El artista y curador Félix Ángel visita y analiza una importante exposición de la Galería Smithsonian, en Washington D.C. Una parte representativa de la obra expuesta se puede visitar en la web.
“Los artistas responden: arte norteamericano y la guerra de Vietnam, 1965-1975”, es una exposición inquietante que explora el impacto del conflicto en diversas dimensiones de las artes visuales.
La muestra abrió sus puertas al público de Washington el pasado fin de semana (16 de marzo) en el Museo de arte norteamericano de la Smithsonian (SAM). Curada por Melissa Ho, curadora de la colección de arte del siglo XX del museo, es la primera muestra de su clase que examina como la doble lucha -una, la guerra en un país extranjero, y otra, la guerra en casa exacerbada por la television (las obras de Martha Rosler no dejan lugar a duda), entre ciudadanos que apoyaron y condenaron el papel asumido por los Estados Unidos- modificó, y promovió en contenido y forma el desarrollo de manifestaciones artísticas (performance, instalación, video, fotografía, body art, y arte gráfico, entre otras) por fuera del mainstream dominado por el Pop, la geometría, y el Minimalismo. A la vez dio oportunidad para que segmentos minoritarios como los afroamericanos y los hispanos, cuya presencia en las fuerzas militares representó un porcentaje de reclutamiento desproporcionado (en parte por las desventajas socioeconómicas), reafirmaran el derecho a expresarse con voz propia dentro del agitado panorama social que clamaba por derechos largamente negados.
La bella América, obra de Dvid Hammond, 1968.
Foto: Taylor Dorn, Smithsonian
La muestra aporta con los textos que acompañan cada instancia una riqueza documental que opera como halo que ilumina desgarradores aspectos del combate, no ignorados, pero a estas alturas probablemente desconocidos por nuevas generaciones. Los paneles finales son elocuentes en articular sin afectación las causas y proceso de la guerra desde antes de la escalada resultante por la firma de Lyndon B. Johnson autorizando el envío de Marines a Vietnam del Sur (1965) hasta la caída de Saigón diez años más tarde, dejando claro que la guerra NO comenzó en 1965 ni terminó en 1975. La curadora Ho editó el magnífico libro que acompaña la exposición con texto suyo y de Thomas Crow, Erica Levin, Katherine Markoski, Mignon Nixon, y Martha Rosler.
Las obras más atrevidas provienen de artistas periféricos hasta ese momento, como Judith Bernstein, David Hammons, Malaquias Montoya, Faith Ringgold, y el desgarrador performance de Chris Burden, en el que recibe un balazo en el hombro (1971). La exposición incluye obras de autores reconocidos como Philip Guston, Leon Golub, Judy Chicago, Corita Kent, y Yoko Ono, pero no es la posición asumida por estas personas, ni sus obras las que definen la perturbación que la muestra produce. Si bien muchas personalidades de la cultura, y dentro de esta, las artes visuales, manifestaron su oposición a la guerra, como bien lo expresó Golub en ningún caso la pintura cambió la guerra, pero el trabajo de cada uno demuestra el sentimiento de condena que tuvieron hacia ella.
Las piernas del guerrero, obra de Paul Thek. Hace parte de la serie Reliquias tecnológicas (1966-1967)
Foto: Taylor Dorn, Smithsonian
Pero ¿es suficiente sentir?, pregunta Sebastian Smee en su review de la exposición para The Washington Post (19 de marzo), dando a entender que no hay forma de comparar el arte con la magnitud del desastre porque los contrincantes -el arte y la guerra, no son iguales. “Esa es la definición de tragedia”, dice. Ello no quita que el arte expuesto sea valiente y conmovedor.
La muestra exuda madurez curatorial, y establece un cuidadoso balance entre los diversos componentes y los aspectos artísticos que el análisis permite entender, alejados de la demagogia, el radicalismo ideológico y la retórica amañada que por lo general acompañan temas similares cuando se manejan sesgadamente, sin habilidad, o peor, sin capacidad.
Como parte de las actividades la exposición fue acompañada de un simposio de día entero con varios expertos en el tema, y hasta mayo hay programadas conferencias sobre diversos tópicos relacionados. La muestra permanecerá abierta en Washington hasta agosto de 2019 y continuará en septiembre hasta enero de 2020 en el Instituto de Arte de Minneapolis.
Las obras expuestas se pueden ver en este enlace: https://americanart.si.edu/exhibitions/vietnam