El trasegar de los humanos por el planeta, está lleno de vicisitudes. El camino no es precisamente un sendero de rosas, pero muchas de las veces, los humanos nos las sabemos complicar, pues luego de dar algunos pasos hacia adelante, salimos con las sorpresas de desandar los pasos y perder así el tiempo y la experiencia invertidos y adquiridos, en el entendido que cada cual, ve la realidad y se aproxima a ella, de acuerdo con sus intereses. Por lo tanto, los comentarios y reflexiones que vamos a plantear son obviamente, subjetivos.Después de varios decenios de ser declarada como Museo y además Patrimonio de la Humanidad, y después de haber sido aceptadas estas condiciones por todas las religiones interesadas, el controvertido gobierno turco de Erdogan, declara que Santa Sofía (Aya Sofya) en Estambul, vuelve a ser mezquita después de 86 años, volviendo a alborotar el avispero de los fanáticos de todas las religiones, fanatismo que siempre ha estado ahí y que no requiere sino de una buena excusa para explotar. La buena excusa está servida. ¡Amanecerá y veremos!En lo local, la nueva Constitución Política abrió la posibilidad de la dosis mínima de consumo de marihuana, el actual gobierno la frena a través del nuevo Código de Policía y hoy los altos tribunales vuelven a aceptarla. ¡Qué pérdida de tiempo y qué falta de sindéresis!Se anuncia por parte de EPM que su planta piloto Jepírachi en la Guajira, funcionará hasta el 2023, noticia, que nos deja apesadumbrados, ya que la energía eólica es una de las mejores alternativas para la producción de energía limpia. Razones técnicas y financieras debe tener EPM para tomar esta decisión que esperamos sea compensada con el montaje de un nuevo campo eólico ya no como piloto, si no como planta de producción de energía limpia en propiedad.Como periódicamente sucede, el actual contralor general de la Nación recorre el país “descubriendo” elefantes blancos, es decir, obras inconclusas que están ahí, a los ojos de todo el mundo, sin que hasta el presente se hayan tomado las medidas y las acciones necesarias para culminarlas, que sería lo obvio, o para tumbarlas.Debería existir un punto dentro de un Plan de Desarrollo serio, para destinar los recursos necesarios para que este tema sea resuelto y obviamente los responsables asuman las responsabilidades de todo orden que les competan. No es suficiente la alharaca mediática, si no se toman las decisiones apropiadas y oportunas dentro de la extemporaneidad.Un ir y venir de discursos se pronuncian por kilómetros, alrededor del problema de la deforestación y de los programas de reforestación. Lo cierto es que a la fecha no hay un control efectivo contra la deforestación generada por parte de cualquiera de los varios actores involucrados que la provocan, como tampoco un proyecto serio y continuado para recuperar y ampliar la extensión forestal en el país.Ojalá aprovechemos la nueva producción de nuestro grande Carlos Vives, CUMBIANA, para volver los ojos hacia la Ciénaga Grande de Santa Marta y hacer lo que haya que hacer para intervenir las infraestructuras viales mal diseñadas y volver a permitir mediante obras apropiadas, la circulación de las aguas del mar y del Magdalena para que renazcan los manglares y reviva ese maravilloso ecosistema destruido por imbéciles.Por último, ya aparecen las pilatunas legales para evitar o demorar la demolición del Edificio Aquarela construido cerca al Castillo de San Felipe en Cartagena, el cual no debió haber recibido nunca licencia de construcción, entregada en su momento por otros imbéciles. Ya la UNESCO dio como plazo hasta el 2021 para que la construcción sea demolida, o sino Cartagena y Colombia perderán la calidad de Patrimonio de la Humanidad que hoy posee el Castillo de San Felipe.Excelente el programa que ha emprendido la Alcaldía de Medellín para aprovechar estos nuevos días de cuarentena para intervenir zonas en estado de deterioro y recuperar el espacio público que se había perdido. Las acciones inicialmente emprendidas en los sectores de La Bayadera y el Sagrado Corazón o Barrio Triste, son ejemplarizantes y deben servir de estímulo y de ejemplo para intervenir otras zonas en franco deterioro. ¡BRAVO!Como una cosa es planear y otra planificar, y otra cosa es no planear y no planificar, es prudente que aquellas construcciones de vivienda subsidiada que se entregan en obra negra después de muchos trámites y una alta dosis de paciencia por parte de los beneficiados, -que en la mayoría de los casos se originan por una tragedia previa como un derrumbe, una inundación, un incendio, un temblor u otra calamidad-, sean dotados de los servicios públicos elementales, entre ellos, ya no como cosa marginal, sino estructural, la conexión a INTERNET. Pongo como ejemplo la urbanización La Cabañita en San Cristóbal, una Unidad de 9 bloques de 6 pisos ocupada recientemente por sus nuevos dueños, un poco más de 50 familias cuyos niños no tendrán como acceder a la educación virtual forzada, a la cual nos tiene sometida la bendita pandemia.NOTA 1: Mi completa solidaridad con el Señor Gobernador Aníbal Gaviria Correa y su distinguida familia.NOTA 2: Mis agradecimientos a la casa EL MUNDO por haberme permitido comunicarme con ustedes a través de las 900 columnas que ajustamos hoy y que coinciden con la suspensión de actividades para el Periódico y mil gracias a ustedes por tomarse el tiempo para leer esta Columna de Opinión.Es un golpe duro para el fortalecimiento democrático y para el ejercicio de la pluralidad y la tolerancia, pero esta es la realidad que nos corresponde enfrentar, en un país como el nuestro. Una última invitación, a que vayamos siempre, con prudente optimismo, ¡DE CARA AL PORVENIR!
