Aida Avella no toque los archivos de la UP

Autor: Eduardo Mackenzie
8 marzo de 2019 - 09:03 PM

¿Qué verdades incómodas para ella y para la UP puede haber en esa documentación que durmió durante años en los anaqueles del CNMH y que ahora podría ser examinada por investigadores imparciales?

¿Podemos confiar en los “documentos” que la senadora Aida Avella dice haber entregado al Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) y que ahora quiere retirar de manera autoritaria por el hecho de que nuevo director de ese centro, el profesor Darío Acevedo Carmona, no es comunista?

¿Qué verdades incómodas para ella y para la UP puede haber en esa documentación que durmió durante años en los anaqueles del CNMH y que ahora podría ser examinada por investigadores imparciales?

Lo invitamos a leer: Aida Avella abogada de Nicolás Maduro

La amenaza de retirar esos papeles (6.532 documentos, dice la revista Kienyke, sobre “desapariciones, amenazados y asesinados”) prueba que ella no quiere que nadie que no sea comunista, o que no esté bajo el control de esa secta, abra esos archivos. ¿Qué dicen esos archivos? ¿Qué alteraciones hay en esos documentos? La exaltación de Avella se vuelve contra ella y marca con el sello de la duda la sinceridad de la entrega de esa documentación al primer director del CNMH.

Si cumple lo que dice, Aida Avella realizará una arbitrariedad. Cometerá un acto de pura censura. Ese retiro es un ataque contra el patrimonio histórico del país. Esa documentación ya no le pertenece a Aida Avella, ni al grupo Unión Patriótica, ni a ningún partido. Desde que fueron entregados al CNMH, esos documentos pasaron a hacer parte del patrimonio histórico de Colombia, de los archivos nacionales. Esos documentos deben ser resguardados de la arbitrariedad y del fanatismo de algunos pues los intereses de las víctimas deben ser respetados. De todas las víctimas, de aquellas del terror rojo y de las que generó el paramilitarismo. Y de las víctimas de los carteles de la droga y de otras bandas criminales.

La señora Avella pretende impedir que los investigadores y los periodistas tengan acceso a los archivos de la UP. ¿Por qué? Algo debe haber en esa documentación inconsultable.

El asunto de la UP ha sido simplificado al extremo. En la matanza de activistas y políticos de la UP intervinieron sobre todo los carteles de la droga, en especial el Cartel de Medellín, los paramilitares, algunos civiles, las disidencias de las Farc y las mismas Farc. El país ha olvidado lo que hizo, por ejemplo, el grupo de Javier Delgado, alias José Fedor Rey, y lo del alcalde de Arauquita (Arauca), miembro de la UP y asesinado por las Farc. Olvida lo que hizo Braulio Herrera contra gente de su propia guerrilla. Empero la mayoría de esos asesinatos fueron atribuidos por la propaganda comunista al “Estado capitalista”. Murió gente que pedía al PCC terminar con la línea de la “combinación de todas las formas de lucha” y que simpatizaba con la línea de Gorbachov en la URSS. Ante la negativa, muchos militantes se retiraron del PCC. En 1995, las Farc asesinaron a 115 militantes desmovilizados del EPL. Ese era el clima extremadamente confuso que existía durante el terrible periodo de la UP. ¿Por qué la documentación de la UP debe ser sacada del CNMH y escondida no se sabe dónde?

Lo que hace la representante de la Unión Patriótica, partido creado en mayo de 1985 por las Farc sin el concurso las formaciones de izquierda legales, y en medio de una fuerte ofensiva de las Farc de matanzas y secuestros sobre todo en el Magdalena Medio, recuerda lo que hicieron los dirigentes de la difunta RDA que trabajaron a marchas forzadas para destruir el mar de archivos que esa dictadura había acumulado durante años contra los ciudadanos. Horas antes de la caída del muro de Berlin los policías de la Stasi recibieron las orden de destruir sus archivos. Mientras millones de jóvenes pasaban de un lado al otro de Berlín, los esbirros trabajaban a marchas forzadas pero no lograron quemar y desgarrar sino una pequeña parte de la descomunal documentación. Las fuerzas de la libertad pusieron bajo custodia esos miles de anaqueles y hoy los archivos de la vergüenza están a disposición de los que quieren saber qué hizo el comunismo en ese periodo de Alemania.

