Los españoles no tuvieron su mejor fin de semana, a excepción de Antonio García, el único que había ganado en Daytona en la categoría de prototipo y una de clase.
El brasileño Christian Fitipaldi y los portugueses Joao Barbosa y Filipe Alburquerque ganaron este domingo las 24 Horas de Daytona, una carrera muy limpia en la que el Ligier de Fernando Alonso acabó trigésimo octavo tras media docena de averías.
Esta es la tercera victoria en Daytona para Barbosa (2010 y 2014) y Fittipaldi (2004 y 2014) y la primera para Alburquerque, quien fue el encargado de cruzar la meta al volante del Cadillac del equipo Mustang Sampling, que dominó de principio a fin. A pesar de lograr el tercer mejor tiempo en la sesión de clasificación, pronto se pusieron en el frente y fueron primeros en el paso por la decimoctava de las 24 horas de la prueba.
Sólo los Acura, comandados por el brasileño Helio Castroneves y el colombiano Juan Pablo Montoya, parecían que podían plantarles cara, pero un toque con el Cadillac número 31 del primero y una avería del segundo les alejó del frente. Al final acabaron noveno y décimo, respectivamente.
Los segundos clasificados fueron los pilotos del prototipo Cadillac del equipo, Whelen Engineering Racing, compartido por el joven brasileño Felipe Nasr, Eric Curran, Stuart Middleton y Mike Conway. Este monoplaza llegó con una demora de 1:10.544, mientras que el tercer prototipo entró en la meta 21 segundos más tarde después de que lo llevaran hasta allí Jonathan Bennett, Colin Braun, Loic Duval y Romain Dumas.
Los españoles no tuvieron su mejor fin de semana, a excepción de Antonio García, el único que había ganado en Daytona en la categoría de prototipo y una de clase. El madrileño llegó a la meta tercero en la división GTLM con su Corvette C7.R, que había marcado la pole sólo después de los dos Ford GT.
Pero las atenciones estaban puestas en el Ligier de Alonso y sus jóvenes compañeros, los británicos de 18 años Lando Norris y Phil Hanson, quienes fueron trigésimos octavos, o penúltimos de la división de prototipos.
Aunque las sesiones de entrenamiento y calificación (13º) no eran muy prometedoras, el inicio de la carrera daba señales contrarias y el dos veces campeón del mundo de Fórmula Uno llegó a liderar la prueba por dos vueltas en el que era su debut en una carrera de resistencia.
Pero primero un pinchazo de Hanson les quitó cuatro vueltas, a las que se debieron sumar otras 22 cuando Alonso rompió uno de los cilindros maestros del freno, que le dejó parado en boxes 40 minutos y 22 vueltas atrás.
Ahí se acabó la carrera para ellos, lo que deja peor sabor de boca después de que entre Alonso y Norris marcasen uno de los mejores ritmos de carrera por la noche. Para complicar las cosas, Norris tuvo un problema de embrague cuando estaban luchando por acercarse al 'top-10', y después otra avería en los frenos con Alonso que llevó a su Ligier al vigésimo puesto.
Desde ese momento, una pesadilla para el joven Norris, quien acompañará a Alonso en McLaren la próxima temporada como piloto de pruebas, con varias entradas al boxes que le dejaron penúltimo de su clase.
Pero Alonso dijo en rueda de prensa irse satisfecho porque ahora conoce mucho mejor cómo se conduce un prototipo y sabe que puede mantener el ritmo de los mejores, todo con la mirada puesta en una futura participación en las 24 Horas de Le Mans. Se lamentó de la "oportunidad perdida" y consideró que podrían haber alcanzado el podium, pues el otro Ligier del equipo acabó cuarto siendo más lento que el que él y los suyos manejaban.
Los problemas fueron mecánicos, porque fue una carrera limpia, sin grandes accidentes y con escasa presencia del coche de seguridad, lo que permitió volar a los monoplazas. Así, el Cadillac ganador batió dos récords del Daytona International Speedway, el de mayor número de vueltas finalizadas (808) y mayor distancia total recorrida (2.876,48 millas o 4.629,23 kilómetros), marcas que databan de 1992 y 1982, respectivamente.
El mismo tipo de problemas tuvo el también español Dani Juncadella, que iba quinto cuando sufrió un pinchazo que dañó parte de su Oreca LMP2. Este incidente, acompañado de uno posterior, le relegaron a pelear por entrar entre los diez primeros, pero se tuvo que conformar con la decimoquinta posición. El cuarto español en liza, Miguel Molina, entró en meta justo detrás del Ligier de Alonso, en la trigésimo novena posición.
El Porsche 488 GT3 que compartió con los mexicanos Martín Fuentes, Ricardo Pérez de Lara y Santiago Creel y el irlandés Matt Griffin comenzó la prueba en cabeza, pero el motor de su bólidocomenzó a arder y cuando los mecánicos lo repararon ya estaban perdidos en la cola del pelotón.