En medio de la quinta edición del Festival de las Aves, un evento que la Sociedad Antioqueña de Ornitología, SAO, realiza para posicionar a Medellín como la Capital Mundial de las Aves, la Secretaría de Infraestructura se unió con su proyecto Corredores Verdes, con el que se le ha dado vida a muchas de las principales vías de la ciudad y con el que se ha recuperado la fauna y la flora en el valle de Aburrá.

Silvia Gómez García, subsecretaria de Planeación de Infraestructura de Medellín, explicó en diálogo con EL MUNDO que desde esta dependencia se unieron al Festival porque “es muy importante apoyar todas estas iniciativas que tenemos asociadas a la protección, el cuidado y el conocimiento de las aves en la ciudad, porque todos los proyectos que estamos haciendo le apuestan de una manera muy importante a mejorar las condiciones del hábitat para ellas”.

Desde la Secretaría y en apoyo con la Alcaldía lideraron un proyecto que consiste en recuperar los espacios verdes de la ciudad y buscar generar nueva conectividad: “Es algo que necesitaba la ciudad urgente y que se conecta con el Festival de las Aves, porque trabaja la biodiversidad y la convivencia con la naturaleza, como lo es el proyecto Corredores Verdes”, dijo.

Según Silvia Gómez, “la Alcaldía de Medellín ha hecho una apuesta importante por consolidar la red de conectividad que tenemos dentro de la ciudad. Toda esa propuesta implica aportar a naturalizar nuevamente el valle de Aburrá. Es un reto muy grande y se están interviniendo los corredores viales y de quebradas que tienen mayor importancia en recuperar la conectividad ecológica y, a su vez, beneficiar a todos los grupos asociados no solamente con la fauna sino también con la flora, para facilitar su reproducción y tránsito en la ciudad”. 

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La subsecretaria explicó que “este ejercicio ha venido planteando una visión de futuro de la ciudad en la que esos corredores cada vez recuperen un poco más ese verde que han ido perdiendo, se quiere que en 2020 sea algo mucho más frondoso que lo que se tiene hoy en algunas áreas. Es un imaginario de cómo nos soñamos no sólo el río Medellín sino todas las quebradas afluentes y cómo le apostamos a que las vías, que tienen por naturaleza sólo movimiento de vehículos, peatones y ciclistas, puedan tener mejores condiciones en las zonas verdes de los separadores y cómo mejoramos esa potencialidad que tienen ellas como una red urbana, además de ver cómo mejoramos sus condiciones para que tengan el tránsito de especies”.

“La estrategia consiste en la intervención de 30 corredores verdes, 18 de ellos corredores de quebrada. Un ejemplo es el Centro. El de la Avenida Oriental fue el piloto y el resultado ha sido impresionante. Es un proceso de transformación del entorno de una avenida de mucho tráfico y hoy se tienen allí especies adecuadas para atraer no solamente aves sino también mariposas, que hoy se ven habitando con naturalidad en un entorno tan hostil”, detalló la funcionaria.

En este ejercicio, contó, “se apostó a tener unos estratos más altos de ciudad en esos corredores y otros más bajos con especies de arbustos y jardines, favorables para atraer mariposas o insectos que generen la dinámica asociada al regreso de muchas especies de aves. Además, hemos visto a través de estos corredores especies tradicionales de ciudad, como palomas, colibrís, torcazas, bichos, etc, igualmente el retorno de aves migratorias, que encuentran posibilidades de desarrollarse en estos sectores o habitar temporalmente”.

¿Cómo se trabaja por las aves en Parques del Río? 

Nadia Gómez, ingeniera forestal de Parques del Río, explicó que “el proyecto fue la prueba piloto del Área Metropolitana para implementar estrategias de conectividad y, a partir de este año, todos los proyectos de infraestructura de la ciudad, sean privados o públicos, deben implementar estudios de conectividad y monitoreos permanentes. En Parques del Río se tienen monitoreos permanentes y se ha visto cómo ha cambiado la fauna desde la línea base del proyecto que fue en 2015 y cómo se han enriquecido o aumentado los avistamientos y la riqueza conforme se han hecho las siembras”.

Además, detalló que en esta obra “se cuenta con cerca de 470 materas con árboles que oscilan entre los 2 y 4,5 metros, llamados materas de conectividad temporal, que son árboles que sirven para forrajeo, anidación y percha de las aves mientras los árboles, que se sembraron definitivos, tienen un tamaño más grande. Igualmente se está determinando qué árboles ofrecen mayores beneficios ecológicos a la fauna para ser sembrados definitivamente”.