El trasegar de los humanos por el planeta, está lleno de vicisitudes. El camino no es precisamente un sendero de rosas, pero muchas de las veces, los humanos nos las sabemos complicar, pues luego de dar algunos pasos hacia adelante, salimos con las sorpresas de desandar los pasos y perder así el tiempo y la experiencia invertidos y adquiridos, en el entendido que cada cual, ve la realidad y se aproxima a ella, de acuerdo con sus intereses. Por lo tanto, los comentarios y reflexiones que vamos a plantear son obviamente, subjetivos.Después de varios decenios de ser declarada como Museo y además Patrimonio de la Humanidad, y después de haber sido aceptadas estas condiciones por todas las religiones interesadas, el controvertido gobierno turco de Erdogan, declara que Santa Sofía (Aya Sofya) en Estambul, vuelve a ser mezquita después de 86 años, volviendo a alborotar el avispero de los fanáticos de todas las religiones, fanatismo que siempre ha estado ahí y que no requiere sino de una buena excusa para explotar. La buena excusa está servida. ¡Amanecerá y veremos!En lo local, la nueva Constitución Política abrió la posibilidad de la dosis mínima de consumo de marihuana, el actual gobierno la frena a través del nuevo Código de Policía y hoy los altos tribunales vuelven a aceptarla. ¡Qué pérdida de tiempo y qué falta de sindéresis!Se anuncia por parte de EPM que su planta piloto Jepírachi en la Guajira, funcionará hasta el 2023, noticia, que nos deja apesadumbrados, ya que la energía eólica es una de las mejores alternativas para la producción de energía limpia. Razones técnicas y financieras debe tener EPM para tomar esta decisión que esperamos sea compensada con el montaje de un nuevo campo eólico ya no como piloto, si no como planta de producción de energía limpia en propiedad.Como periódicamente sucede, el actual contralor general de la Nación recorre el país “descubriendo” elefantes blancos, es decir, obras inconclusas que están ahí, a los ojos de todo el mundo, sin que hasta el presente se hayan tomado las medidas y las acciones necesarias para culminarlas, que sería lo obvio, o para tumbarlas.Debería existir un punto dentro de un Plan de Desarrollo serio, para destinar los recursos necesarios para que este tema sea resuelto y obviamente los responsables asuman las responsabilidades de todo orden que les competan. No es suficiente la alharaca mediática, si no se toman las decisiones apropiadas y oportunas dentro de la extemporaneidad.Un ir y venir de discursos se pronuncian por kilómetros, alrededor del problema de la deforestación y de los programas de reforestación. Lo cierto es que a la fecha no hay un control efectivo contra la deforestación generada por parte de cualquiera de los varios actores involucrados que la provocan, como tampoco un proyecto serio y continuado para recuperar y ampliar la extensión forestal en el país.Ojalá aprovechemos la nueva producción de nuestro grande Carlos Vives, CUMBIANA, para volver los ojos hacia la Ciénaga Grande de Santa Marta y hacer lo que haya que hacer para intervenir las infraestructuras viales mal diseñadas y volver a permitir mediante obras apropiadas, la circulación de las aguas del mar y del Magdalena para que renazcan los manglares y reviva ese maravilloso ecosistema destruido por imbéciles.Por último, ya aparecen las pilatunas legales para evitar o demorar la demolición del Edificio Aquarela construido cerca al Castillo de San Felipe en Cartagena, el cual no debió haber recibido nunca licencia de construcción, entregada en su momento por otros imbéciles. Ya la UNESCO dio como plazo hasta el 2021 para que la construcción sea demolida, o sino Cartagena y Colombia perderán la calidad de Patrimonio de la Humanidad que hoy posee el Castillo de San Felipe.Excelente el programa que ha emprendido la Alcaldía de Medellín para aprovechar estos nuevos días de cuarentena para intervenir zonas en estado de deterioro y recuperar el espacio público que se había perdido. Las acciones inicialmente emprendidas en los sectores de La Bayadera y el Sagrado Corazón o Barrio Triste, son ejemplarizantes y deben servir de estímulo y de ejemplo para intervenir otras zonas en franco deterioro. ¡BRAVO!Como una cosa es planear y otra planificar, y otra cosa es no planear y no planificar, es prudente que aquellas construcciones de vivienda subsidiada que se entregan en obra negra después de muchos trámites y una alta dosis de paciencia por parte de los beneficiados, -que en la mayoría de los casos se originan por una tragedia previa como un derrumbe, una inundación, un incendio, un temblor u otra calamidad-, sean dotados de los servicios públicos elementales, entre ellos, ya no como cosa marginal, sino estructural, la conexión a INTERNET. Pongo como ejemplo la urbanización La Cabañita en San Cristóbal, una Unidad de 9 bloques de 6 pisos ocupada recientemente por sus nuevos dueños, un poco más de 50 familias cuyos niños no tendrán como acceder a la educación virtual forzada, a la cual nos tiene sometida la bendita pandemia.NOTA 1: Mi completa solidaridad con el Señor Gobernador Aníbal Gaviria Correa y su distinguida familia.NOTA 2: Mis agradecimientos a la casa EL MUNDO por haberme permitido comunicarme con ustedes a través de las 900 columnas que ajustamos hoy y que coinciden con la suspensión de actividades para el Periódico y mil gracias a ustedes por tomarse el tiempo para leer esta Columna de Opinión.Es un golpe duro para el fortalecimiento democrático y para el ejercicio de la pluralidad y la tolerancia, pero esta es la realidad que nos corresponde enfrentar, en un país como el nuestro. Una última invitación, a que vayamos siempre, con prudente optimismo, ¡DE CARA AL PORVENIR!
