Este proceso será complementado por varias actividades y rituales, cuyo objetivo es que las familias de las personas fallecidas durante la masacre de Bojayá hagan un proceso de sanación y cierren las heridas lastimadas de esta tragedia.
Autoridades judiciales iniciarán este miércoles la exhumación de los fallecidos en la masacre de Bojayá, que tuvo lugar hace quince años, cuando un cilindro bomba de las Farc cayó en la iglesia de este municipio del Chocó, en donde se habían refugiado centenares de civiles.
Y es que Bojayá sigue marcada por la masacre perpetrada por la guerrilla el 2 de mayo de 2002 durante un enfrentamiento con las paramilitares Autodefensas Unidas de Colombia (Auc) en el que un explosivo lanzado por las Farc cobró 79 vidas según la versión de la Fiscalía y 119 según la propia comunidad.
La vocera del Comité por los Derechos de la Víctimas de Bojayá, Adgero Atin, afirmó que el proceso de exhumación empezará el 3 de mayo en la vecina localidad de Riosucio y concluirá el 30 del mismo mes en Bellavista, núcleo urbano de Bojayá.
"Todo el proceso de identificación, individualización y entrega de los cuerpos va a tomar entre cuatro y siete meses para tener de vuelta los seres queridos y poder hacer el rito y posterior entierro a todos y cada uno de nuestros seres queridos", explicó Atin.
La líder comunitaria advirtió que es la primera vez que los miembros de esta comunidad se enfrentan a un procedimiento de este tipo que consistirá en la exhumación "de tantos restos de familiares y seres queridos" pero que a la vez permitirá cerrar duelos que llevan más de una década sin cicatrizar.
Según indicaron fuentes del proceso, en el que participan el Instituto Nacional de Medicina Legal y la Fiscalía General de la Nación, antes de iniciar las exhumaciones las comunidades realizarán rituales de "armonización" de las fosas en las que descansan las víctimas de la masacre.
Se abrirán fosas en las localidades de Bellavista Viejo, Loma Rica, Vigía del Fuerte y Bellavista Nuevo; desde todas ellas los restos exhumados serán trasladados a Medellín, en donde se realizarán los procesos de identificación de cada cuerpo.
Finalmente, los restos mortales de los fallecidos en la masacre serán devueltos ya identificados a las familias, que podrán enterrarlos definitivamente, cerrando así un largo y doloroso luto que se habrá prolongado durante más de tres lustros.
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La Unidad para las Víctimas encabezó este martes las conmemoraciones de la tragedia en Bojayá, donde anoche una comitiva compuesta por familiares de los fallecidos, sobrevivientes de la masacre y líderes locales recorrieron las calles de esta localidad, a orillas del río Atrato, en una silenciosa marcha de antorchas después de participar en una misa.