aliento con personajes que se destacaban en el campo cultural, teniendo en su portada a importantes creadores como Débora Arango, Gilberto Martínez, Víctor Gaviria, Fernando Botero, Félix Ángel, Cristóbal Peláez, Beatriz González, Alberto Sierra, Antonio Caro, Dora Ramírez, Leonardo Padura, René Uribe Ferrer, entre muchos otros. Una vez, el artista Richard McGuire, reconocido por ilustrar publicaciones como The New Yorker, nos hizo el honor de hacernos una edición especial de Palabra&Obra. Publicamos un especial completo sobre la salvaguarda del patrimonio de Frida Kahlo y Diego Rivera, hecho en Ciudad de México, analizamos muchas veces lo que hacían en el Ministerio de Cultura, cubrimos la Bienal de Venecia, la Feria Internacional de Arte de Madrid (España), Artbo, el Salón Nacional de Artistas, el MDE, la Fiesta de las Artes Escénicas, el Festival de Tango, los diez años de la Fiesta del Libro con edición especial, siempre estuvimos ahí, en cada evento, en cada lanzamiento, en cada nacimiento.Y cometimos errores, muchos, porque EL MUNDO siempre fue una escuela de periodismo cultural. Cómo les parece que una vez, matamos a alguien que revivió. Olga Elena Mattei estuvo muerta durante unos minutos, nos llamaron directamente desde la clínica a contarnos tal suceso. Lloramos, planeamos un especial, llamamos a Héctor Abad Faciolince, él nos dio su declaración sobre la importancia de Mattei para la literatura nacional y corrió a publicar en su Twitter que había muerto.Hasta que, de esas cosas que pasan, los médicos la revivieron, la reanimaron y no se murió. Desde entonces, Faciolince ha sido muy lejano. Es que en el Código Caracol, María Lucía Fernández publicó lo que pasó, en la edición de las 7:00 de la noche: “la inmediatez de las redes sociales le jugó una mala pasada al escritor Héctor Abad Faciolince”. Casi nos ahorca, publicó en su cuenta en esa red: “serán imbéciles los de EL MUNDO”...Vale la pena decir que defendimos causas importantes. Hay que agradecerle a Irene Gaviria y Luz María Tobón que nos permitieron ser autónomos en el contenido cultural. Fuimos nosotros quienes cuestionamos el cambio de vestido que les hicieron a los Silleteros, desconociendo que eran un patrimonio, con lo que hubo polémica nacional, cuando Aníbal Gaviria era el alcalde. No nos censuraron.Fuimos nosotros quienes iniciamos a hablar de los “hipster”, cuando todavía esa manifestación cultural era bastante desconocida.Gritamos duro con investigaciones. Nosotros nos dimos cuenta de que las Bibliotecas Públicas de Medellín habían sido cerradas por el gobierno de Federico Gutiérrez, desconociendo su importancia en la transformación social, con la excusa de ahorrar recursos del presupuesto público. Vaya error de visión política, por eso insistimos con varios artículos en que los Parques Bibliotecas eran la opción que tenía un niño de cualquier comuna de no caer en las redes de tráfico, su puerta de escape muchas veces a la violencia física y sexual. Incomodamos a Sergio Fajardo sobre la responsabilidad en las fallas en la fachada de la Biblioteca España, tanto que salió en portada diciendo “voy a hablar de la Biblioteca España, cuando yo quiera”, los memes no se hicieron esperar en las redes sociales.Cuando iban a sacar al maestro Alberto Correa de la Filarmónica, nosotros lo contamos. Insistimos en que el presupuesto para cultura siempre debía subir en el gobierno nacional, el departamental y el local. Y, sobre todo, le dimos voz a un sector que no encontraba en otros medios un espacio que valorara sus obras, que escuchara sus demandas, que necesitaba, en pleno siglo XXI, más que nunca, una presencia en la agenda pública.EL MUNDO insistió en la importancia de la formación artística para la infancia. Con su proyecto Educar Mientras se Informa y su Concurso Personitas de Colores, invitó a que los niños pintaran sus sueños. Otra cosa que hizo fue premiar con el Mundo de Oro a quienes durante decenios trabajaron por el sector, entre los ganadores estuvieron Graciliano Arcila Vélez, la Emisora HJCK de Bogotá, Guillermo Abadía Morales, Fanny Mickey, la Orquesta Sinfónica de Antioquia, la Cámara de Comercio de Medellín, la Biblioteca Pública Pilotoy la Emisora Cultural de la Universidad de Antioquia, Débora Arango, la Biblioteca Central de la Universidad de Antioquia, Carlos Castro Saavedra, el Instituto de Integración Cultural Quirama, Luis Alberto Correa, Rafael Sáenz Moreno, el Museo de Arte Moderno de Medellín, Luis Alberto Álvarez y la maestra Cecilia Espinosa, su última galardonada.En los comités de redacción, muchas veces nos peleamos con quienes nos preguntaban “y ese, ¿a quién le ha ganado?”, poniendo en duda la idoneidad de los artistas emergentes, peleamos por ellos como el futuro del sector y del arte nacional. La cultura también era un tema para abrir el Periódico, nosotros le dimos la portada al Salón Nacional de Artistas, cuando volvió a Medellín, en su edición 43. Juliana Restrepo y Jaime Cerón, sus directores, llegaron con la edición impresa de EL MUNDO a la apertura de aquel certamen, que durante sus tres meses contó con un cubrimiento diario, detallado, sobre lo que intentaban decir los curadores, que propusieron como tema el oxímoron “Saber-desconocer”.Cuando la notoriedad no abarcaba la obra de Pablo Montoya, cuando parecía que a la crítica local y nacional le faltaba creen en tal talento, nosotros reseñamos su Tríptico de la infamia, sin necesitar que el Premio Rómulo Gallegos nos validara lo grande el autor, porque pudimos verlo.Le puede interesar: ¿Seguro les hace falta la crítica?Que sea el momento para decirles gracias a los cientos de artistas, gestores, investigadores, profesores, curadores, comunicadores y colegas que nos buscaron para pedirnos una opinión, para ofrecernos sus contenidos, así como para criticarnos. Aprendimos juntos, crecimos juntos, hicimos historia juntos.EL MUNDO fue y será la casa de la cultura de Medellín, como quedará para la historia en su archivo, porque aquí pasaron hitos como que Gabriel García Márquez quisiera que la redacción del medio que soñó fundar se pareciera a la del diario liberal de Medellín, donde estuvo dando talleres y compartiendo con los periodistas.Gracias, EL MUNDO, gracias porque nos dejaste soñar que esa utopía que adoptamos, la de cambiar el mundo haciendo periodismo cultural, podía ser posible.