Puede ser que algunos de los escritorios en los que nos sentábamos quienes trabajamos en el Periódico EL MUNDO hayan estado ahí desde siempre, desde que lo crearon, a finales de la década de 1970. Sí, caminar hoy por su sala de redacción es como si se apreciara una instalación de Doris Salcedo, la melancolía de esos muebles parece decir que se apaga un sueño que comenzó el 20 de abril de 1979, cuando empezó a circular en Antioquia un diario con ideas fundamentales, como la de la libertad. Esa libertad no podía escapar de la cultura. EL MUNDO fue pilar del inicio de proyectos culturales que transformarían la vida de la ciudad, del departamento y del país. Basta con entrar al Archivo, buscar los folios del Pequeño Teatro, el Matacandelas, el Taller de Artes, La Fanfarria y darse cuenta cómo el Periódico de logo rojo, liberal, entrevistó a miles de artistas, entonces emergentes, creyendo en que nuestra realidad podría existir un sector cultural que se hiciera preguntas importantes.Lea también: Un sector que sigue sacando el sombreroAna María Cano, quien después fundaría La Hoja de Medellín, fue la primera periodista cultural de EL MUNDO. Después la reemplazó Ana Piedad Jaramillo, directora de los Eventos del Libro y exdirectora del Museo de Antioquia y el Teatro Colón. Vino entonces el tiempo de Maryluz Vallejo, hoy doctora en Ciencias de la Información, profesora Titular de Tiempo Completo del Departamento de Comunicación y jurado del Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar este 2020. Cuenta Carmen Vásquez, periodista de moda, que cuando Darío Arizmendi era el director de EL MUNDO le dio a cada una su “reino”, le dijo a la periodista cultural que ella se encargara de lo artístico, mientras a Vásquez la mandó a los cocteles, a buscar a la “gente linda”, le permitió tener la primera página exclusiva de moda en estas tierras, guiado en lo que hacía la Revista Hola en España, para que así estuviera clarísimo qué era cultura, qué era entretenimiento, qué era moda y qué era sociedad.Desde sus inicios, EL MUNDO dedicó páginas enteras a la agenda cultural, que eran las más difíciles de editar, porque tenían la agenda de cine, la de teatro, los conciertos, los recitales, las presentaciones de libros, todo, independiente de los artículos periodísticos de una y dos páginas que hacía la sección de cultura.Antes de que su experticia fuera el periodismo político y de opinión, Luz María Tobón, directora de EL MUNDO, fue periodista cultural. Todavía tiene en su oficina una foto de su entrevista a un joven Fernando Botero. Ella, de mamá artista, de familia siempre amante de la cultura, defendió el periodismo cultural hasta el cierre, influyendo, de alguna manera, en que siguiera con cada cambio de dirección. Con la llegada de don Guillermo Gaviria Echeverri, quien respetó lo que hacía el Periódico en este campo, se dio vía libre a que ese saber no se apagara.Nombres como el de Pilar Velilla, exdirectora del Jardín Botánico y el Museo de Antioquia; María del Rosario Escobar, exsecretaria de Cultura Ciudadana de Medellín y actual directora del Museo de Antioquia; la maestra Patricia Nieto, quien guía la Editorial Universidad de Antioquia y es docente de la Alma Mater; o el crítico de cine Pedro Adrián Zuluaga, escribieron una historia cada día, por varios años, en la redacción de EL MUNDO, cubriendo cultura.El Mundo Semanal, el Imaginario y Palabra&Obra fueron los tres suplementos culturales que dijeron cosas muy importantes a la ciudad, al país. Óscar Valencia, jefe de diseño de EL MUNDO, contaba que Imaginario fue osado, despertando muchas molestias en algunos “paisas de Medellín”, cuando su editora puso en la portada la foto de dos hombres homosexuales, desnudos, después de una Marcha del Orgullo. Sus contenidos hablaban de la cultura como lo que somos, reflexionaban sobre la ciudadanía cultural. Palabra&Obra, por su parte, buscaba hacer reportajes de largo aliento con personajes que se destacaban en el campo cultural, teniendo en su portada a importantes creadores como Débora Arango, Gilberto Martínez, Víctor Gaviria, Fernando Botero, Félix Ángel, Cristóbal Peláez, Beatriz González, Alberto Sierra, Antonio Caro, Dora Ramírez, Leonardo Padura, René Uribe Ferrer, entre muchos otros. Una vez, el artista Richard McGuire, reconocido por ilustrar publicaciones como The New Yorker, nos hizo el honor de hacernos una edición especial de Palabra&Obra. Publicamos un especial completo sobre la salvaguarda del patrimonio de Frida Kahlo y Diego Rivera, hecho en Ciudad de México, analizamos muchas veces lo que hacían en el Ministerio de Cultura, cubrimos la Bienal de Venecia, la Feria Internacional de Arte de Madrid (España), Artbo, el Salón Nacional de Artistas, el MDE, la Fiesta de las Artes Escénicas, el Festival de Tango, los diez años de la Fiesta del Libro con edición especial, siempre estuvimos ahí, en cada evento, en cada lanzamiento, en cada nacimiento.Y cometimos errores, muchos, porque EL MUNDO siempre fue una escuela de periodismo cultural. Cómo les parece que una vez, matamos a alguien que revivió. Olga Elena Mattei estuvo muerta durante unos minutos, nos llamaron directamente desde la clínica a contarnos tal suceso. Lloramos, planeamos un especial, llamamos a Héctor Abad Faciolince, él nos dio su declaración sobre la importancia de Mattei para la literatura nacional y corrió a publicar en su Twitter que había muerto.Hasta que, de esas cosas que pasan, los médicos la revivieron, la reanimaron y no se murió. Desde entonces, Faciolince ha sido muy lejano. Es que en el Código Caracol, María Lucía Fernández publicó lo que pasó, en la edición de las 7:00 de la noche: “la inmediatez de las redes sociales le jugó una mala pasada al escritor Héctor Abad Faciolince”. Casi nos ahorca, publicó en su cuenta en esa red: “serán imbéciles los de EL MUNDO”...Vale la pena decir que defendimos causas importantes. Hay que agradecerle a Irene Gaviria y Luz María Tobón que nos permitieron ser autónomos en el contenido cultural. Fuimos nosotros quienes cuestionamos el cambio de vestido que les hicieron a los Silleteros, desconociendo que eran un patrimonio, con lo que hubo polémica nacional, cuando Aníbal Gaviria era el alcalde. No nos censuraron.Fuimos nosotros quienes iniciamos a hablar de los “hipster”, cuando todavía esa manifestación cultural era bastante desconocida.Gritamos duro con investigaciones. Nosotros nos dimos cuenta de que las Bibliotecas Públicas de Medellín habían sido cerradas por el gobierno de Federico Gutiérrez, desconociendo su importancia en la transformación social, con la excusa de ahorrar recursos del presupuesto público. Vaya error de visión política, por eso insistimos con varios artículos en que los Parques Bibliotecas eran la opción que tenía un niño de cualquier comuna de no caer en las redes de tráfico, su