La Alcaldía de Medellín insiste en que no se puede parar la acción contra las estructuras criminales, pero también expone sus estrategias en inversión social para generar oportunidades en los sectores más vulnerables.
La preocupación aumenta a la par de las cifras. Hoy Medellín registra 221 homicidios en los primeros 113 del año, 42 casos más que en el mismo periodo de 2018, lo que representa un incremento del 23,5%.
En el comparativo de los 23 primeros días del mes de abril, se presentaron 61 muertes violentas, 21 más que en el mismo tiempo del año pasado, lo que refleja un aumento del 53%; mientras que entre marzo y lo que va de abril el incremento fue de 69% respecto al mismo espacio del año pasado.
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Es decir, la muerte no se detiene. Y según el Sistema de Información para la Seguridad y la Convivencia (Sisc), la tasa de homicidios estimada a diciembre de este año en Medellín será de 28. Verdaderamente alarmante.
Hechos que en la mayoría de los casos las autoridades atribuyen a enfrentamientos o retaliaciones entre las estructuras criminales que operan en la ciudad y que se disputan el control territorial, el manejo del microtráfico y las rentas ilegales.
“La ciudadanía está cansada de vivir bajo el yugo de estas estructuras criminales… por eso la decisión de ir tras ellos, no vamos a parar”, repitió con vehemencia el alcalde Federico Gutiérrez Zuluaga al anunciar este miércoles la actualización de los dos carteles de los más buscados por la Policía en Medellín y el área metropolitana: un cartel con los alias de doce cabecillas de los Grupos de Delincuencia Organizada (GDO) y otro con los alias de 131 integrantes de esos grupos que tienen incidencia en trece comunas y dos corregimientos de Medellín.
“Por eso se está ofreciendo una recompensa de hasta 50 millones de pesos, para que la comunidad ayude con información que nos lleve a su captura”, repitió el alcalde.
Es que según Gutiérrez Zuluaga, “en lo que va de esta Administración son 135 cabecillas los capturados, y al no existir jefes en esas estructuras criminales se genera un desorden al interior de esos grupos y con ello el aumento de los homicidios”, por lo que dijo que “el tema ya se ha hablado en el orden nacional, con los generales de todo el país, porque esta no es sólo una lucha de Medellín, es de todos. Estas organizaciones criminales tienen presencia hoy en muchas ciudades colombianas. Del total de los GDO que hay en todo el país, en Medellín y el área metropolitana tiene presencia el 43% de ellos. Por eso lo de Medellín es un caso excepcional, distinto a lo que ocurre en otras ciudades”.
Situación que hoy, explicó el alcalde, “se refleja con mayor suceso en San Javier-Comuna 13, donde se presenta un conflicto a lo largo de tres años y situaciones complejas que también inciden en el ambiente de la Comuna 12, donde se aprecia un evidente aumento de homicidios en La América, pero que están directamente relacionados con ese conflicto. Y en el corregimiento de Altavista, donde hay una disputa permanente por el control territorial, eso debido a su importancia estratégica como un corredor de drogas, armas y de todo tipo de actividades criminales”.
“Soñemos una Medellín sin bandidos, una Medellín donde las estructuras criminales hagan parte definitivamente del pasado, una Medellín donde no tengamos que seguir arrastrando esta lacra maldita del narcotráfico, la criminalidad y la ilegalidad. Medellín se consolida como una ciudad de oportunidades, una ciudad que dejó atrás la herencia de la violencia y que quiere dejar atrás la herencia de la ilegalidad, y los únicos enemigos de este proceso son los bandidos, por eso es que entre todos tenemos que seguir combatiéndolos”, replicó el secretario de seguridad, Andrés Tobón.
No se puede parar
Sin ocultar su preocupación por el aumento de los homicidios, el alcalde insistió en que es una lucha que no se puede parar porque en los sectores más vulnerables de la ciudad es donde se ha llevado más inversión y presencia del Estado. Por lo que recalcó que si esas personas que están delinquiendo y causando daño no van a dejar vivir tranquila a la comunidad, las autoridades van a ir por ellos.
“La instrucción no es solamente capturar cabecillas, es desarticular estructuras criminales, por eso la importancia de avanzar también en procesos como la extinción de dominio, es quitarles todo lo que han logrado a lo largo de los años y su actividad delictiva”, aseguró el alcalde.
