Las muertes, el desplazamiento intraurbano y los hurtos han aumentado en estos sectores este primer semestre del año, los habitantes manifiestan seguir atemorizados y afirman que el control lo tienen las bandas criminales.
La parte alta de Belén (Comuna 16) y el corregimiento de Altavista continúan en medio de las disputas entre las organizaciones criminales, situación que ha ocasionado un aumento considerable en delitos como el homicidio y los hurtos, y que ha llevado a una gran cantidad de los habitantes a abandonar el sector.
En los primeros seis meses del año el corregimiento de Altavista ha registrado 94 personas desplazadas, mientras en Belén el número asciende a 163 según cifras de la Personería de Medellín.
Los hurtos a personas sumaron 634 casos hasta el pasado 16 de julio en Belén específicamente, donde los barrios más afectados son Belén Parque con 114 casos, Rosales con 73 y Fátima con 45 hurtos. Mientras que los casos de homicidio han sido 23 y 18 en Altavista y Belén, respectivamente.
Para el defensor de Derechos Humanos de la zona, Julio César Rengifo, es válido resaltar el esfuerzo que han hecho las autoridades con las ultimas capturas de los cabecillas, “pero sabemos que ellos siguen teniendo el control territorial así haya presencia militar”, dice.
“Llevamos varios niños heridos y muertes de gente inocente, y a pesar de que en estos momentos hay buena presencia de la Policía sigue la zozobra y el temor por parte de la comunidad, porque los demás delitos como las vacunas y el desplazamiento no son intervenidos y hacen que nadie pueda salir tranquilo”, dice Rengifo.
El defensor considera que si no hay una intervención real, que perdure en el tiempo y que incluya a toda la comuna y al corregimiento jamás se acabará la violencia en este sector de la ciudad.
“Viví más de 25 años en Belén, de donde salí hace poco por amenazas a mi vida. Me tocó la violencia paramilitar, las milicias, la oficina y los combos, de los que llegaron a haber más de 12, uno por cada barrio. Las bandas de ahora pueden tener un promedio de 30 a 50 muchachos trabajando para ellos, incluidos menores. ¿Qué se puede esperar de una ciudad con jóvenes y niños que llevan generaciones viviendo la violencia?”, cuestiona Rengifo.
El personero delegado para los Derechos Humanos, Juan Fernando Gómez, también asegura que no basta con la sola presencia de la fuerza pública, y que se debe continuar con la oferta institucional para cerrar las brechas de inequidad y el círculo de violencia, “que infortunadamente parece no acabar en Medellín”, dice Gómez.
Belén ocupa el tercer puesto entre las comunas más expulsoras de la ciudad después de la Comuna 13 seguida de Robledo. Según Gómez, las confrontaciones y pugnas internas de los criminales vienen afectando gravemente a la población civil en cuanto a desplazamiento intraurbano.
“Esa parte de la ciudad sufre graves violaciones a los derechos humanos, nosotros lo hemos venido denunciando a la autoridad competente para que cuanto antes se establezcan estrategias integrales que devuelvan la tranquilidad de las personas”, dice el personero delegado.
“Igualmente, el incremento de los homicidios es alarmante en el corregimiento de Altavista, esto le ha dado un coletazo a Belén Zafra y Buenavista y ha elevado las cifras de muerte con respecto al mismo periodo del año pasado en más de 300%, (…) la gente está sometida al conflicto que allí se vive”, agrega Gómez.
Varios de los operativos contra la delincuencia han estado enfocados en Altavista este año, donde las autoridades tienen la mira puesta después de la captura de alias chatán, cabecilla de la banda ‘los chivos’, y alias diego pájaro líder de ‘los pájaros’, a inicios del mes de junio. Ambas bandas con presencia en la zona.
El alcalde de Medellín Federico Gutiérrez advirtió después de las capturas que los homicidios incrementarían en la zona porque estas bandas tenían un pacto para luchar contra la banda denominada ‘la mano de dios’.
El defensor de Derechos Humanos agrega que el accionar criminal de las bandas de este sector es muy distinto comparado con otras, a pesar de que dependen de las mismas grandes estructuras. “Son débiles organizativamente, no manejan las jerarquías ni respetan a sus jefes, por eso se dan tantas disputas y reacomodos entre ellos mismos, y los más afectados siempre son los que no tienen nada que ver”, dice Rengifo.
Otro de los delitos que más afecta la zona es el tráfico de estupefacientes. Hasta el 16 de junio pasado se había hecho un total de 18.581 incautaciones de estupefacientes en la Comuna 16, la mayoría en Belén Rincón con 5.000 casos, seguido del barrio San Bernardo con 3.914 incautaciones, según cifras del Sistema de Información para la Seguridad y la Convivencia (Sisc).