puerta de escape muchas veces a la violencia física y sexual. Incomodamos a Sergio Fajardo sobre la responsabilidad en las fallas en la fachada de la Biblioteca España, tanto que salió en portada diciendo “voy a hablar de la Biblioteca España, cuando yo quiera”, los memes no se hicieron esperar en las redes sociales.Cuando iban a sacar al maestro Alberto Correa de la Filarmónica, nosotros lo contamos. Insistimos en que el presupuesto para cultura siempre debía subir en el gobierno nacional, el departamental y el local. Y, sobre todo, le dimos voz a un sector que no encontraba en otros medios un espacio que valorara sus obras, que escuchara sus demandas, que necesitaba, en pleno siglo XXI, más que nunca, una presencia en la agenda pública.EL MUNDO insistió en la importancia de la formación artística para la infancia. Con su proyecto Educar Mientras se Informa y su Concurso Personitas de Colores, invitó a que los niños pintaran sus sueños. Otra cosa que hizo fue premiar con el Mundo de Oro a quienes durante decenios trabajaron por el sector, entre los ganadores estuvieron Graciliano Arcila Vélez, la Emisora HJCK de Bogotá, Guillermo Abadía Morales, Fanny Mickey, la Orquesta Sinfónica de Antioquia, la Cámara de Comercio de Medellín, la Biblioteca Pública Pilotoy la Emisora Cultural de la Universidad de Antioquia, Débora Arango, la Biblioteca Central de la Universidad de Antioquia, Carlos Castro Saavedra, el Instituto de Integración Cultural Quirama, Luis Alberto Correa, Rafael Sáenz Moreno, el Museo de Arte Moderno de Medellín, Luis Alberto Álvarez y la maestra Cecilia Espinosa, su última galardonada.En los comités de redacción, muchas veces nos peleamos con quienes nos preguntaban “y ese, ¿a quién le ha ganado?”, poniendo en duda la idoneidad de los artistas emergentes, peleamos por ellos como el futuro del sector y del arte nacional. La cultura también era un tema para abrir el Periódico, nosotros le dimos la portada al Salón Nacional de Artistas, cuando volvió a Medellín, en su edición 43. Juliana Restrepo y Jaime Cerón, sus directores, llegaron con la edición impresa de EL MUNDO a la apertura de aquel certamen, que durante sus tres meses contó con un cubrimiento diario, detallado, sobre lo que intentaban decir los curadores, que propusieron como tema el oxímoron “Saber-desconocer”.Cuando la notoriedad no abarcaba la obra de Pablo Montoya, cuando parecía que a la crítica local y nacional le faltaba creen en tal talento, nosotros reseñamos su Tríptico de la infamia, sin necesitar que el Premio Rómulo Gallegos nos validara lo grande el autor, porque pudimos verlo.Le puede interesar: ¿Seguro les hace falta la crítica?Que sea el momento para decirles gracias a los cientos de artistas, gestores, investigadores, profesores, curadores, comunicadores y colegas que nos buscaron para pedirnos una opinión, para ofrecernos sus contenidos, así como para criticarnos. Aprendimos juntos, crecimos juntos, hicimos historia juntos.EL MUNDO fue y será la casa de la cultura de Medellín, como quedará para la historia en su archivo, porque aquí pasaron hitos como que Gabriel García Márquez quisiera que la redacción del medio que soñó fundar se pareciera a la del diario liberal de Medellín, donde estuvo dando talleres y compartiendo con los periodistas.Gracias, EL MUNDO, gracias porque nos dejaste soñar que esa utopía que adoptamos, la de cambiar el mundo haciendo periodismo cultural, podía ser posible.
Con todo respeto, no comparto el criterio de quienes han venido criticando a la Corte Constitucional por haber declarado la inexequibilidad del Decreto Legislativo 580 de 2020, por el cual se dictaban medidas en materia de los servicios públicos de acueducto, alcantarillado y aseo, por el motivo que condujo a la adopción del fallo y que también expuso la Secretaria Jurídica de la Presidencia de la República: aunque, según el comunicado de la Corte, se dictó y promulgó en desarrollo del Estado de Emergencia Económica, Social y Ecológica, se expidió dentro del término de vigencia del estado de excepción y se encuentra brevemente motivado y lleva la firma del Presidente de la República, no fue suscrito por todos los ministros del despacho. Faltaron las firmas de los ministros de Salud –lo cual llama la atención en cuanto la emergencia fue provocada por la pandemia- y de Ciencia y Tecnología.Lea también: Cumplir la ConstituciónComo señala la providencia,” el mandato constitucional referente a que los ministros suscriban los decretos legislativos que se expiden en virtud del estado de emergencia económica, social y ecológica constituye una condición indispensable de validez de dichas normas, en la medida en que con este se garantiza, el principio democrático, durante el estado de excepción, pues se contrarresta el déficit de deliberación y se limita la facultad discrecional del presidente”.La exigencia constitucional de que estos decretos, además de las firmas del presidente, lleven las de los ministros –todos- no corresponde simplemente a un requisito de forma y sin mayor trascendencia. Por una parte, cuando hablamos de los estados de excepción –entre ellos el de emergencia- aludimos al ejercicio de una potestad extraordinaria del Ejecutivo, que normalmente no tiene a cargo la función de expedir las leyes –atribución que, por cláusula general de competencia, corresponde al Congreso-. Por otro lado, la Constitución es clara cuando expresa (art. 115) que las firmas de los ministros en los decretos los comprometen y por medio de ellas asumen una responsabilidad por las medidas y decisiones que adopta el Gobierno Nacional. Y, además, las normas superiores relativas a los estados de excepción exigen expresamente “las firmas de todos los ministros” y subrayan su responsabilidad. El 215, para el caso del Estado de Emergencia Económica, Social, Ecológica o por calamidad pública, estatuye: “El Presidente de la República y los ministros serán responsables cuando declaren el Estado de Emergencia sin haberse presentado alguna de las circunstancias previstas en el inciso primero, y lo serán también por cualquier abuso cometido en el ejercicio de las facultades que la Constitución otorga al Gobierno durante la emergencia”.Le puede interesar: Sobre las sesiones virtualesDe manera que no estamos ante un mero formalismo. Ni se puede sindicar a la Corte Constitucional de haber sacrificado el fondo de la medida en aras de la forma, o de no haber hecho prevalecer el derecho sustancial, como lo exige el artículo 228 de la Carta. Ella tiene a cargo la guarda de la integridad y supremacía de la Constitución, que exigió, en estados de excepción, las firmas “de todos” los ministros, no de algunos.Y el vicio no era subsanable, toda vez que al momento del fallo el decreto ya había sido promulgado y había entrado a producir efectos. En estas materias no se puede improvisar.
