En nuestras ciudades en Colombia los arquitectos y constructores de viviendas no piensan que cada familia necesita compras diarias
Tenemos que aprender de buenos maestros y al respecto tengo que recordar que mi familia aprendió de profesores franceses pues cuando mis hijos eran pequeños fui a vivir a una aldea francesa y naturalmente tuve que llevar a mis pequeños hijos a matricularlos en la escuela pública. El profesor de la escuela me dijo que yo no debía llevar los niños hasta la escuela y el mismo profesor me dijo que él los llevaría de la casa al colegio pues era la oportunidad de enseñarles a caminar por las aceras y efectivamente mis hijos aprendieron a caminar correctamente, siempre al lado derecho de la acera y siempre dando prelación a ancianos y a madres que marchaban con niños pequeñitos. Todas esas enseñanzas siguen vigentes para mis hijos.
Otra cosa importante que aprendí fue que los constructores de viviendas o edificios lo primero que tienen que tener en cuenta es que cerca de las viviendas deben existir lugares para las ventas de comidas y artículos farmacéuticos pues estas son las características que tienen muy en cuenta los franceses para determinar que los buenos precios de las viviendas dispongan en sus cercanías de las ventas que se hacen necesarias diariamente.
En nuestras ciudades en Colombia los arquitectos y constructores de viviendas no piensan que cada familia necesita compras diarias, las que son imposibles de hacer en muchos barrios que sin embargo aparentan tener cantidades enormes de viviendas.
Las facilidades en Francia para las compras diarias han traído el progreso del arte culinario, característica que ha marcado al país galo como el líder de la alta gastronomía. Todo lo anterior lo tenemos que aprender de los franceses, al mismo tiempo que los actuales arquitectos y constructores de viviendas tienen que tener muy en cuenta las necesidades de las personas que habitan sus edificios.