El trasegar de los humanos por el planeta, está lleno de vicisitudes. El camino no es precisamente un sendero de rosas, pero muchas de las veces, los humanos nos las sabemos complicar, pues luego de dar algunos pasos hacia adelante, salimos con las sorpresas de desandar los pasos y perder así el tiempo y la experiencia invertidos y adquiridos, en el entendido que cada cual, ve la realidad y se aproxima a ella, de acuerdo con sus intereses. Por lo tanto, los comentarios y reflexiones que vamos a plantear son obviamente, subjetivos.Después de varios decenios de ser declarada como Museo y además Patrimonio de la Humanidad, y después de haber sido aceptadas estas condiciones por todas las religiones interesadas, el controvertido gobierno turco de Erdogan, declara que Santa Sofía (Aya Sofya) en Estambul, vuelve a ser mezquita después de 86 años, volviendo a alborotar el avispero de los fanáticos de todas las religiones, fanatismo que siempre ha estado ahí y que no requiere sino de una buena excusa para explotar. La buena excusa está servida. ¡Amanecerá y veremos!En lo local, la nueva Constitución Política abrió la posibilidad de la dosis mínima de consumo de marihuana, el actual gobierno la frena a través del nuevo Código de Policía y hoy los altos tribunales vuelven a aceptarla. ¡Qué pérdida de tiempo y qué falta de sindéresis!Se anuncia por parte de EPM que su planta piloto Jepírachi en la Guajira, funcionará hasta el 2023, noticia, que nos deja apesadumbrados, ya que la energía eólica es una de las mejores alternativas para la producción de energía limpia. Razones técnicas y financieras debe tener EPM para tomar esta decisión que esperamos sea compensada con el montaje de un nuevo campo eólico ya no como piloto, si no como planta de producción de energía limpia en propiedad.Como periódicamente sucede, el actual contralor general de la Nación recorre el país “descubriendo” elefantes blancos, es decir, obras inconclusas que están ahí, a los ojos de todo el mundo, sin que hasta el presente se hayan tomado las medidas y las acciones necesarias para culminarlas, que sería lo obvio, o para tumbarlas.Debería existir un punto dentro de un Plan de Desarrollo serio, para destinar los recursos necesarios para que este tema sea resuelto y obviamente los responsables asuman las responsabilidades de todo orden que les competan. No es suficiente la alharaca mediática, si no se toman las decisiones apropiadas y oportunas dentro de la extemporaneidad.Un ir y venir de discursos se pronuncian por kilómetros, alrededor del problema de la deforestación y de los programas de reforestación. Lo cierto es que a la fecha no hay un control efectivo contra la deforestación generada por parte de cualquiera de los varios actores involucrados que la provocan, como tampoco un proyecto serio y continuado para recuperar y ampliar la extensión forestal en el país.Ojalá aprovechemos la nueva producción de nuestro grande Carlos Vives, CUMBIANA, para volver los ojos hacia la Ciénaga Grande de Santa Marta y hacer lo que haya que hacer para intervenir las infraestructuras viales mal diseñadas y volver a permitir mediante obras apropiadas, la circulación de las aguas del mar y del Magdalena para que renazcan los manglares y reviva ese maravilloso ecosistema destruido por imbéciles.Por último, ya aparecen las pilatunas legales para evitar o demorar la demolición del Edificio Aquarela construido cerca al Castillo de San Felipe en Cartagena, el cual no debió haber recibido nunca licencia de construcción, entregada en su momento por otros imbéciles. Ya la UNESCO dio como plazo hasta el 2021 para que la construcción sea demolida, o sino Cartagena y Colombia perderán la calidad de Patrimonio de la Humanidad que hoy posee el Castillo de San Felipe.Excelente el programa que ha emprendido la Alcaldía de Medellín para aprovechar estos nuevos días de cuarentena para intervenir zonas en estado de deterioro y recuperar el espacio público que se había perdido. Las acciones inicialmente emprendidas en los sectores de La Bayadera y el Sagrado Corazón o Barrio Triste, son ejemplarizantes y deben servir de estímulo y de ejemplo para intervenir otras zonas en franco deterioro. ¡BRAVO!Como una cosa es planear y otra planificar, y otra cosa es no planear y no planificar, es prudente que aquellas construcciones de vivienda subsidiada que se entregan en obra negra después de muchos trámites y una alta dosis de paciencia por parte de los beneficiados, -que en la mayoría de los casos se originan por una tragedia previa como un derrumbe, una inundación, un incendio, un temblor u otra calamidad-, sean dotados de los servicios públicos elementales, entre ellos, ya no como cosa marginal, sino estructural, la conexión a INTERNET. Pongo como ejemplo la urbanización La Cabañita en San Cristóbal, una Unidad de 9 bloques de 6 pisos ocupada recientemente por sus nuevos dueños, un poco más de 50 familias cuyos niños no tendrán como acceder a la educación virtual forzada, a la cual nos tiene sometida la bendita pandemia.NOTA 1: Mi completa solidaridad con el Señor Gobernador Aníbal Gaviria Correa y su distinguida familia.NOTA 2: Mis agradecimientos a la casa EL MUNDO por haberme permitido comunicarme con ustedes a través de las 900 columnas que ajustamos hoy y que coinciden con la suspensión de actividades para el Periódico y mil gracias a ustedes por tomarse el tiempo para leer esta Columna de Opinión.Es un golpe duro para el fortalecimiento democrático y para el ejercicio de la pluralidad y la tolerancia, pero esta es la realidad que nos corresponde enfrentar, en un país como el nuestro. Una última invitación, a que vayamos siempre, con prudente optimismo, ¡DE CARA AL PORVENIR!