Puede ser que algunos de los escritorios en los que nos sentábamos quienes trabajamos en el Periódico EL MUNDO hayan estado ahí desde siempre, desde que lo crearon, a finales de la década de 1970. Sí, caminar hoy por su sala de redacción es como si se apreciara una instalación de Doris Salcedo, la melancolía de esos muebles parece decir que se apaga un sueño que comenzó el 20 de abril de 1979, cuando empezó a circular en Antioquia un diario con ideas fundamentales, como la de la libertad. Esa libertad no podía escapar de la cultura. EL MUNDO fue pilar del inicio de proyectos culturales que transformarían la vida de la ciudad, del departamento y del país. Basta con entrar al Archivo, buscar los folios del Pequeño Teatro, el Matacandelas, el Taller de Artes, La Fanfarria y darse cuenta cómo el Periódico de logo rojo, liberal, entrevistó a miles de artistas, entonces emergentes, creyendo en que nuestra realidad podría existir un sector cultural que se hiciera preguntas importantes.Lea también: Un sector que sigue sacando el sombreroAna María Cano, quien después fundaría La Hoja de Medellín, fue la primera periodista cultural de EL MUNDO. Después la reemplazó Ana Piedad Jaramillo, directora de los Eventos del Libro y exdirectora del Museo de Antioquia y el Teatro Colón. Vino entonces el tiempo de Maryluz Vallejo, hoy doctora en Ciencias de la Información, profesora Titular de Tiempo Completo del Departamento de Comunicación y jurado del Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar este 2020. Cuenta Carmen Vásquez, periodista de moda, que cuando Darío Arizmendi era el director de EL MUNDO le dio a cada una su “reino”, le dijo a la periodista cultural que ella se encargara de lo artístico, mientras a Vásquez la mandó a los cocteles, a buscar a la “gente linda”, le permitió tener la primera página exclusiva de moda en estas tierras, guiado en lo que hacía la Revista Hola en España, para que así estuviera clarísimo qué era cultura, qué era entretenimiento, qué era moda y qué era sociedad.Desde sus inicios, EL MUNDO dedicó páginas enteras a la agenda cultural, que eran las más difíciles de editar, porque tenían la agenda de cine, la de teatro, los conciertos, los recitales, las presentaciones de libros, todo, independiente de los artículos periodísticos de una y dos páginas que hacía la sección de cultura.Antes de que su experticia fuera el periodismo político y de opinión, Luz María Tobón, directora de EL MUNDO, fue periodista cultural. Todavía tiene en su oficina una foto de su entrevista a un joven Fernando Botero. Ella, de mamá artista, de familia siempre amante de la cultura, defendió el periodismo cultural hasta el cierre, influyendo, de alguna manera, en que siguiera con cada cambio de dirección. Con la llegada de don Guillermo Gaviria Echeverri, quien respetó lo que hacía el Periódico en este campo, se dio vía libre a que ese saber no se apagara.Nombres como el de Pilar Velilla, exdirectora del Jardín Botánico y el Museo de Antioquia; María del Rosario Escobar, exsecretaria de Cultura Ciudadana de Medellín y actual directora del Museo de Antioquia; la maestra Patricia Nieto, quien guía la Editorial Universidad de Antioquia y es docente de la Alma Mater; o el crítico de cine Pedro Adrián Zuluaga, escribieron una historia cada día, por varios años, en la redacción de EL MUNDO, cubriendo cultura.El Mundo Semanal, el Imaginario y Palabra&Obra fueron los tres suplementos culturales que dijeron cosas muy importantes a la ciudad, al país. Óscar Valencia, jefe de diseño de EL MUNDO, contaba que Imaginario fue osado, despertando muchas molestias en algunos “paisas de Medellín”, cuando su editora puso en la portada la foto de dos hombres homosexuales, desnudos, después de una Marcha del Orgullo. Sus contenidos hablaban de la cultura como lo que somos, reflexionaban sobre la ciudadanía cultural. Palabra&Obra, por su parte, buscaba hacer reportajes de largo aliento con personajes que se destacaban en el campo cultural, teniendo en su portada a importantes creadores como Débora Arango, Gilberto Martínez, Víctor Gaviria, Fernando Botero, Félix Ángel, Cristóbal Peláez, Beatriz González, Alberto Sierra, Antonio Caro, Dora Ramírez, Leonardo Padura, René Uribe Ferrer, entre muchos otros. Una vez, el artista Richard McGuire, reconocido por ilustrar publicaciones como The New Yorker, nos hizo el honor de hacernos una edición especial de Palabra&Obra. Publicamos un especial completo sobre la salvaguarda del patrimonio de Frida Kahlo y Diego Rivera, hecho en Ciudad de México, analizamos muchas veces lo que hacían en el Ministerio de Cultura, cubrimos la Bienal de Venecia, la Feria Internacional de Arte de Madrid (España), Artbo, el Salón Nacional de Artistas, el MDE, la Fiesta de las Artes Escénicas, el Festival de Tango, los diez años de la Fiesta del Libro con edición especial, siempre estuvimos ahí, en cada evento, en cada lanzamiento, en cada nacimiento.Y cometimos errores, muchos, porque EL MUNDO siempre fue una escuela de periodismo cultural. Cómo les parece que una vez, matamos a alguien que revivió. Olga Elena Mattei estuvo muerta durante unos minutos, nos llamaron directamente desde la clínica a contarnos tal suceso. Lloramos, planeamos un especial, llamamos a Héctor Abad Faciolince, él nos dio su declaración sobre la importancia de Mattei para la literatura nacional y corrió a publicar en su Twitter que había muerto.Hasta que, de esas cosas que pasan, los médicos la revivieron, la reanimaron y no se murió. Desde entonces, Faciolince ha sido muy lejano. Es que en el Código Caracol, María Lucía Fernández publicó lo que pasó, en la edición de las 7:00 de la noche: “la inmediatez de las redes sociales le jugó una mala pasada al escritor Héctor Abad Faciolince”. Casi nos ahorca, publicó en su cuenta en esa red: “serán imbéciles los de EL MUNDO”...Vale la pena decir que defendimos causas importantes. Hay que agradecerle a Irene Gaviria y Luz María Tobón que nos permitieron ser autónomos en el contenido cultural. Fuimos nosotros quienes cuestionamos el cambio de vestido que les hicieron a los Silleteros, desconociendo que eran un patrimonio, con lo que hubo polémica nacional, cuando Aníbal Gaviria era el alcalde. No nos censuraron.Fuimos nosotros quienes iniciamos a hablar de los “hipster”, cuando todavía esa manifestación cultural era bastante desconocida.Gritamos duro con investigaciones. Nosotros nos dimos cuenta de que las Bibliotecas Públicas de Medellín habían sido cerradas por el gobierno de Federico Gutiérrez, desconociendo su importancia en la transformación social, con la excusa de ahorrar recursos del presupuesto público. Vaya error de visión política, por eso insistimos con varios artículos en que los Parques Bibliotecas eran la opción que tenía un niño de cualquier comuna de no caer en las redes de tráfico, su