Duele la desaparición de EL MUNDO, después de más de 40 años de actividad ininterrumpida, con periodismo de calidad informativa y pluralidad de opinión. Desde hace dos años, cuando la publicación impresa diaria le dio paso a una semanal, el diario quedó herido de muerte porque había perdido su esencia. La desaparición de los periódicos impresos es una de las consecuencias nefastas de llamada revolución digital; nefasta porque los ha destruido sin sustituirlos por nada mejor.Lea también: Harry Sasson, la renta del suelo y las sopas MaggiLa prensa impresa, que resistió los embates de la radio y la televisión, agoniza en todos los países. Se cuentan por centenas los diarios desaparecidos y los que subsisten lo hacen en formatos cada vez más escuálidos y pobres en contenido. Sin la palabra impresa, la fuerza de la vieja sentencia, “lo escrito, escrito está”, se desvanece y con ella las exigencias del rigor informativo y de la clara separación entre la opinión y la noticia.Estas dos fueron las características señeras de EL MUNDO que nunca ocultó su carácter de diario liberal militante, pero abierto siempre a una amplia diversidad de opiniones, tanto en la época de Don Guillermo Gaviria, como en los últimos años bajo la orientación de su hija Irene y de mi querida amiga Luz María Tobón.El de Don Guillermo fue un liberalismo doctrinario, más bien clásico, cuya orientación intervencionista no lo apartó nunca de la defensa de la iniciativa privada como fundamento de la actividad económica en una sociedad verdaderamente libre. Por supuesto que, como periodista, fue también un liberal en el sentido partidista, aunque, el gran hacedor de empresas que fue, seguramente se habría sentido contrariado por la orientación anti-empresarial que aqueja a sectores amplios del que fue siempre su partido.Quizás a causa de la bancarrota ideológica del Partido Liberal, el liberalismo de EL MUNDO de los últimos años perdió su matiz partidista y se hizo más conceptual y de principios, buscando irradiar los valores de la democracia liberal y la iniciativa privada con responsabilidad social a las gentes de todos los partidos y la sociedad entera.Esa defensa de la democracia liberal se expresó en sus cuestionamientos al proceso de paz por su indiferencia frente a las víctimas de la Farc y las grandes concesiones hechas a lo que no era más que organización criminal que no representaba a nadie, como quedó en evidencia con las paupérrimas votaciones recibidas en las dos elecciones en las que ha participado.Su reconocimiento de la iniciativa privada como fundamento de la actividad económica y de la creación de riqueza, se manifestó recientemente en su insistente reclamo de la reactivación de la economía acompañada de la flexibilización de la contratación laboral.Pero quizás la más firme posición de EL MUNDO en los últimos años fue su incansable y persistente reclamo al gobierno a cumplir su misión fundamental de proteger la vida de los ciudadanos. No importa lo que el gobierno haga en cualquier ámbito, si no protege la vida de las personas está incumpliendo gravemente su obligación constitucional y lo que es en definitiva su razón de ser.Muchos años atrás, cuando, por incompatibilidad con mi actividad profesional, decliné la invitación que me hiciera a escribir en el periódico que acababa de adquirir, Don Guillermo, insistente, me dijo que escribir en EL MUNDO sería un honor.Le puede interesar: Una propuesta ilegal, inconveniente y peligrosa, pero imparableHace algunos años, por invitación de Luz María Tobón, EL MUNDO acogió generosamente mis artículos. Me sentí cómodo y complacido de hacer parte de tan noble empresa periodística y muy honrado, como había anticipado Don Guillermo.
Hoy he recibido la noticia: EL MUNDO, después de una tarea periodística de 41 años, ha decidido cerrar su fase de periodismo impreso. El entorno es cambiante, la evolución de hechos, tecnologías, épocas, conduce a decisiones y nuevas direcciones en los caminos que nos presentan horizontes distintos y nos hacen dejar atrás paisajes familiares a los cuales habíamos tomado un cariño como el del poeta cartagenero a los zapatos viejos. Algo diferente se abre en las perspectivas del futuro inmediato. Mis mejores deseos para FundaMundo, para la querida y admirada familia Gaviria Correa, y para la buena ventura de sus proyectos y su liderazgo, siempre inspirados en el bien para la comunidad y para Antioquia. Algunos de estos cambios son dolorosos, como lo es, en lo personal, este: se trata de una pérdida para el periodismo escrito en la región, y en Colombia. Pero EL MUNDO cierra este ciclo, como lo manifiesta su directora Luz María Tobón Vallejo, con la satisfacción del deber cumplido.Lea también: Alatriste: la punta de su espadaTermina para Antioquia una tribuna de decencia, de buen periodismo, de compromiso con la verdad. Se culmina la etapa de un esfuerzo colosal en pro de los intereses sanos de nuestro departamento, pionero para Colombia en tantos aspectos de progreso, de desarrollo, de apertura al futuro. EL MUNDO ha cumplido y constituye un gran honor ser parte, modesta y pequeña, de esta locomotora de la honradez y de la opinión crítica y creadora.Después de escribir la columna “Vestigium” durante veinte años -un total de 492 columnas, de periodicidad quincenal, casi ininterrumpidamente- vienen a mi teclado unas palabras que no puedo evitar, pues las asocio necesariamente a esta tribuna periodística: agradecimiento, aprendizaje, disciplina, creatividad.Cada uno de mis textos fue acogido respetuosamente por parte de los editores y de la dirección en estos años. Nunca he recibido la más mínima interferencia respecto a los temas y enfoques para los cuales con total libertad se me ha cedido el espacio. Siempre he sentido la presencia viva y efectiva de un genuino respeto por el diálogo inteligente, por el ir y venir de ideas ordenadas y rigurosas, expresadas dentro del marco de la consideración hacia la verdad y hacia el lector como un interlocutor merecedor de un trato digno y humanizante. Por parte de la dirección del periódico siempre recibí palabras de aliento, de buen criterio, de magnífica atmósfera de ejercicio de la inteligencia.Escribir Vestigium, con la variedad de tonalidades presentes en el entorno de las realidades contemporáneas, fue un hábito de disciplina, de investigación, de contrastes, de búsqueda de fuentes verificables. Una tarea constante de enriquecimiento y educación personal que tuvo que pasar por el tamiz del lector crítico y exigente, a quien también debo expresar agradecimiento. Mi padre, Hernán Gómez Atehortúa, fue el mejor lector, crítico y corrector que tuve. También asumí una tarea constante de aprendizaje en cuestiones de estilo y de forma periodística. No puedo olvidar las didácticas exposiciones de Arturo Giraldo Sánchez.Un “Vestigium” es la señal, la huella, la marca que deja el pie de un viajero sobre el camino. Hay algo relacionado con la memoria, con el registro de los datos de alguien que ha pasado por un lugar y ha dejado su impronta. Es el indicio de que por allí ha estado un “homo viator”: un viajero, frágil, perecedero, fugaz. Es también el rastro de un caminante que se esfuerza por perfeccionarse en una tarea que se ha impuesto. También el investigador es un sujeto que anda tras las huellas; la realidad -variada y múltiple- ofrece ante sus ojos algunas facetas, y es su tarea, la del investigador, hallar la parte de verdad que está inscrita en esas huellas. Para mí ha sido culminación de un rasgo esencial de mi vida: la búsqueda de explicaciones a las cosas que pasan, y de las cuales apenas tengo un entendimiento parcial en un entorno de asombro constante, infinito, inacabable. Mis columnas fueron posibles por aquella conversación inicial con Luz María Tobón Vallejo, cuando acogió, con tolerancia y generosidad, mis imperfectos intentos de practicar el arte de la columna.Le puede interesar: Incertidumbres y certezasTodos somos viajeros. También las instituciones dejan su huella: EL MUNDO deja un vestigio, una huella de decencia, de amistad, de buena escuela periodística: mi abrazo y mi voz de agradecimiento.