Puede ser que algunos de los escritorios en los que nos sentábamos quienes trabajamos en el Periódico EL MUNDO hayan estado ahí desde siempre, desde que lo crearon, a finales de la década de 1970. Sí, caminar hoy por su sala de redacción es como si se apreciara una instalación de Doris Salcedo, la melancolía de esos muebles parece decir que se apaga un sueño que comenzó el 20 de abril de 1979, cuando empezó a circular en Antioquia un diario con ideas fundamentales, como la de la libertad. Esa libertad no podía escapar de la cultura. EL MUNDO fue pilar del inicio de proyectos culturales que transformarían la vida de la ciudad, del departamento y del país. Basta con entrar al Archivo, buscar los folios del Pequeño Teatro, el Matacandelas, el Taller de Artes, La Fanfarria y darse cuenta cómo el Periódico de logo rojo, liberal, entrevistó a miles de artistas, entonces emergentes, creyendo en que nuestra realidad podría existir un sector cultural que se hiciera preguntas importantes.Lea también: Un sector que sigue sacando el sombreroAna María Cano, quien después fundaría La Hoja de Medellín, fue la primera periodista cultural de EL MUNDO. Después la reemplazó Ana Piedad Jaramillo, directora de los Eventos del Libro y exdirectora del Museo de Antioquia y el Teatro Colón. Vino entonces el tiempo de Maryluz Vallejo, hoy doctora en Ciencias de la Información, profesora Titular de Tiempo Completo del Departamento de Comunicación y jurado del Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar este 2020. Cuenta Carmen Vásquez, periodista de moda, que cuando Darío Arizmendi era el director de EL MUNDO le dio a cada una su “reino”, le dijo a la periodista cultural que ella se encargara de lo artístico, mientras a Vásquez la mandó a los cocteles, a buscar a la “gente linda”, le permitió tener la primera página exclusiva de moda en estas tierras, guiado en lo que hacía la Revista Hola en España, para que así estuviera clarísimo qué era cultura, qué era entretenimiento, qué era moda y qué era sociedad.Desde sus inicios, EL MUNDO dedicó páginas enteras a la agenda cultural, que eran las más difíciles de editar, porque tenían la agenda de cine, la de teatro, los conciertos, los recitales, las presentaciones de libros, todo, independiente de los artículos periodísticos de una y dos páginas que hacía la sección de cultura.Antes de que su experticia fuera el periodismo político y de opinión, Luz María Tobón, directora de EL MUNDO, fue periodista cultural. Todavía tiene en su oficina una foto de su entrevista a un joven Fernando Botero. Ella, de mamá artista, de familia siempre amante de la cultura, defendió el periodismo cultural hasta el cierre, influyendo, de alguna manera, en que siguiera con cada cambio de dirección. Con la llegada de don Guillermo Gaviria Echeverri, quien respetó lo que hacía el Periódico en este campo, se dio vía libre a que ese saber no se apagara.Nombres como el de Pilar Velilla, exdirectora del Jardín Botánico y el Museo de Antioquia; María del Rosario Escobar, exsecretaria de Cultura Ciudadana de Medellín y actual directora del Museo de Antioquia; la maestra Patricia Nieto, quien guía la Editorial Universidad de Antioquia y es docente de la Alma Mater; o el crítico de cine Pedro Adrián Zuluaga, escribieron una historia cada día, por varios años, en la redacción de EL MUNDO, cubriendo cultura.El Mundo Semanal, el Imaginario y Palabra&Obra fueron los tres suplementos culturales que dijeron cosas muy importantes a la ciudad, al país. Óscar Valencia, jefe de diseño de EL MUNDO, contaba que Imaginario fue osado, despertando muchas molestias en algunos “paisas de Medellín”, cuando su editora puso en la portada la foto de dos hombres homosexuales, desnudos, después de una Marcha del Orgullo. Sus contenidos hablaban de la cultura como lo que somos, reflexionaban sobre la ciudadanía cultural. Palabra&Obra, por su parte, buscaba hacer reportajes de largo aliento con personajes que se destacaban en el campo cultural, teniendo en su portada a importantes creadores como Débora Arango, Gilberto Martínez, Víctor Gaviria, Fernando Botero, Félix Ángel, Cristóbal Peláez, Beatriz González, Alberto Sierra, Antonio Caro, Dora Ramírez, Leonardo Padura, René Uribe Ferrer, entre muchos otros. Una vez, el artista Richard McGuire, reconocido por ilustrar publicaciones como The New Yorker, nos hizo el honor de hacernos una edición especial de Palabra&Obra. Publicamos un especial completo sobre la salvaguarda del patrimonio de Frida Kahlo y Diego Rivera, hecho en Ciudad de México, analizamos muchas veces lo que hacían en el Ministerio de Cultura, cubrimos la Bienal de Venecia, la Feria Internacional de Arte de Madrid (España), Artbo, el Salón Nacional de Artistas, el MDE, la Fiesta de las Artes Escénicas, el Festival de Tango, los diez años de la Fiesta del Libro con edición especial, siempre estuvimos ahí, en cada evento, en cada lanzamiento, en cada nacimiento.Y cometimos errores, muchos, porque EL MUNDO siempre fue una escuela de periodismo cultural. Cómo les parece que una vez, matamos a alguien que revivió. Olga Elena Mattei estuvo muerta durante unos minutos, nos llamaron directamente desde la clínica a contarnos tal suceso. Lloramos, planeamos un especial, llamamos a Héctor Abad Faciolince, él nos dio su declaración sobre la importancia de Mattei para la literatura nacional y corrió a publicar en su Twitter que había muerto.Hasta que, de esas cosas que pasan, los médicos la revivieron, la reanimaron y no se murió. Desde entonces, Faciolince ha sido muy lejano. Es que en el Código Caracol, María Lucía Fernández publicó lo que pasó, en la edición de las 7:00 de la noche: “la inmediatez de las redes sociales le jugó una mala pasada al escritor Héctor Abad Faciolince”. Casi nos ahorca, publicó en su cuenta en esa red: “serán imbéciles los de EL MUNDO”...Vale la pena decir que defendimos causas importantes. Hay que agradecerle a Irene Gaviria y Luz María Tobón que nos permitieron ser autónomos en el contenido cultural. Fuimos nosotros quienes cuestionamos el cambio de vestido que les hicieron a los Silleteros, desconociendo que eran un patrimonio, con lo que hubo polémica nacional, cuando Aníbal Gaviria era el alcalde. No nos censuraron.Fuimos nosotros quienes iniciamos a hablar de los “hipster”, cuando todavía esa manifestación cultural era bastante desconocida.Gritamos duro con investigaciones. Nosotros nos dimos cuenta de que las Bibliotecas Públicas de Medellín habían sido cerradas por el gobierno de Federico Gutiérrez, desconociendo su importancia en la transformación social, con la excusa de ahorrar recursos del presupuesto público. Vaya error de visión política, por eso insistimos con varios artículos en que los Parques Bibliotecas eran la opción que tenía un niño de cualquier comuna de no caer en las redes de tráfico, su