La próxima parada del artista bogotano será a Medellín. Se presentará en el Teatro Metropolitano José Gutiérrez Gómez, los días viernes 13, sábado 14 y domingo 15 de julio con la obra Cepeda en tablas. Luego de 32 funciones en el Teatro Colón, de Bogotá, donde lo vieron 41.000 personas
Su música, el libro que escribió, su faceta como esposo o el show teatral que está presentando, de esas, y otras cosas más, Andrés Cepeda habló en la sección Vida y Cultura del Periódico EL MUNDO.
El autor de Besos usados, Lo mejor que hay en mi vida o Te voy a amar, sólo por mencionar algunas, dejó ver sus preferencias a la hora de escribir, algunos retos que ha enfrentado en su carrera y hasta confesó a qué lo ha inspirado su esposa, Elisa Restrepo.
Siempre se le ve muy sereno, ¿pero ha tenido en su carrera la presión de cambiar el molde, de reinventarse en algo?
De alguna manera sí, es más, en el show que estoy presentando desde este año en las tablas se ve. Se llama Cepeda en tablas, mil canciones que contar, ahí me ven reinventándome, pero aclaro que no es porque sintiera que debiera hacerlo, la idea de las tablas alguien me lo propuso y fue tan convincente que no pude decir que no.
Y entonces, haciendo esa claridad, ¿en qué aspectos se ha reinventado Andrés Cepeda en su carrera?
Dejo claro que estoy reinventando mi manera de contar y cantar mis canciones, y eso es algo que no sólo es refrescante para el público sino que es muy refrescante para mí también.
Sus letras son muy claras, precisas y cuentan historias con mucho sentimiento en corto tiempo, ¿cuéntele a los lectores de EL MUNDO qué es vital para Andrés Cepeda a la hora de componer sus canciones?
La serenidad; el silencio; muchas veces la buena compañía; la complicidad, me gusta mucho escribir a cuatro o seis manos; pero, básicamente es el silencio con quien encuentro magia para componer.
Ah, y tener el celular apagado sirve mucho (risas).
Esas mismas letras parecieran que tienen dos únicos extremos, el amor y del desamor, excluyendo a temas como Mi generación, que hizo con Poligamia, ¿para Cepeda así lo es?
Cantarle al amor y al desamor es una historia muy antigua de la humanidad.
El amor y el desamor es quizá la historia más antigua que tenemos los artistas, los autores, la gente que escribe.
Creo que escribir de amor o de desamor es contar una historia muy vieja de maneras diferentes una y otra vez.
En el libro que publicó en 2016, Mil canciones que cantarte. Historias de amor, están consignadas las historias de cada una de sus canciones, esas son muy personales, tuvo que contar contar muchos detalles personales de su vida, ¿qué lo motivó a hacerlo, es como si Cepeda hubiese desnudado su alma al público?
Cuando me invitaron a escribir el libro yo quise contar las historias de las canciones, eso fue mi decisión. Pero lo que yo no me imaginaba era que hacer eso implicaba recordarlas, volverlas a vivir, volver a tener en cuenta todos estos personajes, todas esas vivencias y generar nuevas canciones; fue un viaje hacia mí mismo y hacia mí historia muy interesante que me hizo verme diferente.
Yo quiero expresarlo y vivirlo como un viaje, un viaje hacia el pasado y hacia lo que se ha hecho en la carrera, en las canciones; un viaje para recordar las musas, que son importantísimas.
También recordar otros autores que nos han aportado, y mucho.
Pero debo dejar claro que esas son las versiones mías de cómo pasaron esas situaciones que inspiraron las canciones.
¿Qué fue lo que más disfrutó al escribirlo entonces?
Me ha dado la oportunidad de volver a reunirme en mis recuerdos con esas cosas bonitas que me ha dado la vida.
Precisamente el haber escrito el libro. Son dos cosas muy diferentes, pero Cepeda en tablas es algo muy diferente, no es sólo comedia o drama, son estas dos cosas y más.
Ahí debo agradecer mucho el trabajo con mis compañeros, Yury Vargas y John Alex Toro, en la actuación, Dago García como productor y director, mi banda.
Sí, luego de escribir Mil canciones que cantarte. Historias de amor se dio la posibilidad de pensar de hacer un show como Cepeda en tablas y dije sí cuando me lo propusieron. Les digo, no se lo pueden perder.
Entonces, con respecto a su actuación en espectáculo, ¿qué le ha metido de su nueva faceta de esposo?
(Risas) Aún no, no hemos llegado allá, aunque al final de Cepeda en tablas hago una especie de conclusión o recopilación de mi situación actual y de lo que me ha pasado al haberme cazado con Eliza, pero no, en esta temporada no he hablado mucho de eso, porque ese momento de mi vida está representado en canciones más recientes, que ya vendrán y estarán en el escenario también.
¿Y en qué les justifica usted a los lectores de EL MUNDO que no se pierdan el show?
No se lo pueden perder porque creo que está muy bueno, muy entretenido, nos habla a todos al corazón.
No sé cuánto tiempo vamos a seguirlo haciendo, creo que para Medellín la oportunidad de verlo es ahora y después mi carrera vendrá, con otros compromisos, con otras situaciones, otro tipo de canciones en vivo y no sé si la vida me dé la oportunidad de seguir haciendo esto.
Me parece tan maravillo, nos permite conectarnos con el público a un nivel muy diferente que se hace normalmente en un concierto.
Creo que vale la pena, no van a ir a verme a mí, van a ir a verse a ustedes mismos.
¿Y cómo está la agenda haber si acá en Medellín triplicamos temporada como sucedió en el Teatro Colón?
(Risas) Pues estamos embalados porque tenemos muchos trabajo hasta final del año. Aunque de una vez les cuento que el año entrante hay una breve temporada de receso, pero retomamos con la próxima temporada de teatro (en agosto).
Para finalizar, ¿cuál nuevo dato de su carrera le quiere contar a los lectores de EL MUNDO?
No, es que ya creo que lo saben todo (risas).
Estoy a punto de lanzar mi disco nuevo; ya lancé un sencillo; viene un trabajo promocional muy completo, y mientras llega el otro año vamos haciendo show y presentaciones hasta el otro año.