En contra:1. El comunismo ha sido de las peores pesadillas de la humanidad en dolor humano.2. Los dos más grandes líderes comunistas de la historia han sido al mismo tiempo los mayores genocidas. Entre Mao y Stalin mataron por gusto sádico, ambición y supuesta venganza a un número de personas inocentes superior a la población actual de Colombia.3. La mayor parte de los comunistas que aceptan la democracia en el fondo de sus corazones sueñan de todos modos con reemplazarla algún día por un sistema comunista.4. En general los comunistas son tan enfáticos en su convicción que con la mayoría resulta imposible hacer un diálogo que no parezca un ataque contra una religión.5. En medio de los auténticamente idealistas hay un buen número de personas con ideas comunistas que las han usado y las siguen usando exclusivamente para obtener beneficios para ellos mismos y para personas que piensan como ellos.Lea también: El fin de la historiaA favor:1. Si no es por la izquierda comunista la democracia no se hubiera transformado y seguiría siendo casi una injusticia institucionalizada como en sus comienzos lo era.2. Ha habido líderes de ideas comunistas que gobernaron bien democracias, y muchos de quienes han sido alguna vez comunistas luego se vuelven excelentes gestores de la democracia.3. La idea básica del pensamiento de izquierda de que no es justo que una minoría tenga beneficios excesivos por la penuria de la mayoría es perfectamente legítima.4. Por más que Cuba sea una pesadilla cotidiana para sus habitantes por culpa de Castro, especialmente por haber puesto misiles nucleares, hay menos crimen que en casi cualquier otro lugar del mundo.5. Mal que bien, sigue siendo cierto que la democracia capitalista que los comunistas tanto critican tiene serios problemas de corrupción e injusta redistribución.
El “Philopseudés” de LucianoLuciano de Samosata (125 – 181 d.C), escritor griego, dejó más de ochenta obras cortas y de diverso género, escritas con ingenioso humor y extraordinaria fantasía. Son relatos con temas de actualidad de la época, como la creencia en lo sobrenatural y lo maravilloso. Entre esas obras está Philopseudés (El aficionado a la mentira), en donde aparecen por primera vez las aventuras del Aprendiz:Unos personajes se enzarzan en una conversación sobre la magia y sus poderes, donde cada uno de ellos, pertenecientes a la élite intelectual y representantes de las principales escuelas filosóficas, cuenta algo encaminado a avalar la existencia de fenómenos sobrenaturales. Solo uno, Tiquiades, como el “alter ego” de Luciano, se muestra absolutamente incrédulo con respecto a tales historias.Uno de esos relatos es el del Aprendiz de brujo: El narrador es Eucrates y lo cuenta como una experiencia personal; lo que sirve para poner en evidencia que lo que está contando no ha sucedido en realidad, ni se ha oído:Eucrates conoce en un viaje a Pancrates, un sacerdote sagrado de Menfis, de quien se decía que la propia diosa Isis le había enseñado su magia. Cautivado por las maravillas que le ve hacer, especialmente por la forma en que hace cobrar vida a diferentes objetos para que le sirvan, trata de que le enseñe el ensalmo que utiliza, pero Pancrates se niega.Tras espiarlo en la oscuridad y quedarse con la fórmula mágica, compuesta de tres silabas, logra que funcione el conjuro y hace que una mano de mortero vaya por agua con un ánfora.Cuando quiere que el mortero pare, se da cuenta de que no sabe cómo hacerlo y el mortero continúa trayendo agua sin cesar, inundando la casa.En su desesperación, el aprendiz coge un hacha y parte la mano del mortero en dos mitades, con lo que lo único que consigue es que ahora cobren vida las dos mitades, y por separado, continúen trayendo agua.Cuando está todo inundado, regresa Pancrates, que, muy enfadado, vuelve a poner las cosas en su sitio y desaparece sin dejar rastro.Lea también: La literatura fue llegando como fiel notaria de vivenciasLa balada de J. W. GoetheFruto de la amistad y colaboración con Schiller, el escritor alemán Goethe, compuso una serie de baladas sobre cuentos populares y temas legendarios basados en la antigua Grecia; baladas que fueron publicadas en el “Musenalmanach” en 1797. La historia del aprendiz ha pasado a la posteridad porque a finales del siglo XVIII, Goethe compuso una balada inspirada en el relato de Luciano, con algunas diferencias:El aprendiz de brujo (Der Zauberlehrling) es una balada de catorce estrofas, puesta en boca del aprendiz, y comienza diciendo que ahora que el viejo mago se ha ido, se hará obedecer de los espíritus, porque se ha aprendido de memoria sus palabras y sus gestos, y por tanto puede reproducir su magia.A continuación, a modo de fórmula mágica, invoca a los torrentes de agua para que fluyan y llenen el estanque. Llama a la escoba y la insta a vestirse de harapos, reprochándole que antes no le hiciera caso; ahora tendrá que cumplir sus deseos.Comienza a darle órdenes: ponerse sobre dos pies, sacar una cabeza y coger un cubo. La escoba cumple su cometido y comienza a traer el agua para llenar el recipiente. Cuando está lleno, le ordena que pare y, al no obedecer, se da cuenta, consternado, de que ha olvidado las palabras mágicas.La escoba sigue trayendo agua y lo inunda todo; el aprendiz se enfada con la escoba y la llama “engendro del infierno”. La escoba adquiere un aspecto aterrador, por lo que el aprendiz coge el hacha y la parte en dos pedazos, con el resultado de que ambos empiezan a traer más agua.Cuando llega el maestro, el aprendiz le dice que los espíritus ignoraron sus órdenes. El maestro, tras ordenar a la escoba que retorne a su rincón, le hace saber al aprendiz, que solo él, como maestro, puede convocar a los espíritus para servirle.Tanto en Luciano como en Goethe, el objeto de animación toma una cierta apariencia de ser humano, por ello se le viste con harapos.La diferencia más importante es que en el relato de Luciano, los poderes mágicos emanan del propio Pancrates, en su calidad de gran sacerdote, mientras que en Goethe, hay que convocar a los espíritus infernales que son quienes tienen el poder. El mago no es más que un intermediario.El scherzo de Paul DukasEn 1897 se estrenó en París la famosa obra del compositor Paul Dukas, con