Los hechos relatados en el informe dan cuenta de trato inhumano, francamente criminal, que debería dar lugar a procesos judiciales por abuso infantil.
Esa fue la exclamación del presidente demócrata de la Comisión de Justicia de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Jerry Nader, cuando conoció el informe: Alerta de gestión que el Departamento de Seguridad Interna debe atender frente al peligroso hacinamiento y la detención prolongada de niños y adultos en el valle del Rio Grande, elaborado por la Inspectora General encargada de esa dependencia, Jennifer Costello. Dijo también que los hechos relatados en el informe dan cuenta de trato inhumano, francamente criminal, que debería dar lugar a procesos judiciales por abuso infantil.
El documento notifica al Secretario de Seguridad Interna, de “asuntos urgentes que necesitan de inmediata atención y acción” para aliviar las condiciones a que están siendo sometidos niños y adultos en el valle del Rio Grande. La inspectora Costello, en una decisión seguramente contraria a los deseos del Ejecutivo, envió copias del documento a los comités correspondientes del Congreso y divulgó la alerta, con fines de diseminación pública, en su sitio web. Es decir, lanzó a los 4 vientos la verdad cruda y dura sobre los inmigrantes centroamericanos en la frontera sur de Estados Unidos.
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El informe incluye fotografías mostrando el hacinamiento en espacios sin mobiliario donde los detenidos, niños, mujeres y hombres, pasan el día y la noche sobre pisos y muros de cemento, encerrados en jaulas de alambre grueso, sin colchones ni cobijas ni los más básicos elementos de higiene diaria.
De las cifras consignadas por la señora Costello hay una que llama poderosamente la atención porque indica una decisión deliberada de los centroamericanos que van hacia el norte dispuestos a correr la aventura en familia. Mientras en el periodo octubre 2017, mayo 2018, el número fue de 36,773, en los 8 meses entre octubre 2018 y mayo 2019, el número de familias llegó a 135,812, lo que representa un aumento de 269% de crecimiento. El número de niños sin compañía aumento 62% y el de adultos solos 32%. Mayor, por lo tanto, la responsabilidad de México y sobre todo de Estados Unidos porque ha crecido el número de mujeres y niños que necesitan de mayor atención y cuidado.
Como era previsible, la reacción de los congresistas demócratas, a raíz de la divulgación del informe, fue inmediata y varios de ellos visitaron algunos de los 200 centros de detención. Para la joven y dinámica congresista Alexandria Ocasio-Cortez, que fue a Texas, en la frontera sur hay “campos de concentración”. Según ella los migrantes “beben agua de los sanitarios” y los oficiales de migración “usan tácticas de guerra psicológica” contra los detenidos. Los insultan o despiertan, sin motivo, a cualquier hora de la noche. La guardia fronteriza está entrenada para acosar, asustar e intimidar. Las jaulas sirven supuestamente para disuadir a los que quieran llegar al Rio Grande.
Los niños están sujetos al mismo trato y sufren más aún cuando son separados de sus padres. Esa separación, según psicólogos infantiles, les dejará traumas más duros que si hubieran estado en campos de guerra. Los dibujos de niños de 10 y 11 años hechos públicos por la Asociación de Pediatría de Estados Unidos son desgarradores. Son diseños donde lo principal es la jaula en que se encuentran. Los seres dibujados carecen de rostro, manos y pies. Los guardias fronterizos aparecen dentro de la jaula subidos en torres inexistentes desde donde los vigilan. Son dibujos que denotan terror constante.
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Es, efectivamente, una bomba de tiempo fabricada por el interés electoral del presidente estadounidense. Lo cierto es también que los demócratas, ahora mayoría en la Cámara de Representantes, no están dispuestos a dejar que se violenten valores históricos de su país por medio del maltrato a indefensos centroamericanos y desconociendo rotundamente el derecho al asilo. Por su parte, los congresistas republicanos respaldan con su silencio una realidad a todas luces inaceptable. En medio de este panorama, es indispensable que la comunidad internacional exprese categóricamente su desacuerdo frente a esta reiterada y masiva violación de derechos humanos de niños y adultos, tan cruel e inhumana como las peores.