El próximo gran hito en la construcción de la megaobra será el llenado del embalse, previsto para el 1 de julio de 2018.
A un año de prenderse la primera turbina de las ocho en total del proyecto hidroeléctrico más grande del país que duplicará a los ya existentes, Hidroituango generará 2.400 megavatios (MW) y será clave para abastecer de energía a lo largo y ancho del territorio nacional. Este proyecto, además, trae consigo desarrollo social y económico en el Noroccidente de Antioquia, generando más de 10.000 empleos directos.
“El proyecto hidroeléctrico Ituango está planteado en dos etapas”, explicó Luis Javier Vélez Duque, vicepresidente de proyectos de generación de energía de Empresas Públicas de Medellín (EPM) y quien está a cargo de esta megaobra de ingeniería que tiene un presupuesto de $11,4 billones, de los que hasta el momento se han invertido $7,6 billones.
Por su parte, Mauricio Andrés Gutiérrez Marín, ingeniero civil de Construções e Comércio Camargo Corrêa, empresa de origen brasilero socia del consorcio constructor CCC Ituango, señaló que tienen la meta de generar energía con la primera turbina el 1 de diciembre de 2018. Además, “uno de los hitos del contrato es realizar el llenado del embalse el 1 de julio del próximo año”.
Según el cronograma de obras para esa primera fase, las otras tres turbinas restantes comenzarían a entrar en funcionamiento consecutivamente cada tres meses, agregó el vicepresidente, para que en 2019 esté completamente operativa la primera fase que generará la mitad de la capacidad total del proyecto, lo que equivale a 1.200 MW.
Así, en la segunda fase del proyecto se construirán otras cuatro turbinas que estarían listas entre el 2020 y 2021 que aportarían otros 1.200 MW para la capacidad total de generación de energía que tiene Hidroituango.
Hasta este momento, cuenta con un avance en obras civiles del 86%. Frente a lo anterior, Gutiérrez Marín expuso que en la construcción de las obras van muy bien y han cumplido con el cronograma, a pesar de dificultades que han tenido que afrontar con la geología, aunque ya fueron superadas.
A su vez, el ingeniero civil añadió que los frentes secundarios están terminados, como por ejemplo “las excavaciones exteriores y los subterráneos”.
Ahora se encuentran haciendo obras de concreto, tales como la casa de máquinas, el frente del vertedero, las captaciones, los pozos y el relleno de la presa.
Vélez Duque comentó que aún falta finalizar la presa, que es el dique que produce el embalse y represa el río, y que estiman terminar el año entrante.
No obstante, consolidando todos los componentes, entre ellos las obras, los equipos electromecánicos, los montajes, las actividades y programas de carácter social y ambiental han logrado un 78,5% de avance.
“Estamos avanzando muy fuertemente en el montaje de los equipos electromecánicos como turbinas, generadores, sistemas eléctricos, auxiliares mecánicos, etc.”, explicó el vicepresidente, diciendo que para el próximo año estaría listo para que puedan empezar a generar energía.
Magnitud del proyecto
El proyecto en términos de ingeniería es una megaobra muy importante que tiene una capacidad de generación eléctrica 8.500 GWh/año de energía firme y un poco más de 14.000 GWh/año de energía media, señaló Vélez Duque.
“Estamos construyendo un proyecto que va a duplicar la central más grande que teníamos”, agregó el ingeniero civil y expuso que la hidroeléctrica San Carlos tiene la mayor capacidad instalada al generar 1.240 megavatios, lo que será duplicado por Hidroituango.
Este proyecto se compone de un embalse que tiene cerca de 80 kilómetros de longitud, “va desde las montañas entre Ituango y Briceño hasta el Puente de Occidente”.
La presa cuenta con 225 metros de altura, que para dar una idea de su magnitud, Gutiérrez Marín dijo que “el edificio más alto del país tiene menos de la mitad de esa altura”. Además, tiene 20 millones de metros cúbicos de relleno, “el último proyecto fue Porce III y tenía alrededor de cinco millones de metros cúbicos. Hidroituango tiene cuatro veces el volumen de Porce III”.
Entre otras características, se destaca que la longitud del lecho original del río que están utilizando “es de más o menos un kilómetro para construir la presa. De un extremo a otro sería entre 400 y 500 metros de longitud que va a tener la parte superior”, indicó el ingeniero civil.
Asimismo, también se tienen priorizadas las captaciones por donde entra el agua, “son ocho túneles y ocho pozos de compuertas, cada uno tiene 85 metros de altura. Y al ser ocho turbinas cada una tiene su conducto independiente”, añadió.