el nombre de El aprendiz de brujo, para conmemorar los cien años de la creación del poema de Goethe.La balada de Goethe inspiró a Paul Dukas (1865 – 1935) un poema sinfónico en forma de scherzo sinfónico: El aprendiz de brujo. El propio Dukas subtituló Scherzo basado en una balada de Goethe.El scherzo basa su fuerza expresiva en una férrea construcción en forma de fuga. Una sinfonía que describe fielmente cada escena de la obra original de Goethe.Comienza creando una atmósfera misteriosa en la que imaginamos al mago haciendo su magia y al aprendiz madurando la idea de suplantarlo.En la introducción, sobre un fondo de cuerdas, el contrafagot y luego toda la orquesta van ejecutando, por turnos, el tema del aprendiz de brujo y el encantamiento. La trompeta es la encargada de presentar la fórmula mágica.El tema original de la escoba es expuesto por primera vez por medio de tres fagots. Luego, un tema más rápido “con un ritmo fuerte, cuyo desarrollo fugado ocupa el lugar más importante de la obra”, sugiere el movimiento de la escoba y da la impresión de que esta va saltando. El resto de la orquesta, principalmente los instrumentos de cuerda, reproducen la acción de verter el agua. Suenan las trompetas, el fagot (la escoba) se anima cada vez más con un ritmo punzante.La orquesta traduce (los violines) el pánico del aprendiz, incapaz de detener la marcha infernal de la escoba. El agua sigue inundándolo todo.En este momento la música alcanza su punto culminante, es el momento en que el aprendiz corta en dos mitades la escoba.Tras una breve pausa, se va elevando lentamente el fagot, y los asistentes se imaginan a la escoba tratando de ponerse en pie de nuevo. En el instante en que las dos mitades de la escoba se ponen de pies, la fuga simple (en la obra musical) se convierte en doble fuga, “para dar origen a desarrollos dobles que se entrecruzan, se persiguen y se encabalgan en un tumulto delirante”. Un súbito final fortísimo indica el regreso del maestro que restablece el orden.En Goethe no se hacía mención expresa de una fórmula mágica, aunque se dice que el aprendiz se sabe las palabras y los gestos de su maestro. En Dukas, la trompeta hace alusión a la fórmula mágica. El golpe de percusión revela que el mago ha vuelto las cosas a su lugar.Lo invitamos a leer: Cuando Safo no era poetaFantasía de Walt DisneyEn 1940, el productor, director y guionista, Disney (1901 – 1966), conocido en la cultura occidental como “el más influyente cultivador de la imaginación infantil”, incluyó en su película de animación, Fantasía, la música del francés Paul Dukas, ejecutada por la orquesta de Filadelfia y dirigida por Leopold Stokowsky. En dicha película, el ratón Mickey asume el papel del aprendiz.En la introducción se dice que el aprendiz es un niño ávido de conocimientos y que contempla al mago hacer sus prácticas, mientras va transportando con gesto cansado, los cubos de agua que debe llevarle al mago. Cuando este se ausenta, Mickey, el aprendiz, se apodera del gorro de su maestro para asumir su personalidad y ordena a la escoba que haga su trabajo por él. La escoba poco a poco se va enderezando y comienza a acarrear el agua en dos cubos, seguida de Mickey, el aprendiz, que imita sus movimientos con una gran sonrisa. Está feliz porque ha conseguido usar la magia para sus propios fines, no como el mago que hacía surgir imágenes sin utilidad.Como la escoba está haciendo su trabajo, él se queda dormido. Despierta y se da cuenta de que la escoba ha seguido trayendo agua sin parar y que está todo inundado. Aterrorizado, el aprendiz intenta detener la escoba y con un hacha la hace añicos. Aquí no son solo dos mitades, sino un ejército verdadero de escobas las que cobran vida y traen agua sin parar.El aprendiz encuentra el gran libro de conjuros de su maestro y busca desesperado la fórmula para detener el hechizo… Un gran torbellino, que coincide con el torbellino sonoro de la música de Dukas, lo engulle…Regresa el mago…, esboza una mirada aterradora y levantando las manos lo vuelve todo a su lugar.La Escritora y catedrática, Marisa Miralles, termina sus análisis diciendo: “Nada es original; la mayoría de las historias ya las había contado un escritor griego o un romano”.(Resumen de mi “Archivo personal de lecturas y estudios”, realizado todo en fichas académicas)
¿Dulcecito o dulcesito?La construcción de estos diminutivos causa muchas dudas, aunque la norma es de las más sencillas del sistema ortográfico del castellano/español. Miren: el elemento que agregamos al final de una palabra para cambiar su sentido se llama sufijo (¿recuerdan?: prefijos, interfijos y sufijos). Este sufijo que usamos para formar diminutos se escribe con ce: “-ito” se convierte en “-ecito”, “-ececito” o “-cito”.Pero si la base, es decir, aquella parte de la palabra que no cambia, tiene la consonante ese, lo que hacemos es agregar el sufijo “-ito”: oso se convierte en osito, casa en casita, cosa en cosita, porque la otra opción, incorrecta por supuesta, sería, por ejemplo, “cascita”, y no, no funciona así.Lea también: ¿Ultimadamente o últimamente?Ahora, piensen en esto: ¿cómo formarían el diminutivo de clase? Pronuncien el diminutivo. ¿Ya? Notaron que la palabra no sufre ningún cambio y que se le agrega “-cita”. ¿Qué queda?: clasecita. Es muy diferente al caso de osito, que la forman “os” más “-ito”, mientras que a clasecita la forman “clase” más “cita”.De esas que casi nunca usamosFlamear. No es tan tan rara porque usamos palabras como flama o inflamable. Este verbo viene de la palabra latina flamma, que significa “llama”, por eso tenemos la ya citada flama (que puede significar “llama” o “reflejo que la llama produce”), y también por eso inflamable es aquello que se enciende con facilidad y causa, por lo tanto, llamas. ¿Pero qué es flamear? Pues puede ser “echarle” llamas a un alimento usando licor. Puede ser, también, “echarle” fuego a un animal muerto para acabar de quitarle las plumas o los pelos, según sea la especie. O quemar la superficie, por ejemplo, de un recipiente para esterilizarlo.Pero también tiene un significado sin fuego: “Dicho de una bandera: Ondear movida por el viento, sin llegar a desplegarse enteramente” (imagínense una bandera colgada en un barco).
