Los balances entregados por la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá indican que durante cada mandato local se han logrado capturas en la capital antioqueña.
Los más recientes golpes asestados a las estructuras delincuenciales en Medellín han motivado reacciones inmediatas entre los sectores ilegales, que según fuentes oficiales, han respondido tratando de generar pánico en la población.
Aunque desde la presente Alcaldía se sostiene que los miembros de estos grupos habían pasado décadas sin persecución, otros sectores le responden que la lucha en contra de estas bandas ha estado latente desde antiguas Administraciones.
La respuesta violenta de los llamados combos, atacados por la fuerza púbica en los últimos días, a juicio del alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, obedece a la presión ejercida después de pasar años fortaleciéndose.
No obstante, la línea histórica del narcotráfico trazada por la Policía, demuestra que posterior a la caída del cartel de Medellín en 1993, bajo el liderazgo de Pablo Escobar, el crimen organizado ha mutado permanentemente hasta tomar la forma que actualmente tiene y cada Administración ha debido encarar la problemática.
Por eso, el secretario vicealcalde de Gobernabilidad y Seguridad de Medellín durante el periodo 2012-2015, Luis Fernando Suárez, consideró como una imprecisión por parte de la actual Alcaldía aseverar que sólo se ha golpeado a la criminalidad durante la presente gestión.
“En la Administración nuestra hubo muchas capturas de cabecillas. Desafortunadamente, como siempre lo reconocimos, la situación es muy compleja. Hay estructuras criminales muy organizadas, armadas y con poder económico que con frecuencia se están reciclando”, expuso el exfuncionario.
Señaló que posterior a cada captura llegan nuevos cabecillas acorde con sus líneas jerárquicas. Replicó que cuando el alcalde Gutiérrez asegura que es “el único que ha promovido capturas está diciendo mentiras”.
Agregó que la lucha en contra de la criminalidad local no sólo se desprende desde la Alcaldía anterior. Reconoció la labor de todos sus antecesores e indicó que cada mandatario y sus despachos han trabajado sobre lo construido, y desde su óptica, desconocer ese pasado es una condena a la repetición de la historia.
“En general ha habido una preocupación y unas acciones tendientes a eliminar el tema de bandas criminales desde pasadas Administraciones. Lo que pasa es que hay una recomposición de los actores y eso demanda otro tipo de estrategias”, opinó la directora de la Corporación Región, Marta Villa.
La representante legal de Región advirtió que el cambio en la dinámica delictiva, incluyendo sus nexos con grupos narcotraficantes extranjeros, también ha jugado en contra para los mandatarios locales, que aun así, han buscado apoyo de la Nación para responder a la problemática.
En este orden de ideas, argumentó que se ha presentado “cierto populismo” por parte de la actual Alcaldía cuando se plantea que es decisión única del alcalde el hecho de capturar cabecillas.
A su modo de ver está bien lograr arrestos, pero hay temas mucho más complejos. De igual manera, Villa dio crédito a las intervenciones de pasados funcionarios, no sólo en cuanto a seguridad, sino también en cuanto a inversión social.
Para el analista Jaime Fajardo Landaeta, el problema de Medellín, en relación al crimen organizado, es estructural. Es un mal, que desde su perspectiva, se reproduce cada día. El conflicto de las rentas ilegales pasa de una Administración a otra, algunas muestran resultados y aprovechan la modernización de la inteligencia, añadió.
“Este es un tema de gran calado, La distribución territorial de estos combos hacen realmente difícil que desaparezcan de la ciudad. Ellos tienen una gran influencia barrial, social y comunitaria”, dilucidó el experto.
Indicó que las autoridades conocen bien la situación, “pero hacen falta otro tipo de estrategias, como acabar con la cultura de la ilegalidad arraigada en algunos sectores”.
“Cada Administración hace su propio programa. Yo por ejemplo valido lo que hizo Alonso Salazar con la iniciativa denominada Delinquir no paga y con Fuerza joven. También otras actividades que se celebraron con la comunidad y no se quedaron únicamente en la intervención con la fuerza pública”, puntualizó.
Por su parte, Waldir Ochoa, exfuncionario de la pasada Alcaldía, manifestó que “se le quiere hacer creer a Medellín que los bandidos estaban muy cómodos y que nunca se había hecho nada contra ellos como hoy. Un recorderis de las capturas 2012-2015. Por lo menos 42 objetivos de alto valor”.
Ericson Vargas Cardona, alias sebastián: Detenido en agosto de 2012. Cabecilla de la estructura conocida como la oficina. Tras la extradición de Diego Fernando Murillo, alias don berna, alias sebastián libró una disputa con Maximiliano Bonilla, alias valenciano, por alcanzar la cúpula de la organización. Ambos conformaron sus propios grupos delictivos y actualmente están capturados.
Freyner Alfonso Ramírez, alias carlos pesebre: Máximo jefe de la odín robledo. Fue arrestado en marzo de 2013. Tuvo 200 hombres bajo su mando y controló las comunas 5, 6, 7 y 13.
Rubiel Medina Cardona, alias mono amalfi: líder de los rastrojos. Recordado por la fuga de película que protagonizó en 2013. Fue arrebatado por hombres armados a sus custodios cuando lo conducían a una cita médica, aunque meses más tarde fue recapturado.
Félix Alberto Isaza, alias beto: otro cabecilla de la oficina. Reseñado como un hombre “emblemático” para su organización. Desmovilizado del bloque paramilitar héroes de granada. Encargado de cobros relacionados al narcotráfico y a la delimitación de fronteras invisibles en las comunas de Medellín.
José Otalivar Chavarría, alias jotalibán: Reconocido como uno de los líderes más peligrosos pertenecientes a la odín robledo. Exmilitar y entrenador de sicarios. Llegó a perfilarse como el directo heredero del poder legado por carlos pesebre, aunque fue detenido en julio de 2013.
Juan Carlos Mesa Vallejo, alias tom: sucesor de alias sebastián en la cúspide de la oficina. Fue capturado en diciembre de 2017. Incluido en la lista Clinton de los EE. UU. Hay registros de su actividad delictiva desde 1988 y es acusado de haber sido uno de los más violentos cabecillas delincuenciales.
Carlos Mauricio Soto Isaza, alias soto: comenzó a notarse en el valle de Aburrá desde 2013. En aquel entonces hubo un reacomodo en la odín picacho. Su mandato llegó tras la desaparición de quien fuera el primer mando de la organización, alias el montañero. Sus alianzas con alias tom lo pusieron entre los más buscados de Medellín, hasta que fue aprehendido en agosto de 2017.
Abel Andrés Garcés Londoño, alias abelito: habría llegado al poder de la organización la sierra luego de la captura de Lleison Smirt Velásquez Pino, alias el rolo. Fue detenido en mayo de este año y llegó a ser uno de los más buscados en la capital antioqueña.
Carlos Mejía Pineda, alias queso: se desempeñaba como cabecilla de la odín caicedo, habría ascendido de rango bajo las órdenes de Diego Muñoz Agudelo, alias diego chamizo. Fue detenido en mayo de este año.
William Andrés Moscoso, alias el chivo: era el máximo cabecilla de la odín la terraza y fue capturado, caminando, como cualquier transeúnte, en un centro comercial del occidente de Medellín. Tenía gran influencia en las comunas 3, 4 y 10.