Con todo respeto, no comparto el criterio de quienes han venido criticando a la Corte Constitucional por haber declarado la inexequibilidad del Decreto Legislativo 580 de 2020, por el cual se dictaban medidas en materia de los servicios públicos de acueducto, alcantarillado y aseo, por el motivo que condujo a la adopción del fallo y que también expuso la Secretaria Jurídica de la Presidencia de la República: aunque, según el comunicado de la Corte, se dictó y promulgó en desarrollo del Estado de Emergencia Económica, Social y Ecológica, se expidió dentro del término de vigencia del estado de excepción y se encuentra brevemente motivado y lleva la firma del Presidente de la República, no fue suscrito por todos los ministros del despacho. Faltaron las firmas de los ministros de Salud –lo cual llama la atención en cuanto la emergencia fue provocada por la pandemia- y de Ciencia y Tecnología.Lea también: Cumplir la ConstituciónComo señala la providencia,” el mandato constitucional referente a que los ministros suscriban los decretos legislativos que se expiden en virtud del estado de emergencia económica, social y ecológica constituye una condición indispensable de validez de dichas normas, en la medida en que con este se garantiza, el principio democrático, durante el estado de excepción, pues se contrarresta el déficit de deliberación y se limita la facultad discrecional del presidente”.La exigencia constitucional de que estos decretos, además de las firmas del presidente, lleven las de los ministros –todos- no corresponde simplemente a un requisito de forma y sin mayor trascendencia. Por una parte, cuando hablamos de los estados de excepción –entre ellos el de emergencia- aludimos al ejercicio de una potestad extraordinaria del Ejecutivo, que normalmente no tiene a cargo la función de expedir las leyes –atribución que, por cláusula general de competencia, corresponde al Congreso-. Por otro lado, la Constitución es clara cuando expresa (art. 115) que las firmas de los ministros en los decretos los comprometen y por medio de ellas asumen una responsabilidad por las medidas y decisiones que adopta el Gobierno Nacional. Y, además, las normas superiores relativas a los estados de excepción exigen expresamente “las firmas de todos los ministros” y subrayan su responsabilidad. El 215, para el caso del Estado de Emergencia Económica, Social, Ecológica o por calamidad pública, estatuye: “El Presidente de la República y los ministros serán responsables cuando declaren el Estado de Emergencia sin haberse presentado alguna de las circunstancias previstas en el inciso primero, y lo serán también por cualquier abuso cometido en el ejercicio de las facultades que la Constitución otorga al Gobierno durante la emergencia”.Le puede interesar: Sobre las sesiones virtualesDe manera que no estamos ante un mero formalismo. Ni se puede sindicar a la Corte Constitucional de haber sacrificado el fondo de la medida en aras de la forma, o de no haber hecho prevalecer el derecho sustancial, como lo exige el artículo 228 de la Carta. Ella tiene a cargo la guarda de la integridad y supremacía de la Constitución, que exigió, en estados de excepción, las firmas “de todos” los ministros, no de algunos.Y el vicio no era subsanable, toda vez que al momento del fallo el decreto ya había sido promulgado y había entrado a producir efectos. En estas materias no se puede improvisar.
