El choque de fuerzas en Venezuela entre el oficialismo y la oposición alerta al mundo y aumenta la tensión en el continente, a la espera del 23 de febrero, día clave.
La enérgica convocatoria de Juan Guaidó, la desafiante posición de Nicolás Maduro, la presión internacional liderada por Estados Unidos y el correctivo del Papa Francisco al pedido de su mediación, centran hoy las miradas del mundo hacia Venezuela, donde la crisis social, política y económica que ha generado una insoluble tragedia humana, parece haber llegado ya al límite.
Irreversible situación porque el plazo fijado por la oposición es perentorio, no sólo porque tiene un día señalado, sino especialmente por la fuerza y el convencimiento del mensaje de Guaidó, que también refleja el agotamiento y la decisión de un pueblo mancillado y ofendido: “El plazo es el 23 de febrero, ese día vamos a ir por la ayuda humanitaria”, gritó el presidente interino para anunciarle a la dictadura de Nicolás Maduro que no aguantarán más.
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“La ayuda humanitaria va a entrar sí o sí”, dijo Guaidó luego de que Maduro insistiera en que no va a entrar a su país, “porque no la necesitamos y no somos mendigos de nadie”.
Un duelo que el mundo quiere evitar, porque cualquier hecho de fuerza en la frontera colombiana, donde se almacena y se prepara la entrega de esa ayuda, podría desatar una confrontación armada que, dicen los expertos internacionales, no sería la mejor solución.
Y por eso el presidente colombiano, Iván Duque, reiteró su apoyo a Guaidó pidiéndole de paso a Maduro que “permita el ingreso de la ayuda y que se abra una nueva etapa en la vida de ese país”.
En un conversatorio realizado el jueves en Washington, previo al encuentro oficial con su homólogo estadounidense, Donald Trump, el mandatario colombiano insistió en que “el próximo 23 de febrero debe ser un día para que todo el mundo se movilice y le diga a la dictadura de Venezuela, ya no más”.
Antes, en respuesta a la solicitud de Maduro para que mediara en la situación, el papa Francisco desconoció su legitimidad como presidente y lo llamó “excelentísimo señor Nicolás Maduro”, pero además le reprochó públicamente que él “había incumplido” lo acordado en intentos anteriores por consolidar un diálogo entre las partes.
No habrá enfrentamientos
En Cúcuta y Roraima (Brasil) se han instalado ya los centros de acopio donde se almacena la ayuda humanitaria que envía Estados Unidos: cerca de 100 toneladas de alimentos, productos de higiene y especialmente medicamentos, que desde Colombia se pretenden enviar a través del puente de Tienditas, en la frontera colombo-venezolana, donde el régimen de Maduro ha instalado ya varios convoy de la Guardia Nacional Bolivariana para bloquear el paso de vehículos con remolques atravesados en la vía.
Y es allí, en Tienditas, donde el mundo vigila, porque Guaidó ha convocado al país para ir por esa ayuda que el régimen de Maduro asegura “no entrará, porque estamos dispuestos y preparados para defender la soberanía del país ante una incursión extranjera”, mientras que desde todos los rincones del planeta se escuchan voces pidiendo que, ante la hambruna de millares de personas, no se puede politizar una ayuda humanitaria.
“Sería un grave error” impedir que esa ayuda llegue a quienes la necesiten, dijo Trump, mientras que en una desesperada alocución la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez se atrevió a decirle al mundo que la comida de esa ayuda "es cancerígena y envenenará a quienes la consuman porque está contaminada”. Mientras que Maduro la calificó de “migajas que ellos pretenden traer, una comida intoxicada de sobra. Nuestro pueblo no necesita ser mendigo de nadie”.
Lo cierto es que al lugar acudirán miles de venezolanos, caminantes de todos los rincones del país, y un número no precisado de migrantes que irán desde distintos lugares de Colombia a apoyar la causa que esperan provoque el cambio que les permita regresar a casa.
Por eso el mundo sigue en vilo y en espera de que ni las Fuerzas Armadas venezolanas, ni los colectivos oficialistas vayan a actuar contra esas personas, ni contra los miles de voluntarios de distintas nacionalidades que han llegado al lugar para contribuir con la entrega de esas ayudas.
Llamado a los militares
Ante ese panorama, Guaidó y Duque han emplazado a los militares venezolanos para “que se hagan del lado del pueblo, de su pueblo que muere de hambre”. O por lo menos para que no intervengan y permitan el ingreso de esa ayuda que tanta gente necesita.
“Depende de ustedes, el ejército venezolano es un ejército que libera naciones”, les recordó Guaidó a los militares pidiéndoles que “no sean cómplices, porque “bloquear el ingreso de esa ayuda convertiría al gobierno de Maduro en genocida”.
A su vez, durante la intervención de este viernes ante el Consejo Permanente de la OEA, el mandatario colombiano pidió invitar de “manera clara a los miembros de las Fuerzas Militares de Venezuela” para que respalden al presidente interino Juan Guaidó y termine pronto esta etapa e iniciar la reconstrucción del país, garantizando todo los derechos del pueblo venezolano.
Duque señaló que la situación de urgencia y la realidad que vive Venezuela “amerita que el cerco diplomático se afiance y se fortalezca” y, en tal sentido, llamó la atención de los militares venezolanos.
Oportunidad para el fortalecimiento
Como positivo, calificó el presidente colombiano Iván Duque el encuentro que tuvo con su homólogo estadounidense, Donald Trump, en el marco de la visita oficial que realizó durante los últimos cuatro días a Estados Unidos y en el que se destacaron, además de la situación en Venezuela, temas de comercio, cooperación en materia de seguridad, turismo y energías renovables, como parte de la agenda de los dos países.
Con referencia al problema de las drogas, aseguró que ambos gobiernos comparten una visión clara para enfrentarlo, y que para ese propósito se requiere la combinación de todas las herramientas posibles, pero advirtió que es un deber de la comunidad internacional enfrentar esta problemática.
En ese sentido, destacó que, en el caso de Colombia, desde el “Gobierno hemos presentado un programa como ‘Ruta Futuro’, que combina todas las herramientas para ponerle freno a ese crecimiento exponencial de los cultivos ilícitos, y al mismo tiempo permitir una transformación de culturas ilegales a unas economías legales en muchos lugares del territorio”.
Además, los dos países reafirmaron su compromiso para enfrentar el terrorismo en todas sus formas.