Se cumplieron el pasado 3 de octubre cien años del nacimiento de Hernán Toro Agudelo, uno de los antioqueños y colombianos más preclaros y dignos de seguir su ejemplo
En medio de un olvido injusto y decepcionante se cumplieron el pasado 3 de octubre cien años del nacimiento de Hernán Toro Agudelo, uno de los antioqueños y colombianos más preclaros y dignos de seguir su ejemplo. Hernán Toro había nacido el 3 de octubre de 1918 en Frontino, en el hogar conformado por Fidel y Teresa. Desde muy niño su familia se radicó en Medellín y en la escuela Juan del Corral el párvulo cursó su educación primaria. La educación secundaria la inició en la Escuela Normal de Varones, de donde debió salir “por sus ideas revolucionarias”. Por estos años mostró el doctor Toro Agudelo su vena política y su compromiso con las ideas liberales y progresistas. Su injusto retiro de la Normal Nacional lo obligó a viajar a Bogotá para poder terminar su bachillerato. En esta ciudad participó de muchísimos grupos de estudio con personas como León de Greiff, Alberto Lleras Camargo, Jorge Zalamea, Gerardo Molina y Ricardo Rendón, que le profundizaron su inicial formación librepensadora.
Terminado su bachillerato regresó a Medellín y se matriculó en la Facultad de Derecho de la Universidad de Antioquia donde terminó sus estudios de abogado con una tesis sobre impuesto predial, que fue declarada “cum laudem”. Fue tan exitoso en sus estudios profesionales que al culminarlos fue contratado por la misma Universidad para dictar clases, lo que hizo por aproximadamente diez años.
En un artículo anterior sobre este distinguido personaje ya había dicho: “Se casó con la señora Fanny Zuluaga el 12 de diciembre de 1941, matrimonio que tuvo seis hijos. Fue subsecretario de Hacienda del Municipio de Medellín y luego jefe de Catastro del Departamento de Antioquia. Su estrecha vinculación con el Partido Liberal surge cuando Darío Mejía Medina, designado gobernador de Antioquia por el presidente Alberto Lleras, después de muchos años de una hegemonía conservadora y militar, nombra a jóvenes valiosos de Antioquia en importantes secretarías de despacho. Guillermo Gaviria Echeverri llega a la secretaría de obras Públicas; Héctor Abad Gómez a la de Salud y Hernán Toro Agudelo a la de Hacienda. Posteriormente es elegido representante a la Cámara (1960-62 y 1964-66). Como ministro de Agricultura del doctor Alberto Lleras Camargo le correspondió la creación del Instituto Colombiano Agropecuario, ICA, y la reglamentación de la ley de reforma agraria en Colombia, de la cual fue artífice principal. Luego se desempeñó como director del periódico liberal antioqueño “El Diario” y senador de la República (1966–1970). Presidente del Directorio Liberal de Antioquia e integrante de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Autor de obras sobre Derecho Constitucional, economía, sindicalismo y reforma agraria, entre las que se mencionan: Examen sobre los proyectos de la Reforma Constitucional, Colombia: estructura política y agraria, El impuesto predial, La reforma urbana, Monografía sobre sindicatos, El Pacto Andino y La intervención presidencial en el Banco Emisor.
Por el año de 1963, juntamente con Guillermo Gaviria Echeverri, Evelio Ramírez, Carlos Ayora y José Ignacio González, entre otros, conformaron el grupo denominado Los Dinamiteros, enfrentados a la oligarquía liberal que representaban Alberto Jaramillo Sánchez, Jorge y Roberto Delgado, Gabriel Fernández Santamaría, estos últimos parapetados desde las columnas del periódico El Correo. Esta fugaz división marca la apertura y la democratización en la conformación de las listas liberales a cuerpos colegiados.
Murió en Medellín el 30 de enero de 1978.
Duele que en Frontino, su tierra natal, ningún centro educativo u obra importante, perpetúe para la posteridad el nombre de este ilustre colombiano.