¿Por qué no se declaró el barrio patrimonio histórico de la ciudad? ¿O, por qué no se orientó hacia su densificación por la localización que tiene en la parte central de la ciudad?
El barrio San Benito es el más antiguo de Medellín, con una larga historia, bella durante décadas de grandes protagonismos, triste en años recientes por el marcado y prolongado deterioro que ha tenido, producto de políticas desacertadas de la planeación urbana de la ciudad.
En sus vecindades se encuentra la casa donde nació el prócer Francisco Antonio Zea, controvertido ciudadano señalado en forma diversa por la historia, abandonada durante largas décadas, pero recuperada recientemente por la administración de la ciudad.
En las cercanías del parque Berrío, en la calle Boyacá, estaba la casa donde nació Atanasio Girardot, el héroe del Bárbula; su nacimiento allí ha sido muy cuestionado por destacados historiadores.
Como calle real, la calle Boyacá ha jugado un gran papel en la historia de Medellín.
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Las Iglesias de La Veracruz, y San Benito, marcaron momentos muy importantes de la vida urbana. La comunidad franciscana identificó notoriamente el barrio: su convento e iglesia, el colegio Cristóbal Colón, más adelante Fray Rafael de la Serna, y la Universidad San Buenaventura, son vivo testimonio de la importancia de este sector de la ciudad, y de la misión franciscana.
Las familias tradicionales que habitaron este barrio, de clase media alta, ocuparon bellas y magníficas propiedades, dejaron una huella indeleble en una sociedad que buscaba un desarrollo armónico cultural y religioso.
Respuestas propias al desarrollo económico, como fue por la liquidación del Ferrocarril de Antioquia, y a la dinámica urbana impulsada por las políticas determinadas por la oficina de planeación de Medellín, permitieron la construcción de la plaza de mercado José María Villa en el interior del barrio San Benito, proyecto que recibió nuestro rechazo en su momento, iniciaran el deterioro progresivo del barrio, y el desplazamiento hacia otros barrios, de la comunidad tradicional que allí habitaba, adicionado con la presión que recibió de actividades económicas que no eran propias del barrio.
El pasado nos interroga sobre: ¿por qué no se declaró el barrio patrimonio histórico de la ciudad? ¿O, por qué no se orientó hacia su densificación por la localización que tiene en la parte central de la ciudad?
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Las políticas de planeación urbana pueden lograr activar el desarrollo urbano, como también desestimularlo, como ocurrió en de este barrio.
No es teoría, está comprobado, recordemos lo ocurrido en el sector de San Antonio. Hay que repensar la ciudad, orientarla hacia un mejor desarrollo armónico humano y económico.