Duele la desaparición de EL MUNDO, después de más de 40 años de actividad ininterrumpida, con periodismo de calidad informativa y pluralidad de opinión. Desde hace dos años, cuando la publicación impresa diaria le dio paso a una semanal, el diario quedó herido de muerte porque había perdido su esencia. La desaparición de los periódicos impresos es una de las consecuencias nefastas de llamada revolución digital; nefasta porque los ha destruido sin sustituirlos por nada mejor.Lea también: Harry Sasson, la renta del suelo y las sopas MaggiLa prensa impresa, que resistió los embates de la radio y la televisión, agoniza en todos los países. Se cuentan por centenas los diarios desaparecidos y los que subsisten lo hacen en formatos cada vez más escuálidos y pobres en contenido. Sin la palabra impresa, la fuerza de la vieja sentencia, “lo escrito, escrito está”, se desvanece y con ella las exigencias del rigor informativo y de la clara separación entre la opinión y la noticia.Estas dos fueron las características señeras de EL MUNDO que nunca ocultó su carácter de diario liberal militante, pero abierto siempre a una amplia diversidad de opiniones, tanto en la época de Don Guillermo Gaviria, como en los últimos años bajo la orientación de su hija Irene y de mi querida amiga Luz María Tobón.El de Don Guillermo fue un liberalismo doctrinario, más bien clásico, cuya orientación intervencionista no lo apartó nunca de la defensa de la iniciativa privada como fundamento de la actividad económica en una sociedad verdaderamente libre. Por supuesto que, como periodista, fue también un liberal en el sentido partidista, aunque, el gran hacedor de empresas que fue, seguramente se habría sentido contrariado por la orientación anti-empresarial que aqueja a sectores amplios del que fue siempre su partido.Quizás a causa de la bancarrota ideológica del Partido Liberal, el liberalismo de EL MUNDO de los últimos años perdió su matiz partidista y se hizo más conceptual y de principios, buscando irradiar los valores de la democracia liberal y la iniciativa privada con responsabilidad social a las gentes de todos los partidos y la sociedad entera.Esa defensa de la democracia liberal se expresó en sus cuestionamientos al proceso de paz por su indiferencia frente a las víctimas de la Farc y las grandes concesiones hechas a lo que no era más que organización criminal que no representaba a nadie, como quedó en evidencia con las paupérrimas votaciones recibidas en las dos elecciones en las que ha participado.Su reconocimiento de la iniciativa privada como fundamento de la actividad económica y de la creación de riqueza, se manifestó recientemente en su insistente reclamo de la reactivación de la economía acompañada de la flexibilización de la contratación laboral.Pero quizás la más firme posición de EL MUNDO en los últimos años fue su incansable y persistente reclamo al gobierno a cumplir su misión fundamental de proteger la vida de los ciudadanos. No importa lo que el gobierno haga en cualquier ámbito, si no protege la vida de las personas está incumpliendo gravemente su obligación constitucional y lo que es en definitiva su razón de ser.Muchos años atrás, cuando, por incompatibilidad con mi actividad profesional, decliné la invitación que me hiciera a escribir en el periódico que acababa de adquirir, Don Guillermo, insistente, me dijo que escribir en EL MUNDO sería un honor.Le puede interesar: Una propuesta ilegal, inconveniente y peligrosa, pero imparableHace algunos años, por invitación de Luz María Tobón, EL MUNDO acogió generosamente mis artículos. Me sentí cómodo y complacido de hacer parte de tan noble empresa periodística y muy honrado, como había anticipado Don Guillermo.
Hoy he recibido la noticia: EL MUNDO, después de una tarea periodística de 41 años, ha decidido cerrar su fase de periodismo impreso. El entorno es cambiante, la evolución de hechos, tecnologías, épocas, conduce a decisiones y nuevas direcciones en los caminos que nos presentan horizontes distintos y nos hacen dejar atrás paisajes familiares a los cuales habíamos tomado un cariño como el del poeta cartagenero a los zapatos viejos. Algo diferente se abre en las perspectivas del futuro inmediato. Mis mejores deseos para FundaMundo, para la querida y admirada familia Gaviria Correa, y para la buena ventura de sus proyectos y su liderazgo, siempre inspirados en el bien para la comunidad y para Antioquia. Algunos de estos cambios son dolorosos, como lo es, en lo personal, este: se trata de una pérdida para el periodismo escrito en la región, y en Colombia. Pero EL MUNDO cierra este ciclo, como lo manifiesta su directora Luz María Tobón Vallejo, con la satisfacción del deber cumplido.Lea también: Alatriste: la punta de su espadaTermina para Antioquia una tribuna de decencia, de buen periodismo, de compromiso con la verdad. Se culmina la etapa de un esfuerzo colosal en pro de los intereses sanos de nuestro departamento, pionero para Colombia en tantos aspectos de progreso, de desarrollo, de apertura al futuro. EL MUNDO ha cumplido y constituye un gran honor ser parte, modesta y pequeña, de esta locomotora de la honradez y de la opinión crítica y creadora.Después de escribir la columna “Vestigium” durante veinte años -un total de 492 columnas, de periodicidad quincenal, casi ininterrumpidamente- vienen a mi teclado unas palabras que no puedo evitar, pues las asocio necesariamente a esta tribuna periodística: agradecimiento, aprendizaje, disciplina, creatividad.Cada uno de mis textos fue acogido respetuosamente por parte de los editores y de la dirección en estos años. Nunca he recibido la más mínima interferencia respecto a los temas y enfoques para los cuales con total libertad se me ha cedido el espacio. Siempre he sentido la presencia viva y efectiva de un genuino respeto por el diálogo inteligente, por el ir y venir de ideas ordenadas y rigurosas, expresadas dentro del marco de la consideración hacia la verdad y hacia el lector como un interlocutor merecedor de un trato digno y humanizante. Por parte de la dirección del periódico siempre recibí palabras de aliento, de buen criterio, de magnífica atmósfera de ejercicio de la inteligencia.Escribir Vestigium, con la variedad de tonalidades presentes en el entorno de las realidades contemporáneas, fue un hábito de disciplina, de investigación, de contrastes, de búsqueda de fuentes verificables. Una tarea constante de enriquecimiento y educación personal que tuvo que pasar por el tamiz del lector crítico y exigente, a quien también debo expresar agradecimiento. Mi padre, Hernán Gómez