El déficit de representación en los entes públicos, el racismo estructural, el enfoque diferencial en las estrategias y una política pública étnica serán los principales desafíos que tendrá este ente consultivo afrodescendiente.
300 representantes de organizaciones y concejos comunitarios participaron en la elección de la Comisión Consultiva Afrodescendiente de Antioquia.
Tras la votación, que sucedió el pasado domingo 22 de octubre, 30 personas de esta etnia fueron elegidas como representantes de las organizaciones sociales de negritudes.
Ellos, los elegidos, tienen un objetivo en común: incidir con sus propuestas en las políticas públicas y los planes de desarrollo de los municipios antioqueños en el desarrollo de las actividades que ejecute la Comisión Consultiva en sus territorios.
Dicha Comisión deberá apuntar hacia mejorar las condiciones de vida de esta población y aplicar estrategias con enfoque diferencial. Ese es el fin dado a la mencionada instancia afro creada.
Tras cinco años sin generarse elecciones para este órgano consultivo, las personas elegidas para ser representantes realizarán estas funciones por un periodo de tres años, los cuales iniciarán a partir del próximo primero de noviembre.
Las curules de este órgano consultivo fueron repartidas de acuerdo a la cantidad de organizaciones sociales y la presencia de esta etnia en las nueve subregiones de Antioquia, cuya muestra fue determinada por un censo poblacional realizado en 2005.
Este estamento étnico fue reglamentado en 2008 por el poder legislativo, aunque en el departamento ya se venían dando las elecciones desde 1996, según lo recapituló la Gerencia de Afrodescendientes de Antioquia en información entregada a EL MUNDO.
Según el Decreto 1066 de 2015, en el que se definió el marco de funcionamiento de esta elección, se consignó que “la Comisión Consultiva debe tener un número no superior a 30 representantes designados por las organizaciones de Comunidades Negras del Departamento y Consejo Comunitarios”.
Según este acto administrativo, la Comisión Consultiva Afrodescendiente estará compuesta por “seis representantes del Valle de Aburrá, uno del Oriente, dos del Nordeste, uno del uno del Norte, uno del Occidente, once de Urabá, cinco del Bajo Cauca, dos de Magdalena Medio y uno del Suroeste”.
No obstante, para Wilfredo Machado, gerente de Afrodescendientes de Antioquia, “la Comisión Consultiva tiene la fuerza de representar a toda la población negra de Antioquia en las esferas departamentales y municipales. En estos escenarios apoyarán en el trazo de políticas públicas y estrategias con enfoque diferencial que apunten al mejoramiento de las condiciones de la etnia”.
Dado el vacío existente en la representatividad étnica en la toma de decisiones de las actuales administraciones, algo a lo que tanto el Gobierno departamental y los líderes afros llegan a un consenso, Machado explicó: “Como hace cinco años no funcionaba, ningún ente territorial contó con dicha supervisión en la construcción de sus planes de gobierno, lo cual generó un vacío en la representatividad étnica en la toma de decisiones de las actuales administraciones”.
En este escenario de participación creado en el marco de la ley 70 de 1993, norma que rige todos los procesos de este grupo étnico, pueden “ingresar toda la población afro organizada dentro de un esquema prudente, tales como grupos juveniles, colectivos sociales, ligas deportivas, entre otros”, precisó el gerente.
La estructura organizativa de la Comisión no tiene cargos jerárquicos. Las únicas personas dentro de los delegados que podrían tener funciones diferentes serán tres de ellos, elegidos por los 30 integrantes, los cuales participarán también en la Comisión Consultiva de Alto Nivel, una segunda instancia de representatividad en el ámbito Nacional conformada por viceministros y directores del Gobierno, así como los demás representantes de las comunidades negras del Valle, Cauca, Chocó, Nariño, Costa Atlántica y demás regiones del país con comunidades negras, y de raizales de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.
El gerente de Afrodescendientes subrayó que si bien la Comisión debe respetar el marco normativo, cuando hay políticas y estrategias que tengan relación o afecten a la población o su territorio, las instituciones del Estado y entidades estarán obligadas a darle cumplimiento a lo pactado con este órgano, ya que es el máximo estamento de representación de las negritudes en el departamento.
El racismo estructural, la exclusión, la falta de políticas públicas y la necesidad de un enfoque diferencial son las principales deudas históricas que deberá resolver la Comisión Consultiva Afrodescendiente en Antioquia.
Las personas elegidas tendrán el reto de visibilizar los problemas que no han sido incluidos en las políticas públicas y el déficit de derechos de las negritudes del departamento.
Para Machado, la principales necesidades son reparar a las víctimas afrodescendientes (población que representa un alto porcentaje en Antioquia), mejorar las políticas de educación, salud y empleabilidad. Eso sí, todos los componentes deben contener un enfoque diferencial, porque por su cultura, idiosincrasia, costumbres y otros elementos que requieren una atención diferente”.