puerta de escape muchas veces a la violencia física y sexual. Incomodamos a Sergio Fajardo sobre la responsabilidad en las fallas en la fachada de la Biblioteca España, tanto que salió en portada diciendo “voy a hablar de la Biblioteca España, cuando yo quiera”, los memes no se hicieron esperar en las redes sociales.Cuando iban a sacar al maestro Alberto Correa de la Filarmónica, nosotros lo contamos. Insistimos en que el presupuesto para cultura siempre debía subir en el gobierno nacional, el departamental y el local. Y, sobre todo, le dimos voz a un sector que no encontraba en otros medios un espacio que valorara sus obras, que escuchara sus demandas, que necesitaba, en pleno siglo XXI, más que nunca, una presencia en la agenda pública.EL MUNDO insistió en la importancia de la formación artística para la infancia. Con su proyecto Educar Mientras se Informa y su Concurso Personitas de Colores, invitó a que los niños pintaran sus sueños. Otra cosa que hizo fue premiar con el Mundo de Oro a quienes durante decenios trabajaron por el sector, entre los ganadores estuvieron Graciliano Arcila Vélez, la Emisora HJCK de Bogotá, Guillermo Abadía Morales, Fanny Mickey, la Orquesta Sinfónica de Antioquia, la Cámara de Comercio de Medellín, la Biblioteca Pública Pilotoy la Emisora Cultural de la Universidad de Antioquia, Débora Arango, la Biblioteca Central de la Universidad de Antioquia, Carlos Castro Saavedra, el Instituto de Integración Cultural Quirama, Luis Alberto Correa, Rafael Sáenz Moreno, el Museo de Arte Moderno de Medellín, Luis Alberto Álvarez y la maestra Cecilia Espinosa, su última galardonada.En los comités de redacción, muchas veces nos peleamos con quienes nos preguntaban “y ese, ¿a quién le ha ganado?”, poniendo en duda la idoneidad de los artistas emergentes, peleamos por ellos como el futuro del sector y del arte nacional. La cultura también era un tema para abrir el Periódico, nosotros le dimos la portada al Salón Nacional de Artistas, cuando volvió a Medellín, en su edición 43. Juliana Restrepo y Jaime Cerón, sus directores, llegaron con la edición impresa de EL MUNDO a la apertura de aquel certamen, que durante sus tres meses contó con un cubrimiento diario, detallado, sobre lo que intentaban decir los curadores, que propusieron como tema el oxímoron “Saber-desconocer”.Cuando la notoriedad no abarcaba la obra de Pablo Montoya, cuando parecía que a la crítica local y nacional le faltaba creen en tal talento, nosotros reseñamos su Tríptico de la infamia, sin necesitar que el Premio Rómulo Gallegos nos validara lo grande el autor, porque pudimos verlo.Le puede interesar: ¿Seguro les hace falta la crítica?Que sea el momento para decirles gracias a los cientos de artistas, gestores, investigadores, profesores, curadores, comunicadores y colegas que nos buscaron para pedirnos una opinión, para ofrecernos sus contenidos, así como para criticarnos. Aprendimos juntos, crecimos juntos, hicimos historia juntos.EL MUNDO fue y será la casa de la cultura de Medellín, como quedará para la historia en su archivo, porque aquí pasaron hitos como que Gabriel García Márquez quisiera que la redacción del medio que soñó fundar se pareciera a la del diario liberal de Medellín, donde estuvo dando talleres y compartiendo con los periodistas.Gracias, EL MUNDO, gracias porque nos dejaste soñar que esa utopía que adoptamos, la de cambiar el mundo haciendo periodismo cultural, podía ser posible.
Con todo respeto, no comparto el criterio de quienes han venido criticando a la Corte Constitucional por haber declarado la inexequibilidad del Decreto Legislativo 580 de 2020, por el cual se dictaban medidas en materia de los servicios públicos de acueducto, alcantarillado y aseo, por el motivo que condujo a la adopción del fallo y que también expuso la Secretaria Jurídica de la Presidencia de la República: aunque, según el comunicado de la Corte, se dictó y promulgó en desarrollo del Estado de Emergencia Económica, Social y Ecológica, se expidió dentro del término de vigencia del estado de excepción y se encuentra brevemente motivado y lleva la firma del Presidente de la República, no fue suscrito por todos los ministros del despacho. Faltaron las firmas de los ministros de Salud –lo cual llama la atención en cuanto la emergencia fue provocada por la pandemia- y de Ciencia y Tecnología.Lea también: Cumplir la ConstituciónComo señala la providencia,” el mandato constitucional referente a que los ministros suscriban los decretos legislativos que se expiden en virtud del estado de emergencia económica, social y ecológica constituye una condición indispensable de validez de dichas normas, en la medida en que con este se garantiza, el principio democrático, durante el estado de excepción, pues se contrarresta el déficit de deliberación y se limita la facultad discrecional del presidente”.La exigencia constitucional de que estos decretos, además de las firmas del presidente, lleven las de los ministros –todos- no corresponde simplemente a un requisito de forma y sin mayor trascendencia. Por una parte, cuando hablamos de los estados de excepción –entre ellos el de emergencia- aludimos al ejercicio de una potestad extraordinaria del Ejecutivo, que normalmente no tiene a cargo la función de expedir las leyes –atribución que, por cláusula general de competencia, corresponde al Congreso-. Por otro lado, la Constitución es clara cuando expresa (art. 115) que las firmas de los ministros en los decretos los comprometen y por medio de ellas asumen una responsabilidad por las medidas y decisiones que adopta el Gobierno Nacional. Y, además, las normas superiores relativas a los estados de excepción exigen expresamente “las firmas de todos los ministros” y subrayan su responsabilidad. El 215, para el caso del Estado de Emergencia Económica, Social, Ecológica o por calamidad pública, estatuye: “El Presidente de la República y los ministros serán responsables cuando declaren el Estado de Emergencia sin haberse presentado alguna de las circunstancias previstas en el inciso primero, y lo serán también por cualquier abuso cometido en el ejercicio de las facultades que la Constitución otorga al Gobierno durante la emergencia”.Le puede interesar: Sobre las sesiones virtualesDe manera que no estamos ante un mero formalismo. Ni se puede sindicar a la Corte Constitucional de haber sacrificado el fondo de la medida en aras de la forma, o de no haber hecho prevalecer el derecho sustancial, como lo exige el artículo 228 de la Carta. Ella tiene a cargo la guarda de la integridad y supremacía de la Constitución, que exigió, en estados de excepción, las firmas “de todos” los ministros, no de algunos.Y el vicio no era subsanable, toda vez que al momento del fallo el decreto ya había sido promulgado y había entrado a producir efectos. En estas materias no se puede improvisar.