Atehortúa, fue el mejor lector, crítico y corrector que tuve. También asumí una tarea constante de aprendizaje en cuestiones de estilo y de forma periodística. No puedo olvidar las didácticas exposiciones de Arturo Giraldo Sánchez.Un “Vestigium” es la señal, la huella, la marca que deja el pie de un viajero sobre el camino. Hay algo relacionado con la memoria, con el registro de los datos de alguien que ha pasado por un lugar y ha dejado su impronta. Es el indicio de que por allí ha estado un “homo viator”: un viajero, frágil, perecedero, fugaz. Es también el rastro de un caminante que se esfuerza por perfeccionarse en una tarea que se ha impuesto. También el investigador es un sujeto que anda tras las huellas; la realidad -variada y múltiple- ofrece ante sus ojos algunas facetas, y es su tarea, la del investigador, hallar la parte de verdad que está inscrita en esas huellas. Para mí ha sido culminación de un rasgo esencial de mi vida: la búsqueda de explicaciones a las cosas que pasan, y de las cuales apenas tengo un entendimiento parcial en un entorno de asombro constante, infinito, inacabable. Mis columnas fueron posibles por aquella conversación inicial con Luz María Tobón Vallejo, cuando acogió, con tolerancia y generosidad, mis imperfectos intentos de practicar el arte de la columna.Le puede interesar: Incertidumbres y certezasTodos somos viajeros. También las instituciones dejan su huella: EL MUNDO deja un vestigio, una huella de decencia, de amistad, de buena escuela periodística: mi abrazo y mi voz de agradecimiento.
Los contemporáneos heredamos la civilización democrática moderna construida a lo largo de varios siglos por mujeres y hombres que entregaron hasta sus vidas para alcanzar la libertad, reconociéndola como el estado de cosas en el que las sociedades garantizarían las condiciones morales, jurídicas, institucionales y materiales para que el individuo-ciudadano se formara en capacidades para discernir eligiendo actuar para dar felicidad a su vida y a las de sus congéneres. En esa formación de la sociedad abierta, como la llamó Karl Popper, filósofos y activistas diseñaron los caminos de la libertad, enmarcándolos en fronteras que les dan sentido y su incomparable valor: la responsabilidad, con la que el sujeto asume las consecuencias de sus decisiones, y los derechos humanos, que enmarcan el respeto por los otros.Le puede interesar: Vida y presencia de Guillermo Gaviria EcheverriLa libertad como valor último de la vida y la sociedad necesita de instituciones sociales que la promuevan, defiendan y garanticen en igualdad de condiciones para todos los miembros de la sociedad. Una institución esencial para la civilización democrática y la garantía de las libertades es la de los medios informativos, responsables de ofrecer información confirmada mediante métodos exigentes de acceso y comprobación de los hechos, así como de mantener espacios para la presentación de opiniones plurales, a través de las cuales los ciudadanos conozcan y confronten ideas diversas. Esas calidades de los medios informativos no son reemplazables por otros canales de expresión, como las redes sociales, ni por los hoy promovidos influenciadores, que no se someten a las exigencias de la actividad periodística, así estos nuevos escenarios tengan amplia aceptación o incluso se les declare, erróneamente, como modernas ágoras.Vea: Desinformar y manipular en tiempos de covid-19Quienes recibimos gratuitamente las conquistas de la libertad no tenemos cabal conciencia de los esfuerzos y sacrificios para alcanzarlas; y a veces tampoco comprendemos qué significa ser libres. Fruto de ello, es la sacralización de una libertad que es más bien libertinaje, y que va en contra de la vida de las sociedades e, ingenuamente, termina propiciando abusos y engaños como los que se van revelando dramáticamente por la pandemia de covid-19 y su acelerada expansión, favorecida por la libertad de movilización e intercambios comerciales; dos de los más notables productos de la globalización de los mercados.Lea también: El caso Assange y los valores democráticosEn efecto, paralelo a la aparente plena liberalización del mundo que ocurriría con la liberalización de los mercados se han venido consolidando formas de autoritarismos estatales y privados, que se ejercen con la aparente complacencia de la ciudadanía. Tal aprobación, sin embargo, se hace dudosa, como se demostró en los abusos de Cambridge Analytica, con la manipulación de las voluntades producto del abuso del big-data y sus seductores discursos asociados a la seguridad, generalmente, o, como viene sucediendo en el marco de la pandemia, de la protección de la vida. Las manipulaciones producto de invasión a la privacidad, tolerada, repetimos, por los individuos, van así poco a poco haciendo parecer impráctico el ejercicio de la libertad. Lo invitamos a leer: Lecciones del escándalo de Cambridge AnalyticaA consecuencia de ese cerco a la democracia, asistimos a un dramático retroceso de los valores e instituciones de la civilización democrática. El derrumbe, acelerado por los efectos catastróficos de la pandemia, ha afectado a las instituciones políticas, al Estado y al sistema de medios de comunicación. Esta destrucción de bienes comunes va a exigir reflexiones y ojalá replanteamientos que posibiliten resignificar los principios y valores de la civilización democrática y repensar las instituciones sociales, para que ellas velen por la libertad, la solidaridad y el cuidado de la vida de los hombres y el planeta. Aunque en las incertidumbres, temores, egoísmos y desaciertos de este presente pandémico, el horizonte no parece esperanzador, nosotros mantenemos la confianza en el ser humano y su capacidad de discernir.Lea también: FundaMundo anuncia la suspensión parcial de actividades de El MundoCon estas reflexiones concluimos 41 años de historia del periódico EL MUNDO y su portal www.elmundo.com, en sus facetas de aporte de ciudadanía crítica, garantía del derecho a la información y garantía de la libre expresión de columnistas, colaboradores y ciudadanos. En la hora de hacer efectivo el cierre parcial de actividades, FundaMundo tiene enorme gratitud con directivos, periodistas, colaboradores, empleados, lectores, anunciantes que por cuatro décadas nos acompañaron a realizar estos ideales democráticos, que siguen vigentes. Esta Fundación seguirá trabajando desde estrategias edu-comunicativas para aportar a la formación de ciudadanos críticos que forjen una sociedad libre, participante y comprometida con el cuidado de la vida y la realización de la equidad.
