Hace pocos días me llegó la triste noticia de la muerte de mi gran amigo y colega Iván Valencia, en un desafortunado accidente de bicicleta, cuando atravesaba la Panamericana en el Valle del Cauca.

Era el año 68 cuando nos conocimos en la Universidad. Nos hicimos amigos enseguida, la U de Uribe era cercana de la V de su Valencia. Nos sentamos cerca y escuchamos la seria voz del Decano que nos introducía a la extraña carrera que habíamos escogido: Psico-logía, tratado del alma, mente, espíritu. Su frase final fue “órgano que no se usa se atrofia”. Nos miramos unos a otros, como si ya lo supiéramos.

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A la hora del café de las diez, como yo conocía muy poca gente, miraba a ver dónde estaba mi vecino Iván, pero éste siempre se encontraba mirando por la

ventana. Era a ver si el cartero bajaba de la séptima por la callecita en dirección a su casa llevando alguna carta de su rubia novia Cristina de Cali.

Pasado ya algún tiempo, Iván nos hizo una propuesta a sus amigos: “¿Cómo era posible que nosotros, por saber algo de teoría, fuéramos a tratar los problemas de las personas, sin haber tratado los problemas nuestros?” Y que no nos la fuéramos a dar de que nosotros no teníamos problemas.

Iván propuso que independientemente de la Universidad, asistiéramos a terapia de grupo. Precisamente el médico psiquiatra José Francisco Socarrás, recién llegado de estudiar Psicoanálisis Freudiano en Europa, ofrecía TERAPIA DE GRUPO, en una clínica cercana. Allí los que asistíamos cada miércoles podíamos expresar por medio de la palabra y de la ACCION, todo lo que sentíamos, habíamos sentido, y temíamos sentir en nuestras vidas.

Pero la vida no es como uno la planea. Iván, después del asesinato de su hermano-poeta que vivía en Los Ángeles, CA, donde fue matado por un amigo cubano, ya no volvió a ser el mismo. Su mente se mantenía pensando en cómo ir a vengar a su hermano. -Las fotos y poesías de este joven artista podían leerse en revistas Cromos de los años 70-.

Iván muy perturbado, exaltado, enfurecido, no pensaba si no en ir a tomar venganza.

Todos sus compañeros y amigos le rogamos que no se fuera a hacer eso, que con ello no volvería la vida de su hermano, que él era muy capaz de hacer cosas por el bien de la humanidad, y que tendría mucho tiempo para lograrlo, si no se iba a correr peligros a los Estados Unidos o a Cuba. Creo que logramos convencerlo, porque justo después de terminar psicología, se fue para Cali donde se graduó como Magíster en Criminología y Ciencias Penales, en la Universidad Santiago de Cali. Fue Profesor en la U. Libre de Cali en Psicología Jurídica y Forense. Investigador en la Facultad de Derecho y miembro del Grupo de Investigación Colciencias en Derecho Penal.

Lista de sus libros: Homicidio serial en Colombia, Crónica de un asesino de niños. Estadística criminal y homicidio de niños en Colombia. Homicidios en serie, una aproximación desde la criminología clínica en Colombia.

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También guardo un pequeño libro de poesías que escribió desde su primer año en la Universidad. Algo muy interesante de Iván era que nunca se podía estar quieto, sino en alguna actividad, y llegaba al límite de prestarnos su cercana habitación para estudiar con algún compañero. Estos detalles son inolvidables, lo mismo que los paseos en carro por aquel campo verde que ahora llaman la Circunvalar y llegaba hasta la estación del funicular de Monserrate.