La exdiputada opositora María Corina Machado, líder de la campaña, ha recorrido 14 de los 23 estados venezolanos invitando a los ciudadanos a "unir sus fuerzas" contra el régimen de Maduro.
Mientras una atípica campaña presidencial se acerca a su fin, en Venezuela otro mensaje no electoral franquea el país petrolero por estos días: el de la renuncia forzada del jefe del Estado y candidato a la reelección este 20 de mayo, Nicolás Maduro.
La impulsora de esta iniciativa, la dirigente opositora María Corina Machado, realizó un recorrido por el oriental estado Monagas para constatar la actividad contra el proceso electoral en puertas.
Machado es una exdiputada que formó su propio partido (Vente Venezuela) y es considerada una radical contra el chavismo, especialmente desde 2014 cuando empezó a promover manifestaciones para pedir la dimisión del presidente.
Los dirigentes que la acompañaron en aquel desafío hoy están presos o exiliados mientras sobre ella pesa una medida de prohibición de salida del país, la inhabilitaron políticamente durante un año y es objeto del escarnio frecuente por parte del oficialismo.
Este año, asegura la exdiputada, "ha habido un quiebre" en la sociedad venezolana y en su polarización política a consecuencia de la crisis económica "cuyo único culpable y principal obstáculo para superarla" es Nicolás Maduro.
Por ello, mientras cuatro hombres decidieron postular sus nombres para enfrentar a Maduro en las urnas, en una contienda considerada fraudulenta por el grueso de la oposición y buena parte de la comunidad internacional, Machado aceleró su gira nacional pues, pregona, "el día del quiebre definitivo de la dictadura está cerca".
Afanada entonces ha visitado 14 de los 23 estados de Venezuela en los últimos tres meses, según sus cuentas, y ha participado en un centenar de actividades en lo que va de año para reiterar que la "única opción" es "desalojar" del poder "por la fuerza" a la revolución bolivariana que se instauró en 1999.
Al usar estos términos la opositora aclara que no habla de una lucha armada sino de sumar "fuerzas ciudadanas contra el régimen" que se unan a la "fuerza institucional" del Parlamento, de mayoría opositora, que ha declarado el abandono del cargo del presidente y apoya una suerte de juicio contra Maduro por cargos de corrupción.
Además, explica la exdiputada, la solicitud de la dimisión está apoyada por decenas de Gobiernos que rechazan las votaciones del 20 de mayo, "la fuerza internacional", lo que deja un espacio también vacante y necesario en este camino: el apoyo de las Fuerzas Armadas.
Se trata de "desconocer" entre todos al Gobierno chavista desde el 21 de mayo, y al ser consultada sobre un posible paso de la "narcotiranía" que ella denuncia en la actualidad a la anarquía responde: "Ya estamos en anarquía".
La líder de Vente Venezuela llevó esta semana su propuesta al estado Monagas y logró que cientos de personas escucharan sus argumentos para abstenerse de participar en los comicios venideros y el por qué está convencida de que la salida a la crisis sí será electoral pero luego de remover a Maduro de la primera magistratura.
Un día antes de la llegada de Machado a Maturín, la capital de ese estado oriental, el presidente Maduro encabezó un acto multitudinario al que miles de simpatizantes acudieron para respaldarlo en su carrera por la reelección.
La diferencia, según la opositora, es que a las concentraciones oficialistas asisten "muchos trabajadores públicos que los llevan obligados" y personas en búsqueda de alimentos que escasean en el país, mientras que a las asambleas de ciudadanos por la dimisión acuden venezolanos "por convicción".
"Yo no vine a darles nada, más que fuerza, pero sí vine a pedirles compromiso, porque la fecha definitiva de la salida del régimen la pondrán ustedes", proclamó de forma enérgica Machado en una de las actividades en Monagas, arrancando aplausos de entre los asistentes.
En menos de 48 horas, y tras recorrer más de 500 kilómetros desde Caracas, la dirigente encabezó tres asambleas ciudadanas en dos municipios, ofreció una rueda de prensa, visitó una universidad, se reunió con un considerado "preso político" y saludó a decenas de personas mientras conducía de un lado a otro.
Todo este periplo es custodiado de cerca por dos supuestos agentes desde un vehículo sin placa, que han perseguido a la exdiputada en la gira y desde hace meses, y a los que ella ocasionalmente saluda y les invita a sumarse a su causa.