El Departamento del Tesoro de Estados Unidos retiró este jueves al club Envigado Fútbol Club SA de la lista de narcotraficantes internacionales, tras su venta y el cambio de la directiva.“La Oficina de Control de Activos Extranjeros levantó las sanciones contra el Envigado después de que el gobierno de Colombia y el club de fútbol llevaran a cabo grandes esfuerzos para romper sus antiguos lazos de la influencia criminal de 'la oficina de Envigado', indicó Sigal Mandelker, subsecretaria del Tesoro de Terrorismo e Inteligencia Financiera.Mandelker subrayó que esta decisión “demuestra que las medidas del Tesoro contra los carteles narcotraficantes pueden afectar efectivamente sus arraigadas inversiones financieras y dañar sus planes de largo plazo para lavar dinero a través de la industria deportiva”.Washington había impuesto sanciones al club antioqueño en 2014 por estar controlado por Juan Pablo Upegui Gallego, miembro del grupo narcotraficante 'la oficina' de Envigado, fundada por el fallecido capo Pablo Escobar, una banda de narcotráfico que tiene sus raíces en el Cartel de Medellín y que, debido a su crecimiento y relación con integrantes del Cartel de Sinaloa, se ha internacionalizado.Llegaron nuevos accionistasEste jueves, y tras un largo proceso de verificación, el fondo de capital privado ProFútbol, que se encuentra bajo la administración de Progresión, vehículo financiero que está a la vanguardia de las inversiones internacionales con compañías que se encuentran en expansión, adquirió el 55% del Envigado FC.Lea:Envigado volvió a perder en casa, ante Huila, que clasificó a CuartosDesde Progresión, sociedad administradora de inversión, se creó ProFútbol como un fondo de capital privado que tiene como política la adquisición de participaciones de sociedades cuyo objeto consiste en desarrollar actividades deportivas organizadas como club deportivo de fútbol.“Para Progresión, es una premisa la transparencia, la ética y la legalidad en nuestro proceder, lo cual se evidenció en el proceso exhaustivo que adelantó la Oficina de Control de Activos extranjeros de Estados Unidos (Ofac) para excluir a Envigado FC de la Lista Clinton, proceso del cual fuimos parte al someternos a una minuciosa revisión y en la cual la Ofac validó que desde Progresión, a través de nuestro fondo ProFútbol, contamos con las características necesarias en cuanto a nuestros procesos, gestión y gobernanza, para asumir como accionistas mayoritarios del Envigado FC”, afirmó Alexánder González, gerente Legal de Progresión.El comité de inversiones de ProFútbol es liderado por Óscar Astudillo,quien se ha desempeñado como presidente de la Federación Colombiana de Fútbol, presidente del Deportivo Cali, ha hecho parte del comité directivo de la Conmebol y actualmente se desempeña como Oficial, tanto de la Fifa como de Conmebol.Según Ramiro Ruiz, presidente del club, “gracias a la confianza de Progresión en el Envigado, podemos decir que hoy más que nunca continuaremos en la construcción de sueños y transformación de vidas de miles de jóvenes que hacen parte de nuestra cantera de héroes que va por todo el territorio nacional”.
