Las ferias no eran la razón de ser de Inexmoda sino su supervivencia, y hoy son su razón de existir, con tres décadas
En la mitad de los últimos años 80, el desaparecido Proexport –algo parecido al Procolombia de hoy, pero mejor- se propuso crear un fondo donde muy discretamente se ocultaran los subsidios que el Gobierno Nacional otorgaba a los confeccionistas, prohibidos entonces como ahora, por normas del comercio mundial, so pena de ser castigado el país infractor con unos impuestos conocidos como “derechos compensatorios”. Guillermo Valencia Jaramillo, presidente de la mayor empresa exportadora del sector en el país, pionero, decano, y vocero del sector, y la entidad estatal, que promovía las exportaciones y entregaba los subsidios, decidieron que lo mejor era crear una entidad que recibiera esos recursos y los transformara en acciones específicas para el desarrollo productivo y exportador de los confeccionistas, con lo cual el beneficio dejaba de ser individual para ser colectivo, y gozaría de invisibilidad. Y se creó Inexmoda, con una curiosa dificultad inicial: se había decidido que la junta directiva estuviera conformada por las principales empresas confeccionistas, pero al identificarlas se encontró que la gran mayoría de ellas eran compañías de garaje, principalmente de Barranquilla, creadas para simular exportaciones y obtener, gracias a ellas, los incentivos gubernamentales, que llegaron a ser del 15 por ciento del valor exportado; se conoció esta modalidad como “exportaciones ficticias”, que enriqueció a muchos en esa época, hoy muy queridos y dedicados abuelos. Solucionado este inconveniente, empezó una nueva etapa para la siempre pretendida internacionalización del sector que mayor cantidad de empleos ha generado en el departamento de Antioquia. Obviamente los recursos paternalistas del gobierno no podían durar para siempre, y por ello el Instituto para la Moda tenía que buscar cómo sobrevivir, surgiendo la gran idea de organizar dos grandes eventos feriales, uno para materias primas, y otro para producto terminado. Colombiatex y Colombiamoda fueron los hijos concebidos por Roque, Alicia y Clara, y su guardería fue el Palacio de Exposiciones. Medellín era ropa y exportaciones de reconocidas marcas, tanto con las telas de las grandes textileras, Coltejer, Fabricato y Tejicóndor, como con las telas compradas en el exterior sin impuestos gracias a un sistema conocido como Plan Vallejo. Las ferias no eran la razón de ser de Inexmoda sino su supervivencia, y hoy son su razón de existir, con tres décadas de buenas realizaciones, de grandes resultados, y también hay que decirlo, de muy pobres resultados y muy pocas realizaciones. Lamentablemente los eventos más recientes se han diversificado con ventiladores, fragancias, joyerías y carros, según me dijo un buen amigo, el mayor conocedor del tema de la internacionalización de ropa en Colombia.
Un hecho notorio después de cada uno de los eventos realizados por Inexmoda es el anuncio de las "millonarias" ventas, y así ha venido ocurriendo desde los primeros años, con gran eco en los medios de comunicación, no propiamente en las noticias económicas sino en las de farándula; nuestro alcalde se emociona con los eventos de Inexmoda pues son los más importantes que alberga Plaza Mayor, los hoteles y restaurantes se llenan, las discotecas reciben a nuestras modelos y compradores, y mi vecino Eduardo es un hombre feliz pues como Uber trabaja día y noche con los mismos compradores venezolanos de años anteriores, que ya no compran. Si sumamos las ventas anunciadas después de cada Colombiamoda durante treinta años, el país debería exportar ahora un mínimo de 6.000 millones de dólares; 169 millones de dólares fueron las ventas el año anterior, 179 millones en 2017, 399 en 2016, y 341 millones de dólares en el año 2015. Sumo solo estos cuatro años para no hacerlo con las tres décadas de historia, y obtengo 1.088 millones de dólares de ventas en solo cuatro años, siendo nuestras exportaciones del año anterior de apenas 447 millones de dólares. Sin duda hay posverdades o comunicación persuasiva en el mediatismo de Inexmoda; quizás los dos eventos que organiza venden mucho, pero no para el mercado internacional, y de ser así debe decirse, debe sincerarse esa entidad con la realidad de un sector productivo que va desapareciendo, cediéndole el lugar a prendas de vestir importadas, las cuales en 2018 compramos por valor de 672 millones de dólares. Si el evento no es para exportar, la primera entidad en enterarse de ello debe ser Procolombia, para ahorrarse el desplazamiento hacia nuestra ciudad de quinientos compradores internacionales cada año. Inexmoda organiza muy bien sus dos ferias, pero hay que buscar quien pueda ayudar a los empresarios a exportar. Son dos temas diferentes.