Las obras de la central, también comprenden la caverna principal de la casa de máquinas, donde se alojan ocho unidades de 300 MW de potencia nominal cada una, con turbinas tipo Francis; generadores sincrónicos de eje vertical; equipos auxiliares electromecánicos y de control; sala de control; sala de montaje, y edificios de oficinas. Además, la otra caverna que tienen es donde alojan los transformadores, y entre sus características cuenta con un largo de 210 metros y alrededor de 30 metros de altura.
Para entender este proceso, cabe recordar que en las captaciones por donde ingresó el agua hay ocho túneles y en ese sentido, a la salida hay cuatro túneles de descarga, que se encargan de llevar nuevamente el recurso hídrico a la parte exterior en el cauce original del río.
Consecutivamente, se encontrará con un túnel denominado pozo de cables que “lleva la energía que se trasforma en la cadena de los transformadores, entonces sale por unos cables de gran diámetro y va hacia el exterior, en donde está una subestación eléctrica”, indicó Gutiérrez Marín. En esa subestación, finalmente, se encuentran los trasformadores que hacen la interconexión con el Sistema Interconectado Nacional (SIN) que se encarga de la distribución de energía.
Parte social y ambiental
Este proyecto ya cuenta con sus licencias ambientales completamente, según Vélez Duque. A su vez, frente a las concertaciones con las comunidades, planes de inversión social y obligaciones ambientales también avanza normalmente.
Es así que la empresa EPM con criterio de responsabilidad social abordó ese proyecto “no solamente como una gran obra de ingeniería, porque es la más importante del país y de los antioqueños que le va a garantizar la seguridad energética a Colombia por varios años, sino como una obra y una oportunidad de desarrollo del territorio”, subrayó el vicepresidente.
Además, agregó que es la oportunidad que tuvo el territorio del Norte y del Occidente de Antioquia para generar una serie de oportunidades de progreso, desarrollo y mejoramiento en las condiciones de vida.
Específicamente se han generado 11.000 empleos directos para la construcción de esta obra de ingeniería, de los cuales 2.500 puestos laborales han sido para personas oriundas de la región. Al respecto, el ingeniero civil dijo que aparte de los profesionales, también contratan personal de la región que son tecnólogos o no están calificados.
Desde el punto de vista comercial, también se ha logrado que las tiendas de los municipios vecinos vendan más de $50.000 millones, “siendo un dato dinamizador de la economía local”, resaltó Vélez Duque, y agregó que más allá de la magnitud del proyecto desde la parte técnica, “es mucho más importante el progreso que brinda en el territorio en materia de sostenibilidad, institucionalidad e integración”.
Por su parte, Gutiérrez Martín comentó que un proyecto hidroeléctrico tiene ventajas, al ser amigable con el medio ambiente, “si bien se generan unos embalses y unas áreas que van a quedar inundadas, no tiene emisiones contaminantes a la atmósfera como sí lo generan otras fuentes de energía”.
Contratistas
El vicepresidente Vélez Duque dio a conocer que tienen muchos contratistas, los cuales podrían llegar a ser más de 500. Sin embargo, el más grande e importante contrato es el de las obras civiles principales, es decir, “el que construye la presa, la caverna de máquinas, el vertedero, los túneles de conducción por donde va el agua hacia las turbinas, etc.”, y este contrato está a cargo del consorcio colombo-brasilero CCC Ituango, compuesto por Camargo Corrêa de Brasil, Conconcreto y Coninsa Ramón H, ambas de Colombia.
Otro consorcio es Mispe que está conformado por empresas civiles colombianas, tales como Mincivil, SP Ingenieros y Estyma, “ellos construyeron las carreteras de acceso al proyecto y están terminando algunas que se encuentran en proceso de finalización”, expuso.
En cuanto a los equipos, las turbinas y los generadores, que están prácticamente finalizados son fabricados por una firma de Brasil llamada General Electric. Asimismo, los transformadores de potencia están a cargo de la compañía alemana Siemens, y los equipos hidromecánicos los está fabricando ATB de Italia.
En la parte socioambiental cuentan con Socya: “Con ellos trabajamos todo el tema de concertación y compensaciones a toda la población impactada en el territorio”, explicó el vicepresidente, agregando que también tienen un contrato de diseño y asesoría durante la construcción de Hidroituango que está a cargo de Integral de Medellín.
Finalmente, el contrato de interventoría lo tiene Ingetec, una empresa bogotana y Sedic de la capital antioqueña.