Enfrentamientos entre grupos armados al margen de la ley serían los causantes del éxodo campesino a los cascos urbanos del Bajo Cauca antioqueño.
Otras 45 familias se unieron en las últimas horas al grupo de 531 desplazados por la violencia en el Bajo Cauca antioqueño. Según la Unidad para la Atención y Reparación a las Víctimas, este último núcleo de ahuyentados es procedente de la vereda El Tigre, del municipio de Cáceres y están siendo atendidos en Tarazá.
De acuerdo con la información aportada por la entidad a cargo de la atención humanitaria, a esas familias se les habría prohibido el ingreso hasta sus tierras de origen. Jorge Mario Alzate, director de la Unidad para las Víctimas en Antioquia, manifestó que “se suma a los espacios institucionales para evaluar los mecanismos de intervención en la zona y en los que se evalúan las condiciones para la atención digna a la población que está siendo víctima en los municipios del Bajo Cauca”
Las comunidades que actualmente se encuentran en estado de desarraigo denunciaron que su desplazamiento es producto de los constantes enfrentamientos entre el Eln, el clan del golfo y el Ejército Nacional. Aseguran los campesinos que no van a regresar hasta que no se den las condiciones de seguridad en las veredas de Tamaná, Alto Ponciano, Campanario, El Tigre, Anará y Buenos Aires.