El jueves 6 de febrero de 2020, nuestra Academia Antioqueña de Historia, rindió tributo a los periodistas y ofreció una ofrenda floral al busto de don Manuel del Socorro Rodríguez, padre del periodismo colombiano.El viernes 7 de febrero, en el auditorio del Instituto para el Desarrollo de Antioquia, Idea, el gremio pionero de los periodistas antioqueños, valga decir, el Círculo de Periodistas y Comunicadores Sociales de Antioquia, Cipa, celebró el día del periodista con un panel alrededor del interrogante ¿Para qué el periodismo?, con la participación de consagrados colegas nacionales y locales.Lea también: La geopolítica mundial en blanco & NegroEl domingo 9 de febrero, en Plaza de la Libertad, el Club de la Prensa de Medellín, festejó el día del periodista, entregando los premios Manuel del Socorro Rodríguez y tributando un sentido homenaje a los compañeros periodistas fallecidos en el transcurso del año 2019, entre ellos a nuestro inolvidable maestro Javier Darío Restrepo. A más de un gran número de colegas, se hicieron presentes el señor alcalde de Medellín y el colega Henry Horacio Chaves Parra, en representación del señor gobernador de Antioquia. Como dato curioso, el alcalde de Medellín, doctor Daniel Quintero Calle, nos dictó cátedra con el himno antioqueño, al resaltar que en su letra, la palabra libertad se repite 9 veces. Igualmente, nos pidió no dejar de hacerle control político, petición bastante curiosa si se le hace a un verdadero periodista.Ya el día lunes 11 de febrero, en la Cámara de Comercio de Envigado, con la asistencia de las autoridades de ese municipio y una nutrida participación, El Círculo de Periodistas de Envigado, Cipe, se lució con otra magnífica celebración. Es decir, los periodistas antioqueños celebramos con inmensa alegría y compromiso, nuestro día clásico.Estas celebraciones y nuestro amor incondicional al ejercicio profesional del periodismo, tiene plena justificación si repasamos la vida y la obra maravillosa de cientos de colegas comprometidos con la verdad y el trabajo. Personalmente, me acordé del gran compañero periodista-escritor Néstor Armando Alzate Arango, pues justo la víspera me llevó a la oficina su más reciente obra: El Santo del día, un monumental trabajo de investigación, ejercicio periodístico y literario, compuesto de cuatro tomos, de 251 páginas cada uno, donde narra, día a día, mes a mes, 365 historias breves de santos, hermosas y bien contadas, con su estilo sencillo, fluido y nunca exento de recursos literarios. Es la vida, obra y milagros de 365 hombre y mujeres cuidadosamente seleccionados, a la manera de su refinado gusto, que hacen parte del santoral católico, recordando que llamamos santoral católico al conjunto de personas reconocidas por la Iglesia Católica como santos o beatos, en una fecha del calendario determinada, y que ese santoral se fija según el día en el que fueron elevados por la Iglesia Católica a la categoría de santos, y por ello son motivo de celebración en diferentes localidades del mundo, ese día específico.Hablar de la vida y la obra del gran amigo y colega Néstor Armando Alzate, escritor, profesor universitario, columnista, hombre de radio, historiador y periodista del canal Tele VID, hoy presentador de los programas El santo del día, Tras las huellas del papa Francisco y En Hora Buena, tomaría muchas páginas y muchas horas. Lo cierto es que gozar del trabajo y la amistad de Néstor Armando, lo congracia a uno con la vida; te hace sentir afortunado de ser periodista, te remite a su extensa obra, y a encontrar que no es presuntuoso el que la sociedad entera se solace y celebre nuestro día con entusiasmo, pues el periodismo y los periodistas somos hacedores de libertad (la libertad que nos recordó el Alcalde y que cantó amorosamente nuestro Epifanio Mejía), y, por encima de cualquiera otra cosa, somos hacedores de democracia. Sin periodismo no hay democracia, eso lo sabemos. Eso lo tenemos claro, y por eso defendemos al periodismo y celebramos nuestro día con decisión y amor.Le puede interesar: Práctica médica entre la fe y la razónA propósito, pidamos al Santo de hoy sábado 15 de febrero, a san Claudio La Colombiére, larga vida a los periodistas y a nuestra bendita democracia.
USD es el símbolo del dólar y COP el del peso colombiano USD 1 es un dólar americano y COP 1 es un peso colombiano. Un $1 es un dólar y un $1 es un peso. El segundo es el viejo signo, el viejo signo pesos para mí, que vivo en Colombia y pago mi vida con el pobre y devaluado peso colombiano ($ es el signo de varias monedas). Los primeros (USD y COP) fueron creados por la Organización Internacional de Normalización (la popular ISO). Cada moneda tiene su código de tres letras ISO, mientras que el $, como ya les dije, sirve para varias monedas. Entonces: US$ o USD$ son feas redundancias. Estaríamos usando las representaciones de dos “sistemas” distintos (USD y $ indican dólar). Así que las formas correctas son las que siguen:USD 1000, $1000 (esta sin espacio, cuidado. Las otras tres con espacio), 1000 USD o 1000 $.COP 1000, $1000 (esta sin espacio, cuidado. Las otras tres con espacio), 1000 COP o 1000 $.Nunca US$ o $COP ni ninguna revoltura parecida. Lea también: Sí y si. Erguir y erigirUna curiosidadRío de Janeiro y enero son primos Río de Janeiro es “río de enero”. Los portugueses llegaron a esta bahía en enero de 1502 y así la llamaron. Nuestra “enero” no se parece tanto a su madre latina Ienuarius (así se llamaba este mes en tiempos del Imperio), pero en las lenguas vecinas sí: janvier (francés), janeiro (portugués), January (inglés), gennaio (italiano).Le puede interesar: Posmoderno o postmoderno“Muy lleno”Leonardo Ibarra: ¿Es correcto?, ¿es redundancia? Hay unos adjetivos que se llaman elativos o de grado extremo. Estos rechazan ciertos adverbios, por eso no dices “muy excelente”. El caso de lleno parece ser diferente. O sea, es cierto que lleno implica totalidad, si somos estrictos, pero no creo que sea descabellado decir que algo está “medio lleno”. Ahora bien, no veo diferencia entre “lleno” y “muy lleno”: si estás en un auditorio al que le caben 1000 personas y entran 1000 personas, dices “esto está lleno” o “muy lleno” (y siguen siendo 1000 las personas).En conclusión, basta con decir “lleno” para indicar que no cabe un alma más.