puerta de escape muchas veces a la violencia física y sexual. Incomodamos a Sergio Fajardo sobre la responsabilidad en las fallas en la fachada de la Biblioteca España, tanto que salió en portada diciendo “voy a hablar de la Biblioteca España, cuando yo quiera”, los memes no se hicieron esperar en las redes sociales.Cuando iban a sacar al maestro Alberto Correa de la Filarmónica, nosotros lo contamos. Insistimos en que el presupuesto para cultura siempre debía subir en el gobierno nacional, el departamental y el local. Y, sobre todo, le dimos voz a un sector que no encontraba en otros medios un espacio que valorara sus obras, que escuchara sus demandas, que necesitaba, en pleno siglo XXI, más que nunca, una presencia en la agenda pública.EL MUNDO insistió en la importancia de la formación artística para la infancia. Con su proyecto Educar Mientras se Informa y su Concurso Personitas de Colores, invitó a que los niños pintaran sus sueños. Otra cosa que hizo fue premiar con el Mundo de Oro a quienes durante decenios trabajaron por el sector, entre los ganadores estuvieron Graciliano Arcila Vélez, la Emisora HJCK de Bogotá, Guillermo Abadía Morales, Fanny Mickey, la Orquesta Sinfónica de Antioquia, la Cámara de Comercio de Medellín, la Biblioteca Pública Pilotoy la Emisora Cultural de la Universidad de Antioquia, Débora Arango, la Biblioteca Central de la Universidad de Antioquia, Carlos Castro Saavedra, el Instituto de Integración Cultural Quirama, Luis Alberto Correa, Rafael Sáenz Moreno, el Museo de Arte Moderno de Medellín, Luis Alberto Álvarez y la maestra Cecilia Espinosa, su última galardonada.En los comités de redacción, muchas veces nos peleamos con quienes nos preguntaban “y ese, ¿a quién le ha ganado?”, poniendo en duda la idoneidad de los artistas emergentes, peleamos por ellos como el futuro del sector y del arte nacional. La cultura también era un tema para abrir el Periódico, nosotros le dimos la portada al Salón Nacional de Artistas, cuando volvió a Medellín, en su edición 43. Juliana Restrepo y Jaime Cerón, sus directores, llegaron con la edición impresa de EL MUNDO a la apertura de aquel certamen, que durante sus tres meses contó con un cubrimiento diario, detallado, sobre lo que intentaban decir los curadores, que propusieron como tema el oxímoron “Saber-desconocer”.Cuando la notoriedad no abarcaba la obra de Pablo Montoya, cuando parecía que a la crítica local y nacional le faltaba creen en tal talento, nosotros reseñamos su Tríptico de la infamia, sin necesitar que el Premio Rómulo Gallegos nos validara lo grande el autor, porque pudimos verlo.Le puede interesar: ¿Seguro les hace falta la crítica?Que sea el momento para decirles gracias a los cientos de artistas, gestores, investigadores, profesores, curadores, comunicadores y colegas que nos buscaron para pedirnos una opinión, para ofrecernos sus contenidos, así como para criticarnos. Aprendimos juntos, crecimos juntos, hicimos historia juntos.EL MUNDO fue y será la casa de la cultura de Medellín, como quedará para la historia en su archivo, porque aquí pasaron hitos como que Gabriel García Márquez quisiera que la redacción del medio que soñó fundar se pareciera a la del diario liberal de Medellín, donde estuvo dando talleres y compartiendo con los periodistas.Gracias, EL MUNDO, gracias porque nos dejaste soñar que esa utopía que adoptamos, la de cambiar el mundo haciendo periodismo cultural, podía ser posible.
Con todo respeto, no comparto el criterio de quienes han venido criticando a la Corte Constitucional por haber declarado la inexequibilidad del Decreto Legislativo 580 de 2020, por el cual se dictaban medidas en materia de los servicios públicos de acueducto, alcantarillado y aseo, por el motivo que condujo a la adopción del fallo y que también expuso la Secretaria Jurídica de la Presidencia de la República: aunque, según el comunicado de la Corte, se dictó y promulgó en desarrollo del Estado de Emergencia Económica, Social y Ecológica, se expidió dentro del término de vigencia del estado de excepción y se encuentra brevemente motivado y lleva la firma del Presidente de la República, no fue suscrito por todos los ministros del despacho. Faltaron las firmas de los ministros de Salud –lo cual llama la atención en cuanto la emergencia fue provocada por la pandemia- y de Ciencia y Tecnología.Lea también: Cumplir la ConstituciónComo señala la providencia,” el mandato constitucional referente a que los ministros suscriban los decretos legislativos que se expiden en virtud del estado de emergencia económica, social y ecológica constituye una condición indispensable de validez de dichas normas, en la medida en que con este se garantiza, el principio democrático, durante el estado de excepción, pues se contrarresta el déficit de deliberación y se limita la facultad discrecional del presidente”.La exigencia constitucional de que estos decretos, además de las firmas del presidente, lleven las de los ministros –todos- no corresponde simplemente a un requisito de forma y sin mayor trascendencia. Por una parte, cuando hablamos de los estados de excepción –entre ellos el de emergencia- aludimos al ejercicio de una potestad extraordinaria del Ejecutivo, que normalmente no tiene a cargo la función de expedir las leyes –atribución que, por cláusula general de competencia, corresponde al Congreso-. Por otro lado, la Constitución es clara cuando expresa (art. 115) que las firmas de los ministros en los decretos los comprometen y por medio de ellas asumen una responsabilidad por las medidas y decisiones que adopta el Gobierno Nacional. Y, además, las normas superiores relativas a los estados de excepción exigen expresamente “las firmas de todos los ministros” y subrayan su responsabilidad. El 215, para el caso del Estado de Emergencia Económica, Social, Ecológica o por calamidad pública, estatuye: “El Presidente de la República y los ministros serán responsables cuando declaren el Estado de Emergencia sin haberse presentado alguna de las circunstancias previstas en el inciso primero, y lo serán también por cualquier abuso cometido en el ejercicio de las facultades que la Constitución otorga al Gobierno durante la emergencia”.Le puede interesar: Sobre las sesiones virtualesDe manera que no estamos ante un mero formalismo. Ni se puede sindicar a la Corte Constitucional de haber sacrificado el fondo de la medida en aras de la forma, o de no haber hecho prevalecer el derecho sustancial, como lo exige el artículo 228 de la Carta. Ella tiene a cargo la guarda de la integridad y supremacía de la Constitución, que exigió, en estados de excepción, las firmas “de todos” los ministros, no de algunos.Y el vicio no era subsanable, toda vez que al momento del fallo el decreto ya había sido promulgado y había entrado a producir efectos. En estas materias no se puede improvisar.