Duele la desaparición de EL MUNDO, después de más de 40 años de actividad ininterrumpida, con periodismo de calidad informativa y pluralidad de opinión. Desde hace dos años, cuando la publicación impresa diaria le dio paso a una semanal, el diario quedó herido de muerte porque había perdido su esencia. La desaparición de los periódicos impresos es una de las consecuencias nefastas de llamada revolución digital; nefasta porque los ha destruido sin sustituirlos por nada mejor.Lea también: Harry Sasson, la renta del suelo y las sopas MaggiLa prensa impresa, que resistió los embates de la radio y la televisión, agoniza en todos los países. Se cuentan por centenas los diarios desaparecidos y los que subsisten lo hacen en formatos cada vez más escuálidos y pobres en contenido. Sin la palabra impresa, la fuerza de la vieja sentencia, “lo escrito, escrito está”, se desvanece y con ella las exigencias del rigor informativo y de la clara separación entre la opinión y la noticia.Estas dos fueron las características señeras de EL MUNDO que nunca ocultó su carácter de diario liberal militante, pero abierto siempre a una amplia diversidad de opiniones, tanto en la época de Don Guillermo Gaviria, como en los últimos años bajo la orientación de su hija Irene y de mi querida amiga Luz María Tobón.El de Don Guillermo fue un liberalismo doctrinario, más bien clásico, cuya orientación intervencionista no lo apartó nunca de la defensa de la iniciativa privada como fundamento de la actividad económica en una sociedad verdaderamente libre. Por supuesto que, como periodista, fue también un liberal en el sentido partidista, aunque, el gran hacedor de empresas que fue, seguramente se habría sentido contrariado por la orientación anti-empresarial que aqueja a sectores amplios del que fue siempre su partido.Quizás a causa de la bancarrota ideológica del Partido Liberal, el liberalismo de EL MUNDO de los últimos años perdió su matiz partidista y se hizo más conceptual y de principios, buscando irradiar los valores de la democracia liberal y la iniciativa privada con responsabilidad social a las gentes de todos los partidos y la sociedad entera.Esa defensa de la democracia liberal se expresó en sus cuestionamientos al proceso de paz por su indiferencia frente a las víctimas de la Farc y las grandes concesiones hechas a lo que no era más que organización criminal que no representaba a nadie, como quedó en evidencia con las paupérrimas votaciones recibidas en las dos elecciones en las que ha participado.Su reconocimiento de la iniciativa privada como fundamento de la actividad económica y de la creación de riqueza, se manifestó recientemente en su insistente reclamo de la reactivación de la economía acompañada de la flexibilización de la contratación laboral.Pero quizás la más firme posición de EL MUNDO en los últimos años fue su incansable y persistente reclamo al gobierno a cumplir su misión fundamental de proteger la vida de los ciudadanos. No importa lo que el gobierno haga en cualquier ámbito, si no protege la vida de las personas está incumpliendo gravemente su obligación constitucional y lo que es en definitiva su razón de ser.Muchos años atrás, cuando, por incompatibilidad con mi actividad profesional, decliné la invitación que me hiciera a escribir en el periódico que acababa de adquirir, Don Guillermo, insistente, me dijo que escribir en EL MUNDO sería un honor.Le puede interesar: Una propuesta ilegal, inconveniente y peligrosa, pero imparableHace algunos años, por invitación de Luz María Tobón, EL MUNDO acogió generosamente mis artículos. Me sentí cómodo y complacido de hacer parte de tan noble empresa periodística y muy honrado, como había anticipado Don Guillermo.
Hoy he recibido la noticia: EL MUNDO, después de una tarea periodística de 41 años, ha decidido cerrar su fase de periodismo impreso. El entorno es cambiante, la evolución de hechos, tecnologías, épocas, conduce a decisiones y nuevas direcciones en los caminos que nos presentan horizontes distintos y nos hacen dejar atrás paisajes familiares a los cuales habíamos tomado un cariño como el del poeta cartagenero a los zapatos viejos. Algo diferente se abre en las perspectivas del futuro inmediato. Mis mejores deseos para FundaMundo, para la querida y admirada familia Gaviria Correa, y para la buena ventura de sus proyectos y su liderazgo, siempre inspirados en el bien para la comunidad y para Antioquia. Algunos de estos cambios son dolorosos, como lo es, en lo personal, este: se trata de una pérdida para el periodismo escrito en la región, y en Colombia. Pero EL MUNDO cierra este ciclo, como lo manifiesta su directora Luz María Tobón Vallejo, con la satisfacción del deber cumplido.Lea también: Alatriste: la punta de su espadaTermina para Antioquia una tribuna de decencia, de buen periodismo, de compromiso con la verdad. Se culmina la etapa de un esfuerzo colosal en pro de los intereses sanos de nuestro departamento, pionero para Colombia en tantos aspectos de progreso, de desarrollo, de apertura al futuro. EL MUNDO ha cumplido y constituye un gran honor ser parte, modesta y pequeña, de esta locomotora de la honradez y de la opinión crítica y creadora.Después de escribir la columna “Vestigium” durante veinte años -un total de 492 columnas, de periodicidad quincenal, casi ininterrumpidamente- vienen a mi teclado unas palabras que no puedo evitar, pues las asocio necesariamente a esta tribuna periodística: agradecimiento, aprendizaje, disciplina, creatividad.Cada uno de mis textos fue acogido respetuosamente por parte de los editores y de la dirección en estos años. Nunca he recibido la más mínima interferencia respecto a los temas y enfoques para los cuales con total libertad se me ha cedido el espacio. Siempre he sentido la presencia viva y efectiva de un genuino respeto por el diálogo inteligente, por el ir y venir de ideas ordenadas y rigurosas, expresadas dentro del marco de la consideración hacia la verdad y hacia el lector como un interlocutor merecedor de un trato digno y humanizante. Por parte de la dirección del periódico siempre recibí palabras de aliento, de buen criterio, de magnífica atmósfera de ejercicio de la inteligencia.Escribir Vestigium, con la variedad de tonalidades presentes en el entorno de las realidades contemporáneas, fue un hábito de disciplina, de investigación, de contrastes, de búsqueda de fuentes verificables. Una tarea constante de enriquecimiento y educación personal que tuvo que pasar por el tamiz del lector crítico y exigente, a quien también debo expresar agradecimiento. Mi padre, Hernán Gómez Atehortúa, fue el mejor lector, crítico y corrector que tuve. También asumí una tarea constante de aprendizaje en cuestiones de estilo y de forma periodística. No puedo olvidar las didácticas exposiciones de Arturo Giraldo Sánchez.Un “Vestigium” es la señal, la huella, la marca que deja el pie de un viajero sobre el camino. Hay algo relacionado con la memoria, con el registro de los datos de alguien que ha pasado por un lugar y ha dejado su impronta. Es el indicio de que por allí ha estado un “homo viator”: un viajero, frágil, perecedero, fugaz. Es también el rastro de un caminante que se esfuerza por perfeccionarse en una tarea que se ha impuesto. También el investigador es un sujeto que anda tras las huellas; la realidad -variada y múltiple- ofrece ante sus ojos algunas facetas, y es su tarea, la del investigador, hallar la parte de verdad que está inscrita en esas huellas. Para mí ha sido culminación de un rasgo esencial de mi vida: la búsqueda de explicaciones a las cosas que pasan, y de las cuales apenas tengo un entendimiento parcial en un entorno de asombro constante, infinito, inacabable. Mis columnas fueron posibles por aquella conversación inicial con Luz María Tobón Vallejo, cuando acogió, con tolerancia y generosidad, mis imperfectos intentos de practicar el arte de la columna.Le puede interesar: Incertidumbres y certezasTodos somos viajeros. También las instituciones dejan su huella: EL MUNDO deja un vestigio, una huella de decencia, de amistad, de buena escuela periodística: mi abrazo y mi voz de agradecimiento.