El concepto de “El cuidado de sí” empecé a profundizarlo hace cerca de veinte años gracias al querido y sabio profesor Gonzalo Soto Posada, con sus lecciones en el Aula Abierta del Instituto de Filosofía de la Universidad de Antioquia sobre Lucio Anneo Séneca y Michel Foucault. El primero de ellos filósofo estoico romano del Siglo I de nuestra era y el segundo, filósofo, psicólogo e historiador francés del Siglo XX; recientemente el libro del profesor Soto titulado “Vida, obra y pensamiento de Marco Aurelio” (Editorial Universidad Pontificia Bolivariana, 2018), el emperador romano y filósofo estoico del Siglo II, también de nuestra era, nos revela que la filosofía es sobre todo una forma de vida y un continuo ejercicio espiritual, fundamento requerido para el cuidado de sí.Sócrates con su legado pedagógico nos ha llevado a comprender como la virtud y las dichas se deben desplazar hacia el interior del hombre, y que la filosofía llegó a ser el camino hacia el nuevo continente recién descubierto, el alma. En su Apología de Sócrates, compilada por Platón en sus diálogos, Sócrates increpa a los concurrentes al juicio que lo condenó a muerte por ocuparse de cosas vanas y no de la virtud, ni del alma, vale decir del cuidado de sí mismos, complemento del mandato délfico de “Conócete a ti mismo”. Por su claridad pedagógica, este discurso es uno de los más valiosos para nuestros propósitos hermenéuticos, y con la venia de mis lectores a continuación quiero reproducir en uno de sus apartes referido al “Cuidado de sí”: ”Sabéis que .. el único objeto de mi trabajo ha sido procuraros .. el mayor de todos los bienes persuadiéndoos de que no atendáis a las cosas que os pertenecen antes que al cuidado de vosotros mismos, para haceros más sabios y más perfectos, lo mismo que es preciso tener cuidado de la existencia de la república (lo político)..”Lea también:La herencia de SócratesEl cuidado de uno mismo aparece por primera vez en el diálogo platónico Albicíades I, relacionado con la acción política y la erótica pero siempre centrado en el domino del cuerpo por el alma. Durante el Helenismo (así llamado el periodo histórico que surgió al derrumbamiento del imperio alejandrino) se sustituyó el modelo pedagógico, orientado hasta entonces a la preparación de las élites para el ejercicio del poder, por un modelo más abierto y democrático, tipo médico: Uno debe cuidarse, convertirse en médico de sí mismo, mediante prácticas como la escritura, la meditación y el examen de conciencia sobre lo que hacemos, no sobre lo que pensamos o sentimos, lo que marca la gran diferencia con la confesión cristiana. Pero lo fundamental es que el cuidado de sí en ambas doctrinas se convierte en el objetivo, adquiere sentido por si mismo.Para el Helenismo el autoexamen sirve para actuar mejor, para ayudarnos a corregir nuestras conductas hacia el futuro. En el Cristianismo las tecnologías del yo están orientadas a la revelación y a la renuncia del yo: aparece el director espiritual, como poder pastoral, a quien en la confesión hay que contárselo todo y obedecerle en todo, bajo el supuesto de que las malas intenciones son las que nos conducen al pecado. A partir del Siglo XVIII, ya en la Modernidad, se vuelve a plantear la verbalización no como una técnica para renunciar al yo, sino para construirlo.Hoy se dispone de tres modelos o técnicas para el examen de sí mismo. El primero es el de los pensamientos para ver si se corresponden o no con la realidad, el llamado Racionalismo Cartesiano. El segundo es el de los pensamientos para ver si se adaptan a las reglas del buen vivir, enseñanza del Estoicismo y el tercero es el método Cristiano, que consiste en descifrar los pensamientos ocultos para hacer aflorar nuestra impureza interior. Michel Foucault considera que la psicología, incluido el psicoanálisis, es herencia de esta tercera forma y su origen es, por lo tanto, cristiano.Para los griegos uno no puede cuidar de sí sin conocerse a sí mismo, el cuidado de sí es el conocimiento de sí y es un concepto eminentemente ético, ya que el cuidado propio implica el cuidado de los otros, la acción política, y de las cosas, lo que hoy se conoce como la conservación de los ecosistemas, vale decir de La Naturaleza como una integridad. Ahora sigamos con nuestro ensayo, guiados por el texto foucaultiano titulado “Estética, ética y hermenéutica”.Al imperativo “Cuídate de ti mismo” que implica la asimilación de nuestras verdades (los lógoi), Foucault agrega: “Uno no puede cuidar de sí sin conocerse..el cuidado de si es el conocimiento de sí (el lado socrático de la cuestión), pero también es el conocimiento de ciertas reglas o de principios, que son, a la par verdades y prescripciones. Cuidarse de sí es pertrecharse de estas verdades y es ahí donde la ética está ligada al juego de verdad”…”Es preciso que cuando vuestros deseos, vuestros apetitos, vuestros temores lleguen a despertarse como perros que ladran, el logos hable como la voz del amo que con un solo grito hace callar a los perros…habríamos (así) llegado a ser el logos o el logos se habría convertido en nosotros mismos”.Le puede interesar:Por un capitalismo socialCuidarse de sí no es un consejo en abstracto, sino que es una actividad extensa, una red de obligaciones y de servicios que el individuo debe realizar para con su alma. El cuidado de sí es el cuidado de la actividad y no el cuidado del alma como sustancia. La reflexión sobre sí debe convertirse en nuestra práctica habitual, así como el retirarse periódicamente unos días o semanas para ocuparse de sí en un beneficioso ocio creativo, tiempo que puede ser dedicado a estudiar, leer, escribir, prepararse para los reverses de la fortuna o para el desapego final, la muerte. El retiro más beneficioso sería el que nos ponga en contacto con el campo, donde mayormente se muestra La Naturaleza en todo su esplendor. Escribe Foucault en el texto atrás referenciado: “Uno se retira para descubrir - pero no para descubrir sus faltas o sus pensamientos profundos - ; uno se retira en sí mismo para rememorar las reglas de acción, las principales leyes que definen la conducta. Es una formula (y práctica) mnemotécnica”.Una práctica de la más conveniente es el examen de sí mismo y de la conciencia al terminar nuestro día de trabajo, donde se evalúa si lo que se hizo corresponde con nuestros propósitos, un recuento de lo que se ha hecho, no de lo que se ha pensado.La introspección llega a ser una práctica generalizada en el nuevo concepto del cuidado de sí, donde se vinculan estrechamente la escritura y la vigilancia sobre uno mismo, donde se atienden los matices de la vida, los estados del alma, y se acude a la lectura creativa. Todo un conjunto de experiencias que no se conocían con anterioridad. En estos momentos de introspección uno escribe sobre todo para sí mismo, como lo hace con las cartas de amor, que una psicóloga francesa, cuyo nombre ahora no recuerdo, nos mostró hace unas décadas durante una hermosa conferencia en esta ciudad de Medellín. Lo que he estado haciendo con mi anterior ensayo sobre la herencia de Sócrates y con el presente texto, es ocio creativo, pero sobre todo es una carta escrita a mí mismo.