Hitos como la conexión vial Guillermo Gaviria Correa, el túnel Fernando Gómez Martínez, el túnel La Llorona y ahora la construcción del Túnel del Toyo acercan cada vez más al Urabá antioqueño y con ello, el sueño de la salida al mar.
Los finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX marcaron la necesidad de poder acercar el mar Caribe al desarrollo del interior del departamento de Antioquia. Teniendo la segunda extensión por departamento en la costa Atlántica, el territorio antioqueño no había tenido la oportunidad de conectarse en mayor medida con la anhelada salida al mar, la misma que soñaron tener empresarios como Gonzalo Mejía desde la década de 1920, Fernando Gómez Martínez y Guillermo Gaviria Echeverri.
Pero el cuento de buscar la salida al mar viene desde más atrás, como lo relata el texto De caminos y autopistas, en el que se evidencia que “de los informes que presentó el dictador don Juan del Corral se desprende la urgencia de salir al mar Caribe, bien por los afluentes del río de la Magdalena por el oriente o venciendo la cordillera occidental y buscando el río Atrato”.
Por ello, comerciantes y campesinos soñaban con poder conectarse con otros lugares por medio del mar, teniendo en el mismo territorio antioqueño la subregión de Urabá, que pertenece al departamento hace más de 100 años.
“La ilusión de salida al mar por el occidente se promovió desde los dos extremos: desde Medellín, las voces de Gonzalo Mejía, Jesús Tobón Quintero y otros líderes cívicos explicaban la urgencia de salir al mar por carretera hacia el golfo de Urabá”, relata el texto histórico.
Incluso, en estas primeras décadas en las que se impulsó la necesidad de que Antioquia tuviera salida al mar, ya en las calles y escuelas sonaban cánticos sobre el desarrollo que significaba esta conexión: “se alegra la montaña con rítmico cantar/ sigamos cual leones con el progreso al mar… al mar”.
Seis años habían transcurrido de la década del 20 y ya se iniciaron las obras de la vía al Mar, entre el boquerón de San Cristóbal y Dabeiba, con una extensión de 173 kilómetros. No obstante, significaron un camino largo y turbulento; las obras fueron suspendidas, dejando de lado al emotivo discurso de Mejía en ese entonces, en el que destacó el avance de Antioquia con esta obra.
Tras casi treinta años y con la cruz a cuestas de la crisis económica de 1930 en el mundo, la Carretera al mar fue inaugurada por Gustavo Rojas Pinilla y las fuerzas militares el 28 de enero de 1955.
Aquel no fue el único obstáculo que ha superado esta vía; en el tiempo hubo otras dificultades como constantes derrumbes sobre la vía y las pendientes, aparte de la disposición y capacidad de los gobiernos para continuar la obra.
“Pareciera que las obras aquí tienen un periodo de incubamiento y hay proyectos que se colocan en las estanterías de las bibliotecas. La ausencia de liderazgo en los planes no le dan el suficiente peso a proyectos como la carretera al mar y el puerto”, opinó Johel Moreno Sánchez, expresidente de la Sociedad Antioqueña de Ingenieros (SAI).
Conectar las oportunidades
Para Martín Alonso Pérez, actual presidente de la SAI, los años cruciales para la Vía al Mar fueron entre los años 50 y 60, que se empieza a consolidar la idea de mejorar la vía y por ende desarrollar los pueblos del Urabá antioqueño.
Por otra parte, para Moreno Sánchez la clase dirigente del departamento evidenció que una vía al mar sería la puerta a nuevas oportunidades de negocio, de exportaciones y de una mejor condición de la economía en estos municipios. Ahora con Mar 1 y Mar 2 en marcha, el objetivo se hace más visible.
“Se encontró que no bastaba con que se explotara la riqueza del Urabá solo en exportar banano, sino en que allí se estableciera un puerto que fuese una opción para el occidente del país”, apuntó el ingeniero, quien recalcó que las obras para mejorar esta vía necesitan de la consolidación un puerto de aguas profundas en esa región.
Y es que, como se lee en el mismo texto que recopila la historia de la Infraestructura vial de Antioquia, “la sociedad antioqueña aspira a que el proyecto de las ‘Autopistas de la prosperidad’ se convierta en una realidad. Ya no es el sueño de salir al mar, sino de la imperiosa necesidad de integrarnos como Nación y a participar de manera decisiva en la economía global”.
Dan cuenta de este objetivo la construcción e inauguración del túnel La Llorona en 1995, Fernando Gómez Martínez en 2006 y la conexión vial Guillermo Gaviria Correa en 2015, además del Túnel del Toyo Guillermo Gaviria Echeverri, que comenzará a edificarse desde hoy y que acortará el desplazamiento entre el municipio de Giraldo y Cañasgordas, acortando la llegada al anhelado mar antioqueño.