La realidad es que la pandemia de la covid-19 tomó por sorpresa a todos. No obstante, se resalta el espíritu de reinvención que ha suscitado en las personas, y en esa sintonía ha estado la televisión regional, en especial el canal del departamento, Teleantioquia, al cual le ha ido bastante bien en sus índices de audiencia.La buena noticia para los antioqueños es que su canal aumentó el rating en 12 puntos durante el primer semestre de 2020, en relación con el mismo periodo en 2019, al pasar de 1.50 a 1.62 en este año (Ver gráfica: Audiencia Teleantioquia, primer semestre del 2020).Luis Felipe Hincapié, director de Innovación y Contenidos de Teleantioquia, reconoció que, si bien al inicio de la pandemia en Colombia, y tras la confirmación del primer contagio de la covid-19 en el territorio antioqueño, el canal ya venía desarrollando su nueva propuesta de programación para 2020, en tiempos de la pandemia se optó por entretener y acompañar a la ciudadanía con nuevos enfoques, “que atienden a todas las audiencias por igual, y no solamente en la pantalla principal sino también en las múltiples plataformas”, detalló a la casa editorial EL MUNDO.Además, según datos entregados por el canal, durante el primer semestre de 2020, en promedio el 18.35% de las personas de la región vieron el canal Teleantioquia durante un día (a partir de las 6:00 a.m. y hasta las 11:59 p.m.)En comparación con el rating en el target de hogares entre los canales regionales, Teleantioquia también tuvo una mejor audiencia. En detalle, el canal departamental obtuvo el 0.33% de ese rating durante el mismo periodo de tiempo que se mencionó anteriormente; mientras que, Telepacífico tuvo 0.20%, Telecaribe 0.12%, Canal Capital y Telecafé 0.08% cada uno, Canal Tro 0.07% y Canal Trece 0.05.Igualmente, en el país, también en el primer semestre, del total de personas que vieron televisión por canales públicos, el 25% de esa audiencia corresponde a Teleantioquia. (Ver gráfica: Canales regionales primer semestre 2020).El director de Innovación y Contenidos del canal declaró: “Ante esta eventualidad (la pandemia), debimos reaccionar de una manera rápida pero contundente; no abandonamos los proyectos inicialmente propuestos, seguimos trabajando juiciosamente en la preproducción, investigación y libretos y paralelamente diseñamos una programación que acompañara a las familias durante los meses de aislamiento”.Los nuevos contenidos propiosLo cierto es que durante la contingencia por la covid-19 la mayoría de los contenidos del canal se han visto diferentes, y eso lo ha valorado la audiencia antioqueña y del país al consumir los contenidos creados por el ente televisivo regional.“Técnicamente, debimos renunciar a la alta calidad de la producción en estudio para que varios programas se emitieran desde las casas de los presentadores e invitados. Nuestros informativos tuvieron rotación del personal y se crearon nuevas maneras de cubrir las noticias en todo el departamento y en estudio se han realizado producciones a menos cámaras, para que fueran menos personas trabajando al tiempo”, puntualizó Hincapié.También, se debe destacar que, durante la pandemia han nacido nuevos programas en el canal Teleantioquia. Algunos de ellos son: En Casa con Teleantioquia, que entretiene las noches de los hogares colombianos con retos, juegos, trovas, humor y la posibilidad de conversar en directo. También, llegó Salud Para el Alma, un programa de la Seccional de Salud de Antioquia, que brinda acompañamiento psicológico; Con Todo el Amor, que en las tardes presenta temas para la familia. Del mismo modo, se ha fortalecido la marca de Teleantioquia Deportes, con transmisiones especiales y programas de entrevistas a deportistas reconocidos.Otro nuevo programa a destacar es Profes Melos, el programa que acompaña el estudio en casa de niños, jóvenes y sus familias por la contingencia, el cual fue creado para aprender de una manera divertida, que es auspiciado por la Secretaría de Educación de Antioquia, y no se puede dejar de mencionar a El Bazar, el primer programa de la TV en Colombia que nació con el fin de que convertirse en una ventana, para que los emprendedores den a conocer sus productos de manera gratuita en televisión.El director añadió que se trata de programas que han fortalecido la rejilla de programación del canal regional de los antioqueños.Contenidos internacionales y nuevas alianzas del canalSin embargo, Teleantioquia en este 2020 también ha estado en la tónica de dar “un gran impulso en temas de internacionalización con importantes alianzas representadas en intercambio de programación con la Red de Televisoras Públicas de América Latina - TAL, la Asociación de Televisoras Educativas y Culturales de Iberoamérica - Atei, con la que se realizó un importante documental colaborativo llamado Mi Ciudad Cambió, liderado y dirigido por Teleantioquia y grabado en 18 ciudades de 9 países del mundo, y se tiene una alianza con el Bbva y El País de España para la emisión de la serie Aprendemos Juntos y con Sesame Workshop para emitir la serie Plaza Sésamo”, refirió el directivo del canal.Sin lugar a dudas, se trata de estrategias que se han robado el corazón de los antioqueños y, por tanto, hacen que la audiencia las prefiera.Un canal que acompaña“Acompañar se convirtió en nuestro principal objetivo”, defendió Luis Felipe Hincapié.Otro de los contenidos a destacar es el proyecto colaborativo ideado para conversar con los televidentes en las nueve subregiones de Antioquia, en Colombia y en muchos países del mundo: La Vida en Cuarentena, un especial de 24 horas ininterrumpidas de programación, que fue hecha por los espectadores de Teleantioquia, quienes enviaron videos de cómo viven sus días de aislamiento cantando, cocinando, compartiendo en familia o trabajando desde casa.Aparte, en la pandemia también ocurrió un importante hito para el canal regional, fue así como el 18 de marzo, muy al inicio de la contingencia, se encendió Teleantioquia 2, la segunda señal de Teleantioquia en TDT, con una programación de 8:00 a.m. a 8:00 p.m., de tipo educativa y cultural, y totalmente dirigida a niños y jóvenes.“Ha sido una época dura, en la que hemos trabajado incansablemente, buscando estar cerquita del corazón de nuestros amigos, por eso nuestros programas, que pocas veces estaban en directo en redes sociales u otras plataformas, ya se pueden disfrutar en Facebook, en Youtube u otras redes, permitiendo una retroalimentación directa por parte de las audiencias, las cuales han aumentado en 2020 no solamente en la pantalla tradicional, donde Teleantioquia es el canal regional con mayor audiencia en el país, sino también en la estrategia social media, con más de 2’500.000 seguidores y suscriptores”, finalizó el líder del área de Innovación y Contenidos de Teleantioquia.