Duele la desaparición de EL MUNDO, después de más de 40 años de actividad ininterrumpida, con periodismo de calidad informativa y pluralidad de opinión. Desde hace dos años, cuando la publicación impresa diaria le dio paso a una semanal, el diario quedó herido de muerte porque había perdido su esencia. La desaparición de los periódicos impresos es una de las consecuencias nefastas de llamada revolución digital; nefasta porque los ha destruido sin sustituirlos por nada mejor.Lea también: Harry Sasson, la renta del suelo y las sopas MaggiLa prensa impresa, que resistió los embates de la radio y la televisión, agoniza en todos los países. Se cuentan por centenas los diarios desaparecidos y los que subsisten lo hacen en formatos cada vez más escuálidos y pobres en contenido. Sin la palabra impresa, la fuerza de la vieja sentencia, “lo escrito, escrito está”, se desvanece y con ella las exigencias del rigor informativo y de la clara separación entre la opinión y la noticia.Estas dos fueron las características señeras de EL MUNDO que nunca ocultó su carácter de diario liberal militante, pero abierto siempre a una amplia diversidad de opiniones, tanto en la época de Don Guillermo Gaviria, como en los últimos años bajo la orientación de su hija Irene y de mi querida amiga Luz María Tobón.El de Don Guillermo fue un liberalismo doctrinario, más bien clásico, cuya orientación intervencionista no lo apartó nunca de la defensa de la iniciativa privada como fundamento de la actividad económica en una sociedad verdaderamente libre. Por supuesto que, como periodista, fue también un liberal en el sentido partidista, aunque, el gran hacedor de empresas que fue, seguramente se habría sentido contrariado por la orientación anti-empresarial que aqueja a sectores amplios del que fue siempre su partido.Quizás a causa de la bancarrota ideológica del Partido Liberal, el liberalismo de EL MUNDO de los últimos años perdió su matiz partidista y se hizo más conceptual y de principios, buscando irradiar los valores de la democracia liberal y la iniciativa privada con responsabilidad social a las gentes de todos los partidos y la sociedad entera.Esa defensa de la democracia liberal se expresó en sus cuestionamientos al proceso de paz por su indiferencia frente a las víctimas de la Farc y las grandes concesiones hechas a lo que no era más que organización criminal que no representaba a nadie, como quedó en evidencia con las paupérrimas votaciones recibidas en las dos elecciones en las que ha participado.Su reconocimiento de la iniciativa privada como fundamento de la actividad económica y de la creación de riqueza, se manifestó recientemente en su insistente reclamo de la reactivación de la economía acompañada de la flexibilización de la contratación laboral.Pero quizás la más firme posición de EL MUNDO en los últimos años fue su incansable y persistente reclamo al gobierno a cumplir su misión fundamental de proteger la vida de los ciudadanos. No importa lo que el gobierno haga en cualquier ámbito, si no protege la vida de las personas está incumpliendo gravemente su obligación constitucional y lo que es en definitiva su razón de ser.Muchos años atrás, cuando, por incompatibilidad con mi actividad profesional, decliné la invitación que me hiciera a escribir en el periódico que acababa de adquirir, Don Guillermo, insistente, me dijo que escribir en EL MUNDO sería un honor.Le puede interesar: Una propuesta ilegal, inconveniente y peligrosa, pero imparableHace algunos años, por invitación de Luz María Tobón, EL MUNDO acogió generosamente mis artículos. Me sentí cómodo y complacido de hacer parte de tan noble empresa periodística y muy honrado, como había anticipado Don Guillermo.
Hoy he recibido la noticia: EL MUNDO, después de una tarea periodística de 41 años, ha decidido cerrar su fase de periodismo impreso. El entorno es cambiante, la evolución de hechos, tecnologías, épocas, conduce a decisiones y nuevas direcciones en los caminos que nos presentan horizontes distintos y nos hacen dejar atrás paisajes familiares a los cuales habíamos tomado un cariño como el del poeta cartagenero a los zapatos viejos. Algo diferente se abre en las perspectivas del futuro inmediato. Mis mejores deseos para FundaMundo, para la querida y admirada familia Gaviria Correa, y para la buena ventura de sus proyectos y su liderazgo, siempre inspirados en el bien para la comunidad y para Antioquia. Algunos de estos cambios son dolorosos, como lo es, en lo personal, este: se trata de una pérdida para el periodismo escrito en la región, y en Colombia. Pero EL MUNDO cierra este ciclo, como lo manifiesta su directora Luz María Tobón Vallejo, con la satisfacción del deber cumplido.Lea también: Alatriste: la punta de su espadaTermina para Antioquia una tribuna de decencia, de buen periodismo, de compromiso con la verdad. Se culmina la etapa de un esfuerzo colosal en pro de los intereses sanos de nuestro departamento, pionero para Colombia en tantos aspectos de progreso, de desarrollo, de apertura al futuro. EL MUNDO ha cumplido y constituye un gran honor ser parte, modesta y pequeña, de esta locomotora de la honradez y de la opinión crítica y creadora.Después de escribir la columna “Vestigium” durante veinte años -un total de 492 columnas, de periodicidad quincenal, casi ininterrumpidamente- vienen a mi teclado unas palabras que no puedo evitar, pues las asocio necesariamente a esta tribuna periodística: agradecimiento, aprendizaje, disciplina, creatividad.Cada uno de mis textos fue acogido respetuosamente por parte de los editores y de la dirección en estos años. Nunca he recibido la más mínima interferencia respecto a los temas y enfoques para los cuales con total libertad se me ha cedido el espacio. Siempre he sentido la presencia viva y efectiva de un genuino respeto por el diálogo inteligente, por el ir y venir de ideas ordenadas y rigurosas, expresadas dentro del marco de la consideración hacia la verdad y hacia el lector como un interlocutor merecedor de un trato digno y humanizante. Por parte de la dirección del periódico siempre recibí palabras de aliento, de buen criterio, de magnífica atmósfera de ejercicio de la inteligencia.Escribir Vestigium, con la variedad de tonalidades presentes en el entorno de las realidades contemporáneas, fue un hábito de disciplina, de investigación, de contrastes, de búsqueda de fuentes verificables. Una