Por: Laura Zapata Rendón

Los tiempos de crisis, aunque estén llenos de incertidumbre y angustia, siempre representan una oportunidad de transformación. Poder comprender el cambio y generar capacidades para reinventarnos, constituye el reto que plantea el proyecto de Plan de Desarrollo Medellín Futuro 2020-2023. En este Plan se plantea un nuevo modelo de desarrollo que propende por una ciudad sostenible social y ambientalmente, competitiva en la economía global y equitativa en su territorio.

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Resulta destacable que la actual Administración de Medellín promueva y genere espacios participativos, en los que, a través de talleres sectoriales, diversos actores de la sociedad civil puedan discutir los imaginarios colectivos de ciudad en sus diferentes líneas estratégicas, para luego plasmarlos en lo que será la hoja de ruta de los próximos años.

Una de las líneas estratégicas más destacadas, es sin duda el convertirnos en una EcoCiudad, concibiendo la interdependencia entre los ciudadanos y los ecosistemas como base para una mejor manera de producir, de habitar el territorio y de disminuir los impactos sobre el medio ambiente.

En Socya nos articulamos y estamos enfocados en la construcción del  componente EcoCiudad, a través del programa “Economía Circular y Gestión Integral de Residuos Sólidos”, el cual se constituye en el primer paso para emprender el camino correcto, y esto, solo es posible, si primero, el sector privado se vincula decididamente y adopta medidas para el uso de materiales y productos que posean un alto valor en sí mismos, ya que ello permitiría su reincorporación al sistema productivo a través del ecodiseño, la reutilización o el reciclaje, logrando de esta manera la disminución de residuos; segundo, si desde el sector público se garantiza una correlación entre las políticas públicas emitidas por diferentes niveles y entidades gubernamentales en materia de gestión integral de residuos, como por ejemplo, la implementación de rutas diferenciadas para el debido aprovechamiento de Residuos de Construcción y Demolición RCD, orgánicos y reciclables, así como la inclusión en los Planes de Ordenamiento Territorial-POT de áreas destinadas para tal fin; tercero, si se generan alianzas público-privadas para el fortalecimiento de las cadenas de reciclaje, la coexistencia de los diferentes actores y la aplicación de innovaciones tecnológicas; y cuarto, si se configura un esquema de gobernanza colaborativa en Economía Circular entre los sectores público, privado y la sociedad civil, fundamentado en un gran acuerdo que tenga como base la educación y sensibilización en el consumo responsable de los ciudadanos.

De poder avanzar en las consideraciones que nos permitimos plantear, lograríamos en los próximos cuatro años alinearnos con las tendencias en Economía Circular de países como Holanda que están a la vanguardia, siendo una oportunidad de desarrollar nuevas formas de colaboración, invenciones tecnológicas y modelos de negocio, con gran potencial para generar nuevos empleos y oportunidades de reinvención, incluso, como promesa de recuperación social y económica de cara al Covid-19.

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Desde Socya, reafirmamos nuestro compromiso con 60 años de vida e historia al servicio de la sociedad, en la que esperamos sumar alianzas para seguir trabajando en la promoción de la agenda colectiva para la Economía Circular de la ciudad de Medellín y de Antioquia, participando activamente en la configuración de la gobernanza colaborativa de la mano de las instituciones públicas, el sector empresarial y la sociedad civil. Celebramos que el propósito político de la Administración de la Ciudad sea la construcción de una EcoCiudad, “Por una mejor relación entre nosotros y lo que nos rodea”.