GranColombiaGold denunció este viernes que el paro minero, convocado y liderado por la Mesa Minera de Segovia y Remedios, está siendo apoyado por las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC). La compañía manifestó que de presentarse un atentado contra la vida de sus empleados, responsabilizará a este grupo y a la Mesa Minera por los actos delictivos que se registren.

La compañía informó que desde el jueves 10 de agosto está circulando en estos municipios un comunicado de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, también conocidos como clan del golfo, en el cual amenazan de muerte a los empleados de la compañía que se dirijan a trabajar.

El presidente de GranColombiaGold, Lombardo Paredes Arenas señaló que "nuestra operación se encuentra semi paralizada. La producción se ha reducido a 200 toneladas por día. De los 1.500 empleados que laboran en la compañía hoy se presentaron a trabajar sólo 570. Con la medida de suspensión de los contratos laborales que tuvo que tomar la empresa a raíz de esta crisis, se afectan 700 colaboradores".

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En este paro, indicó, se continúan violando los derechos fundamentales de los habitantes de Segovia y Remedios, permanece la obstrucción de vías en algunos sectores; el transporte entre los municipios de esta zona está paralizado; el comercio continúa cerrado; hay violación a los derechos de los niños mediante amenazas a los profesores y directores de las instituciones educativas para que no dicten las clases; el desabastecimiento de alimentos tiene a cientos de familias en condiciones lamentables al no poder alimentarse.

De llegar la situación a generar un cierre de la operación de minería legal que fomenta la compañía, el desarrollo social, económico y productivo de estos municipios se anarquizaría. Se dejaría el camino libre a la minería ilegal y criminal, además que el Gobierno Nacional dejaría de percibir cuantiosos recursos por regalías, impuestos y contribuciones que aporta GranColombiaGold y los mineros legales.

El vicepresidente de Asuntos Corporativos de GranColombiaGold, José Ignacio Noguera Gómez, diferenció los pequeños mineros tradicionales de los que no quieren ser parte de la legalidad, explicando: "Hay mineros que sí son tradicionales que vienen ejerciendo la minería y con los que podemos trabajar desde la legalidad y están dispuestos a dar el paso a esta”. Desde 2012 hasta la actualidad se han logrado 36 contratos con pequeños mineros que se formalizaron.

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En contraste añadió que hay otro tipo de mineros a los que no les convence o no están interesados en participar de la legalidad, "la Ley es obligatoria para todos y abogamos por cumplirla", la empresa privada lo hace al pagar impuestos, regalías, sueldos a los empleados, entre otros.

Entre otras razones para no ser adeptos a la legalidad podría ser que “no entienden qué es ser legal o culturalmente no han vivido la legalidad al no querer pagar impuestos o por no querer formalizarse. O habrán algunos de los mineros que están al margen de la ley”, sostuvo el vicepresidente.

Además, la ilegalidad le genera diversos problemas a los territorios, "el hecho de que no se paguen regalías o impuestos no se genera desarrollo a la región. Los ingresos generales no circulan a través del sistema bancario o al no afiliar una persona a salud no hay transferencias al hospital”, entre otros casos, por lo tanto GranColombiaGold hizo un llamado a la cultura de la legalidad y a fortalecer el diálogo con la Mesa Minera de los municipios del Nordeste antioqueño.

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Por su parte, Jaime Arteaga de Brigard, director del Plan Buriticá, diseñado para atacar la minería ilegal en esa zona antioqueña señaló sobre el fenómenos que las economías ilegales tienen unas escalas superiores a las que pudiera haber manejado cualquier cartel en su conjunto y muchos de los sectores productivos.

"Tienes economías ilegales de la escala de los cultivos ilícitos o economías ilegales con un encadenamiento grandísimo, que permiten la financiación de enormes cantidades de fuerzas armadas como bandas criminales o los que son reeductos de la guerrilla que quedan vivos y están insertadas en la sociedad de la misma manera que se insertó el narcotráfico en los ochentas".