El Gobierno confía que los cultivos reducirán con modelos de planes de desarrollo. Por el momento, se conoce que la superficie dedicada al cultivo ilícito de la planta de coca en Colombia se extendió hasta 146.000 hectáreas en 2016, desde las 96.000 hectáreas registradas en 2015.
El vicepresidente de Colombia, Óscar Naranjo, pidió este miércoles en una reunión de la ONU en Viena que la evaluación del esfuerzo de los Estados en políticas de drogas tenga más variables políticas, sociales y presupuestarias, y defendió la sustitución voluntaria de hoja coca como solución a largo plazo.
"La medición del desempeño de los Estados, y es nuestra propuesta, debería ser multidimensional", declaró Naranjo en su intervención ante el plenario de la Comisión de Estupefacientes de la ONU, el órgano ejecutivo sobre políticas internacionales de lucha contra las drogas.
"Eso nos permitirá salir del viejo paradigma de que el éxito o fracaso depende de la cantidad de droga que se produce o del volumen de droga que se consume", agregó Naranjo, un general retirado elegido como Mejor policía del mundo en 2010.
Este nuevo enfoque, según el vicepresidente, se daría bajo el liderazgo de Naciones Unidas y debería tener en cuenta la voluntad política y social de afrontar el problema de las drogas.
Además, debería evaluar las políticas y financiación pública para afrontar la situación y medir su funcionamiento, para poder enmendarlas si fuera preciso dada la velocidad con la que evoluciona el problema.
Naranjo subrayó que el problema social de las drogas debe abordarse con un enfoque de salud pública, no meramente represivo, y que se debe tener en cuenta a la sociedad civil en todo el proceso.
"Requerimos de mayor innovación y una política con alcance y con iniciativas que permitan que nuestros esfuerzos y la cooperación ofrezcan resultados duraderos", subrayó.
Y añadió: "Hoy nos preguntamos si la arquitectura institucional que enfrentó al crimen el siglo pasado y a comienzos del XXI es suficiente o si se demandan transformaciones".
Al mismo tiempo, garantizó el compromiso de Colombia en la lucha contra el narcotráfico y la violencia ligada a esta actividad, y recalcó que su país ha incautado cerca del 50 por ciento de toda la droga que se produjo en el país el año pasado.
Pero se necesitaba un enfoque "equilibrado" ya que la mera represión es "insuficientes para responder a la complejidad del problema".
Naranjo recordó que el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, dijo en 2016 en la Asamblea general de la ONU que la "guerra contra las drogas no se ha ganado y se necesitan nuevas estrategias".
El vicepresidente colombiano defendió además las políticas de sustitución de hoja de coca por otros cultivos, como el café o el cacao, como una solución más duradera que la erradicación forzosa.
"Tenemos confianza en que una política de sustitución voluntaria ligada a un modelo de planes de desarrollo con enfoque territorial en paz permitirá al país avanzar en soluciones estructurales que traerán más desarrollo para nuestras comunidades", indicó.
"Queremos reiterar que el fin del conflicto armado nos ha permitido por primera vez en nuestro país transitar a una solución definitiva en relación al cultivo ilícito y la producción de drogas", indicó.
La superficie dedicada al cultivo ilícito de la planta de coca en Colombia se extendió hasta 146.000 hectáreas en 2016, desde las 96.000 hectáreas registradas en 2015.
Colombia confía en que el año que viene, durante una sesión de la Comisión de rango ministerial en la que se evaluará la última década de políticas antidrogas, se aborde su propuesta de una nueva forma de evaluación.