Si hay dos coordenadas que deben considerarse para pensar a occidente son, de una parte, la cristiandad y, de otra, el fenómeno universitario
El 13 de junio, hace 440 años surgía para el país una de las instituciones que más desarrollo y paz puede generar. La universidad que, tiene el patrocinio de Santo Tomás de Aquino, se inspira en el pensamiento de este santo que figura la vida dominicana con gran expresión. Hablar de la Universidad Santo Tomás es sin duda hablar del carisma dominicano. Entre el factor social y eclesial, nace la universidad en un contexto en que el país que hoy conocemos no existía, como en el medioevo, es en este periodo de la historia cuando se dan grandes construcciones, grandes desarrollos artísticos y arquitectónicos, grandes experiencias en términos de logística producidas por la urgencia de atender las guerras, la misma administración se desarrolla como una experiencia de manejar los recursos. Sin embargo, aun en medio del caos, la Iglesia toma fuerza y empieza asumir las instituciones garantizando a sus pobladores la estabilidad social que no podía garantizar el gobierno de la época. Así que, el origen de la universidad se viene dando en medio de diversos factores y en el contexto de ir transmitiendo el conocimiento como fuente de valor frente a lo que el mundo iba generando.
Las universidades nacieron en un mundo convulsionado. Se inspira en la convulsión de otro mundo en otro periodo de la historia. Ha superado las grandes convulsiones y una expresión de ello es nuestra Universidad Santo Tomás, que después de 4 sigos, de haber sido cerrada, de haber cruzado las fronteras y las decisiones políticas, hoy celebramos la vida de esta alma mater, la que denominamos el primer claustro universitario de Colombia. Compañeros, la universidad Santo Tomás no cuenta una historia triunfalista y mucho menos romántica. Ha sido mucha el agua que ha corrido debajo del puente, han sido muchas las situaciones difíciles que ha tenido que superar. Por eso, no le asustan las crisis, las afrontan y las superan, porque finalmente esa es la historia.
Queridos amigos, si hay dos coordenadas que deben considerarse para pensar a occidente son, de una parte, la cristiandad y, de otra, el fenómeno universitario. La primera le dio una idea de orden social y la segunda, cómo la universidad ayudó a desarrollar muchas de las implicaciones del ser. La universidad es un proyecto comunitario que fue presentado a la santa sede como tal. La Bula Romanus pontifex del 13 de junio de 1580, avala que el convento del rosario de santa fe, fuera elegido como universidad de estudios generales; con rector, lectores y con las facultades y concesiones acostumbradas por la orden de predicadores y donde los graduados disfruten de todas las gracias, privilegios, favores y prerrogativas de que gozan los graduados de cualquier universidad en España. Cuando uno se detiene a ver esto, podríamos decir que desde su fundación la Universidad Santa Tomás fue acreditada en alta calidad por la salmantina.
Queridos amigos, a lo largo de 4 siglos la universidad se ha adaptado con fidelidad creativa a su impronta dominicana y humanista. Ha sido sin duda un camino excepcional. El medioevo y el surgimiento de las universidades nos permite entender el por qué, frente a tantas situaciones críticas hoy podemos decir que debemos seguir avanzando, que no se nos puede perder el propósito fundamental sobre el cual la universidad debería ser el lugar donde se gesten los acuerdos fundamentales de la sociedad. Queremos más de esas universidades, queremos más de la Santo Tomás, una universidad que ponga de manifiesto que el ser humano sigue siendo el centro y que declare que el humanismo siempre estará por encima del tecnicismo.