La bioética es la ética práctica y así la define Victoria Camps: “La bioética es básicamente un proceso y un descubrimiento. Un proceso por el que intentamos hacer reales los derechos humanos y esa moralidad común que es nuestro subsuelo. Un proceso por el que tratamos de ir definiendo qué significa no ya vivir, sino una vida de calidad.” Descripción bien apropiada en el actual momento.Lea también: La ética en la pandemiaVivimos ahora una enorme situación de incertidumbre que nos dejó casi sin ninguna certeza para aferrarnos. Paradójicamente, esa incertidumbre es un campo especial de la moral. Es difícil de entender, aceptar la duda inherente a la falta de certezas y que en el caso de la toma decisiones ahora, de vida o muerte, esa duda se asiente además en la moral en la medida que somos siempre libres de elegir entre distintas alternativas.En la pandemia y más hoy que se visibiliza una posible escasez de UCI con ventiladores para atender a pacientes gravemente afectados por el covid-19, sí que se hace necesaria la fuerza moral, carácter, energía, fuerza vital, que asumamos nosotros moralizándonos todos, con el fin que como individuos logremos la capacidad suficiente para ensamblar en la conciencia autonomía, solidaridad y responsabilidad, grandes principios morales de siempre y en el presente estandartes para enfrentar este enorme desafío a nosotros y a la humanidad. Sentido de humanidad bien vigente llamando al soy humano y nada humano me es ajeno.Ante la posible escasez de UCI para la atención de pacientes en estado avanzado de la enfermedad, se enfrentan a graves dilemas éticos el personal de salud y en primerísima línea los médicos. El llamado estrés moral, correspondiente a un muy serio dilema moral, y descrito como el que aparece en situaciones donde se sabe lo que es correcto hacer, pero las restricciones institucionales o de otro tipo dificultan la realización del curso de acción deseado, está bien presente cuando, y roguemos porque no se llegue a eso, haya que decidir quién se admite a una UCI y quien no, dejándolo al borde de la muerteSe han propuesto unas guías o pautas para enfrentar esa terrible situación que ayudan a tener un referente y así no sentir que la decisión médica se está tomando solo por su propia cuenta. Unas de esas pautas, muy comentadas, discutidas y acatadas, son las de Ezequiel Emanuel, oncólogo, bioeticisita y presidente del Departamento de Ética Médica de la Universidad de Pensylvania, que vale la pena reseñarSon cuatro los valores éticos para racionar recursos de salud en la pandemia: maximizar los beneficios producidos por los escasos recursos, tratar a las personas por igual, promover y recompensar el valor instrumental y dar prioridad a los más graves. La prioridad en los recursos limitados debe ir a salvar la mayoría de las vidas y maximizar la calidad vida de las personas. “Salvar más vidas y más años de vida es un valor consensuado en los informes de expertos.”A trabajadores de atención médica de primera línea se les debe dar prioridad no porque sean más dignos, sino por su valor instrumental: son esenciales para la respuesta ante una pandemia. Para pacientes con pronósticos médicos similares, se debe invocar y poner en práctica la igualdad mediante una asignación aleatoria, como una lotería, y no un proceso de asignación por orden de llegada. Esta es la más angustiosa y dolorosa decisión para tomar.La maximización de los beneficios requiere la consideración del pronóstico médico, no solo la edad, lo que puede significar dar prioridad a los pacientes más jóvenes y a aquellos con menos afecciones coexistentes. Agrego, teniendo en cuenta la calidad de vida que según el pronóstico se pueda recuperar. Emanuel, sugiere para aliviar la carga de estas decisiones médicas: uno, que los pacientes que enfrentan la posibilidad de cuidados intensivos elaboren un documento que exprese qué calidad de vida futura considerarían aceptable y cuándo rechazarían los ventiladores o que otras intervenciones de soporte vital pueden ser apropiadas. Y dos, un grupo de triaje o clasificación de pacientes con médicos en funciones fuera de la atención directa al paciente o comités de médicos y especialistas en ética experimentados, para ayudar con las decisiones de racionamiento de las UCI.Le puede interesar: Ante el covid-19, ¿este es el tiempo de qué?Qué la providencia nos ayude para no llegar a estos terribles y dolorosos momentos.@hernanmiraf
Nota de la DirecciónLa Dirección de EL MUNDO ha recibido la siguiente comunicación del columnista José E. Mosquera:Coletilla: recibí una comunicación del abogado Abelardo de la Espriella, donde expone fundamentos jurídicos como apoderado del periodista, Carlos Antonio Vélez, para que rectifique lo dicho mi columna: Carlos Antonio Vélez, de ficha del cartel de Cali a la zaga de los Char. Debo reconocer que me extralimite en el titular por cuanto es claro que, Carlos Antonio Vélez, es un ciudadano de bien, que jamás ha pertenecido a una organización criminal. Por lo tanto, acepto que incurrí en un error. Pido excusas a Carlos Antonio Vélez y a su familia. Espero con esta aclaración, poder resarcir la afectación a su buen nombre y hora.