tarea constante de enriquecimiento y educación personal que tuvo que pasar por el tamiz del lector crítico y exigente, a quien también debo expresar agradecimiento. Mi padre, Hernán Gómez Atehortúa, fue el mejor lector, crítico y corrector que tuve. También asumí una tarea constante de aprendizaje en cuestiones de estilo y de forma periodística. No puedo olvidar las didácticas exposiciones de Arturo Giraldo Sánchez.Un “Vestigium” es la señal, la huella, la marca que deja el pie de un viajero sobre el camino. Hay algo relacionado con la memoria, con el registro de los datos de alguien que ha pasado por un lugar y ha dejado su impronta. Es el indicio de que por allí ha estado un “homo viator”: un viajero, frágil, perecedero, fugaz. Es también el rastro de un caminante que se esfuerza por perfeccionarse en una tarea que se ha impuesto. También el investigador es un sujeto que anda tras las huellas; la realidad -variada y múltiple- ofrece ante sus ojos algunas facetas, y es su tarea, la del investigador, hallar la parte de verdad que está inscrita en esas huellas. Para mí ha sido culminación de un rasgo esencial de mi vida: la búsqueda de explicaciones a las cosas que pasan, y de las cuales apenas tengo un entendimiento parcial en un entorno de asombro constante, infinito, inacabable. Mis columnas fueron posibles por aquella conversación inicial con Luz María Tobón Vallejo, cuando acogió, con tolerancia y generosidad, mis imperfectos intentos de practicar el arte de la columna.Le puede interesar: Incertidumbres y certezasTodos somos viajeros. También las instituciones dejan su huella: EL MUNDO deja un vestigio, una huella de decencia, de amistad, de buena escuela periodística: mi abrazo y mi voz de agradecimiento.
Por allá en la Colombia de las guerras de independencia el pueblo usaba el término “godos” para referirse a los españoles. Pasaron años y años y en Colombia se usa el término godos para referirse al partido conservador. Pero también fue muy extraño que poco antes de la Segunda Guerra Mundial existieron corrientes conservadoras que fanáticamente apoyaban las trágicas políticas de los nazis contra los judíos. Pero fue una cosa gravísima que el liberalismo planteara estrategias políticas apoyando fanáticamente las estrategias que planteaban los comunistas rusos y chinos.´Lo invitamos a leer: ¿Izquierda o derecha?Pasada la Segunda Guerra Mundial la izquierda comunista rusa fue mermando su fuerza ideológica y los partidos políticos colombianos dejaron de admirar el izquierdismo soviético al mismo tiempo que las fuerzas políticas internacionales fueron perdiendo fuerza e influencia en nuestros partidos políticos colombianos.El curioso fenómeno que hoy existe es que nuestros partidos políticos se alejan de ideologías extranjeras al mismo tiempo que se dedican a ensalzar la personalidad de sus jefes políticos.Lea también: ¿Para dónde vamos?En los últimos años el partido liberal es el único que ha demostrado que aún conserva un poco de atractivos ideológicos mientras el conservatismo no se basa en ningún fundamento ideológico. El conservatismo sólo se mueve sin exponer ideologías y apoyando la personalidad y características de algunos de sus jefes y es probable que el liberalismo pueda renacer mientras el conservatismo se hunde en un caos con carencias ideológicas. Ojalá en el futuro aparezcan partidos con ideologías bien sustentadas.
Desde que asumió la presidencia el 19 de abril de 2013, la nacionalidad del presidente venezolanoNicolás Maduro ha sido blanco de dudas, aún más, luego de que el 29 de julio del mismo año, el exembajador de Panamá ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Guillermo Cochez, revelóla “partida de nacimiento” del mandatario.Tras ese suceso, cientos de usuarios en internet y diversos medios de comunicación se dieron a la tarea de indagar los orígenes del presidente de los venezolanos. Informes especiales e incluso memes se han generado desde entonces.Actualmente estas imágenes alusivas al hecho siguen circulando en redes. Es el caso de una foto en la que se puede apreciar la antigua cédula blanca laminada colombiana con los datos del presidente latinoamericano.También se divulgó una fotografía en la que se aprecia al expresidente y senador Álvaro Uribe Vélezhaciendo referencia a la partida de nacimiento del presidente Maduro.Una parte del texto de la imagen señala lo siguiente: “Por fin se ubicó la partida de nacimiento del presidente ilegal e ilegitimo. Nombre real: Nicolás Alejandro Maduro Moros. Nació en Ocaña, departamento del Norte de Santander, cerca de Cúcuta, en Colombia, el 21 de noviembre de 1961. Partida de nacimiento Nro. N011, folio N412 N471 colombiano”.... El #Cazamentiras indagó la procedencia de estas dos imágenes que resultaron ser falsas. En la primera, en la que se aprecia la supuesta cédula de identidad de Nicolás Maduro, se evidencian varios elementos que llaman la atención y que hacen dudar a primera vista de la legitimidad de dicho documento;como por ejemplo,la numeración contiene siete dígitos, (a partir de 2004 se emplean 10 dígitos), por lo que el sistema del Registro Civil no permite hacer la respectiva verificación, además de contener un logo que no corresponde con los establecidospara dicho documento.Dado lo anterior, el documento difundido no constituye una prueba definitiva de que Nicolás Maduro sea colombiano.La segunda, en la que se ve al senador Uribe, el #Cazamentiras pudo comprobar que es una imagen correspondiente a 2016 en respuesta a un trino del expresidente en el que hacía referencia a la crisis fronteriza entre Colombia y Venezuela.A continuación el link de la imagen: https://twitter.com/alvarouribevel/status/767828178601648132Mientras que el presidente Maduro ha negado reiteradamente ser colombiano afirmando “haber nacido en Caracas, el 23 de noviembre de 1962”.Para tratar de solventar esta polémica, la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Tibisay Lucena, mostró en octubre de 2013 una copia certificada del acta de nacimiento de Maduro donde –según la funcionaria – queda reflejado que nació en la parroquia la Candelaria “en una policlínica de aquí de Caracas'.Si usted encuentra temas que desinformen a la comunidad o le llegan cadenas de mensajes con información que le generen sospechas, envíenos sus inquietudes vía Whatsapp: 310 4168851, Twitter: @elmundomedellin, o e-mail: digital@elmundo.com.