Colombia se pone a la vanguardia mundial en materia de pasaportes con el lanzamiento de una libreta de viaje con los más altos estándares de seguridad física y lógica que cumplen con las normas internacionales expedidas por la Oaci (Organización de Aviación Civil Internacional).La modernización del pasaporte colombiano responde a la sugerencia de la Oacide actualizar progresivamente las características de seguridad del documento.Cabe destacar que el cambio no implica que quienes ya tienen su pasaporte deban renovarlo inmediatamente. Lo podrán hacer cuando su libreta actual pierda validez.El nuevo pasaporte ordinario se comenzará a expedir a partir del 15 de julio en las oficinas de Bogotá y consulados y su valor no cambia.Lea también:Colombia participará por primera vez en losJuegos Mundiales de ParísHay que tener en cuenta que los pasaportes con el diseño anterior, es decir, el de lectura mecánica y el electrónico, siguen vigentes, el cambio no es obligatorio.El nuevo pasaporteEl nuevo pasaporte está hecho con un sistema de impresión de alto relieve considerado como uno de los más seguros contra la falsificación por su difícil reproducción.Además, la página de datos está elaborada 100% en capas de policarbonato fundidas entre sí, impidiendo su desprendimiento; y las páginas interiores están protegidas de cualquier tipo de sustitución.El pasaporte nuevo muestra una cara positiva de nuestro país para que cada colombiano dé a conocer lleno de orgullo esta carta de presentación frente al mundo. En cada una de sus páginas están representados paisajes que denotan el esfuerzo por preservar nuestras riquezas naturales y patrimonios culturales.Le puede interesar:Canciller cree que galeón San José no debe afectar relación con EspañaLas regiones naturales de Colombia (Amazonía- Andina-Caribe-Insular-Orinoquía-Pacífico) están claramente diferenciadas por sus características geográficas, que se destacan por sus paisajes y su cultura obteniendo una gran diversidad entre ellas. Este pasaporte presenta al mundo nuestros mejores paisajes naturales, dándole importancia a cada una de las regiones mediante fotografías que describen los hitos más importantes que nos caracterizan.En las páginas interiores se podrán ver, entre otras, las imágenes de Caño Cristales, el Desierto de la Tatacoa, el Santuario de las Lajas, la Isla Malpelo, Johnny Cay Islas y el Tayrona.
¿Por qué rio no se tilda y meó sí?Vuelvan arriba, por favor, y lean “rio” con acento en la vocal o. Recuerden que en río Medellín y en “yo me río por todo” se tilda en la i. Pero cuando digo “Juan se rio toda la noche”, el acento salta de la i a la o y no hay tilde. Además, río es presente y rio es pasado (ambos del verbo reír, por supuesto). ¿Qué es lo que ocurre, entonces? Simple, “río” lleva tilde por esta regla: si hay una vocal cerrada (i, u) con acento y está al lado de una vocal abierta (a, e, o), hay que tildar siempre (la cerrada, por supuesto, porque es la acentuada). Las otras normas de acentuación, las de agudas, graves, esdrújulas, no se aplican, quedan afuera. Esta secuencia, además, forma lo que se llama “hiato”, es decir, las dos vocales seguidas están en sílabas diferentes (rí/o).Entonces, cuando se encuentren una i o una u con acento al lado de cualquiera de las otras tres vocales, tilden sin miedo: María, reír, prohíba (la hache no quita el hiato), “yo evalúo”, “evalúa la casa”, “evalúe la casa”.Lea sobre escritura de términosA ver si recuerdan cómo se llama cuando ocurre lo contrario: cuando dos vocales consecutivas quedan en la misma sílaba…: un diptongo. “Rio” tiene diptongo, y si sus vocales están en la misma sílaba, pues la palabra es monosilábica y, en general, los monosílabos no se tildan (fue, ti, di), aunque hay excepciones.Miren, ahora, lo que ocurre con “meó”: dos vocales abiertas también forman un hiato (o sea, hay diptongo o hay hiato dependiendo del tipo de vocal y de cuál lleve el acento. En realidad, son definiciones medio arbitrarias, nada de ciencia tienen). Así las cosas, meó tiene dos sílabas y, por tanto, es una palabra aguda que termina en vocal, razón por la cual se tilda. Aquí si se aplican las reglas generales de acentuación, porque, cuidado, la regla de la que hablé en el párrafo anterior es una excepción y solo funciona con la secuencia vocal abierta-vocal cerrada con acento (o al revés, no importa el orden, como en río, que tiene la cerrada en primer lugar).Guardia y guarda: ¿es lo mismo?El sustantivo “guarda” tiene varias acepciones (definiciones). Entre ellas, “persona que tiene a su cargo la conservación de algo”. Es común en cuanto al género, es decir, “el guardo” no se usa. Además, el verbo guardar se refiere al acto de cuidar a alguien, vigilarlo y defenderlo. Guardia, que también es sustantivo, suele usarse para expresar la idea de grupo (la guarida del rey). Y, en efecto, una guardia es el conjunto de gente encargada de cuidar a una persona o un sitio. No obstante, un guardia también es el individuo que forma parte de la guardia.Por lo tanto, una persona encargada de cuidar puede ser guarda o guardia. Pero si es el grupo, se llama guardia.Le puede interesar: Un incendio no se propalaDe esas que casi nunca usamosMascarada. Es lo mismo que farsa (de fingir). Tiene que ver con máscara y también significa “festín de personas enmascaradas” o “comparsa de máscaras”. ¿Para qué sirve una máscara? Para ocultar la identidad y fingir otra.
