La falta de energía eléctrica y de agua en 22 Estados anticipa el paro convocado por la oposición y gremios sindicales.
A oscuras, producto del apagón que desde el jueves afecta a por lo menos 22 de los 23 Estados del país, Venezuela se prepara hoy para otra histórica jornada: las nuevas marchas convocadas por la oposición, respaldadas por un paro nacional escalonado del sector público propuesto por los mismos gremios sindicales y anunciado por el presidente interino Juan Guaidó, frente a la invitación de Nicolás Maduro a sus partidarios para que también salgan este sábado a una “marcha antimperialista” y a los trabajadores para que brinden la máxima productividad posible para que el país no se paralice.
Una jornada que inquieta, angustia y alarma nuevamente a Venezuela, a sus vecinos y a gran parte del mundo que sigue atento la crisis social, política y económica que ahoga al país vecino.
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Producto del apagón y la falta de agua, desde este jueves a las 4 de la tarde, no hay atención en los hospitales, las cirugías y todos los tratamientos están suspendidos, el metro de Caracas paralizado, la gente teme perder los pocos alimentos que tiene en sus neveras, los supermercados están cerrados, no hay servicios de telefonía, y no hay presencia policial en las calles, donde también el caos es total porque tampoco operan los semáforos, al punto que Nicolás Maduro ordenó suspender hoy todas las actividades escolares y laborales.
Una emergencia que la oposición atribuye a la incapacidad de las autoridades del sector eléctrico y a la falta de mantenimiento de un sistema eléctrico obsoleto, mientras que el régimen de Maduro lo atribuye a un acto de sabotaje cometido por la oposición con el amparo del imperialismo.
A su regreso a Venezuela el lunes pasado, después de una gira por varios países de Suramérica, Guaidó convocó la marcha de este sábado para aumentar la presión que al final “cese la usurpación” del poder por parte de Maduro, al tiempo que anunció el paro escalonado como forma de “construir las capacidades necesarias para no seguir colaborando con la dictadura, para que los empleados públicos no se vean obligados y sometidos nunca más”, pues no se trata solamente de la situación económica sino de un tema político porque el país necesita un cambio de dirección ante la crítica e inhumana situación que atraviesa.
“Vendrán las amenazas, la persecución, pero eso ya lo tenemos medido, por eso tenemos que estar más unidos que nunca”, dijo Guaidó.
Ante esa situación, Maduro llamó a los sindicatos, y a los trabajadores en general, a la máxima productividad de todo el aparato económico de su país. Sin referirse directamente al llamado hecho por el presidente interino, Maduro expresó que el poder sindical es una fortaleza de su gobierno y lo calificó como “demoledor”, al tiempo que advirtió que “si nos buscan por ahí, prepárense para una gran derrota la oligarquía y la derecha golpista”.