El argumento de Avella para sacar los archivos del CNMH es una mentira repetida cuatro veces: 1. “Llega una persona [al CNMH] con un sesgo político muy contrario a lo que es la memoria”; 2. El director del CNMH “no tiene interés por memoria histórica del país, ni por el conflicto armado”; 3. El director del CNMH “se burla de las víctimas”; 4. “Las víctimas nos sentimos indignadas”.

¿Qué concluir de eso? Que la vocera de la UP espera imponer estas ideas: sólo los comunistas pueden tener memoria; sólo los comunistas se interesan por la memoria histórica; sólo los comunistas se interesan por las víctimas. Los comunistas se sienten indignados si los archivos de la UP caen en manos de no comunistas.

Lea también: En defensa de Darío Acevedo Carmona

Estamos pues antes una visión enfermiza, perturbada, del mundo.

¿Una vez retirados del CNMH que hará Aida Avella con esos archivos? Ella avisa que hará “un centro de nuestras memorias”. Y que ese centro será financiado con dineros de no se sabe quién. Muy extraño todo eso.

¿No le exigen las Farc y el PCC al gobierno de Iván Duque que implemente los acuerdos Santos-Farc? Lo de Aida Avella es interesante pues revela que todo lo que sale de ese acuerdo debe ser dirigido, administrado, gerenciado, controlado y vigilado por comunistas. ¿Qué pasa cuando el gobierno que ganó la elección presidencial designa un funcionario no comunista, como en el caso del profesor Acevedo, para dirigir un organismo salido de ese acuerdo? Los comunistas salen disparados a gesticular que Duque le ha dado un puesto a un “fascista”.

Avella no emplea esa palabra pero es como si lo hiciera: ella va muy lejos cuando dice que el profesor Acevedo es un “maltratador [de] las víctimas del Estado”. ¡Increíble!

Compartir Imprimir

Comentarios:

Bertha Lucía
Bertha Lucía
2019-03-11 07:54:24
¿Qué dirá el Archivo General de la Nación que se ve tan ausente de este debate y que debe ejercer el control sobre la completitud y la funcionalidad de los archivos independiente de quien sea designado o autodesignado responsable?
Edgar
Edgar
2019-03-08 22:13:20
Así es y ha sido siempre: los comunistoides no toleran que se les critique, pues quien lo haga es tratado como fascista, extrema derecha, resentido contra la paz, y varios etcéteras. Se creen dueños de la verdad, cuando la mentira es una de sus armas preferidas.

Destacados

Carlos Vives
Columnistas /

Para adelante y para atrás

El Mundo inaugura
Columnistas /

EL MUNDO fue la casa de la cultura de Medellín

Mabel Torres
Columnistas /

Firmas y responsabilidad

Guillermo Gaviria Echeverri
Columnistas /

La desaparición de EL MUNDO

Fundamundo
Columnistas /

Mi último “Vestigium”

Artículos relacionados

Las siete contra Vicente Torrijos
Columnistas

Las siete contra Vicente Torrijos

¿Podrá Colombia liberarse por fin de esas presiones y avanzar en el conocimiento real de lo que ha pasado en las seis últimas décadas en materia de violencia?

Lo más leído

1
Cazamentiras /

Nicolás Maduro, ¿colombiano?

Recientemente, usuarios en las redes sociales reavivaron la polémica en torno a la nacionalidad del...
2
Suroeste /

Balcones coloniales pintan de color el Suroeste

Jardín es reconocido por ser el pueblo con los balcones más bellos de Colombia, pero no es el único...
3
Palabra & Obra /

En The Guilty, un cuestionado policía que intenta hacer el bien

La sólida actuación de Jacob Cedergren es fundamental para potenciar el filme
4
Columnistas /

¿Migrar o emigrar? ¿E inmigrar qué?

Migrar, emigrar e inmigrar hablan de la misma realidad, pero no por ello son sinónimos. Las diferencias...
5
Seguridad /

Se conmemoran diez años de la Operación Jaque

Los rescatados fueron, además de la excandidata presidencial Betancourt, los contratistas estadounidenses...
6
Palabra & Obra /

Los crímenes fundacionales de un género

El escritor Reinaldo Spitaletta analiza a Edgar Allan Poe y la creación del relato policiaco