PUNTO UNO: Ir a mercar es un arte y es algo que hay que hacer por placer, por necesidad o por negocio. Nada más atractivo que una plaza de mercado. Ciertas ciudades en el mundo tienen plazas de mercado de fama, de esas que es de obligatoria visita por ejemplo el Mercado San Miguel, en Madrid, España.Foto: CortesíaHoy día con este confinamiento y más ahora que estamos en una etapa de mucho contagio, ir a mercar es hacerlo con todas las medidas de prevención y cuidado. Lógico que la necesidad del encerramiento ha hecho que hagamos pedidos a modo virtual, pero no es lo mismo. Nada como la maravillosa sensación de ver el colorido de todas las estanterías de las frutas, como tocar los tomates y reparar cual es la lechuga más fresca… pero lo mejor, ese factor humano, ese saludo que te dan con nombre y piropo apenas llegas y que te preguntan… ¿hoy qué va a llevar?PUNTO DOS: Ir al mercado hoy es pensar que lo que echemos a la canasta debe ser nutritivo y balanceado, hay que tener en cuenta el leer bien las etiquetas de productos, su información nutricional, las calorías, el contenido de grasa, las proteínas, el azúcar. No resulta fácil leer ciertas etiquetas pero es muy importante hacerlo.Lea también:La buena salud está en lo que compraClara Lucia Valderrama, Nutricionista Dietista nos dice:“Lo primero para realizar las compras adecuadas se recomienda hacer un plan de alimentación que incluya los tiempos de cada comida diaria, las tres comidas principales y los dos refrigerios, esto sirve de guía para escoger los alimentos y luego es importante hacer una lista antes de mercar”PUNTO TRES: En el contenido de esa lista tenemos que tener en cuenta lo necesario, los alimentos más recomendables, los que contengan vitaminas y minerales, indispensables para ayudar a mantener el sistema inmune en buenas condiciones, por ejemplo las frutas y las verduras, son las primeras en la lista y hay que tener en cuenta de escogerlas frescas y almacenarlas en la nevera para evitar desperdicios. Las carnes, pescado y pollo de buena calidad.Luego están los carbohidratos como el arroz, la pasta, el pan integral, las galletas, las arepas, que son alimentos que aportan fibra. Aquí la papa, la yuca y el plátano lo que más nos gusta pero de los que hay que evitar su exceso porque estando en casa no es mucha la actividad física y nos hacen aumentar los centímetros de talla. Sigue en la lista los aceites vegetales, de canola, de girasol, de soya y el aceite de oliva, que son necesarios en su aporte de grasas, pero también hablando de grasas recuerden comprar aguacates, importantísimos en la ingesta diaria de grasas saludables.Foto: CortesíaLos refrigerios tienen varias alternativas por ejemplo los yogures y otros productos que contengan probióticos, recetas ricas que se pueden combinar con frutas, granolas, nueces, almendras. Frutas que pueden servirse con miel que es excelente producto que sube defensas. La nutricionista Clara Lucia Valderrama, recomienda evitar comprar productos de alto contenido de azúcares y grasas como dulces, chocolates, helados y productos de alto contenido de sodio como los paqueticos de snack.PUNTO CUATRO: Consultamos con uno de los cocineros de más prestigio y experiencia, Álvaro Molina, quien disfruta haciendo su mercado, él ama las plazas de mercado y nos recomienda: “Al mercar hay que pensar en los buenos precios y los mejores insumos. En la Plaza Mayorista hay tres tipos de negocio, los especialistas en temas como cítricos, maíz, plátanos; los que venden surtido y los supermercados. En la Plaza Minorista muy buena la zona de carnicería y pescadería y la Placita Florez y la de La América buenas para comprar frutas y verduras frescas. En los pueblos de Antioquia hay mercado los domingos en el parque principal con música, comidas preparadas y muy buenos precios”.PUNTO CINCO: Un regalo de nuestra revista Mundo Cocina son estas recetas: Mousse de yogur y mango, una preparación de Esteban Cataño, en la edición 326 del 2015 y la Torta de yogur y limón en la edición 354, un especial de comida saludable. Con esta torta de yogur pueden celebrar con un vino Pierlant, un rose suave.Torta de yogur y limónIngredientes3 huevos1 yogur de limón (200 gramos)Aceite de oliva (1 medida del envase del yogur)Azúcar (2 medidas de yogur)Harina (3 medidas de yogur)16 gramos de polvo para hornear1 limón (ralladura)1 cucharada de azúcar glasHarina y mantequilla para untar el moldePreparaciónBatir bien los huevos en un recipiente grande con el azúcar usando batidora o de forma manual.Añadir el yogur, el aceite y seguir batiendo. Agregar la ralladura de la cáscara del limón.Tamizar (pasa por el colador para que coja aire) el polvo para hornear y la harina, sobre la masa y mezclar bien.Untar un molde con mantequilla, espolvorearlo con harina y verter dentro la masa. Introducir en el horno (previamente calentado) a 180ºC durante 40 minutos.Apagar el horno, retirar la torta y dejar que se temple. Pasar un cuchillo por los bordes del molde para sacarlo fácilmente y desmoldarlo.Espolvorear la torta de yogur con un poco de azúcar glas y servir.Mousse de yogur y mangoIngredientes½ taza de yogur natural7 cucharadas de quesocrema4 galletas sultana5 cucharadas de azúcar1 clara de huevo1 mangoHojas de menta al gustoPreparaciónEn un recipiente poner el yogur, el quesocrema y una charada de azúcar. Batir bien con la ayuda de un globo o batidor hasta que se disuelva el azúcar.Separar la clara del huevo y batirla agregando tres cucharadas de azúcar.Pelar el mango, sacarle la pulpa y dividirlo en dos partes. Una de las partes del mango triturarlo y hacer un puré con las hojas de menta. La otra parte del mango ponerla en un recipiente, agregarle azúcar y dejar reposar. Poner el puré de mango en el recipiente donde está el yogur, agregar la clara de huevo ya batida y mezclar bien. Macerar las galletas y servir una capa de éstas y encima la Mousse y decorar con hojas de menta.