“Y esta es una tarea para todo el país, combatir el lavado de activos. Medellín es la primera ciudad que está trabajando en este asunto. Medellín es la única ciudad de Colombia que hoy tiene convenio con las agencias de inteligencia, de información e investigación judicial dedicas enteramente a la persecución de estos delitos de rentas criminales, materializadas en la presencia de lotes, apartamentos, negocios, comercios. En 2018 se realizaron más de 75 procesos de extinción y este año estamos seguros que duplicaremos esa cifra”, insistió Tobón al explicar que la estrategia no es sólo capturar a los bandidos sino atacar esas rentas criminales que son su fortaleza.
“Toda vida que se pierde duele, es una tragedia. Mucho más cuando son los jóvenes de nuestra ciudad”, lamentó el alcalde redundando en que es una tarea que no se puede parar.
Oferta de oportunidades
“No vamos a parar porque se les han ofrecido todas las oportunidades de acuerdo a las posibilidades de presupuesto y atención que tenemos como Estado, pero ellos son los que no quieren entender”, explicó Tobón al hacer un compendio de las estrategias que, dijo, se han puesto a marcha durante esta Administración para llevar bienestar a las comunidades.
“Tenemos más del 25% del presupuesto de la ciudad destinado a la educación, el más alto en la historia de Medellín. Tenemos el más amplio programa de becas de educación superior, en total 10.000 becas creadas en convenio con el comité universidad-empresa-Estado para que no solamente los jóvenes estudien, sino que tengan oportunidad real de trabajo una vez salgan de las instituciones educativas. Becas que se están utilizando y a las que no se vinculan simplemente por internet, sino que vamos a los barrios donde realmente nos interesa que accedan a este tipo de educación. También se ofrece el acompañamiento con el tiquete estudiantil para fortalecer la presencia de jóvenes en las instituciones”, expuso el secretario de Seguridad.
Y aseguró que “también tenemos el presupuesto de cultura más alto de la historia de Medellín, con el cual se ha logrado bajar adonde nunca se había bajado, a los artistas callejeros, a la gente que realmente hace parte de esos colectivos que participan permanentemente en las dinámicas de los barrios de la ciudad”.
De igual manera, resaltó que frente a la realidad criminal de la ciudad también se ha diseñado una ruta especial: “Una ruta que arranca por Jóvenes R, un programa que, de la mano de clubes juveniles, está llegando a aquellos lugares en donde, por las complejidades que se viven, tenemos jóvenes en condición de vulnerabilidad.
Y no solamente con los que están en riesgo, dijo, “también se incluyen los chicos que sabemos ya han sido instrumentalizados y que lastimosamente los criminales han querido arrastrar para su acción. Para eso se tenemos Parceros, un programa que este año tiene la capacidad de llegar a 1.180 chicos y que tiene una dirección que apunta a atender a los que hoy están siendo utilizados, instrumentalizados, que lastimosamente están ahí, a un paso de pertenecer a una estructura criminal, y que si no logramos sacarlos, si no logramos recuperarlos para la vida académica y laboral, definitivamente van a terminar haciendo parte de uno de esos grupos y de esos alias que no queremos más en la ciudad de Medellín”.
Hoy la ruta está clara, asegura Tobón: “No solamente en la posibilidad de tener a niños, jóvenes y adolescente de la ciudad en programas de educación, prueba es que tenemos la cifra de deserción escolar más baja de los últimos 20 años, sino porque también hemos recuperado más de 6.000 chicos que habían abandonado el sistema escolar, gracias al programa En el colegio contamos con vos. Y hoy, a través de estas estrategias, tenemos una oportunidad de cambiar a Medellín”.
Por eso, reitera el secretario de seguridad, “le seguimos apuntando a una ciudad diferente, una ciudad en la que la gente pueda vivir con tranquilidad y esperanza, una ciudad donde el ciudadano no tenga miedo de salir a la calle, una ciudad donde prevalezca el respeto por los demás, y si para lograrlo necesitamos combatir a los que no quieren entender que la ciudadanía está cansada de lo que está viviendo, entonces vamos a seguir en esa lucha”.