---El periodista Carlos Antonio Vélez Naranjo, por sus explosivas declaraciones en contra del senador Gustavo Petro y de la Federación de Educadores (Fecode) ha estado en el centro de una polémica mediática. Este comentarista deportivo caldense, nacido en Manizales hace 66 años, hijo de una educadora, acuso a Petro de asesino y se fue lanza en ristre contra la protesta social. Un hombre que se ha destacado como periodista deportivo y tiene una reconocida trayectoria en la radio y televisión de más de 40 años. Vélez es un periodista polémico que se ha caracterizado por un enfermizo arribismo social y por sus descalificaciones desobligante en el mundo de fútbol en contra de dirigentes, técnicos y futbolistas. Ahora por el afán de protagonismo político ha pasado con su hijo Luis Carlos Vélez de defensores de la causa política del CD a mandaderos del clan político de los Char.Carlos Antonio Vélez es un periodista con impronta propia, de allí que sus comentarios deportivos despiertan más odios que simpatías en el mundo del futbol. Funge actualmente como el director de deportes del programa Planeta Fútbol de RCN Radio en Antena y uno de los principales comentaristas del canal de deportes Win Sports.Igual que su hijo Luis Carlos Vélez, director de la emisora La FM, se han destacado por su mezcla de política y periodismo. Primero como seguidores del CD, el grupo político del expresidente Álvaro Uribe Vélez y ahora con sus ataques contra Petro se han subido estratégicamente al barco político del clan de los Char. Su hijo Luis Carlos Vélez, durante la pasada campaña presidencial se despojó de su investidura de periodista y se vistió con la camiseta de la campaña del presidente Iván Duque. Fueron famosas sus críticas y linchamientos mediáticos desde la cabina radial de la FM contra Petro.Luis Carlos Vélez está casado con la periodista barranquillera, Siad Char, sobrina del empresario y político, Fuad Char Abdala, propietario de la cadena de supermercados Olímpica, del equipo de futbol Junior y líder de una poderosa estructura política que controla el poder en los ocho departamentos del Caribe. Padre de Alex Char, exalcalde de Barranquilla y virtual candidato presidencial y competencia de Petro en la carrera por la Casa de Nariño. De hecho, no es nada al azar que padre e hijo hayan salido a satanizar a Petro, en medio de la coyuntura de sus denuncias sobre el papel del Clan Char en la compra de votos para campaña de Duque en el Caribe, tal como lo denunció la exsenadora Ayda Merlano en la entrevista con Vicky Dávila.A Carlos Antonio Vélez, quien proviene de una familia de clase media de Manizales, le toco abrirse paso en el periodismo deportivo en una emisora del Cartel de Cali, sin más recomendación que su propio talento; con el matrimonio de su hijo Luis Carlos, entraron a tener nexos familiares con la poderosa familia Char, dueña de una de las quince empresas más ricas del país, un conglomerado de 350 almacenes en 105 municipios, en 21 departamentos, que producen ventas por más de 6,7 billones de pesos anuales, sin contabilizar el poder del control del poder políticos en la mayoría de gobernaciones y alcaldía en la Costa Caribe y en otras regiones.Indudablemente que el arribismo de la familia Vélez y su papel de mandadero está a flor de piel, dado que Alex Char es un virtual competidor de Petro por la Presidencia de la Republica. Por consiguiente, Petro se ha convertido en blanco de las críticas de Luis Carlos Vélez, en la FM, y ahora de su padre, quién se bajó de su pedestal del periodista deportivo y se puso la camiseta de agitador político.De allí que sus ataques contra Petro hacen parte de una estrategia electoral, debido a sus reiteradas denuncias contra la participación del clan político de la Casa Char en la trama de corrupción del escándalo de Odebrecht. Se sabe que Carlos Antonio, inicio sus pinitos como periodista deportivo en el programa La Guerrilla Deportiva del “Grupo Radial Colombiano, emisora de los hermanos Gilberto y Manuel Rodríguez Orejuela, del Cartel de Cali”. Es decir, trabajó durante 10 años para el Cartel de Cali. En una declaración radial de respuesta al técnico Jorge Luis Pinto, el propio Vélez, dijo “Yo trabajé con el Grupo Radial Colombiano, así como él trabajó con Millonarios en la época del ‘mexicano’ (Gonzalo Rodríguez Gacha)”.Fernando Rodríguez Mondragón, hijo de Gilberto Rodríguez Orejuela, dijo en una entrevista a Caracol Radio, el 29 de octubre de 2007: “Mario Alfonso Escobar, Óscar Rentería, Pache Andrade, Carlos Antonio Vélez, Estaban Jaramillo, ellos tuvieron sus contratos de trabajo con el Grupo Radial Colombiano (…) El trabajo que hacían por más pequeño que fuera era remunerado muy bien. Ellos tenían un contrato, algunos mintieron ante entes judiciales como la Dian y no pudieron comprobar la procedencia de algunos dineros”. ¿Será que el famoso Carlos Antonio Vélez mintió a la Dian...? allí le queda un rabo de paja bien largo...Su hijo Luis Carlos Vélez, en respuesta al anuncio de Petro que demandaría a su padre, en un trino escribió: '#YoApoyoACarlosAntonioVelez hasta el último de mis días' y envió un mensaje a Petro, donde le dijo: 'Pues Gustavo nos vas a tener que demandar a todos los que creemos que eres tóxico para nuestro país' y Petro le respondió: 'Sr Vélez, yo soy tóxico para los corruptos del clan Char, soy tóxico para los que vivieron de los dineros de los Rodríguez Orejuela', En conclusión, Carlos Antonio Vélez paso de ficha del Cartel de Cali a mandadero de los Char.