♦ SITUACIÓN DE REFLEXIÓN, cada que el presidente Iván Duque asoma su cara en la tele es para darnos las noticias de la situación económica y para decir que se alarga un mes más el confinamiento. Esta es una realidad y aquí comienza el AHORRO que tenemos que aprender, no solamente del bolsillo y decir no hay plata, sino el ahorro del estrés de nuestro estado de ánimo, de nuestra salud emocional. El estar pegados de todas las noticias, enferma según lo han dicho los psicólogos. Escojamos solo un noticiero y aquí nos ahorramos energía de no tener un televisor prendido todo el día. Ya es hora de tener muy clara la situación que vivimos por un virus. Situación que nos enseña que solo en tres cosas no podemos ahorrar: en el lavado de manos, en el uso del tapaboca y en el distanciamiento físico.Lea también: Para la monotonía… nuevos planes♦ FAMILIA Y HOGAR, deben ser una sola cosa. Primero que todo hay que saber que el estar en casa bajo un mismo techo no quiere decir indisciplina, ni desorden, ni derroche. Hay que marcar horarios y prioridades, el baño debe ser corto, cepillarnos los dientes sin tener el grifo de agua abierto, si el baño es un lugar con buena luz no hay necesidad de prender bombillos, antes para ir al trabajo nos cepillábamos con el secador, ahora podemos llevar el cabello al natural y nos ahorramos el tramo de encendido del secador. Enseñar a los chicos a utilizar correctamente el inodoro y no bajarlo dos veces sin necesidad. Los baños hay que lavarlos, escoja un día de la semana y aproveche cuando se esté bañando para restregar el piso sin dejar la ducha abierta. Ojo al uso exagerado del cloro, también se puede desinfectar con vinagre y se ahorra el maltrato de la piel que deja el cloro. En materia de jabones, los líquidos y los de polvo son más costosos que la barra cuadrada del azul. No es época de ensayar. Hay que prender la lavadora porque ahora hay más ropa para lavar, pero hay que prenderla un solo día. Hay que saber escoger la ropa con la que estamos pasando estos días. Escoger textiles livianos.♦ EN LA COCINA es fundamental el ahorro y tenemos que comenzar por saber qué pedimos al supermercado o a la tienda del barrio, hacer lista y pedir de acuerdo al presupuesto, no exageradas cantidades que se pueden dañar en la nevera o en las estanterías. El preparar los alimentos en casa hace parte de nuestra rutina de confinamiento y la realidad es saber qué se cocina y qué se prepara durante los tiempos de comida: desayuno, media mañana, almuerzo, algo y cena, son cinco momentos que no le pueden faltar ni a los niños, ni a los adultos mayores. Si planea las comidas no tendrá que estar cocinando todo el tiempo. Tendrá ahorro de tiempo, porque así sea calentar unas arepitas requieren de colocarlas en platicos que luego hay que lavar. Las parrillitas resisten dos arepitas juntas y ahí se está ahorrando gas, si va a calentar panes en el horno, póngalos todos juntos, igual muchas veces tenemos una receta en el horno, pero además necesitamos hornear unas papas, puede utilizar dos compartimentos, solo que debe estar pendiente de la temperatura y el tiempo de uno y otro plato. Así no prenderá el horno dos veces y por más tiempo. Si se le derrama algo sobre los fogones límpielos de inmediato porque los fogones sucios hacen que la energía se desperdicie, dificultan el contacto entre el calor y las ollas y gasta más. Para fritar necesitamos aceite, pero hay veces que después de usarlo una vez nos queda limpio y podemos volver a usarlo. Cuando vaya a botar residuos de aceite no lo haga en el lavaplatos, guarde envases de plástico, eche estos aceites ahí y sáquelos en el reciclaje el día de basura. Al lavar los platos después de comer no los arrume sucios dentro del lavaplatos, para que se ahorre jabón y esponjillas, utilice las servilletas de papel que puso en la mesa a cada uno y con ellas vaya limpiando los residuos de comida a los platos y cubiertos, esto hará que sus sifones no se tapen por la grasa y usted además ahorrará jabón. Si en las ollas, sartenes o calderos se le quedan residuos de grasa o comida muy pegados después de cocinar, al lavarlos póngale un poco de agua con unas goticas de vinagre y póngalos a fuego lento un momentico, verá que todo se le despegará rápido y así los puede lavar con más facilidad y además ahorra agua. Para que sus esponjillas no le queden grasosas después de lavar toda la vajilla échele un poco de agua caliente con unas goticas de vinagre. Recuerde que el vinagre también desinfecta y así cada vez que vaya a utilizar sus esponjillas estarán como nuevas.♦ REVISAR las llaves que gotean, los tanques de los inodoros, la llave del lavadero, las mangueras del jardín, las duchas, es una función que hay que hacer ahora en este tiempo de confinamiento. Su revisión permanente nos ayuda a tener menos gastos en los servicios. Si quiere por ejemplo ahorrar en los tradicionales tanques de agua de los inodoros, póngale dentro una botella de dos litros llena de agua o de arena, eso sí herméticamente tapada, son muy eficaces. Hoy se consiguen buenos reguladores de agua para conectarlos al tubo de agua o canilla de los lavaplatos como popularmente se dice. Ojo con el calentador de agua, enciéndanlo una hora antes de ducharse y apague es de los aparatos que más energía consume. Este revisando las luces encendidas, recuerde que hoy día la necesidad de ahorro energético se puede dar con bombillos de bajo consumo.♦ TOTAL ahorro es tener el bolsillo en cuarentena.
Al ver perorar estos días a los Congresistas de la llamada Oposición hasta convertirse en energúmenos vociferantes pidiendo una vez más la condena de la cúpula militar acusándola de las chuzadas que “ofenden su derecho consagrado a la intimidad”, tuve la impresión de sufrir un dejá vu, la impresión de sentir que ya anteriormente había visto esa escena con los mismos gestos, con las mismas frases o sea sin incorporar ningún argumento necesario sobre Márquez, Pablito, el Cauca. La paramnesia, pienso, trae al presente algo que inconscientemente tratábamos de no recordar. Si la versión original pudo tener algún sentido la que se repite no tiene sentido alguno, es un disparate ejecutado por actores de repuesto, sin la atmósfera debida ya que como lo dice Marx la historia se presenta primero como tragedia y en segundo lugar como parodia y si antes el protagonista fue el revolucionario genuino ahora es un conspiradorcito el que actúa. Una cosa es el revolucionario que fue capaz de dar su vida por imponer a lo que consideraba el pueblo explotado su terrible dictadura –como la historia vino a demostrarlo- y otra el lamentable seudorrevolucionario que jamás se sometió a las rudezas de las selvas, al hambre y las heridas, al fragor de los enfrentamientos bélicos, a quedar baldado o loco ya que, siempre permaneció en la comodidad de las ciudades o de las universidades y que formados en Moscú, París, Praga, Londres como sucede con Iván Cepeda y con los hijos de Reyes que ahora son franceses solo conocen de paso la realidad colombiana. Leí alguna vez la crónica de un periodista europeo sobre algunas familias de dirigentes de las Farc residenciados en Suiza en lujosos palacetes y que desconocen la realidad colombiana donde sus padres se habían lanzado a una lucha violenta con el apoyo económico y doctrinario de la Unión Soviética. Una investigación sobre colombianos en los archivos de la Unión Soviética detalla exhaustivamente los nombres de quienes estuvieron estrechamente ligados al proyecto de impostar en Colombia el modelo de la llamada revolución marxista-leninista. El investigador que ahonda sobre estos aspectos que son historia verificable y que inciden directamente sobre la actualidad