Para Nayibe Cossio Correa, quien participó con la corporación Afrotigüí del municipio de El Bagre, el principal desafío es “es saber cuántos afros somos en Antioquia; ya que nos hemos contabilizado con un censo del Dane muy antiguo. Es muy importante que se haga una nueva caracterización que no solo indique el número de población negra, sino saber en qué condiciones vivimos, cuál es nuestra experiencia académica, las necesidades básicas insatisfechas y nuestros sueños desde lo político y social”.
Otro de los problemas señalados por Cossio es el déficit de representación de la población en el las instituciones municipales, estatales y departamentales; ya que, según lo indicó, la ley 70 permitió que cualquier persona se reconozca como afrodescendiente y las curules que tienen en el Congreso, por ejemplo, no son ocupadas por gente que tenga una identidad desde lo étnico, sino que se presentan con otras intenciones.
Sobre la convocatoria y la elección, la miembro de Afrotigüí concluyó que la convocatoria estuvo dentro de lo planeado dentro de la Administración departamental, pero manifestó que le hubiera parecido mejor que hubiera mayor amplitud y participación de más personas de las organizaciones en esta etapa.
Por su parte, Tomasa Medrano, quien hace parte de la Red de Mujeres Afrodescendientes de Urabá y quien ejerció el papel de secretaria en la votación, argumentó que los principales problemas que deben ser resueltos por la Comisión Consultiva es la necesidad de fortalecimiento de las organizaciones sociales, ya que “los presupuestos municipales no alcanzan para ayudar los procesos. Siempre se ha trabajado casi con las uñas, los líderes están cansados de tocar puertas y esto afecta el desarrollo de nuestros proyectos para la población”.
Esta elección fue satisfactoria y cumplió con las condiciones propuestas, declaró Medrano, además permitió que se planteara un escenario diferente porque se asignó un cupo por cada municipio de Urabá, porque “uno quiere participar, pero a veces ve personas con un mejor perfil para estar en ese puesto y finalmente irá a defendernos a todos y no solo a su grupo o municipio”.
La integrante de la Red de Mujeres Afrodescendientes aseguró que los principales retos de su subregión, la cual tiene la mayor presencia de esta etnia, son “apoyar la titulación de los territorios colectivos, la creación de programas especiales para las poblaciones afro que no tienen vivienda digna o viven en territorios de alto riesgo y brindar oportunidades a nuestros jóvenes porque están en peligro de entrar a la ilegalidad”.
Estela Mejía, quien pertenece a la Corporación Afrometropolitana de Medellín, esta vez no quiso participar en la elección, sino como veedora y planteó las debilidades del proceso y vigilará que las necesidades presentadas en las comunidades sean tomadas en cuenta.
Para ella, “hay que revisar los mecanismos para inscribir a las personas, porque en los municipios hay muchas organizaciones, pero no todas tienen la capacidad de acceder a la información porque fue publicada a través de internet, por lo cual muchos grupos no pudieron tener todos los elementos y estar al nivel de las otras organizaciones”.
Se debe investigar y mirar si hay pruebas, pero en la veeduría quedó la sensación de que algunas organizaciones no eran colectivos formalizados, sino que una persona creaba un grupo y se presentaba a través de este. También vimos que pese a que hay una ley de cuotas que garantiza la participación de las mujeres, este proceso ha sido excluyente porque no garantizó que en el momento de la elección hubiera una participación real de ellas.
“Frente al contenido de la Comisión, considero desde la veeduría que no hubo una correcta aplicación del enfoque diferencial dentro de la población afrodescendiente, por lo cual no se incorporó de manera efectiva al adulto mayor, los jóvenes, las personas en situación de discapacidad y las mujeres. Además, nuestros liderazgos no han movilizado lo suficiente a las comunidades y no han sido interlocutores efectivos frente al Gobierno. Por esto, es vital que hagamos veeduría y ordenemos la casa frente a cualquier obstáculo”, concluyó.
Isabelina Mosquera Murillo, quien pertenece a la Organización Afromiel y fue elegida para representar el oriente antioqueño, aseguró que su misión será escuchar a las comunidades y analizar las dinámicas de los municipios, de modo que identifique las problemáticas y plantee una solución para estas desde un enfoque diferencial y de derechos.
Se debe hablar sobre el tema de las tierras, porque hay muchas personas que quieren realizar proyectos productivos, pero les queda imposible por la dificultad del acceso a las tierras de la subregión.
“Las principales necesidades que identifico son la creación de una caracterización de los afrodescendiente y una sensibilización desde la etnoeducación porque algunas personas son de la población, pero no se identifican como tal”, explicó Mosquera.
La diversidad entre las organizaciones y las subregiones que representa, hace que varíe el modelo de líder afrodescediente que ellos quieren para la Comisión Consultiva.
Para Nayibe Cossio, “debe ser la voz de las organizaciones y no la representación de los intereses individuales. Haremos veeduría para que estas personas respondan a las necesidades de estas organizaciones comunidades”.
Tomasa Medrano opinó que “el elegido debe tener un conocimiento muy amplio de la normatividad. Si vamos a estos espacios sin conocer la ley, es muy poco lo que vamos a hacer por el territorio porque solo seremos espectadores. Esta persona debe saber concertar, interlocutar, mediar y tener una mente amplia para abrirse a otros contextos”.