Dar de alta y dar de bajaCuando uno está hospitalizado, no ve la hora de que le “den de alta”. Una de las palabras que más usan los militares, y los hombres de batalla en general, es “bajas” (una baja, dar de baja). Empecemos por la segunda: ¿tiene lógica decir “le dieron de baja al soldado Ramírez”? Sí, es lógico.Es cierto que cuando en el noticiero titulan “el Ejército dio de baja a tres guerrilleros” están diciendo, en lenguaje militar, que los mataron. Aunque usar “dar de baja” como sinónima de matar tiene mucho sentido y funciona perfectamente bien, realmente esta expresión significa “tomar nota de la ausencia de un individuo”, ausencia que puede ser fruto de una enfermedad, de la deserción o, cómo no, de la muerte.O sea que, en estricto sentido, si, por ejemplo, un militar muere en combate, le dan de baja cuando oficialmente “sale” de la lista, del Ejército. Mas, reitero, no pasa nada si se usa como sinónima de “matar en combate”.Lea también: No se dice “bajar ‘los sumos’” No solo se “da de baja” en el Ejército, también en cualquier organización. De hecho, es frecuente la expresión cuando, por ejemplo, sacan de una base de datos a algún individuo. A todos nos van a dar de baja cuando nos muramos.“Dar de alta” tiene su gemela “dar el alta”. Ambas funcionan y se usan, especialmente, cuando el médico considera que el paciente está curado y, por tanto, puede irse del hospital. Pero “dar de alta” también significa “incluir objetos en un inventario” e incluir a alguien en un registro (en ambos casos sería raro decir “dar el alta”).Entonces, el médico puede “dar de alta” y “dar el alta”. Ahora, si somos estrictos, muy estrictos, diremos “a María ‘la’ dieron de alta” o “a Pedro ‘lo’ dieron de alta”. Y “a María ‘le’ dieron el alta” o “a Pedro ‘le’ dieron el alta” (cosillas de la gramática que habría que explicar con tablero verde y tiza blanca).De esas que casi nunca usamosCantonear. Vagar sin oficio ni beneficio de una esquina a la otra. Un cantón es una esquina.
¿Bendijiste o bendeciste?El verbo bendecir sigue el modelo de conjugación del verbo decir, con el que tiene una evidente relación de nacimiento, desde el viejo y bello latín. Excepto las conjugaciones bendeciré, bendecirás, bendecirá, etc., y bendeciría, bendecirías, etc.: no decimos “bendiré” ni “bendiría”, como tendríamos que hacerlo si siguiéramos las conjugaciones “diré” y “diría” del verbo decir.Pero la conjugación de la que quiero hablarles sí sigue al verbo “decir”: así que como conjugamos “dijiste”, asimismo conjugamos “bendijiste”. “Señor, tú nos bendijiste con el pan del día”. Aunque no se considera correcta, es muy frecuente la conjugación “bendeciste”, al menos en algunas zonas de Colombia. Es más: creo que se la he escuchado a más de un sacerdote en misa. Y hay una vallenato, interpretado por un tremendo cantante colombiano, que dice “bendeciste mi alma”. Como la lengua es del pueblo, no hay que apedrear al que, por alguna razón, se desvía de aquella ruta idiomática que las academias dibujan en sus libros.Pero debo reiterar, queridos lectores, que la conjugación aceptada y considerada “correcta” es “bendijiste”. Ahí les dejo.¿Pago o pagado?Aquí decimos “tranquilo, yo le dejé todo pago”. Alguien me preguntó si debería decirse pagado. Y, por casualidad, alguien más preguntó por la siguiente: “Es la actriz mejor paga de la historia”. Bueno: ya les he hablado, y creo que varias veces, de los participios: cuando el verbo conjugado termina en “ado” o “ido” y, generalmente, necesita al verbo haber detrás (he amado, habían subido). También creo que les he dicho que hay muchos verbos que tienen dos participios: uno regular, que es el que termina como ya les dije, y otro irregular, que tiene una forma diferente.Pagar tiene estos dos. Si van a usarlo con el verbo haber, en lo que se llama un tiempo compuesto, digan y escriban “pagado”: “He pagado todas mis deudas” en vez de “he pago todas mis deudas”. En el resto de casos, libertad: “La actriz mejor paga” o “la actriz mejor pagada” son igualmente correctas. “Te dejé todo pago” y “te dejé todo pagado” también.Cimiente y simienteEsta semana me topé con esto: “la cimiente” de un nuevo mundo. Cuidado, que parecido no es igual. Tenemos el verbo cimentar: poner las bases de cualquier obra material o espiritual. Tenemos el sustantivo cimiento: que vienen siendo esas mismas bases. Y tenemos el sustantivo simiente: semilla. Entonces: podemos cimentar o, es lo mismo, “poner los cimientos” de un nuevo mundo. O podemos sembrar la simiente de la que surgirá.