de la justicia no está haciendo “anticomunismo” como lo suelen calificar los “intelectuales” de izquierda, sino, tratando de buscar objetivamente los puntos de partida de lo que han significado sesenta años de violencia guerrillera y del alcance ideológico que supone el llamado acuerdo de Paz y la tarea que les corresponde a quienes supuestamente abandonaron la lucha armada para entregarse de lleno a la verdadera construcción de la paz bajo otros parámetros políticos.Le puede interesar: La pandemia y la verdad última¿Dónde están los estudios de los miembros de la Oposición sobre el porvenir del campesinado, de los bosques y ríos, el problema de la vivienda? ¿No dejaron abandonados en los campamentos a sus hoy exguerrilleros? De Iván Cepeda quien visitó sindicalistas norteamericanos, recorrió las cárceles del país, y a quien La JEP no le ha pedido una sola declaración, la ciudadanía esperaba argumentos y argumentos, un programa de vivienda rural y urbana, un programa sobre la construcción de una nueva democracia con Londoño y Lozada y no un hombre dominado por una ira insana de querer que la historia del conflicto se escriba como él quiere, que las verdades sean las que él escoja olvidando que la historia no son unos archivos sino un acto de imaginación moral donde por encima de Tribunales de ocasión las víctimas recobran lo que se les está negando. Verlos gritando en manada, repitiendo los mismos clichés, esperando la información secreta que algún periodista les brinde para seguir inventando un nuevo escándalo, no fue la tarea que para afianzar la paz les sigue exigiendo el país a quienes se han convertido en portavoces de nada.Le puede interesar: La nueva guerra de relatos
Durante estos días, las letras de una bella canción me han llevado a repensar la vida hondamente. Quizá la música tenga la capacidad de hacernos ver más allá de las apariencias, llevándonos a partir de sus melodías, a tomar conciencia seria de cómo estamos viviendo. La música es hija de la palabra, la palabra es hija del ser humano. Música y palabra nos revelan en profundidad quiénes somos.Las letras de la canción que interpreta Mercedes Sosa, Todo cambia, inicia con esta afirmación contundente: “Cambia lo superficial, cambia también lo profundo, cambia el modo de pensar, cambia todo en este mundo”. En estas sugestivas palabras está la síntesis de lo que es un ser humano. El hecho mismo de vivir es un acontecimiento dinámico, una convulsión de ires y venires que nos sacan de nosotros mismos a cada instante, una bella melodía que se conjuga en la pluralidad de la sinfonía de la existencia.Lea también: El desafío de repensarnosEste cambio constante que somos no soporta la palabra definitiva y cerrada. Lo absoluto (dogma) es sinónimo de lo no humano (cambio). Si estamos naciendo a cada instante de la palabra que nos habita, es porque esta palabra se capta en la hermenéutica vital. La interpretación es la exégesis de nuestra finitud (vida).Este tiempo de confinamiento nos ha hecho caer en la cuenta de los dogmas que hemos creado. Lo que desenmascara esta realidad es la absolutización idólatra que se yergue en medio de nuestras sociedades contemporáneas. Dogmas económicos que absolutizan el dinero por encima de la persona; dogmas políticos que siguen persistiendo cuando son insuficientes y caducos; dogmas culturales siguen abriendo la brecha de diferenciación antropológica; dogmas religiosos que son pretensiosos al querer encerrar la verdad en conceptos; dogmas sociales que mostraron su incapacidad de dar sentido. Dogmas que arrebataron lo propio de nuestra condición cambiante: interpretar.Hoy más que nunca en el frente de recuperación de sentido están las ciencias humanas. Me atrevo a decir, son las únicas capaces de abrir el horizonte hacia realidades nuevas donde no llegan las demás ciencias. Por las ciencias humanas podemos seguir cultivando lo más sagrado que tenemos: la pregunta nacida de la palabra. En tiempos de crisis ellas nos recuerdan que lo absoluto sobre la existencia no puede decirse todavía, no hemos muerto. Son a partir de ellas donde hombres y mujeres siguen entregando la vida para que la hermenéutica nos regale comprensiones nuevas de la realidad. Todas estas comprensiones están mediadas por una palabra humana, finita, vulnerable. Una palabra que no tiene pretensiones de absoluto, sino de diálogo.En medio de tantos dogmas absolutizados la vida queda ahogada. Al encerrarla en categorías, la frustración embiste el movimiento vital que somos, pues nos exige a costa de perdernos nosotros mismos, adecuarnos estrechamente a sus pretensiones. El dogma no tolera y no soporta proponer lo otro, lo distinto, lo no dicho, lo nuevo. El dogma es la cárcel de la condición humana. En palabras de Joan-Carles Mèlich, en su libro Filosofía de la finitud, sería: “desconfiar de todos los discursos que se presentan como infinitos, como objetivos, como “finales de trayecto”, desconfiar de los discursos que pretenden haber descubierto el “Sentido”, en mayúsculas, el “Sentido” intemporal, esencial, porque resultan, a corto plazo, legitimaciones de prácticas totalitarias”.Hacer una crítica a los dogmas, sean de cualquier índole, jamás implicará entrar en el absurdo, por el contrario, es el camino del reconocimiento profundo de que somos seres situados, contextualizados, temporales. En esta realidad es donde la vida se abre ampliamente y nos recuerda que lo más peligroso es tener una mente cerrada, estrecha, limitada. De esta absolutización temporal de una palabra y una fórmula, es que nacen los más inhumanos postulados. La historia lo ha demostrado con creces.La verdad que pretende poseer escrupulosamente el dogma es muy sospechosa, pues limita al máximo la posibilidad de ir más allá, todo ello bajo pena de exclusión y rechazo. La verdad jamás podrá ser contenida y encerrada en nuestras palabras finitas, y pretender apropiarnos ególatramente de ella, es digno de poca credibilidad. A la verdad se llega en un proceso de desvelamiento, de captación, de novedad, de madurez progresiva. Es un nosotros que está abierto a interpretar y reinterpretar, a construir y a destruir, a dar y a recibir. El escenario de ello son nuestras coordenadas históricas y temporales con matices siempre nuevos y distintos. La hermenéutica, como conciencia de la existencia, es la partera de la verdad.Ante esta situación que se ha tejido en la historia y sigue muy vigente entre nosotros, el problema hunde sus raíces en la idolatría que encierra la pretensión de absoluto. La imagen visible de toda idolatría es el dogma. De esta manera, “el ídolo es la negación de la interpretación. Un símbolo se convierte en ídolo en el momento que pretende haber logrado el final de la interpretación, el sentido último” (Joan-Carles Mèlich - Filosofía de la finitud). Recuperar al ser humano es el camino para romper con esta lógica macabra. Volver la mirada a la finitud (vida) es estar abierto al futuro, a lo distinto. El dogma cerrado en sí mismo se quiebra cuando el ser humano toma conciencia de que no es definitivo, acabado, concluido. Cuando su palabra es capaz de suscitar lo distinto.Le puede interesar: Ante el cambio constanteMercedes Sosa tenía razón, “cambia, todo cambia”. La palabra definitiva no ha sido pronunciada, mientras haya vida todo podrá ser distinto. Pasemos urgentemente del dogma a la vida, en este paso seremos salvados todos. De esta manera, “recuperar la palabra es recuperar al otro, al amigo y al extraño. Porque la palabra humana es una relación de alteridad, es exterioridad y trascendencia” (Joan-Carles Mèlich - filosofía de la finitud). Cuando logremos entender que queda todo por decir, sabremos que queda todo por hacer.