La derecha colombiana derrotó con legitimidad a la izquierda y a los alternativos representados por Gustavo Petro, que obtuvieron la votación más alta de la oposición en Colombia.
Más de diez millones de colombianos decidieron este domingo con legitimidad conservar el manejo del Estado en la política tradicional que ha ejercido el poder presidencial durante los casi 200 años de vida republicana que se cumplirán en el 2019.
De ese modo y en forma mayoritaria el pueblo colombiano se marginó de producir un cambio drástico en su modelo de liberalismo capitalista y eligió al candidato del Centro Democrático o uribismo, aupado por los partidos legendarios, Iván Duque Márquez, y derrotó al aspirante de una propuesta de liberalismo socialista, acompañado de sectores independientes, alternativos y disidentes, el exguerrillero del movimiento por una Colombia Humana, Gustavo Petro Urrego.
En los anales de la historia política y electoral de Colombia quedará consignado que la derecha democrática colombiana venció este 17 de julio en segunda y definitiva vuelta el primer gran desafío que le impusieron fuerzas políticas de izquierda y alternativas, que en un hecho sin antecedentes recientes llegaron muy lejos en la lucha electoral al obtener la mayor votación en la historia de un proyecto político contestatario.
El establecimiento político tradicional colombiano mantendrá la orientación de la democracia y del Gobierno Nacional con un joven abogado y experto en finanzas públicas, Duque Márquez, el cual se convirtió en toda una revelación política en solo cuatro años de haber incursionado en la política nacional.
Aunque de pequeño soñó con ser presidente, fue hijo de un político liberal turbayista y miembro de una familia antioqueña bogotanizada en la que se hablaba todo el día de política, Iván Duque sólo llegó a la brega proselitista en el 2014 a sus 38 años de edad, luego de permanecer por más de doce años en los Estados Unidad estudiando y trabajando al servicio del país y para el Banco Interamericano de Desarrollo, BID.
Este domingo y con apenas 41 años de edad llega a lo más alto de la política nacional con su elección como el presidente número 60 de Colombia, tras una meteórica y corta carrera pública y política.
Por su labor en el BID el expresidente Álvaro Uribe Vélez lo conoció y lo invitó a ser parte de la lista cerrada al Senado del debutante Centro Democrático, con el cual salió electo a esa corporación legislativa.
Allí se convirtió rápidamente en uno de los mejores congresistas, reconocido hasta por las demás bancadas, que resaltaron sus aportes, proyectos y debates en el campo económico.
Eso llevó a que varios de sus compañeros le pusieran el ojo y lo postularan como un precandidato del CD a la Presidencia de Colombia y tras superar con éxito todas las pruebas y competencias internas que se exigieron, logró la candidatura de su colectividad, la cual puso a prueba en la consulta interpartidista de marzo que ganó holgadamente con 4.8 millones de votos, candidatura que ratificó en la primera vuelta de mayo con 7.6 millones de sufragantes a favor y que este domingo ratificó con 10.3 millones para ser el nuevo jefe de Estado electo hasta su posesión este 7 de agosto y sustituir a Juan Manuel Santos, uno de los grandes derrotados del proceso electoral nacional que terminó ayer.
Este domingo se registró casi la misma votación total que se depositó en la primera vuelta del 27 de mayo con 19.5 millones de colombianos electores, para un muy aceptable 53 por ciento de participación sobre el potencial de 36.7 millones de posibles votantes.
Al contabilizarse la misma cantidad de electores entre esas dos vueltas presidenciales, a la que se tuvo que recurrir por quinta ocasión desde 1994 y tras estar rigiendo la Constitución del 91, Duque Márquez aumentó en 2.7 millones su votación, que podrían ser los 2 millones de Germán Vargas y Humberto de la Calle, más los votos nulos y no marcados y un poquito que arrebató a la Coalición Colombia o fajardismo.
Entre tanto, Gustavo Petro, quien sumó 8 millones y había sacado 4.8 millones de tarjetas en mayo, recibió el apoyo de por lo menos 3.2 millones más de sufragios de los 4.2 millones que sacó la Coalición Colombia en la primera ronda.
Petro redujo este domingo la ventaja de mayo con Duque de 2.7 a 2.3 millones de votos, o sea que sumó más votos nuevos que su competidor.
Pero además de la legítima victoria de Duque, la otra gran lección o novedad que dejan las elecciones presidenciales es que ocho millones de personas ya votan por fuera de los tradicionales y desgastados partidos de este país y prefieren propuestas de poder de izquierda y alternativos, lo que se convierte en un mensaje muy claro y contundente para el próximo gobierno de Duque, el cual debe llevar a cabo en forma muy moderada y social, ante el avance de otras fuerzas políticas para los próximos comicios.
El triunfo de Duque significa también el retorno al poder presidencial del uribismo tras los ocho años en los cuales permanecieron en una fuerte oposición al gobierno de Santos y a su proceso de paz con las Farc.
Álvaro Uribe, quien fue reelecto senador en marzo pasado, sería el nuevo presidente del Senado, mientras que Gustavo Petro inaugura la disposición constitucional de que el perdedor de la elección presidencial, se convierte automáticamente en senador y en jefe de la oposición al entrante gobierno nacional.
También con el triunfo de Duque su fórmula vicepresidencial, Marta Lucía Ramírez, se constituyó en la primera mujer en Colombia que es elegida en esa alta dignidad del Estado.