El ataque ocurrió el mismo día en que el cardenal Carlos Aguiar Retes asumió la Arquidiócesis Primada de México en sustitución de Norberto Rivera Carrera, quien llevaba en el puesto 22 años.
Dos sacerdotes mexicanos fueron asesinados durante un ataque armado la madrugada de este lunes en el tramo carretero Taxco-Iguala, en el estado sureño de Guerrero, informó la Arquidiócesis de Acapulco.
Se trata de Iván Añorve Jaimes, de 37 años, quien era el párroco de la iglesia del poblado de Las Vigas, municipio de San Marcos, y Germaín Muñiz García, de 39 años y párroco en Mezcala, municipio de Eduardo Neri.
De acuerdo con el reporte emitido por la Secretaría de Seguridad Pública de Guerrero, con base en el testimonio de una sobreviviente, los clérigos habían acudido a Juliantla pero al regresar a bordo de una camioneta un vehículo les cerró el paso y hombres armados comenzaron a dispararles.
En el ataque quedaron heridos un varón de 27 años, quien resultó con un rozón de bala en la muñeca izquierda, y una mujer de 25 años, quien perdió el dedo índice de la mano derecha.
Tras el ataque, la Policía Estatal llevó a cabo operativos para intentar ubicar a los agresores y a un kilómetro del lugar del ataque se ubicó una camioneta con placas del Estado de México en cuyo interior había una cartuchera color verde tipo militar. Los cuerpos de las víctimas fueron trasladados al Servicio Médico Forense (Semefo) de Iguala.
Este mediodía, el vocero diocesano de Chilpancingo-Chilapa, Benito Cuenca, condenó el ataque contra los sacerdotes. En conferencia de prensa detalló que, con ellos, suman seis los sacerdotes asesinados en los últimos cinco años en Guerrero. Dijo no querer especular sobre lo ocurrido y que serán las autoridades las que den información.
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El vocero hizo un llamado a los demás religiosos a tomar precauciones y a tomar las medidas necesarias para resguardar su integridad física, pues consideró que son personas públicas y su labor pastoral también es de riesgo.
Sobre si hay amenazas hacia los sacerdotes, el prelado expresó que siempre las ha habido, y dijo que sus compañeros asesinados no le hacían mal a nadie y que su labor era evangelizadora.
En tanto, la Arquidiócesis de Acapulco emitió un comunicado en el que expresó consternación por el trágico suceso y llamó a no cejar en el empeño de construir la paz.
“Supliquemos con insistencia al Señor por la conversión de aquellos que, olvidando que somos hermanos, cometen este tipo de crímenes que tanto dañan la dignidad de la persona humana, arrebatan el don sagrado de la vida y siembran dolor y sufrimiento en la familia y en la sociedad”, dice el comunicado.
A su vez, el gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo, expresó su más enérgica condena por el ataque en que fallecieron los dos sacerdotes. El mandatario estatal urgió a la Fiscalía General del Estado a que investigue y proceda contra los responsables.