En el Teatro La Hora 25 están conmemorando sus 25 años. Esa será una celebración de todo este 2019, que inició con la temporada de Las criaturas de un día, con funciones jueves, viernes y sábados, a las 7:45 p.m., en su sede del Barrio Cristóbal.
El 25 es un número “mágico” en la casa del Barrio Cristóbal, La América, ubicado en el domicilio carrera 88 número 39-31. Para los artistas que la habitan es su razón de ser.
Es el colectivo teatral heredero del legado del dramaturgo Farley Velásquez Ochoa, fallecido en 2015, quien inspirado en la obra literaria del escritor rumano Constant Virgil Gheorghiu, los nombró como Teatro La Hora 25.
Para este 2019, ellos están cumpliendo 25 años y se propusieron a celebrarlo en grande durante todo el año.
En un lugar prestado empezaron a hacer teatro hace 25 años, el sótano de la sede del Ballet Folklórico de Antioquia, con el tiempo se mudaron a la terraza de la discoteca el Viejo Baúl, en Prado Centro, para pagar un modesto arriendo; y para 1999, cinco años después, estrenaron esa, su casa, su antro para el arte.
Desde un enorme y llamativo portón de madera, la fachada de esta casa cultural, Carola Martínez Bandera, actriz y actual directora, relató que iniciaron este 2019 con el corazón sereno, sintiendo que han cumplido con su deber artístico. “Seguimos vivos, con la misma pasión que tuvieron nuestros fundadores en 1994, y aún más allá, desde la concepción misma de nuestro ser en el ideal de Farley Velásquez Ochoa, hacia el año de 1989. Para ese momento, Medellín vivía una crisis por la narco-política, y a partir de entonces hemos recreado las cosas que pasan en nuestro entorno con nuestra propia mirada. Hoy el panorama de la ciudad es distinto, pero hemos continuado con ese haber”.
Los artistas de esta casa se ocupan, constantemente, por hacer actividades pedagógicas con el público, entre ellas los talleres de actuación, los cursos de iniciación teatral para niños y los semilleros para jóvenes y adultos. Eso creen que es su deber ser, “son momentos para transmitir aquello que somos, en los que nos volvemos uno con la comunidad, un teatro de puertas cerradas no es nada”, consideró Gustavo García Estrada, gestor y actor en Teatro La Hora 25.
En escena dicen tener mucha fuerza, a la estética y a la dramaturgia le meten “la cabeza completa” en todos sus espectáculos. Es que este colectivo escénico tiene como rutina discutir en grupo todo, qué es lo que vendrá para ellos, cuál es mejor camino en un montaje determinado, quién debe construir el próximo guion, cuándo será su próximo estreno, dónde se debe exhibir lo que hacen, por qué escoger un camino o cómo hacer para aumentar los espectadores, en fin, son muchos los temas de su arte que hacen parte de sus conversaciones constantes.
Su unión es tal, que hasta se turnan para preparar un almuerzo diferente cada día. Son conscientes que son un colectivo teatral diferente, ahí se refleja su apuesta por emprender una lógica distinta siempre a la de los demás grupos. No se tapan nada entre ellos, trabajan por ser transparentes con la comunidad. “Tenemos la búsqueda constante de hallar los otros juegos de la vida, por jugárnosla por el mejor camino, así justificamos nuestra visión de las cosas”, dijo la actriz Paulina Giraldo Hincapié.
En la foto, la directora del Teatro La Hora 25, Carola Martínez Bandera, y el gestor y creativo artístico Gustavo García E.
Sus creativos, la mayoría formados en arte dramático de la UdeA, coinciden en afirmar que en el Teatro La Hora 25 se exhibe la humanidad. A la hora de crear, siempre todos se reúnen y las respuestas que se repiten son aquellas que desvelan “las condiciones humanas”. Pero ese no es un “invento” de los artistas de esa casa, ha sido un cuestionamiento reiterado de estudiosos de este arte, personas que ellos llaman “seres visibles e invisibles”, como William Shakespeare y los más antiguos, Eurípides, Esquilo y Sófocles.
Pero además, afirmó Carla Corina Palacios Klinger, actriz, en su proceso creativo les interesa escuchar lo que los niños, las mujeres, los jóvenes y en general la comunidad de Medellín tiene para aportar a esa conversación. Aunque, tienen claro que no son un colectivo teatral complaciente, pero “sí escuchamos mucho de qué necesitamos hablar”, añadió la directora.
En su hablar permanente de la humanidad, los artistas de La Hora 25 pasan sus días transformándose a sí mismos, o lo que es lo mismo, actualizando sus obras y montando sus estrenos, para así lograr tener la sala abierta permanentemente.
“Ser consiente siempre de dónde venimos”, “escuchar la intuición”, “apostar por lo que amamos”, “no parar, se debe seguir el camino”, son frases de su maestro, Farley Velásquez Ochoa, que los actores de esta casa tienen enclaustradas en su memoria, las mismas que recuerdan entre sonrisas y les dan más ánimos para seguir.
Reconociendo que han sido 25 años de proyección artística, de luchas, de aprendizajes propios, ellos se disponen a preparar la mesa para el banquete de esta celebración, con la idea de que se cumplan muchos años más.
Con la temporada de su propia adaptación de Prometeo encadenado, de Esquilo, que tiene por nombre Las criaturas de un día, los artistas del Teatro La Hora 25 están conmemorando sus 25 años de creación.
Esta obra es especial para el grupo, con ella en 2018 se ganaron un estímulo de la Alcaldía de Medellín en la modalidad Creación de teatro en sala.
Carola Martínez Bandera, directora, consideró que es una puesta en escena que les ha permitido mostrar “la nueva hora 25”.
Se trata, básicamente, de la recolección del trabajo propio de reflexión del grupo después del fallecimiento de su fundador, Farley Velásquez Ochoa, en 2015.
“Prometeo nos habla del poder de construcción de nuestro destino, que creo es el quinto elemento. Es una fuerza que todo ser humano posee y que permite construcción o simplemente dejar apagar ese fuego que arde. Par nosotros es muy coincidencial tenerla en temporada en los 25 años de nuestra historia”, dijo Martínez Bandera.