La Corte Constitucional, el Consejo de Estado y los Tribunales Administrativos serán las corporaciones judiciales encargadas de velar que todo lo actuado por el Presidente, los gobernadores y alcaldes, para conjurar la grave emergencia sanitaria, se ajustó al ordenamiento jurídico colombiano.Con la declaratoria del estado de excepción o de emergencia económica y social, el presidente Iván Duque Márquez asumió funciones de legislador para expedir decretos con fuerza de ley, que paliaran la crítica situación provocada por el covid-19.El profesor de Derecho en Eafit, David Suárez Tamayo, hizo un detallado repaso de cómo debe actuar la administración de Justicia y explicó cuál es o serán las tareas que cumplirán los jueces en estos tiempos de pandemia.Profesor, la gravísima crisis mundial viral y en el caso de Colombia cómo afecta la estructura legal del país y qué papel juegan la legalidad y el sistema judicial en toda esta emergencia, en este marasmo que se ha formado?La legalidad juega todo el papel. La declaratoria de emergencia, el estado de excepción no derogan ni eliminan la Constitución, ni el Estado Social de Derecho, ni nuestro régimen democrático y liberal, ni la separación de poderes, ni los frenos y contrapesos.Durante la emergencia, el derecho y la legalidad tienen que seguir más vigentes que nunca.Todas las actuaciones del Presidente, del Ejecutivo, la de las autoridades locales deben ajustarse al ordenamiento jurídico. Simplemente la declaratoria de emergencia convirtió transitoriamente al presidente en legislador para conjurar la crisis e impedir la extensión de sus efectos, lo que le permitió expedir decretos legislativos (es decir decretos con fuerza de ley), pero obviamente los mismos deben estar ajustados a la Constitución, a los Tratados Internacionales y deben respetar los Derechos Humanos. Pero sobre todo, sus decisiones y medidas deben cumplir con unos principios muy relevantes de necesidad, razonabilidad, proporcionalidad y debida motivación.¿Y qué rol le toca desempeñar a la administración de Justicia, a esta rama del poder público en una emergencias de la magnitud que todos estamos sufriendo?La administración de Justicia mantiene todas sus competencias y atribuciones.Lo que sucede es que a raíz de la pandemia y el aislamiento preventivo, los jueces y magistrados del país están en teletrabajo, están laborando o despachando desde sus casas, y se han dictado algunas normas que suspenden y/o interrumpen los términos de los procesos judiciales, así como los términos de caducidad y prescripción. Pero por ejemplo la acción de tutela y el habeas corpus siguen siendo tramitados.Pero el papel primordial de la justicia ante la emergencia lo tienen la Corte Constitucional, el Consejo de Estado y los Tribunales Administrativos.La Corte Constitucional ejerce un control automático de los decretos legislativos (con fuerza de ley), y el Consejo de Estado y los Tribunales Administrativos ejercen el control sobre otros decretos y actos administrativos que no tienen fuerza de ley, sino que se expiden en ejercicio de funciones administrativas pero relacionadas, en conexidad, con la declaratoria de emergencia económica y social.¿El Ejecutivo está actuando bajo los preceptos del Estado de Derecho en la expedición de esa gran cantidad de decretos para hacerle frente a la calamidad social, económica y en salud ocasionadas por el covid-19.En principio sí. Digo en principio porque hasta ahora las normas que ha dictado se supone, se presume que están ajustadas al ordenamiento jurídico, se presumen válidas, pero será la Corte Constitucional, el Consejo de Estado y los Tribunales Administrativos los que definan si en cada uno de los decretos y demás actos administrativos, se actuó respetando o no las normas superiores, y si las medidas si eran necesarias, razonables, debidamente motivadas y proporcionales para atender la crisis.Ilustración: Óscar Valencia.¿Se ha desbordado jurídicamente el Ejecutivo en alguno de los decretos?Hasta la fecha entre decretos legislativos, decretos reglamentarios ordinarios, resoluciones, circulares del orden nacional se han expedido más de 140 normas, sin contar las otras normas expedidas por los 32 gobernadores y por los más de 1.100 alcaldes, lo que hace imposible saber si ha existido o no desbordamiento o excesos.Es posible que en algunos de ellos existan algunos artículos complejos, complicados, polémicos y que puedan llegar a ser declarados total o parcialmente inexequibles o anulados total o parcialmente por el Consejo de Estado, pero me atrevería a afirmar, que al menos en los del nivel nacional, que son los que hemos conocido y a los que mayor divulgación y difusión se les ha dado, en su gran mayoría, y en un alto porcentaje van a ser declarados válidos y ajustados a derecho por la Corte Constitucional y el Consejo de Estado.De los más o menos 135 ó 140 decretos del orden nacional, me atrevo a decir, que si mucho van a tener problemas de constitucionalidad o ilegalidad unos 10 ó 15 de ellos, es decir, no más de un 10% del total, y algunos de ellos los tendrán pero no en su totalidad, sino parcialmente. Temas como el manejo del sistema de pensiones, el impuesto para salarios del sector público superiores a diez millones de pesos, regulaciones bancarias, el mismo aislamiento preventivo y el cierre de actividades económicas y productivas, generarán mucho debate en las altas cortes.Incluso hay algunos decretos, como por ejemplo, el Decreto 546 relacionado con la detención y prisión domiciliaria, que para los expertos en derecho penal y criminología, en lugar de excederse, antes se quedó corto, no llenó las expectativas. Se esperaba que salieran al menos 20 ó 25.000 personas de las 130.000 que hay en Colombia privadas de la libertad, y se calcula que con el mencionado decreto solamente saldrían unos 4 ó 4.500 privados de la libertad, lo que puede ocasionar todo un genocidio en las cárceles de Colombia, dado su hacinamiento y las pocas condiciones de salubridad e higiene de las mismas.Tampoco han llenado la expectativa las medidas para favorecer al sector de las medianas y pequeñas empresas, y al sector comercial y de los independientes.¿Cuándo comienzan a revisar los tribunales judiciales todo lo actuado por el Ejecutivo?La Corte Constitucional está ya revisando de manera automática cerca 72 decretos legislativos (con fuerza de ley), por su parte el Consejo de Estado revisará también de manera automática otro buen número de decretos expedidos en ejercicio de funciones administrativas (podrían ser unos 25 ó 30), relacionados directamente o en conexión con la declaratoria de emergencia; y hay otros decretos, resoluciones y circulares que se han expedido pero con las facultades ordinarias del Presidente, invocando el artículo 189 o 296 de la Constitución, u otros artículos, que el Consejo de Estado no asume su control de manera automática y requerirían una demanda ciudadana (que podrían ser otros 15 ó 20 decretos aproximadamente, más otro buen número de resoluciones y circulares).Personalmente soy de la tesis de que el Consejo de Estado y los Tribunales Administrativos, deberían ejercer un control integral y automático sobre todas esas normas, y no esperar demandas ciudadanas, pues es menester que se brinde total protección y vigencia de la Constitución, las leyes y los derechos humanos durante esta época de emergencia.Lo que más me preocupa es el abuso que puedan llegar a tener algunos gobernadores y alcaldes en materia de contratación, pues prácticamente se está frente a una urgencia manifiesta, que permite contratar de manera directa, a dedo, sin licitación pública, y ni siquiera sin selección abreviada. En la contratación directa, a dedo, muchos municipios van a hacer festivales de la contratación. Allí la Procuraduría, las personerías, las contralorías, la Fiscalía tienen que abrir muy bien los ojos.Seguramente se vendrán muchas investigaciones fiscales, disciplinarias y penales.Lea:Reducción del Congreso: economía vs. democracia¿Y cuál debe ser el papel del legislativo en el control político a los decretos?El Congreso debe recibir un informe detallado del Presidente sobre la declaratoria de la emergencia económica y social, sus motivaciones, las medidas efectuadas, y dispondrá de 30 días, prorrogables, para pronunciarse sobre su oportunidad y conveniencia.Además el Congreso durante el año siguiente a la declaratoria de la emergencia puede revisar los decretos legislativos expedidos por el Presidente, y podrá derogarlos, modificarlos, o adicionarlos.Puede también el Congreso tanto en Comisiones como en plenarias, citar a cualquiera de los ministros, para hacerles debates sobre las medidas adoptadas en su respectivo sector. Y recordemos que de un debate, podría seguirse la solicitud de una moción de censura.También puede el Congreso como cuerpo, o congresistas individualmente, intervenir en los procesos ante la Corte Constitucional y el Consejo de Estado, bien sea defendiendo la constitucionalidad y/o legalidad de los decretos, o argumentando que son inconstitucionales o ilegales.Y lo otro que puede hacer el Congreso o los congresistas, es hacerle seguimiento a la aplicación, ejecución, cumplimiento, efectividad de las medidas adoptadas.Ese control del Congreso y de las altas cortes y Tribunales Administrativos, se complementa además con los controles que deben ejercer la Procuraduría, Contralorías, Personerías, Concejos, Asambleas, veedurías ciudadanas, medios de comunicación y redes sociales.¿El ejecutivo tiene facultades para hacer uso de recursos de otros frentes y destinarlos a la emergencia?Sí puede hacerlo. Puede ordenar traslados y adiciones presupuestales. Lo importante, más que destinar recursos, es que los mismos si lleguen efectiva y oportunamente a sus destinatarios, y a los sectores más golpeados y necesitados.Ojalá el Gobierno Nacional destinara muchos más recursos para dotar adecuadamente a hospitales y clínicas, y para suministrar a todo el personal del sector de la salud implementos adecuados para su protección integral: uniformes biomédicos, guantes, gafas, mascarillas, caretas, gorros. Esa y la distribución de alimentos a las personas que los necesiten, deberían ser las dos prioridades en este momento. Luego vendría la necesidad de adoptar medidas para salvar las empresas, comercio, sector productivo, a los independientes y a los vendedores informales.
A la edad de 15 años visualizaba todo lo que se vendría tiempo después. En su mente juvenil se repetía una y otra vez una imagen que, a punta de disciplina, perseverancia y mentalidad fuerte logró convertir en realidad. Dicha imagen consistía en levantar el cinturón de campeón mundial de boxeo portando un sombrero vueltiao y escuchando un porro llamado María Varilla.El 9 de agosto de 1985, Miguel Happy Lora le entregó a Colombia el título mundial del peso gallo del Consejo Mundial de Boxeo. Y por supuesto, lució el sombrero vueltiao, tan representativo de su región, y en los altavoces sonó María Varilla, en una noche gloriosa para el deporte colombiano.Ya había pasado el tiempo de los históricos Kid Pambelé, Rocky Valdés y Ricardo Cardona. Colombia ya no tenía campeones orbitales, hasta que irrumpió Lora.Hace 35 años el púgil, oriundo de Montería, venció por decisión al mexicano Daniel Zaragoza, en Miami. Así evocó Happy su hazaña: “En realidad esa pelea debía ser con Alberto Dávila, pero él sufrió una lesión en la columna y lo declararon campeón en receso. Hubo una eliminatoria entre Zaragoza y Freddie Jackson, que dejó como ganador al mexicano y luego se me dio a oportunidad a mí, había acabado de firmar contrato con Don King para cinco peleas”, recordó.“Cuando estaba en el camerino -prosiguió-, calentando para subir al ring, salí con mi sombrero vueltiao y sonaba María Varilla, yo me sentía como un tigre, muy motivado, porque además tenía el público a mi favor, a mí me querían mucho en Miami. Antes del combate sentía preocupación porque Zaragoza es zurdo y no es fácil contrarrestar esa clase de boxeadores. En los primeros asaltos no lograba encajar al estilo del zurdo, hasta que en el cuarto round lo encontré con un derechazo en el mentón, se lo conecté pleno y lo tumbé”, evoca.Lea:Puño a puño, Pambelé tocó el cielo y el infierno“Ahí sentí que no se me podía escapar, pero me invadió la angustia, quería que no se levantara para poder levantar los brazos y convertirme en campeón… se levantó mal, mareado, pero era un oponente fuerte, muy bien preparado. Se recuperó pero en el asalto siguiente lo envié nuevamente a la lona. Zaragoza contó después que desde la primera caída ya no se sentía igual. Amílcar Brasa, mi entrenador (argentino, considerado el mejor entrenador de boxeo de todos los tiempos en Latinoamérica) me insistía que lo evitara, que ya tenía la pelea prácticamente ganada, y así fue. Terminaron los doce asaltos y gané por decisión, me pusieron el sombrero vueltiao, sonó el porro y la gente se apoderó del ring, había muchos monterianos”, rememoró.Montería fue una locura esa noche y su llegada al país fue en el avión presidencial. A Bogotá llegó en medio de una caravana, en un recibimiento apoteósico.Happy Lora sostuvo su título mundial durante tres años. Lo defendió con éxito en siete combates, hasta que el 29 de octubre de 1988 se lo arrebató el mexicano Raúl Jíbaro Pérez, en Las Vegas, Estados Unidos. Fue el más destacado de los púgiles colombianos en la década de los 80 y uno de los mejores de la historia del boxeo nacional.